5.23.2019
¿Por qué se quedan? Un proyecto de investigación infausto (2019)
11.14.2015
Ruralía (2015)
"En tres siglos de Sociedad Industrial se haconsumado un proceso de urbanizacióngeneral del espacio, primero como crecimientodel número y tamaño de las ciudades, y luegocomo extensión de los hábitos culturales urbanos alconjunto del territorio. Hasta tal punto de que hoy, enlos países desarrollados, inmersos ya en la SociedadTelemática, la distinción entre espacios rurales y urbanoses meramente arbitraria. No es fácil percibir diferenciasen hábitos, actitudes y valores, y menos aúnen lo que se refiere a las estructuras y relaciones deproducción. Como vemos a diario en los noticiarios,lo rural y lo urbano sólo tienen peso específico cuandose ponen en juego las elevadas plusvalías que, enel planeamiento urbanístico, se derivan del trazado delas líneas de delimitación del suelo urbano o apto paraurbanizar.Y es que vivimos en una urbe global, cuyos intersticios(la Ruralia) ya no cumplen la función esencialde alimentarnos, sino un cúmulo de funcionesmucho más complejas; entre las cuales la de alimentarel espíritu es una de las más importantes; casi lamisma función que, en términos de micro-urbanismo,cumplieron los parques y las zonas verdes en la ciudadindustrial. De ahí la importancia que la conservacióndel patrimonio, primero biológico y paisajísticoy, ahora, también cultural (aunque en realidad tanto elpatrimonio biológico como paisajístico, mal llamadonatural, son productos culturales), ha adquirido en losúltimos tiempos.Hoy la supervivencia de esos mal llamados espaciosnaturales depende de que su entorno, lo que todavíallamamos espacio rural, esté habitado (vigiladoincluso, podríamos decir, a tenor del papel que alos rurales les toca hacer últimamente frente al desenfrenourbanizador de algunas promotoras inmobiliarias).Pero en la medida en que el omnipotente mercado,y la globalización, no permiten que la conservaciónde la población se base en la subsidiación de lasproducciones agroganaderas, se viene asumiendo laidea de que "el rural" debe ser un actor multisectorial:produciendo en el sector agrícola únicamente productosde alta calidad y con mucho valor añadido, eincorporando otras fuentes complementarias de ingresos,como las derivadas del turismo rural. En estemarco, la protección del patrimonio cultural (es decir,de los recursos heredados de las generaciones anteriores)deja de ser una imposición más "desde la ciudacl',para adquirir una dimensión mucho más compleja:una actitud esencial para la propia supervivenciade los rurales como grupo social."
Este artículo tiene su origen en otros trabajos
previos en los que he desarrollado más extensamente
(aunque quizás no tan sintéticamente) los conceptos
y planteamientos teóricos que aquí se exponen.
Particularmente los artículos "La urbanización del
mundo campesino" (1983); "Perspectivas globales.
Tendencias y desafíos planetarios entre los rurales "
(1992); "Delo rural a lo urbano " (1995); "De la terra ignota
al jardin terrenal. Transformaciones en los usos y funciones del territorio
en la urbe global" (1998); "La naturaleza social de la naturaleza"
(1999), "De la cultura a las industrias culturales"
(1998) y "Modelos de desarrollo rural y sostenibilidad.
Enfoques para la Europa mediterránea" (2001). Así
como en alguno de mis libros: Agricultura periurba-
na (con Mario Gaviria, 1984) y Hacia la urbe global
(2001).
REFERENCIA
Baigorri, A. (2015), "Ruralia: el jardín de la urbe global", en Luis Azurmendi, ed., Casas de Campesinos y pescadores, Litoral Atlántico, Santader, pp. 11-34
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8.10.2007
¿Ruralia de nuevo? Desarrollo local en el marco de la urbanización global (2007)
Capítulo escrito a solicitud de Manuel García Docampo para el volumen que coordinó sobre Perspectivas Teóricas en Desarrollo Rural.
" Y a partir de mediados de los 90 asistimos a una tercera oleada de “neoruralismo”, de características esencialmente distintas a todas las anteriores, que esta vez parece no tener fin. Y que, aunque algunos confunden con los de los 70, no tienen nada que ver.Esta vez los neorurrales aparecen como empresarios del sector servicios (sobre todo hostelería y turismo rural), y más recientemente como trabajadores del cuaternario (teletrabajadores y telecreadores). Y llegan a unos pueblos plenamente dotados de equipamientos e infraestructuras básicas.
