Mostrando entradas con la etiqueta desarrollo local. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta desarrollo local. Mostrar todas las entradas

12.02.2014

Dinámicas transfronterizas y su impacto en el sector sociosanitario (2014)

En el Encuentro de Parlamentarios de Salud y Política Sociosanitaria, organizado por Redacción Médica y celebrado en Mérida me invitaron a reflexionar sobre el papel de Badajoz, como mesópolis transfronteriza, en el desarrollo de un cluster sanitario en la frontera. Algo que había analizado en el Informe Socioeconómico de Badajoz (1995), así como en mi tesis doctoral y mi libro Hacia la urbe global (2001).



Fragmento:

" (...)

Precisamente una de las consecuencias, primero de la frontera, y luego en un sentido muy distinto de su desaparición, ha sido sin duda la conversión de Badajoz en un nodo de primer nivel en la estructura española de lo que constituye un sector de importancia creciente en la economía: el sanitario en su más amplia expresión.

En el documento de trabajo Turismo de Salud en España, elaborado en 2013 por la Escuela de Organización Industrial para la Secretaría de Estado de Turismo, se incluye a Badajoz entre los 9 polos de Turismo de Salud en España.

El informe señala que “Badajoz, por su cercanía con la frontera portuguesa, siempre ha recibido un volumen importante de portugueses en busca de asistencia sanitaria de calidad. Especialmente patente se hace en especialidades como la oftalmología, maxilofacial y la reproducción asistida.”  Advierte, eso sí, que “Se trata de un turismo que no suele generar estancias, por lo que el gasto promedio por turista es menor que en otras zonas”, y recoge la iniciativa local Badajoz Centro Médico, la plataforma creada en 2009 por los principales centros sanitarios privados.

¿Cómo es posible que la región, y en particular Badajoz esté tan bien posicionada en un sector económico en auge, sin duda uno de los pocos en los que está bien posicionada? Pues si nos fijamos en el mapa, el resto de los nodos se ubican o en grandes ciudades, o en ciudades ubicadas o en el mar, o cerca de grandes densidades de población (como Pamplona), o en ciudades que cumplen todos esos criterios. Badajoz no cumple ninguno.

Pues ocurre como en el proceso evolutivo, en el que los éxitos son el resultado no tanto de las cualidades intrínsecas, sino de las adaptaciones que los organismos, individuos y sociedades deben hacer a un medio o situación hostil. No es asunto del más fuerte, sino de quien mejor se adapta.

Pues bien, una de las consecuencias más dramáticas de la existencia de la frontera, durante siglos, decíamos que ha sido el aislamiento geográfico. La primera vez que yo vine a Extremadura, en 1977, tardamos unas tres horas en ir de Zaragoza a Madrid, y al día siguiente todo un día en ir de Madrid a Villanueva de la Serena. Un aislamiento que, a pesar de las mejoras en el sistema de transportes producidas a lo largo del siglo XX (la principal, sin duda, la construcción de la autovía libre en la última década del pasado siglo), sigue impactando en la actualidad, ahora a causa del atraso secular de las líneas ferroviarias de la región. El siguiente mapa, éste sin el vacío de Portugal (no debiéramos hacer mapa alguno, en España, ni del tiempo ni de ninguna actividad, dejando el vacío de Portugal, bajo riesgo de dejar de entender algunas cosas) nos ayudará a entender lo que ha ocurrido.

Si observamos el mapa, que recoge los tiempos mínimos de acceso a los principales centros urbanos de la península, podemos observar cómo en el espacio transfronterizo que nos ocupa se alcanzan los niveles más elevados. Y aunque no es justamente en Badajoz en donde está el más profundo aislamiento, sino en la zona rayana del Noroeste de Extremadura, buena parte de la región queda dentro de ese pozo de aislamiento territorial. Y en el lado portugués también es esa zona la más afectada por el aislamiento fáctico.

Mi hipótesis es que ahí, en ese aislamiento secular, está la clave del surgimiento de este que hoy llamamos clúster, esto es de un conglomerado de infraestructuras y servicios de salud que han venido respondiendo a esa necesidad. Lógicamente, sin la existencia de una ciudad como Badajoz, con una masa crítica mínima pero suficiente (por ejemplo como para poder justificar en su día la creación de una Facultad de Medicina) no habría podido tampoco emerger. Y el estar ubicada en la frontera misma, la ha convertido en fuente de servicios para una extensa zona portuguesa muy alejada, en tiempo real, de la panoplia de servicios disponibles en Lisboa, y con ciudades como Portalegre o incluso Évora sin masa crítica suficiente para generarlos. Pues lógicamente un sector sanitario potente precisa a su vez de una serie de servicios y asistencias tecnológicas difíciles de encontrar en ciudades más pequeñas que Badajoz.

De hecho, la respuesta a aislamiento logístico y el consecuente surgimiento de un sistema sanitario transfronterizo es algo secular. La doctora Rovira Farré ha investigado la historia del Hospital de San Sebastián, una institución sanitaria que ya tenía un fuerte componente transfronterizo. Como dice en su artículo (Rovira, 2003), “La historia del Hospital San Sebastián de Badajoz, que se extiende más de 300 años, siempre en íntima relación con la de la ciudad, participa también de esta peculiar característica de la situación en la Raya. En la última década del siglo XIX el Hospital San Sebastián no era sólo “el Hospital” de la Ciudad de Badajoz, era también el punto de referencia sanitaria de un área más extensa de lo que cabría suponer, y en particular, de la importante zona vecina portuguesa”. Ha analizado en profundidad la dinámica del hospital en la última década del siglo XIX y señala cómo de los 20.614 ingresos de 1890 a 1899, un 13% corresponden a la ciudad de Badajoz, un 50% al resto de la provincia, un 8% a la provincia de Cáceres, y un 13% a portugueses, procedían de Elvas, Campo Maior, Portalegre, Borba, Beja, Vila Viçosa y Estremoz.

En 1994, en plena ruptura del telón de corcho, tuve ocasión de dirigir el primer (y la verdad, creo que hasta la fecha más profundo) estudio socioeconómico sistemático de Badajoz. En dicho informe decíamos que “La Salud se manifiesta de forma creciente como uno de los subsectores del Terciario más importantes”.  “Algunas ciudades –decía el informe final- han encontrado incluso en el sector de la Salud su perfil específico; no sólo en la medida en que centralizan servicios de atención a un amplio hinterland, por mera racionalización administrativa, sino porque incorporan incluso una oferta de servicios que va mucho más allá. En el caso de Badajoz creemos que estamos en un proceso de especialización en este sentido. A pesar de la descentralización sanitaria realizada por las Administraciones Públicas, especialmente a lo largo de la última década, que ha supuesto la creación de varios hospitales comarcales, así como la dotación de numerosos centros asistenciales de diverso rango en toda la provincia, la capital ha seguido constituyendo un centro de referencia de primer orden no sólo para la atención de especialidades que la Sanidad Pública no tiene capacidad para descentralizar, sino también para la atención médica en el campo de la Sanidad Privada.”. También, a pesar de la opacidad que caracteriza a ese sector (¿razones fiscales?), y que dificultó la obtención de datos esenciales, se nos hizo evidente que, como decía el informe, “puede ir adquiriendo de forma creciente, también en este campo, proporciones transfonterizas.”. A partir de la exhaustiva encuesta sobre el mercado de trabajo que realizamos, pudimos calcular que ya en aquel entonces en torno a 4.200 personas conformaban la población activa vinculada al sector de la Salud, de las cuales unas 3.200 estaban ocupadas (la tasa de paro en el sector, en torno a un 22%, estaba muy por debajo de la media local, entonces también en crisis). Es decir, que casi un 9% de la población activa del municipio trabajaba en el sector de la Salud.

Diez años después, el Informe LICA, un programa estratégico del Ayuntamiento de Badajoz denominado Observatorio del Cambio también tenía en cuenta la importancia del sector. Aunque no se aportan datos concretos, encontramos en el acta de una de las sesiones de trabajo de aquel proyecto, dedicado al Sector Sanitario (Acta de la sesión de 22-04-2004) la siguiente referencia

“El mercado portugués es el que ha experimentado un mayor crecimiento en los últimos años, a pesar de la crisis económica que actualmente padece el país vecino. La sanidad portuguesa tiene importantes carencias, altos retrasos en la prestación de los servicios y unas m uy bajas productividades en relación con la española. Esto hace que la sanidad en Badajoz tenga unas altas ventajas competitivas en costes y en calidad y q u e se abra en este mercado importantes oportunidades.

