"Hemos visto cómo uno de los elementos de la globalización, no el más estudiado, es el surgimiento de una dimensión de la ciudad que supera los perfiles de lo físico.Hemos hablado así de urbe global, utilizando la denominación de global no en referencia a tamaños individuales -como hace la 'escuela' de Friedmann desde una perspectiva territorialista, o la de Sassen desde una perspectiva productiva-, ni siquiera exactamente desde la perspectiva formalista de Doxiadis, sino para designar un proceso por el que los aspectos físicos y morales de la ciudad se extienden a todos los rincones del universo, civi-lizándolo.Hay pues una urbe global que se superpone a la territorialidad de las ciudades físicas, modificando su conformación territorial. Todavía podemos distinguir fácilmente cómo los nudos de la urbe global, más o menos importantes demográficamente, más o menos influyentes económica, política o culturalmente, siguen correspondiéndose en parte con centros históricos, para los que conservamos la rudimentaria definición de ciudades, aunque ahora las llamemos megalópolis o incluso ciudades-mundo. Pero se hace cada vez más difícil una correspondencia directa entre esos espacios sociales y los lugares físicos en los que las ciudades surgieron y se han desarrollado. Debemos hablar por tanto también de centralidades virtuales, que en parte pueden corresponderse con perímetros administrativos diferenciados, pero también con un conjunto de posiciones sociales interconectadas espacialmente y ubicados en lugares físicos a veces muy alejados entre sí.(...)Por otra parte, la influencia de los nuevos centros virtuales, así como la modificación de la tecnología de las comunicaciones, está a su vez determinando desplazamientos virtuales de determinadas localizaciones físicas, que por lo demás no parecen responder al criterio de centralización jerárquica implícito en el paradigma de las ciudades-mundo. En este sentido hemos planteado el 'cambio de posición' que un lugar físico (en nuestro caso hemos estudiado la ciudad de Badajoz, a la que hemos definido como mesópolis transfronteriza), adopta por efecto de un conjunto de cambios tanto físicos -maduración de planes de regadío, mejora de las comunicacones terrestres...- como virtuales -desaparición de las fronteras de la UE, internacionalización de la Economía, conexión a la red mundial de telecomunicaciones...-. 'Moviéndose', en tanto que lugar, de una posición, como capital -a su vez excéntrica- de una provincia de 600.000 habitantes, periférica y situada en un fondo de saco -el telón de corcho-, a una posición central en un espacio poblado por más de doce millones de habitantes, articulado por tres metrópolis: Madrid, Lisboa y Sevilla Es decir, la posición de una ciudad puede sin embargo modificarse, como efecto de los cambios que se producen en su entorno. Creo que este fenómeno se está produciendo ahora en general respecto a las ciudades de Extremadura y Alentejo, y más concretamente respecto de la mesópolis de Badajoz. Veamos cómo, al nivel de modelos abstractos, se concreta esta interpretación espacial.Es un fenómeno de notable importancia en la dinámica territorial peninsular, que se produce asimismo en la mesópolis transfronteriza de San Sebastián/Bayona. Pero..."
Referencia:
Baigorri, A. (1999): "La red urbana ibérica", en L. de la Macorra y M. Brandâo, eds., La economía ibérica: una fértil apuesta de futuro, Editora Regional de Extremadura, Mérida, 1999, pp. 261-289
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