Pero si he introducido esta cuestión como remate del ensayo no es en relación a la propia composición de la Ruralia (cuestión que podría interesar a la Sociología Rural en general pero no se circunscribe al tema que nos reúne en este volumen), sino en tanto entiendo que, ahora sí, la tercera oleada de neorurales va a tener una enorme influencia en el desarrollo local, por cuanto en muchos casos están asumiendo incluso el liderazgo no sólo económico sino también social y político de amplias zonas rurales, consumándose así la urbanización cultural de estos espacios.
De hecho, estamos en cierto modo hablando de una versión de la edge city, con las particularidades lógicas en un espacio cultural, como es el español, en el que, al contrario que en los Estados Unidos, existe un patrimonio (en su sentido artístico también, pero sobre todo en su sentido infraestructural) previo que puede acoger a los emisarios virtuales de la ciudad dispersa, que pueden “alejarse” cada vez más de los centros urbanos gracias al desarrollo de las telecomunicaciones (y también gracias a unas cada vez mejores carreteras, y un crecimiento de la red de autopistas, trenes de alta velocidad, etc.). Una dispersión a la que, en el caso español y en el de otros países europeos, viene ayudando mucho el alocado encarecimiento de la vivienda dentro del perímetro de las ciudades.
En suma, y quiero terminar con esto porque creo que constituye el núcleo gordiano que va a marcar las dinámicas del desarrollo local-rural al menos durante la próxima década, asistimos a la llegada de profesionales y ejecutivos que buscan un entorno ambiental de calidad, en pueblos o pequeñas ciudades que, por otra parte, tienen en la actualidad una buena dotación de servicios, pero a la vez relativamente cerca (en tiempo de desplazamiento, o telemáticamente), y esa es la clave, de las grandes ciudades.La inclusión de neoartesanos y profesionales fugitivos de la ciudad, junto a los neoagricultores, cada vez más escasos, introduce sin duda un elemento de complejidad social y cultural nuevo en la Ruralia: ya no se trata de hippies (“maltrabajadores”, como los llamaban en los pueblos), ni jóvenes de origen rural que retornan tras fracasar en sus estudios (es decir, aún más “maltrabajadores”), sino de exitosos profesionales que controlan las redes que articulan los programas de desarrollo rural, o las gestionan como técnicos, y que en conjunto están haciéndose cargo de las riendas de Ruralia.
Esperemos que sea para bien."
REFERENCIA:
Baigorri, A. (2007): "¿Ruralia de nuevo? Desarrollo local en el marco de la urbanización global", en García Docampo, M. ed. , Perspectivas teóricas en desarrollo rural, Netbiblo, La Coruña
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3.28.2000
Sobre las necesidades formativas de los agricultores extremeños en el marco de una Europa sostenible y de una sociedad global justa (2000)
"Los principios de la sostenibilidad agraria tanto en Europa como en los Estados Unidos son los mismos: un fuerte peso de los principios agroambientales, una redefinición de las funciones metaagrarias del territorio en la línea de los principios en los que algunos
investigadores venimos trabajando desde hace veinte años, y consecuentemente una redefinición del rol de agricultor como agente económico multifuncional, no necesariamente orientado en exclusividad hacia la agricultura sino también hacia la conservación ambiental o incluso otros sectores como el ocio ambiental.
Tanto en Europa como en América existe la conciencia de la necesidad de preparar a los agricultores para esa nueva situación, orientándolos hacia una forma de ocupación más diversificada, en la que la agricultura solo ocupa un tiempo parcial (Barthelemy, 1999), en suma aceptando una idea de ruralidad muy semejante, aunque no exactamente igual, a la planteada por la utopía ecologista de los '70 (Barthelemy, Vidal, 1999).
(...)
En los Estados Unidos, además, la mayor confianza en el mercado incluye una apuesta por la recuperación de la pequeña agricultura (small farms), orientada a la producción ecológica y en estrecha relación con los consumidores urbanos, a los que suministran
directamente (Perry, 1998). Propuestas que parecían utópicas hace veinte años (Baigorri,1978), como la agricultura sostenida por las propias comunidades urbanas mediante contratos-programa, son hoy una realidad que se extiende por los Estados Unidos, y
próximamente serán habituales en Europa (Brown, 1999). Los Estados de California, Nebraska o Minnesota son algunos de los pioneros, en algunos casos desde hace una década, en el desarrollo de sistemas de agricultura sostenible apoyados por los consumidores urbanos responsables. Una agricultura que además pretende ser una agricultura saludable (McDuffie, 1995), como lo fue antes de su industrialización (Baigorri, 1984).