En los últimos años –sigue diciendo el documento- gran parte de la sanidad privada en Badajoz ha tenido en el mercado portugués el principal núcleo de clientes llegando en algunos casos a su poner el 80%de la clientela . Como ejemplos de estas oportunidades se puede citar el acuerdo de 1.500 intervenciones de Clideba con la Seguridad Social Portuguesa para disminuir las listas de espera de la zona de Lisboa, o el reciente acuerdo de la Clínica Sánchez Trancón con la organización sanitaria de Portugal SAMS, para poder derivar toda la Patología Oftalmológica desde su centro asistencial de Lisboa y dirigir a todos sus asegurados a la Clínica de Badajoz para diagnóstico y tratamientos clínicos y quirúrgicos . En relación a los productos farmacéuticos también resulta mucho más atractivos adquirirlos en Badajoz tanto por el coste como por la indicación médica. Paralelamente a esta oportunidad del mercado portugués de pacientes, Portugal ha supuesto una oportunidad laboral para personal sanitario especialmente médicos y enfermeros debido a la carencia de estos profesionales en el país vecino. También algunos médicos/as de la ciudad están colegiados simultáneamente en Portugal.”

Otros diez años más tarde, en 2014, hace apenas unos meses, el Plan Estratégico de Badajoz, vinculado al Pacto Local por el Empleo, vuelve a referirse, aunque de nuevo sin datos significativos, a la importancia del sector. Anota la existencia, cito textualmente, del “convenio de cooperación entre Extremadura y el Alentejo portugués para atender a la población portuguesa en la ciudad en aquellas áreas sanitarias de las que carecen en los espacios más próximos a la frontera”. Es de nuevo el sector privado el que aparece como clave en el ámbito transfronterizo: “En cuanto a la sanidad de ámbito privado –dice el informe-, se posiciona como un sector estratégico para la ciudad dada su situación fronteriza unida a ser la ciudad con mayor oferte de servicios en la región. Cuantificar el número de consultas privadas existentes en la ciudad es muy difícil de calcular aunque cabe destacar la existencia en la ciudad de Complejos sanitarios de importancia a nivel regional y con gran impacto en el mercado portugués como Capio Clideba, Clínica Extremeña de Salud, Badajoz Centro Médico, Centro Los Ángeles, Tecnoláser, etc”. La opacidad informativa, por tanto, parece que sigue caracterizando al sector.

Ese es justamente uno de los problemas que podemos tener si se quiere hacer un diagnóstico serio de la situación, de sus potencialidades, límites y frenos. Hacer DAFO’S es barato, y hoy parece que todo se resuelve con un DAFO, que es un mal DELPHI. Pero sin datos positivos la planificación, ni siquiera la ensoñación del futuro es posible. Y ahora no sabemos no ya cuántos clientes portugueses tienen las clínicas privadas, o cuántos médicos del SES hacen guardias en Portugal, o cuántos empleos en conjunto genera el sector sanitario y los sectores vinculados al mismo. Es que ni siquiera sabemos cuántos portugueses vienen, ni por supuesto a qué vienen.

En 2006 la empresa ITAE hizo un sondeo no representativo, en la calle, también dentro del proyecto LICA del Ayuntamiento de Badajoz, del que resultaba que el 76% venía a comprar, y sólo el 4% a utilizar los servicios médicos[1]. ¡Pero es que la encuesta se hizo en festivo! Los sondeos que hacen algunos centros comerciales tampoco dicen mucho: que un 20% de los usuarios de El Faro,  o el 15% de los de Menacho[2], sean portugueses, no ayuda. Cuando había frontera al menos se sabía cuánta gente pasaba, y se les podía preguntar a dónde o a qué iban; hoy eso es prácticamente imposible sin unos costes inabordables, a lo sumo sabemos si el número de vehículos aumenta o disminuye.

Por ejemplo, sin mejores datos no podemos conocer cómo está impactando la crisis en ese mercado transfronterizo. En el sector público el impacto es muy evidente, basta observar la reducción de la facturación y sobre todo de los pagos derivados del protocolo técnico de atención sanitaria a la mujer embarazada. Pero en el sector privado también hemos visto en los últimos años algunos cataclismos.

¿Debería adaptarse a la crisis el Sistema Público, para no perder ese mercado, que lo es? No hay que olvidar que, en realidad, el convenio que ha posibilitado unas 5.000 intervenciones en embarazadas en los últimos ocho años no ha sido un acto de fraternidad transfronteriza.

Si observamos los gráficos de la diapositiva, tenemos por un lado una serie larga, que va de 1951 hasta 2013. Es obvio que la caída de la natalidad que ha caracterizado a la sociedad española, líder mundial en el asunto, desde finales de los ’70, produce un impacto brutal,  en dos décadas, en esos servicios. Si lo unimos al proceso de creación, o mejora, de hospitales en el resto de la provincia, el resultado es que casi 5000 nacimientos en 1980, se pasa a 1.322 en 2013. Una evolución natural atendiendo a la evolución de la sociedad española y extremeña. 

Sin embargo, si nos fijamos en la serie corta, entre 2001 y 2013, lo que llevamos de siglo, vemos una evolución bien distinta, incluso aparentemente contradictoria con el último tramo de la curva anterior. Es el truco. ¿Por qué 2001? Porque aunque aparentemente, mirando la serie larga, el punto de inflexión en la caída del número de nacimientos no habría alcanzado aún su punto de inflexión, en realidad la alcanzó en 2001. A partir de ese año, empiezan a aumentar de nuevo el número de nacimientos. Si Extremadura apenas ha atraído población inmigrante, y el convenio se firmó en 2006, ¿qué es lo que pasa?. Pues que obviamente muchas mujeres portuguesas era sabido que venían a dar a luz de forma irregular, simulando encontrarse en Badajoz. En realidad, el “negocio” entre comillas para el SES ha durado poco, como se ve en el gráfico y veíamos antes. El convenio tenía la finalidad de resolver una situación que estaba costando dinero al SES, por un lado, y a la vez suponía carga de trabajo para el mantenimiento de los servicios.  Todos ganábamos, portugueses y españoles, hasta que vino la crisis, que vino pronto.

De la misma manera que el acuerdo marco entre el reino de España y la república portuguesa sobre cooperación sanitaria transfronteriza de 2009 beneficia a ambas partes, pues en Badajoz se venía asistiendo de facto, utilizando de forma más o menos fraudulenta los servicios de urgencias, no sólo partos, sino todo tipo de especialidades. Quienes trabajamos en la Universidad u otras instalaciones de la Avenida de Elvas estábamos acostumbrados a ver cómo los campamentos de temporeros, o las acampadas de gitanos ambulantes, siempre se instalaban (los gitanos ambulantes lo siguen haciendo) en los descampados ubicados frente al Infanta.

Es, naturalmente, sólo la visión del sociólogo observador. Seguramente haya otras claves que se me escapan. Pero es evidente que en cualquier acuerdo marco o directiva transfronteriza beneficia especialmente a este lado de la frontera, pues permite optimizar y rentabilizar mejor determinados servicios.

Me voy de tiempo, pero no querría terminar sin introducir algunas reflexiones sobre las virtualidades de lo que nos ocupa.

En este marco, la nueva regulación, fruto de la normativa europea, abre un horizonte de un enorme potencial para la región, especialmente para Badajoz, como es lógico.

Los desafíos están en pasar del turismo sanitario, que es lo que realmente existe en Badajoz, centrado exclusivamente en las visitas médicas e intervenciones quirúrgicas (y que tiene poca repercusión en el resto de los sectores) al turismo de Salud en un sentido pleno, incorporando para ello tanto al sector público como a sectores vinculados a un lado y otro de la raya, desde el sector balneario y termalista del entorno más cercano a las iniciativas de turismo rural orientadas específicamente a la búsqueda del bienestar (centros de yoga, naturistas, etc). El propio concepto, por su juventud, es algo indefinido, e incluso lleva a la confusión entre los no especialistas. Cuando se habla de “turismo sanitario” se piensa a menudo en el turismo hospitalario en el Sistema Público que han practicado masivamente y de forma ilegal visitantes de otros países europeos en España. Pero a la vez el concepto de Turismo de Salud tampoco puede quedar circunscrito a los servicios médicos, hospitalarios y balnearios.

