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10.07.2019

Investigación y docencia de género: viejos y nuevos temas (2019)

En 2019 la Oficina de Igualdad de mi universidad convocó la celebración de un I Encuentro sobre Investigación en Género, presentado como que no había habido hasta entonces investigación de género, y había que animarla un poco. En mi grupo de investigación nos sorprendió positivamente, aunque casi sorprendió más el adanismo (evismo, habría que decir en este caso) del planteamiento, porque la perspectiva de género siempre ha estado en nuestra investigación, y ha sido además una de nuestras líneas, en mi caso desde bastantes años antes incluso de entrar en la Universidad. ¿Cómo que no se hacía?


Así que llevamos nuestras comunicaciones, para contar lo que veníamos haciendo, y nos inscribimos en el correspondiente fichero de investigadores e investigadoras en Género. Y ya me olvidé del tema. Hasta que haciendo una búsqueda por otra razón, me encuentro con que, cuatro años más tarde, no aparezco en el "Directorio PDI de Personal que investiga con Perspectiva de Género" (hay que reconocer que el resto de compañeros y compañeras de mi grupo de investigación que participaron, sí aparecen). Algún olvido propio o ajeno. 

Addenda: Lo gracioso es que ante el "olvido", volví a rellenar el correspondiente formulario, e incluso le escribí a la responsable de la Oficina de Igualdad (de las que, por lo que sea, nunca hay de responsable un hombre, al menos del mainstream masculino) pero dos años después me vuelvo a encontrar que la cosa sigue igual. O peor, según se mire.

Addenda : Y cinco años después así sigue la cosa, después de volver a comunicarlo. Ya paso,  que tampoco necesito figurar en ningún directorio, ahí están mis  trabajos. Anda y que les den,  como  a los hombres que hacían lo mismo. Lo gracioso es observar que empiezan a configurarse tics culturales femeninos que guardan cierta  simetría con los tics "patriarcales" (falsario término), mediante los cuales se justifican acciones de mujeres orientadas a excluir a hombres. Habrá que  empezar a investigar seriamente sobre redes femeninas (y aquí dudo ya si decirlo en términos de sexo biológico,  de sexo autoasignado o de neogénero)     


Por cierto, que el hecho de ser mujer no lleva implícita la perspectiva de género en tus trabajos, ni mucho menos. Aunque desde hace muchos años así haya quedado casi instituido, bajo el control de "colegios" nada "ocultos". 

De hecho yo prácticamente abandoné un tiempo las investigaciones en temas de género (aunque lo seguí aplicando en la docencia) tras percibir esa situación emergente. Ocurrió en el Congreso nacional de Sociología de 1995, en Granada. Llevábamos una comunicación, conmigo como autor principal, sobre género y poder en la universidad ("Saber no es poder"), que era una actualización de los datos de lo que ya habíamos avanzado en "Mujeres en Extremadura" (1993), un análisis de la estructura de poder en la Universidad de Extremadura. 

Sólo era una de las 13 comunicaciones que llevé. De aquel congreso salió mi nombramiento como vocal en representación de los socios individuales (ningún mérito, se encargó de aclararme el jefe de la cosa Francisco Llera, porque no se presentó nadie más, como si tuviese más mérito salir de presidente de la FES fruto de los pactos entre grupitos de poder). Y también salió la nueva normativa (casi ad hominem) que prohibía aparecer en más de tres comunicaciones por congreso (¿sigue vigente?), efecto de mi hiperactividad (qué le iba a hacer si era la primera vez que iba y tenía tanto por aportar). 

El caso es una de ellas era la citada comunicación, y lógicamente la llevamos al grupo de género (¿ya se llamaba Género? puede que todavía fuese algo de mujer), en el que había ya bastantes comunicaciones. Y en la sesión que nos tocó había bastante gente, aunque todo mujeres salvo nosotros y un chico cuya orientación ignoro pero cuya expresividad no era precisamente heteronormativa. 

Y bueno, como ocurre en todas las sesiones de los comités, mientras se van exponiendo las comunicaciones la gente está más o menos atenta, puede oirse algún comentario, pero la gente escuchando. Y así subieron cinco o seis, con temas diversos de género, hasta que nos tocó a nosotros. Y, tal como lo escribo: fue empezar a exponer, y empezar a hablar casi todas las asistentes, todas hablando con todas sin prestar ninguna atención, ni mirar siquiera. Puede que no lo fuese, pero parecía algo planificado.

Terminamos la exposición, por supuesto ni un comentario, ni una pregunta, y a continuación venía otra comunicación... casualmente sobre el mismo tema, exactamente el mismo tema y prácticamente contaba lo mismo que nosotros habíamos contado, pero de otra universidad. Pues bien, se hizo un silencio sepulcral de nuevo (como en las previas a la nuestra), todas atendiendo durante la exposición, y al terminar empezaron a hacerles un montón de comentarios y preguntas. Claro que entre las dos autoras sumaban ocho apellidos, cualquiera no atiende.