(...)
Más allá de la sostenibilidad ambiental y social a nivel local, la globalización pone de manifiesto la inevitabilidad de una gestión sostenible, desde un punto de vista ambiental y social, del conjunto del planeta, lo que presupone una transformación radical en los esquemas del comercio. O los países ricos empiezan a comprar seriamente a los países en desarrollo lo único que realmente pueden producir, alimentos, o el planeta se dirigirá a una situación de caos de consecuencias impredecibles; o las fronteras del trabajo se permeabilizan, según el modelo de las fronteras del capital, o los riesgos de conflicto se agudizarán asimismo. Todo ello, obviamente, tiene unas consecuencias directas en nuestra agricultura"
REFERENCIA:
Baigorri, A. (2000), "Notas sobre las necesidades formativas de los agricultores extremeños en el marco de una Europa sostenible y de una sociedad global justa", Mesa redonda sobre Estudios y Análisis sobre la Situación de la Formación en el Sector Agrario Extremeño, Unión de Cooperativas Agrarias ACOREX, Mérida, 28/III/2000
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9.22.1988
Un programa para el rústico metropolitano (1988)
Ponencia invitada en el Coloquio Hispano Francés sobre Agricultura Periurbana organizado por la casa de Velázquez y el Ministerio de Agricultura. Madrid, 1987
" La aparición de fenómenos nuevos en la periferia de las ciudades, como los huertos clandestinos, ha conducido a que la Administración haya prestado una mayor atención (aunque todavía escasa) a lo que ocurre más allá de los muros de las grandes ciudades, en ese espacio, vacío imperfecto, que ni es ciudad ni es exactamente campo.
En la ponencia se recogen algunas experiencias personales del autor sobre el tema y se sintetizan sus propuestas para el estudio «Problemas y posibilidades de la agricultura periurbana en el Area Metropolitana de Madrid», realizado con Mario Gaviria y algunos colaboradores entre 1983 y 1984 por encargo de la Consejería de Urbanismo y Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid.
Entre las políticas de protección física del suelo fértil se propone un cambio de actitud de los urbanistas hacia el llamado Suelo no Urbanizable, aplicación de policía urbanística, recuperación de suelos degradados mediante el reciclaje de los residuos sólidos urbanos. Entre las políticas de mejora ambiental y paisajística se plantea el tratamiento y recuperación de escombreras y vertederos clandestinos, la repoblación forestal dispersa y la repoblación demográfica mediante la creación de poblados para jóvenes.
Finalmente, entre las políticas de fomento agrícola se propone un completo programa de desarrollo de huertos metropolitanos (de ocio y recreo, de ayuda a la subsistencia y lotes de regeneración forestal), y se hace un repaso de los dos frenos más importantes que hoy impiden un desarrollo armónico del rústico metropolitano: la inadecuada gestión del agua, que está acabando con los regadíos, y la retrógrada estructura de la propiedad. Se proponen diversas actuaciones para superar estos dos poderosos obstáculos, planteando la transformación de entre 25 y 40.000 ha de nuevos regadíos."
REFERENCIA
Baigorri, A., (1988), "Un programa para el rústico metropolitano", en F.Fourneau y C.Gómez, eds., Agricultura periurbana / Agriculture Periurbaine, Ed. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación/ Casa de Velazquez, Madrid, 383-398
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TODO SOBRE...MIS HUERTOS
9.07.1975
Un paréntesis en el trabajo (1975)
Entre las crónicas que de chaval enviaba como corresponsal de mi pueblo a El Noticiero (entre los 16 y los 19 años, y esta fue una de las últimas, pues en enero de 1976 empecé a escribir en Andalán y Esfuerzo Común) colaba continuamente artículos que no eran desde luego propios de un cronista local. Gracias a Vicente Calvo, responsable de los corresponsales y que luego me captaría para Esfuerzo Común, metía artículos de opinión como crónicas. Especialmente cuando llegaban las fiestas, y el periódico (como es tradición en la prensa regional) dedicaba un par de páginas al programa, los anuncios que el corresponsal conseguía captar, y alguna croniquilla. Las mías eran siempre artículos de opinión, como este de 1974, cuando estaba en Primero de CC de la Información. Al año siguiente llegué a colar un extenso artículo bajo un titular totalmente distinto al contenido.
En cuanto a este, lo releo ahora y la verdad es que no era un mal ensayo antropológico.