¿Y por qué es especialmente ahora el hecho transfronterizo, desde el punto de vista estratégico?

Porque la ruptura de la frontera, como me gusta a mí expresarlo, modifica la posición no física, pero sí virtual, de este territorio.

En el esquema vemos la situación de este espacio, en medio de la nada, hace nada, apenas veinticinco años, con fronteras, y cómo podemos visualizarlo hoy, sin fronteras, en el dentro de un triángulo de 11 millones de personas. (...)

Acceso al texto completo con gráficos y tablas, y cita:

Baigorri, A. (2014), "Dinámicas transfronterizas y su impacto en el sector sociosanitario", Encuentro de Parlamentarios de Salud y Política Sociosanitaria, Redacción Médica, Mérida


 




8.10.2007

¿Ruralia de nuevo? Desarrollo local en el marco de la urbanización global (2007)


Capítulo escrito a solicitud de Manuel García Docampo para el volumen que coordinó sobre Perspectivas Teóricas en Desarrollo Rural.


"  Y a partir de mediados de los 90 asistimos a una tercera oleada de “neoruralismo”, de características esencialmente distintas a todas las anteriores, que esta vez parece no tener fin. Y que, aunque algunos confunden con los de los 70, no tienen nada que ver.Esta vez los neorurrales aparecen como empresarios del sector servicios (sobre todo hostelería y turismo rural), y más recientemente como trabajadores del cuaternario (teletrabajadores y telecreadores). Y llegan a unos pueblos plenamente dotados de equipamientos e infraestructuras básicas. 
Pero si he introducido esta cuestión como remate del ensayo no es en relación a la propia composición de la Ruralia (cuestión que podría interesar a la Sociología Rural en general pero no se circunscribe al tema que nos reúne en este volumen), sino en tanto entiendo que, ahora sí, la tercera oleada de neorurales va a tener una enorme influencia en el desarrollo local, por cuanto en muchos casos están asumiendo incluso el liderazgo no sólo económico sino también social y político de amplias zonas rurales, consumándose así la urbanización cultural de estos espacios. 
De hecho, estamos en cierto modo hablando de una versión de la edge city, con las particularidades lógicas en un espacio cultural, como es el español, en el que, al contrario que en los Estados Unidos, existe un patrimonio (en su sentido artístico también, pero sobre todo en su sentido infraestructural) previo que puede acoger a los emisarios virtuales de la ciudad dispersa, que pueden “alejarse” cada vez más de los centros urbanos gracias al desarrollo de las telecomunicaciones (y también gracias a unas cada vez mejores carreteras, y un crecimiento de la red de autopistas, trenes de alta velocidad, etc.). Una dispersión a la que, en el caso español y en el de otros países europeos, viene ayudando mucho el alocado encarecimiento de la vivienda dentro del perímetro de las ciudades. 
En suma, y quiero terminar con esto porque creo que constituye el núcleo gordiano que va a marcar las dinámicas del desarrollo local-rural al menos durante la próxima década, asistimos a la llegada de profesionales y ejecutivos que buscan un entorno ambiental de calidad, en pueblos o pequeñas ciudades que, por otra parte, tienen en la actualidad una buena dotación de servicios, pero a la vez relativamente cerca (en tiempo de desplazamiento, o telemáticamente), y esa es la clave, de las grandes ciudades.La inclusión de neoartesanos y profesionales fugitivos de la ciudad, junto a los neoagricultores, cada vez más escasos, introduce sin duda un elemento de complejidad social y cultural nuevo en la Ruralia: ya no se trata de hippies (“maltrabajadores”, como los llamaban en los pueblos), ni jóvenes de origen rural que retornan tras fracasar en sus estudios (es decir, aún más “maltrabajadores”), sino de exitosos profesionales que controlan las redes que articulan los programas de desarrollo rural, o las gestionan como técnicos, y que en conjunto están haciéndose cargo de las riendas de Ruralia. 
Esperemos que sea para bien."


REFERENCIA:
Baigorri, A. (2007): "¿Ruralia de nuevo? Desarrollo local en el marco de la urbanización global", en García Docampo, M. ed. , Perspectivas teóricas en desarrollo rural, Netbiblo, La Coruña
Enlace al texto

3.23.2000

Badajoz: introducción a una mesópolis (2000)



Conferencia inaugural, el 22 de marzo de 2.000, en el ciclo sobre Economía de la ciudad de Badajoz celebrado en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Badajoz. La ponencia se basa en otras exposiciones previas, desde 1996, así como en parte de mi tesis, leída en 1999.

"Mi intervención pretende situar la ciudad sobre la que se va a centrar la reflexiónen este ciclo, en un marco general. Intentaré caracterizar a esta ciudad, la mayor deExtremadura y de la frontera hispano-portuguesa, en sus componentes fundamenta-les, y sobre todo pretendo que la contemplemos a gran escala, como núcleo de unárea metropolitana -mesopolitana me gusta decir, ya que está articulada por unaciudad de tamaño medio-, y en el marco del nuevo ecosistema territorial europeo.
(...)
Hablamos, en suma, de un tipo muy particular de ciudad, que cumple funcionesclaramente metropolitanas (o mesopolitanas) tanto respecto a su hinterlandtradicional como hacia un nuevo hinterland transfronterizo.
(...)
Badajoz se ha dejado caer, fascinada por el crecimiento económico, en los brazosdel mercado, sin asumir la iniciativa y el protagonismo en nada. Sin embargo, elmercado tan sólo es un buen regidor municipal cuando las cosas van bien; es decir,cuando no hace falta un regidor sino un administrativo. En Badajoz, por el contrario,aunque a las clases medias les va relativamente bien, a muchos miles de ciudadanosno les va nada bien. Y, sobre todo, la mera acción del mercado no conseguirá: a) una ciudad articulada; b) una ciudad significativa en la red urbana peninsular y europea; c) una ciudad tecnológicamente avanzada"

Referencia:
Baigorri,A. (2000), "Badajoz, introducción a una mesópolis", Ciclo de Conferencias sobre la Economía de Bdajoz, Sociedad Económica de Amigos del País



11.18.1997

Un nuevo desafío en el análisis regional: las ciudades y regiones fronterizas (1997)





Uno de los productos de una fructífera estancia en la frontera USA/México, a caballo entre Universidad Autónoma de Baja California en Mexicali, San Diego State University y el Colegio de la Frontera Norte (Tijuana) fue esta comunicación presentada en  XXIII Reunión de Estudios Regionales de la Asociación Española de Ciencia Regional (Valencia,  18-21 de noviembre de 1997)

"Tradicionalmente, y así lo ha señalado ampliamente la doctrina económica a partir de los trabajos de Christaller (1966) y Lösch (1967), las fronteras políticas han constituído un serio obstáculo para el desarrollo económico, suponiendo barreras artificiales a la racionalidad de la organización económica y a la complementariedad potencial de las zonas fronterizas. En primer lugar el historial bélico que caracteriza a estos espacios constituye un depresor de cualquier tipo de gran inversión productiva, que puede ser fácilmente devastada o rapiñada por el enemigo potencial, y a ello se añaden las habitualmente grandes distancias relativas a los centros nacionales. Y además, como en buena parte ocurre en nuestro país, las fronteras suelen coincidir con accidentes geográficos insoslayables sin cuantiosas inversiones en infraestructuras.
Imponentes cordilleras, abruptos cauces o auténticos desiertos se encargan a menudo de
constituirse en auténtica tierra de nadie. En consecuencia con todo ello,las redes de transporte suelen ser trazadas en paralelo a la frontera, siendo competitivas en lugar de complementarias, con lo que aún se alejan más las posibilidades de interacción social y económica. Y, también por todas estas razones, las zonas fronterizas han recibido escasa atención desde la Economía, más interesada tradicionalmente por las causas que producen riqueza, antes que por las que producen pobreza.
Sin embargo, no es menos cierto que desde hace varias décadas se viene observando cómo, en situaciones particulares, como la de la Regio Basiliensis -entre Suiza, Francia y Alemania- o la frontera EUA-México, largos periodos de paz internacional y un incremento de la integración económica han removido muchas de las tradicionales barreras al desarrollo en las regiones fronterizas (Hansen, 1981). Otros ejemplos, como el de la frontera Colombia-Venezuela, que se ha convertido en la zona limítrofe de mayor actividad de Sudamérica (Fernández, 1990), apoyan esta nueva perspectiva. Y en respuesta a estos fenómenos, un núcleo de estudiosos -sobre todo en los EUA y México, aunque también en Europa- han venido construyendo lo que actualmente podríamos considerar una rama de los Estudios Regionales, a la que han gustado denominar Estudios Fronterizos y que en América ha alcanzado cierta importancia en el campo de las Ciencias Sociales (ver, entre otras aportaciones de interés: Alegría, 1992; Arreola y Curtis, 1993; Bustamante, 1989; Fernández, 1977; Ganster et al., 1997; Hansen, 1981; Herzog, 1990; Martínez, 1986; Petras, 1980; Ranfla, 1984; Stoddard, 1986). Si bien en la medida en que las fronteras exitosas han afectado fuertemente a otros muchos aspectos de la realidad social -el desarrollo de ciudades y metrópolis de frontera, problemas relacionados con las migraciones, conflictos étnicos, impactos ambientales, etc-, los Estudios Fronterizos han incorporado en mayor medida una perspectiva transdisciplinaria muy alejada del economicismo y la metodología cuantitativa que hoy por hoy caracterizan a los Estudios Regionales, e incluso del análisis sobre regiones fronterizas de la tradición europea, más antigua pero también hasta muy recientemente bastante limitada a aspectos políticos y económicos......"