Y era lógico, porque en realidad se abordaba (en la nuestra, y en esa comunicación) la presencia de las mujeres en la universidad y todas las que estaban allí o eran profesoras de universidad, o aspirantes a serlo. Así que nos quedamos un poco alucinados mi colega Ramón Fernández y yo, nos miramos:
- ¿Nos levantamos y nos vamos o no?
- Bueno espera que hay otro chico.
 
No recuerdo de qué era la del otro chico, miraré el programa pero por la amorosa atención que le prestaron supongo que de "nuevas" masculinidades o del LGTB (entonces todavía se quedaba en cuatro letras). Por supuesto, hubo el máximo respeto, silencio, y al terminar seguro que hubo preguntas. No recuerdo si muchas porque sí que nos fuimos antes de que terminase. Y por supuesto, no nos informaron  (lo he descubierto casualmente treinta años después) de que Pilar Carrasquer y Cristina Brullet iban a preparar una publicación con las comunicaciones, a cuenta del Ministerio de Trabajo (de aquel congreso salió una publicación, sobre Sociología del Deporte, en la que tenía dos capítulos, pero claro, ésa pagada a escote por los autores y autoras).

Bueno, pues ahí entendimos que a los hombres "blancos y heterosexuales" (o heteronormativos, sic) se nos cerraba la puerta a poder abordar cuestiones de género relativas a mujeres, o al menos se negaba la atención. Y de hecho así ha sido en lo sucesivo, y éso he percibido desde entonces en la producción sociológica en general. Y también empecé a percibir de una forma casi colegial esa alianza que ya se estaba formando entonces entre el feminismo (el TERF que llaman ahora) y el LGTB, a pesar de ser colectivos tan diferentes y diferenciados. Alianza cuyas consecuencias ahora paga el feminismo.


Presentación


Algunos de mis trabajos sobre género o "con perspectiva de género". 

http://textosdeartemiobaigorri.blogspot.com/1993/04/mujeres-1993.html

http://textosdeartemiobaigorri.blogspot.com/1993/06/mujeres-en-extremadura-1993.html

http://textosdeartemiobaigorri.blogspot.com/1995/07/mujeres-hombres-viejos-y-ninos-1995.html

http://textosdeartemiobaigorri.blogspot.com/2017/06/el-hombre-perplejo-1995.html

http://textosdeartemiobaigorri.blogspot.com/1995/12/video-mujeres-en-extremadura-1995.html

http://textosdeartemiobaigorri.blogspot.com/2018/04/cambio-social-en-el-medio-rural-la.html

http://textosdeartemiobaigorri.blogspot.com/2015/12/extremadura-treinta-anos-de-cambios.html



12.30.2015

Extremadura. treinta años de cambios sociales (2015)



Contenido:
1. Diáspora, retorno y movilidad global: cambios en las tendencias migratorias
2. Evolución de la familia en Extremadura
3. La evolución del capital humano (niveles educativos)
4. Salud: la esperanza de vivir más, y mejor
5. El cambio social con perspectiva de género: la creciente presencia de las mujeres en la sociedad extremeña
6. Participación



Referencia:
Baigorri, A., Caballero,M., Arboleda, Y. (2015), "Tres décadas de cambios sociales", en L.Macorra, ed., Treinta Años de Economía y Sociedad Extremeña (1983-2013), Servicio de Publicaciones de la Diputación de Badajoz, pp. 131-164

Enlace al texto

4.16.1996

Cambio social en el medio rural: la nueva condición de la mujer (1996)