Referencia:
Baigorri, A., Cortés, G.: "Un nuevo desafío en el análisis regional: las ciudades y regiones fronterizas". XXIII Reunión de Estudios Regionales. Mundialización, Innovación, Región, Arco Mediterráneo. Valencia,  18-21 de noviembre de 1997
Acceso al texto:
https://old.aecr.org/web/congresos/1997/cts/comun/a8/08-204r.pdf
Texto disponible: 
https://drive.google.com/file/d/1n2ACYZUsb_7BY_9jOfGnfrpBV7rHDYTI/view?usp=drivesdk

7.19.1997

¿De la decadencia a la recuperación del Casco Antiguo? (1997-98)

Hay varias versiones del fichero, de 1997 y 1998 pues trabajé los mismos materiales para un curso sobre comercio en el Casco Antiguo organizado por los gestores de un Plan Urban, y un debate en el Colegio de Arquitectos sobre la gestión urbanística. Este en concreto corresponder al curso sobre comercio.

Fragmento (acceso al texto completo abajo) 

"Vamos a acercanos al casco Antiguo de Badajoz desde dos perspecti-vas. En primer lugar, vamos a situarnos en este espacio problema, porque sin duda el casco antiguo constituye hoy para la ciudad no un recurso, como a veces utópicamente pretendemos, sino un auténtico espa-cio problema con el que desde hace veinte años no se sabe muy bien qué hacer. Es un espacio problema, además, que tiene unas dimensiones tanto reales como simbólicas.
Y, en segundo lugar, intentaremos acercarnos a este espacio desde la perspectiva que más os puede interesar ahora mismo, al menos a quienes realmente tengan voluntad de incorporarse a la trama comercial del centro de la ciudad. Pero, respecto a esta segunda perspectiva, como imagino que son más ricas vuestras propias experiencias, y sobre todo los conocimientos que habéis venido  adquiriendo durante el curso, creo que más bien debemos construirla reflexionando entre todos.
¿Por qué he hablado antes de las dimensiones reales y simbólicas del problema?. Sencillamente  porque para los sociólogos es particularmente cierto el principio de que cuando los hombres definen una situación como real, es real en sus consecuencias.
Los sociólogos partimos de la convicción de que no existen problemas objetivos, sino de que los problemas son construcciones sociales. Al fin y al cabo, sociedades cultas, avanzadas, no sólo civilizadas sino civilizado-ras, han convivido largamente con situaciones  como la esclavitud, la segregación racial, la sumisión brutal de las mujeres, el culto a las armas, el hambre...  que hoy la mayor parte de los pueblos  aunque no todos  consideran intolerables a la dignidad humana.

Esta reflexión yo creo que es ineludible frente a la cuestión que nos ocupa. Desde hace casi dos décadas los pacenses venimos preocupándo-nos, por razones e intereses muy diversos, por lo que denominamos la decadencia y degradación del casco antiguo. Parece a veces, tal y como se plantean las cosas, que esa degradación se haya venido produciendo a lo largo de este tiempo, y nuestra actitud proteccionista aparece así como si se tratase de una reacción ante la misma.
Sin embargo, en 1977, hace justamente veinte años, cuando el arquitecto Fernando Chueca Goitia, uno de los que primero se interesó en España por la conservación de los cascos antiguos, publicó un libro que levantó ampollas urbanísticas, titulado La destrucción del legado urbanísti-co español, este urbanista apasionado por el patrimonio histórico situaba a Badajoz en un nivel de destrucción 9, sobre 10. Solamente Albacete, Ciudad Real, Guadalajara y Soria, de las 50 capitales de provincia españolas, alcanzaban un nivel 10 de degradación urbana de su patrimo-nio.

Es decir, durante varias décadas, la sociedad pacense no sólo había asistido impertérrita a ese proceso, sino que animaba incluso en ocasio-nes, como signo de progreso, las actuaciones urbanísticas que iban convirtiendo la situación  como ya apuntaba Chueca Goitia hace dos décadas  en prácticamente irrecuperable. Veamos algunos datos que creo apoyan esta interpretación. Muy especialmente Chueca Goitia denunciaba en aquella época la destrucción de la fortificación tipo Vauban que rodea el casco histórico. Escribía entonces que “fue un verdadero dolor que todo esto desapareciera por un mal entendio espíritu de modernidad. Podían haberse mantenido esos baluartes con jardines al pie separando la vieja ciudad de los ensanches y abriendo las puertas necesarias para una fácil comunicación. Hoy tendríamos el ejemplo de una plaza fuerte completa, como sucede con la vecina Elvas, que los portugueses han sabido conservar admirablemente”. Asimismo, señalaba cómo “la Plaza Alta, después de un largo abandono, empieza a despertar al interés de los pacenses”. Más o menos por las mismas fechas, el periodista Eduardo Barrenechea, uno de los más importantes de la época, visitaba nuestra ciudad escribiendo su famoso libro sobre La Raya de Portugal, y encontra-ba asimismo desidia urbanística por doquier.
Son importantes estas referencias, sobre todo porque en los últimos dos o tres últimos años hemos asistido a una auténtica reescritura de la Historia de la ciudad, cómo la que Orwell imaginaba en su novela ‘1984', haciendo a los anteriores gobiernos municipales responsables de una ‘destrucción’ que, antes de iniciarse siquiera la Transición a la democracia, se había completado. Se podrá acusar ciertamente, a todos los últimos gobiernos locales  incluído el actual, que pasado con creces el meridiano de la legislatura, no parece haber avanzado mucho en la recuperación del casco  de no haber sido capaces de arbitrar medidas de recuperación efectivas, incluso de haber fomentado la especulación con algunas de las escasas e ineficaces políticas que se han aplicado. Pero lo que es de todo punto innegable es que la destrucción del centro de la ciudad se había producido hace ya veinte años: el hito definitivo de esa destrucción no es otro que la Calle Mayor, que se constitutuyó hace dos décadas en frontera definitiva entre la ciudad y su resíduo histórico. Pero vamos a justificar estas afirmaciones.

En cualquier ciudad la evolución de la población es el primer y principal indicador de la decadencia o vitalidad de los cascos antiguos. Si el casco no está habitado, por mucha calidad histórico artística que tenga termina degradándose, como ha ocurrido en tantas ciudades españolas. Y en mucha mayor medida si además, como ocurre con el de Badajoz, no es, desde el punto de vista arquitectónico y artístico, de una calidad notable.

Efectivamente, en el caso de Badajoz, como en tantas otras ciudades, hemos asistido en las últimas décadas al vaciado del centro de la ciudad, en beneficio tanto de las periferias surgidas a finales del siglo XIX (Barrio de la Estación y San Roque), como sobre todo de los nuevos ensanches promovidos en los años '40 (Santa Marina) y '70 (San Fernando, La Paz, Ordenandos, Valdepasillas...). La población del centro histórico de Badajoz, que llegó a ser de casi 33.000 habitantes en 1940, se ha reducido en el Censo de 1991 a menos de 13.000 habitantes.
Pero lo que yo pretendo con estos datos  no es mostrar lo que todos sabemos por obvio, sino más bien el proceso. Y me interesa destacar particularmente dos momentos: (...)"

Referencia:
Baigorri, A. (1997), ¿De la decadencia a la recuperación del Casco Antiguo?, Conferencia en Curso sobre Comercio, ITAE/Plan Urban, Badajoz
Acceso al documento


3.19.1997

Badajoz, mesópolis transfronteriza (1997)

Los diagnósticos derivados del Estudio Socioeconímico de Badajoz me sirvieron para empezar a construir mi tesis doctoral sobre la urbe global y sus expresiones locales, en el caso de Badajoz como mesópolis transfronteriza. En las jornadas que organicé en la UEX sobre el tema, celebradas en 1996 (mi primera actividad organizativa "académica"), pude compartir mis inquietudes con investigadores portugueses y españoles especialistas en las fronteras, y sobre todo en ciudades fronterizas. Y luego fui hilvanando más fino e incluso llegando al ámbito de las propuestas propuestas en algunos artículos y conferencias. Tanto en el artículo que aquí se recoge, como en la conferencia sobre Cascos antiguos y gentrificación en el Colegio de Arquitectos de Badajoz (1997), en el capítulo del libro de Macorra y Brandâo sobre la economía ibérica (1999) o la conferencia "Introducción a una mesópolis" (1999) en la Sociedad Económica de Amigos del País, en el mismo año en que leí mi tesis, después convertida en libro (2001).



" Y, naturalmente, si nuestra liipótesis de trabajo es correcta, debería tener consecuencias, en la estrategica de la ciudad y en el planeamiento urbanistico. Veamos algunas de las urgencias que, en esta línea, habría que meditar.
a) La tradicional salida al mar por Huelva, que en realidad nunca ha llegado a consolidarse, deberá sustituirse por Lisboa, metrópolis hacia la que debe orientar fuertemente sus intereses Badajoz. Lo prolongaría de forma natural el eje de las Vegas del Guadiana. y daría fuerza a la futura formación de un eje económico transversal en la península (Lisboa-Badajoz-Ciudad Real-Albacete-Valencial-Alicante, para el que sólo hacen falta 320 nuevos kms de autovía).
 
b) Estos nuevos condicionantes territoriales exigen prestar especial atención al conjunto de las comunicaciones del triángulo Madrid-Lisboa-Sevilla. Y no hablamos únicamente de la terminación, urgentísima para el progreso de Badajoz y su proyección transfronteriza, del tramo portugués de la autovía Madrid-Lisboa. Sino también, y sobre todo, de la dotación de un ferrocarril de velocidad alta (que no es lo mismo que la alta velocidad, pero también es muy distinto del ferrocanil tercermundista que sufrimos) que sitúe los tiempos de transporte ferroviarios entre Badajoz y las dos capitales periinsulares en equivalencia con los tiempos por carretera. Así como la conversión del aeropuerto de Badajoz en aeropuerto regional ibérico, pudiendo ofrecer sus servicios a un radio de 120 kms., y la dotación, a medio-largo plazo, de trazado de autovía para la conexión de Badajoz, por Zafra, con la futura autovía de la Plata 
c) La consolidación de Badajoz como mesópolis postindustrial, orientada a la prestación de servicios del cuatemario (basados en la información) hace ineludible el diseño de una estrategia propia en un aspecto tan fundamental como es la Universidad. La cual, además de a las necesidades regionales, debe responder a las necesidades de está mesópolis que articula a más de un cuarto de millón de habitantes, y que alcanzará antes de quince años -periodo para el que ahora se está planificando la Universidad de Extremadura- más de medio millón de habitantes dentro de un circulo de 100 kms 
d) La proyección institucional hacia el área mesopolitana transfronteriza, que debería conducir, más allá de la proyección cultural y comercial, hoy apropiadamente gestionadas, a la creación de instituciones administrativas transnacionales adecuadas a las particularidades de este territorio. Definiendo además estrategias comunes con las ciudades alentejanas del hinterland pacense -especialmente con Elvas y Évora-. 
e) Badajoz, como mesópolis, debe prepararse para soportar, en los próximos años, no sólo un fuerte crecimiento demográfico (con el profesor Fernández Díaz hemos estimado que antes de quince años la población de Badajoz se habrá incrementado en una cifra que oscilará entre los 50.000 y los 70.000 nuevos habitantes), sirio también un incremento de las migraciones procedentes de Portugal (en los últimos años se están instalando una media de 170 portugueses anuales, con un crecimiento exponencial, y son muchos y muchas más los que ya acuden a diario a trabajar a Badajoz). Por lo
cual la ciudad debe prepararse para la multiculturalidad: Badajoz -y no sólo su comercio- debe aprender a convivir de verdad con un pueblo que es vecino, primo incluso, pero que es culturalmente distinto.
 
f) En el ámbito del planeamiento urbanístico todo esto significa que el PGOU de Badajoz no debería ya plantearse en modo alguno de forma aislada, sino que debería partirse de un plan director territorial mesopolitano que afectaría a ambos lados de la frontera, y que debería tener en cuenta a los municipios extremeños colindantes. A partir de la conformación espontaneista y caótica de la mesópolis es posible construir una imagen de orden -no otra cosa es un plan que la racionalización del crecimiento espontáneo-; pero por su escala no puede ser diseñado únicamente desde Badajoz, y afectando sólo a Badajoz, sino que debe ser pactado con el conjunto mesopolítano. 
g) Las tendencias que venimos apuntando deberían llevar a las instituciones políticas a reflexionar sobre la posibilidad de segregar todos los poblados de colonización del municipio, y sobre el papel que éstos deben y pueden jugar. La consecución de autonomía financiera les otorgaría mayor capacidad para su desarrollo económico, siendo beneficiario del mismo el conjunto mesopolitano y en concreto la capital. La situación actual probablemente esté perjudicando calmente tanto a Badajoz como a los habitantes de los poblados, en beneficio de otras ciudades de la región que no sufren la dispersión geográfica de su población"



Referencia:
Baigorri, A. "Badajoz, mesópolis transfronteriza", O Pelourinho, Num 6, pp. 16-18
Enlace al documento

8.23.1995

Estudio socioeconómico de Badajoz (1995)



"Este documento forma parte de un proyecto más extenso, orientado al diseño de políticas viables para la promoción del empleo y el desarrollo socioeconómico de Badajoz. La segunda parte recogerá un análisis en profundidad del paro, el mercado de trabajo y la formación en el municipio.
Mientras que la tercera parte, basada en todo el material acumulado así como en la realización de una encuesta Delphi y en la celebración de grupos de trabajo y debate, contendrá el programa de desarrollo propiamente dicho.
El Proyecto Global de Desarrollo, realizado por iniciativa de la concejalía de empleo del Ayuntamiento de Badajoz, surge en el marco de la creación, con ayuda de la Unión Europea, del Centro de Empleo y Formación Río Guadiana, entendido como instrumento sobre el que el Centro Guadiana ha de diseñar sus programas de trabajo en los próximos años. Sin embargo, quiere ser un proyecto más ambicioso, que sirva al Ayuntamiento en su conjunto para el diseño de políticas de desarrollo local.
El estudio, financiado por el Fondo Social Europeo (FSE), fue adjudicado a la empresa TALLER DE ESTUDIOS SOCIALES Y TERRITORIALES SL (TESYT) previo concurso (1), firmándose el contrato en septiembre de 1994 y recogiéndose el plazo de un año para la realización de todo el proyecto. A seis meses de la firma del contrato se han completado las fases primera y segunda, por lo que estimamos que podrá darse holgadamente el cumplimiento de los plazos previstos (2). La urgencia con la que las dos primeras fases se han realizado ha permitido, por lo demás, dar pleno sentido a los objetivos que formación y promoción de empleo que presiden la actuación del FSE; ya que, además del personal de TESYT, casi 20 profesionales y técnicos han participado en la elaboración de los informes base, además de otra veintena de encuestadores/as."

(1) Lo cual tiene doble mérito si tenemos en cuenta que durante los años previos habíamos estado denunciando con diversas campañas la política urbanística del Ayuntamiento
(2) La primera y segunda parte del proyecto se completó poco antes de las elecciones municipales de 1995, en las que el Partido Popular accedió al Ayuntamiento con mayoría absoluta. No habiendo interés en completar el proyecto por su parte, por considerarnos un equipo no afín, se acordó una rescisión del contrato, que aceptamos sin generar conflicto, pues tampoco era muy ilusionante trabajar con un equipo de gobierno que iba a desconfiar permanentemente. Aún así, lo realizado, sobre todo la primera parte, ha iluminado y marcado todas las políticas de desarrollo local (pocas, eso sí) que la ciudad ha puesto en marcha desde entonces.

Algunos de los temas desarrollados en el estudio pocas veces, si es que alguna, se habían analizado a nivel local (en el caso de Badajoz nada se había analizado antes, pues en esas fechas no contaba ni siquiera con apenas historiografía histórica), como el papel de las organizaciones empresariales, la economía social local, el peso de la economía militar, las economías de la salud, etc.  En otros aspectos el estudio fue pionero metodológicamente. Como es en el caso del análisis de la movilidad urbana de los trabajadores, y sobre todo el análisis de la desigualdad. No estábamos entonces en el mundo académico, y apenas llevamos una comunicación sobre desigualdad espacial al Congreso de Granada (1995); entonces no había que generar por generar artículos. 


Referencias y acceso a los textos

Baigorri, A. dir. (1995), Estudio Socioeconómico del municipio de Badajoz, Tomo I, Ayuntamiento de Badajoz
Baigorri, A. dir. (1995), Estudio Socioeconómico del municipio de Badajoz, Tomo II, Ayuntamiento de Badajoz

Baigorri, A. dir. (1995), Estudio Socioeconómico del municipio de Badajoz, Resumen ejecutivo, Ayuntamiento de Badajoz



11.05.1994

Estrategias de desarrollo local (1994)

A lo largo de 1994 y 1995 desarrollamos desde la consultora TESYT (Taller de Estudios Sociales y Territoriales) que dirigía antes de entrar en la universidad, un encargo de Proyecto Global de Desarrollo, obtenido en concurso, para el Ayuntamiento de Badajoz. El cambio de gobierno tras las elecciones municipales de 1995 hizo que la segunda parte, el Plan de Desarrollo propiamente dicho,  no se concluyese. Al PP no le interesaba el proyecto, y tampoco nosotros nos sentíamos cómodos con los nuevos planteamientos, por lo que aceptamos renunciar a completar el contrato, sin indemnización por ambas partes. Años más tarde el Ayuntamiento desarrollaría otros proyectos, para captar fondos europeos, tomando todos ellos como punto de partida lo que ya habíamos trabajado nosotros. Para presentar el proyecto organizaron desde el Centro de Empleo y Formación unas Jornadas de Desarrollo Local (muy concurridas por agentes de desarrollo local de toda la región), en la que dí la conferencia inaugural, el 9 de Noviembre de 1994



"Primero he borrado la palabra empleo. No ha sido un capricho, ni un deseo de eludir el tema de fondo; sería absurdo en unas Jornadas dedicadas, fundamentalmente, a la promoción del empleo. Pero llevo años pensando -y es por supuesto una reflexión muy personal, que tal vez algunos de ustedes no compartirán-, que no existe, o no puede existir, una política específica de desarrollo para el empleo. Naturalmente tendré que explicarme, para que mi afirmación no parezca una provocación a la violeta.
En mi opinión, cuando se habla de políticas de empleo nos estamos refiriendo en realidad, y en casi todos los casos, a políticas contra el paro. Esto es, a programas destinados a paliar las desventuras de quienes se encuentran en esa situación. En el fondo, por más que contribuyan a mejorar los recursos personales (intelectuales y materiales) de los parados, o su capacidad de desenvolvimiento en una sociedad económicamente hostil, sin embargo las medidas formativas, ayudas, becas de asistencia a cursos, incluso buena parte de las subvenciones a la creación de empresas, son en realidad formas de subsidios de desempleo. Son prestaciones sociales.
Esto que no quiere decir, por supuesto, que con todas estas medidas no se cree empleo.
De hecho, existe ya un subsector económico, a caballo del Terciario(los servicios) y el Cuaternario(la información), al que doy la denominación provisional de sector ocupacional, cada vez más importante. Un sector extremadamente dinámico, con una rotación acelerada en el empleo, cuya materia prima son los parados y cuya producción es la formación ocupacional. Es, además, uno de los pocos sectores económicos en los que no se da la clásica alienación entre el productor y el producto final que descubrió Marx: de hecho, los productores en un curso pueden ser meses más tarde consumidores en otro, y viceversa, y así sucesivamente. Hay quien encuentra ese proceso improductivo, pero a mí me parece muy importante, porque la mejora en la formación, sea cual sea su contenido, hace que la gente se sienta psicológicamente mejor, y capacita al tejido productivo para los cambios.
Acabo de participar en un proyecto de evaluación ex-post de las acciones formativas cofinanciadas por el Fondo Social Europeo, para el que se han encuestado a unas 9.000 personas en toda España, de entre los que en un año determinado realizaron cursos, para ver cómo ha evolucionado después su biografía laboral. Para algunos investigadores los resultados parecían decepcionantes; pues, por ceñirnos al caso de Extremadura, el 82% de los que siguieron cursos seguían, o estaban de nuevo en paro, dos años después. Y en los pocos casos en que habían obtenido empleo éste tenía un nivel muy precario. Sin embargo, yo he defendido en mis conclusiones una actitud claramente positiva hacia los mismos. Tengamos en cuenta que, fundamentalmente, los usuarios de los cursos habían sido mayoritariamente mujeres, residentes fuera de las tres capitales y con un bajo nivel de formación. Aún asumiendo -porque esa conclusión resultaba ineludible, a la vista de los datos- su escasa utilidad en relación a la integración inmediata en el mercado de trabajo, esto es a la resolución del paro, sin embargo los cursos han sido de gran utilidad para permitir a un colectivo social -y no sólo laboralmente- marginado, como son las mujeres de pequeños municipios y pequeñas ciudades, y de bajo nivel cultural, mejorar su preparación, mejorar su preparación funcional y capacitarlas para la integración en la sociedad. Han salido de sus casas, han hecho relaciones, han obtenido en muchos casos una ayuda económica que les ha permitido sin duda valorizarse en la estructura familiar, y sobre todo han adquirido nuevos conocimientos.
Desgraciadamente los economistas se resisten siempre a cambiar los epígrafes de la Contabilidad Nacional, y por eso este sector no está suficientemente analizado. Pero tiene ya entidad suficiente para que, al igual que la Sanidad, la Educación o la Defensa Nacional, se constituya en una rama específica de la economía y de la Administración. Tiene sus propios especialistas, su propio lenguaje, su terminología, incluso a veces parece que hasta su propio corporativismo latente. Y yo creo, además, que es un sector estable, que va a crecer en el futuro, a medida que se acelere la rotación laboral y sectorial, y que debe extenderse a otros ámbitos; se ha creado una estructura, una capacidad para la animación socio-laboral, un colectivo cualificado para la formación ocupacional que debe aplicarse no tanto, o no únicamente, a la formación para el
empleo,
(...)
Volviendo a nuestro título, el que la generación de empleo dependa de la política económica no quiere decir, sin embargo, que haya que quitar también el término local del título. El desarrollo económico no se decide única y exclusivamente en los grandes centros nacionales o internacionales de decisión, aunque se mantenga la impresión de que esto es así. De hecho, esto sólo viene sucediendo desde muy recientemente, exactamente desde que se impuso la planificación centralizada y tecnocrática propia de la sociedad industrial. La aparición de los planes de desarrollo supuso el definitivo acogotamiento de las ciudades y la exaltación hasta el absurdo de lo que con agudeza Toffler llamó "el código oculto de la civilización industrial"(3): la uniformización, a especialización, la sincronización, la concentración, la maximización y la centralización. Desde el debate de Hamilton sobre federalismo/centralismo, en el momento en que se diseñaba la Constitución de los Estados Unidos, pasando por los soviets o el fordismo, hasta los planes de Lopez-Rodó, que no son sino un calco de la planificación francesa, estamos ante un mismo proceso. Y, sin embargo, durante siglos las ciudades han decidido con plena autonomía su política económica. Max Weber decía que la ciudad no se caracteriza únicamente por tener una organización económica, sino también por tener una organización reguladora de la economía, una política económica propia. Tradicionalmente, esta política económica tenía por objeto el "intentar garantizar el abastecimiento regular de alimentos, y mantener la moderación de los precios, así como la estabilidd de la actividad de productores y comerciantes"(4).
Curiosamente fue en los Estados Unidos, el primer país donde los principios de la sociedad industrial se instituyeron y alcanzaron su máxima expresión, donde primero surgieron tanto la crítica como las alternativas al sistema. Si en Inglaterra, la primera nación industrializada, fue donde, en el siglo XIX, primero apareció la crítica del industrialismo más feroz, de la mano de Engels y Marx, bajo la forma de crítica de la economía política del capitalismo, y por supuesto también el socialismo como alternativa, es de toda lógica que fuese en los Estados Unidos, máxima expresión en el siglo XX del sistema industrial, donde apareciese la más aguda crítica de este sistema, aunque no fuese teñida del verbalismo seudorevolucionario que ha caracterizado después las expresiones europeas de esta crítica.
Lo que comienza como una preocupación por el tamaño, por los conglomerados, por los monopolios y oligopolios, en suma por el gigantismo, desemboca, en una de sus ramas, en la reivindicación del localismo. Los trabajos de Jacobs, primero sobre el desarrollo de las grandes ciudades, y luego más específicamente sobre la economía de las ciudades, pusieron de manifiesto a finales de los años '60 que, por debajo de ese gran entramado nacional, organizado por los Estados o las grandes corporaciones, las ciudades seguían teniendo, y sobre podo podían tener, una vida económica propia, unas capacidades productivas, en suma, que podían planificar su propio desarrollo económico, como "órganos económicos primarios"(5). Los nuevos utopistas americanos del localismo, muy inspirados en los conceptos de ayuda mutua y de interacción entre campos, fábricas y talleres de Kropotkin, y trasvasados rápidamente a Europa, llegaron a exaltar la autosuficiencia de las ciudades y, en general, de todas las comunidades. Muchos hemos pasado por esa etapa de la exaltación de la autosuficiencia, y en parte seguimos sufriendo los efectos de ese utopismo.
La verdad es que todo esto no era sino la expresión de los problemas y limitaciones del sistema industrial, de los que el propio sistema ha sido cada vez más consciente, a partir sobre todo de la gran crisis de los '70, provocada, en último término, por los efectos de las estrategias de concentración y centralización, en aquel caso de las reservas energéticas. Frente a la exaltación del mercado como principio regulador de la economía, había consciencia también de que, en el fondo, esas grandes corporaciones que se superponen a ciudades, regiones y estados, que centralizan y concentran la riqueza, "obtienen sus beneficios como derivado de su influencia política, a través de exenciones impositivas, subsidios, cuotas de importación o contratos para la defensa, y no por la competencia en el mercado"(6). A ello se uniría la crítica del ecologismo radical de los años '70 (y hablo de radical no en términos del fundamentalismo que caracteriza al radicalismo conservacionista actual, sino en la medida en que ponía de manifiesto la fuerte interrelación entre los presupuestos fundamentales del capitalismo y el industrialismo con la crisis ecológica), que incorporó las posibilidades de la tecnología intermedia y el buen trabajo.
(...)
Sin embargo, los hechos nuevos, la experiencia acumulada en el desarrollo descentralizado, nos permiten invertir el proceso: creo que la clave para empezar a movilizar los recursos y la capacidad de desarrollo es hoy la sustitución de importaciones; si ésta tiene éxito, los productores de bienes iniciarán de forma natural un proceso de exportación, que retroalimentará el proceso.
Por otra parte, la economía ecológica nos ha aportado un concepto fundamental para localizar nuevas áreas de intervención: el concepto de reciclaje, que es algo mucho más amplio que la recuperación de basuras. Toffler propone que "cada vez se acepta más que la creación de riqueza es un proceso circular, cuyos resíduos se reciclan para transformarlos en insumos para el siguiente ciclo de producción. Este método presupone la supervisión informatizada, y unos niveles cada vez más profundos de conocimiento científico y medioambiental"(10). Es, por tanto, más complejo que el voluntarismo ambientalista. Las ciudades grandes y medias cuentan, cada vez más, con nuevos recursos derivados del reciclaje industrial y social. Pero, naturalmente, se necesita una capacidad científica y tecnológica elevada para aprovechar estos recursos potenciales. Conseguir la implicación en estas tareas de los centros públicos de investigación es por ello fundamental.
(...)
En suma, una estrategia de desarrollo local debe basarse en la detección de lo que denominamos vacíos productivos, esto es espacios para la producción de objetos o servicios demandados o demandables por la sociedad local que, o no son satisfechos por el aparato productivo local (el concepto de sustitución de importaciones de Jane Jacobs), o simplemente todavía no han sido implementados en el mercado. Y precisa asimismo de la existencia de una materia prima muy especial: paradas/os emprendedoras/es, con formación apropiada y con una mínima capacidad económica (de inversión o de financiación). Sin la existencia de uno de los dos elementos (vacíos productivos y capital humano) cualquier inversión promocional está destinada al
fracaso. (...)"







Referencia:

Baigorri, A. (1994), "Estrategias de desarrollo local", Jornadas de Desarrollo Local y Promoción de Empleo, Ayuntamiento de Badajoz/Centro de Empleo y Formación Guadiana, Badajoz, 9/XI/94
Enlace al texto completo





8.10.1983

La urbanización del mundo campesino. Usos y abusos en la modernización del medio rural (1983)



Artículo para el monográfico sobre la España Rural de la revista Documentación Social. Creo que, aunque poco citado, es uno de mis trabajos que más ha influido en la construcción de nuevos modelos de ordenación del territorio y desarrollo rural/local. He reconocido, y sigo reconociendo, muchos de los planteamientos que se hacían en este artículo en muchos trabajos, documentos oficiales y leyes. Es agradable percibir que lo que te has esforzado en pensar para mejorar algunos átomos de la realidad. Que te lo reconozcan o no tampoco importa tanto, cuando faltes ya te dará igual. 


"   Va ya para dos siglos que la intelectualidad y los sucesivos aparatos político-ideológicos de este país vienen persiguiendo una como sublime obsesión, que se manifiesta periódicamente de fonna invariable: la modernización del campo, la introducción de la modernidad en esa especie de mundo lejano, mágico, oscuro y en general hostil a las extranjerías. En el fondo de toda esa voluntad modernizadora no se hallaba, las más de las veces, sino el deseo de proceder a una colonización sistemática del mundo rural, que permanecía un tanto al margen del desarrollo capitalista (...)
Al fin, las previsiones y deseos de los redentores y mesías del campesinado (entendido aquí no en términos de clase), de Jovellanos a Kaustky, de Costa a José Antonio, se han cumplido ya, aunque haya quien síga hablando de modernizar (...) 
Como reflejo de todo ello se han adquirido nuevas formas de producción, consumo y vida. El agricultor se ha especializado en la producción de alimentos y ya no se sabe hacer nada más. Incluso para producirlos depende del exterior. Fuera de su medio debe adquirir todos los utensilios, desde la tajadera de hierro hasta el tractor, así como la energía para hacerlos funcionar, porque ni la energía metabólica ni los propios alimentos naturales sirven ya. Ni siquiera sabe reparar esos utensilios cuando se estropean. (...) 
Es sobre este campo, al que ni la sociología rural (por estar más obsesionada por la antropología que por la dialéctica de los hechos nuevos) ni el urbanismo (por centrarse sus teorías y análisis en la propia ciudad, aunque ésta abarque hoy todo el espacio), han prestado la debida atención, sobre el que queda por estudiar y, sobre todo, hacer (...) 
Las funciones del suelo llamado «rural» y la competencia por el uso de la tierra (...) 
la tierra, cultivable o no cultivable, ha dejado de tener esa única función de producir alimentos, o en general, materias primas. Nuevos factores económicos han entrado en juego, de forma que, en último término, el agricultor no es sino un agente más en competencia por el uso y control de ese suelo, aunque siga siendo el que más superficie domina y administra (y esta sería quizá la diferencia, en este aspecto, de estos territorios con los puramente metropolitanos e incluso urbanos).Creemos que la clave de la crisis urbana y territorial por la que atraviesan estos espacios es tá precisamente en esa competencia que diversos agentes ejercen por el control del suelo: agricultores, ganaderos, grandes compañías agroindustriales, ahorradores inversionisras, comerciantes, urbanitas con pecunio suficiente como para comprarse una parcelita y construirse una chalébola, organismos de la Administración, grandes y pequeñas empresas, etc. (...) 
La Ordenación Territorial es una disciplina de aluvión, que se ha venido definiendo por la praxis. Pero en la práctica lo que la O.T. ha hecho ha sido estructurar grandes espacios territoriales (comarcas, provincias, regiones) en función de un único fin: la producción de mercancías en las ciudades. Difícilmente puede servir entonces todo el entramado teórico que a partir de esa praxis se ha construido para abordar la problemática territorial y urbana del medio rural. Y si ni sirve la Ley del Suelo para resolver los problemas urbanísticos de los pueblos, ni sirven las grandes teorías de la O.T. para acometer la ordenación de un término municipal en relación con su núcleo urbano y con su población, algún instrumento será preciso elaborar para no seguir inventando todos lo mismo continuamente (porque esto de alguna manera es lo que está pasando). 
Debería existir una legislación distinta de la Ley del Suelo. Para los pueblos debería crearse una figura dístinta de planeamiento, algo así como un Plan de Desarrollo y Ordenación Municipal, que habría de contemplar varios aspectos, aprovechando que por varios cientos de miles o varios millones de pesetas pagados por la Administración regional o central, los pueblos cuentan durante un año, cada siete u ocho años, con un equipo de expertos multidisciplinario. 
Aquí, la información socioeconómica no podría ser un relleno, como ocurre generalmente en los planes de urbanismo, que nadie se lee, sino la clave para delimitar las líneas maestras del potencial desarrollo de ese pueblo. El diseño y la normativa urbanística irían a remolque de todo esto, no a coartar expectativas.Las ciudades vienen haciéndose a sí mismas desde hace siglos. Pero a esos pueblos de que venimos hablando. que también se venían haciendo a sí mismos, ahora, tras su inclusión en el entramado urbano-capitalista, «los hacen» desde la centralidad metropolitana en la mayor parte de sus aspectos de desarrollo. Superar las graves contradicciones que esta urbanización del mundo campesino está generando, el planeamiento podría ser un instrumento, pequeño o grande, según la calidad del equipo que lo realice, de ayuda a estos municipios. Para que de alguna manera comiencen a hacerse a sí mismos nuevamente, en base a sus propias tradiciones, recursos, carácter, historia..., en fin, en base a su propia manera de ser."

REFERENCIA:
Baigorri, A. (1983), La urbanización del mundo campesino, Documentación Social, Num 51, pp. 143-158
Enlace al texto


8.10.1980

Ribaforada, un territorio privilegiado para el relanzamiento industrial (1980)



Una serie de confluencias (un alcalde con poca formación pero mucha voluntad política; un secretario de Ayuntamiento muy cualificado y comprometido, Carlos Díez; un equipo de planeamiento vanguardista en muchos aspectos dirigido por una cabeza privilegiada, Mario Gaviria) hicieron que un pequeño pueblo de 3.000 habitantes de la Ribera navarra del Ebro fuese tal vez el primer pueblo rural en entender que el planeamiento urbanístico debía ser mucho más que unas alineaciones y ordenanzas de construcción. Debía aprovecharse la concentración de capacidades técnicas para hacer que aquel esfuerzo generase todo un Plan de Desarrollo Local. De forma que al par que las Normas Subsidiarias de Planeamiento, o como extensión de las mismas, se generaron otros documentos técnicos y de investigación aplicada.

Hoy el planemiento urbanístico ya no se denomina así en España, sino justamente Planes de Desarrollo. Además de las aportaciones teóricas que hicimos en aquella época, marcamos con la praxis un camino que otros siguieron después, y otros aún más tarde sistematizaron en leyes y manuales.
Tras mi participación en el equipo de planeamiento, el Ayuntamiento me encargó dos informes. 

El primero relacionado con la identidad, pues el municipio no tenía unas raíces identitarias claras, iglesias notables u otros monumentos como otros pueblos cercanos. Como históricamente no era atractivo, nadie lo había estudiado nunca, así que me encargaron construir una Historia del municipio, hasta donde pudiera llegar con el dinero del encargo, que sólo me permitía sobrevivir unos meses hurgando en los archivos municipales y sobre todo en los archivos de la Institución Príncipe de Viana de la Diputación Foral de Navarra, que luego además publicaría el folleto en su colección popular. La investigación me ayudó a conceptualizar mejor algunas ideas sobre el papel del regadío en los procesos de modernización y urbanización.

El segundo fue la elaboración de un documento para "vender" el municipio a los inversores. Con la llegada de la General Motors el corredor del Ebro se apostaba como un espacio de futuro (en un marco general de crisis económica) pero en Ribaforada quisieron adelantarse "vendiendo" ese futuro. Había que trabajar también con medios muy limitados, tanto que los mapas y esquemas me los tuve que dibujar yo mismo. Y por supuesto, no había para libritos en papel couché: fotocopias con el lomo encolado y a correr.

Con la entrada en Europa y la llegada de fondos Leader, Proder, etc., este tipo de documentos se han hecho habituales en nuestros pueblos y pequeñas ciudades, imitando a las siempre diré que mal denominadas "ciudades globales". Pero en 1980 pocos pueblos rurales, si es que había alguno, ponían en práctica eso que luego se llamó Planificación Estratégica Urbana. Faltaba mucho para "Barcelona 92", y en San Francisco desarrollaron su proceso de PEU entre 1982 y 1984. Y, lo digo muy en serio, ni Jordi Borja ni Manuel Castells pasaron por Ribaforada, no sé a qué se dedicarían entonces...Por su parte Sassen andaba si acaso (o aún ni eso) estudiando los talleres textiles de Nueva York, quizás ni había descubierto aún la obra de John Friedmann cuya terminología tomó prestada. De ahí que en 2008 el arquitecto José Miguel Fernández hablaba, en un trabajo recopilatorio de esos mega citados, de 25 años de planificación estratégica de ciudades, pero para esas fechas ya eran 28 de planificación estratégica de pueblos. 



"Se hace así pues necesario, a todas luces revisar los esquemas de funcionamiento de la industria, comenzando forzosamente por el de localización. Hace ya años que las grandes compañías multinacionales lo han visto de este modo, iniciando un proceso, todavía en curso, de diversificación espacial de sus inversiones y sobre todo de "huída" de los grandes centros hiperindustrializados (ejemplos como el de la Ford o la General Motors, con ser los más conocidos para el caso español, no son sino la punta de un iceberg mucho mayor.
En esta nueva línea de desarrollo,parece que son los espacios intermedios, y más aún los equidistantes entre varias metrópolis industriales, los preferidos para lasnuevas localizaciones.Y todo ésto de forma más acentuada cuando estos nuevos "espacios resultantes" (como son denominados en ocasiones por ser consecuencia en gran parte del trasiego de líneas de transporte de materiales,energía e información) están dotados de los recursos e infraestructuras necesarios, y además son accesibles. Accesibilidad que ha de medirse desde diversos puntos de vista: geográfica (transporte-comunicaciones), institucional y financieramente hablando. 

UN NUEVO TERRITORIO
Entre estos espacios intermedios es sin duda la zona occidental del Valle del Ebro uno de los más privilegiados de Europa en estos momentos. Eje de las comunicaciones entre Barcelona y Bilbao y, siempre a través de Zaragoza, con Madrid desde Barcelona y con Valencia desde Bilbao, forzosamente habían de ir surgiendo sobre este espacio toda una serie de infraestructuras de calidad precisas para esa comunicación económica entre esas cinco ciudades-punta de la economía y la industria españolas. La Ribera, el amplio corredor Zaragoza-Alagón-Gallur-Mallén-Cortes-Ribaforada-Tudela-Alfaro-Calahorra-Logroño (y que en opinión de algunos se extiende ya hasta Burgos), se resume y concentra hoy por hoy en el eje Zaragoza--Tudela. Es lo que hemos llamado un "espacio resultante", fruto de la comunicación entre los grandes centros de decisión. económica.Es un espacio no planeado, casi residual, que se ha convertido veinte años después del salto desarrollista en uno de los espacios más lujosos de Europa.Hace ya tiempo que las multinacionales y otras grandes empresas (Rohmm & Hass, SKF, Sanyo, Piher, Roca...) han ido descubriendo el valor del corredor del Ebro. Más recientemente, la hasta hace un año primera empresa del mundo, General Motors, ha elegido también dicho espacio para instalar una planta de montaje de automóviles con 10.000 trabajadores. A la G.M. le ha seguido su filial, la Fisher & Body , una en Zaragoza y la otra en Logroño. Veamos cómo ha surgido este territorio de calidad."


REFERENCIA:
Baigorri, A. (1980), Ribaforada: un territorio privilegiado para el relanzamiento industrial, Ayuntamiento de Ribaforada