Conferencia en las I Jornadas de la Mujer organizadas en Mérida por la Unión Extremeña de Cooperativas Agrarias
"Voy a hablar básicamente de tres temas, con pocos datos (los datos están en las publicaciones que hemos realizado), pero sí con algunas reflexiones que provoquen el debate y la discusión.
En primer lugar del proceso de cambio en la situación socioeconómica de la mujer rural, en comparación con las mujeres urbanas de Extremadura. En segundo lugar quiero plantear una discusión sobre la propia existencia de lo rural, y en último término reivindicar la urbanización cultural como tendencia que posibilita la igualdad de la mujer.
1. En lo que se hace a la situación socioeconómica, no se puede hablar de una mujer rural. En la segunda parte de mi intervención explicaré la idea de que lo rural no existe ya, al menos en las proporciones en que solemos creer.
Si es que lo rural existe, tendríamos que diferenciar las situaciones, muy distintas, que para la mujer, y en lo que a Extremadura se refiere, se producen en los grandes pueblos (o agrociudades) de regadío (pensemos en Miajadas, Coria, Talayuela...), en las agrociudades de secano (como Trujillo, Llerena, etc), en los pequeños pueblos y poblados de regadío o en los pueblos pequeños de secano o del entorno de la dehesa. En la medida en que las condiciones materiales y las relaciones de producción son muy distintas, también son muy diferentes los estatus sociales de las mujeres.
Por otra parte, en el estudio que, en profundidad, realizamos hace un par de años sobre la
situación de las mujeres en la región, no nos aparecían diferencias muy profundas entre las mujeres rurales y las urbanas. Ciertamente que hay, todavía, situaciones diferenciales. Por ejemplo, en las ciudades los niveles de asociacionismo femenino, que es un importante instrumento de cambio social, son sensiblemente superiores. Del mismo modo que todavía son más habituales las prácticas de aseo o higiene (por el mayor peso de la población joven en las ciudades), es mayor el interés de las mujeres por la política, es menor el conformismo con su situación como mujeres, y es también menor el nivel de autorepresión sexual. Pero la diferencia más sustancial es que en las principales ciudades de la región las mujeres tienen un mayor nivel de conocimiento de sus derechos. Las diferencias más sustanciales vienen determinadas por la desigual composición de las edades en las ciudades y en los pueblos: el mayor envejicimiento de ésto provoca las diferencias estadísticas señaladas.
(...)
 En mi opinión, el cambio más profundo que se ha operado en la situación de las mujeres campesinas es el paso de la invisibilidad a la visibilidad de su trabajo. Entendiendo por trabajo visible el que se realiza en el ámbito de la público, por intermedio de alguna especie de relación contractual que conlleva el pago de un salario; mientras que por trabajo invisible entendemos no lo que se conoce por trabajo sumergido, sino algo mucho más sutil: el trabajo no reconocido como tal trabajo.
Ese trabajo invisible es, obviamente, el que realizan las mujeres dentro del ámbito de su familia.
Pero no sólo las tareas que entrarían dentro de lo que entendemos por tareas domésticas, esto es las que realiza cuando representa el rol de ama de casa; sino que ese trabajo invisible incluye trabajos de todo tipo en el campo, en las cuadras, y que quedan fuera de toda contabilidad.
No sólo realizando trabajo físico, sino sobre todo administrando económicamente la explotación.
Las mujeres han sido las auténticas gerentes y empresarias en el campo español: ellas han sabido qué dinero entraba, y de dónde llegaba, a la explotación; han sabido cuándo podía gastarse y cuándo no en una maquinaria.
Sin embargo, la estadística ha recogido siempre todas estas aportaciones bajo el epígrafe engañoso de ayuda familiar. Cuando un hombre trabaja menos de quince horas a la semana se dice que es un subempleado; cuando lo hace una mujer en el campo se le califica de ayuda familiar.
Para hacerse idea de lo que esto significa, baste decir que la inclusión de las mujeres en el Régimen Especial Agrario de la Seguridad Social ha sido aceptada por el Estado casi cuando ya no había mujeres en el campo. Pero durante décadas las mujeres que se hacían cargo a veces al cien por cien de las explotaciones agrarias o ganaderas, no eran admitidas sin embargo
como agricultoras. Porque su trabajo era invisible. "

Enlace al texto

Referencia: A.Baigorri (1996), "El cambio social en el medio rural: la nueva condición de la mujer", Jornadas de la Mujer - Unión Extremeña de Cooperativas Agrarias, Mérida, abril 1996

12.09.1995

Video Mujeres en Extremadura (1995)

En 1995, tras haber realizado el estudio Mujeres en Extremadura, y El hombre perplejo, la Asociación de Universidades Populares de Extremadura (AUPEX) encargó al Taller de Estudios Sociales y Territoriales (TESYT), la consultora que creé en Extremadura y dirigía, la realización de una campaña de divulgación de los resultados de esas investigaciones entre la población, con el objetivo de contribuir con información a la liberación de la mujer, ya en marcha. Denominamos a la campaña Construyendo/Conquistando (las palabras se sobreimprimían) un futuro entre iguales.

Para ese fin AUPEX nos pidió tres componentes que pudiesen recorrer luego todos los pueblos de la región: una exposición, basada en paneles informativos; un video, que resumiesen los estudios citados e incorporasen elementos de teoría feminista, propia o ajena; y un librito breve que recogiese toda la información.

Los paneles (que espero recuperar aunque no en su forma, pero al menos la base en WordPerfect) los realizamos entre todos los miembros del equipo de TESYT (con Ramón Fernández, Georgina Cortés y Javier Luna). El libro (pendiente de escanear) se basa en los paneles, aunque en él hice una redacción más extensa, con algunos componentes más teóricos, que desarrollé asimismo en el guión del video, que fue encargado a la productora extremeña Iris Eyes, creo que tan desaparecida como nuestra TESYT.

El texto que recojo aquí es el guión del video, que hace poco he reencontrado en un viejo CD, al que hace más de una década había ripeado y olvidado. La verdad es que está todavía de buen ver, en todos los sentidos. Se ve medio decentemente, y lo que se dice sigue siendo útil. También para ver las dimensiones del cambio social operado en este cuarto de siglo.




"Han construído leyendas... muchas leyendas. ELLOS han construído mitos, creencias.Y escribieron que en el principio era EL Verbo. Que en el principio fue EL hombre, y que de una de sus costilla hizo Dios una mujer...Y que Dios entregó LA mujer al hombre.
Estas creencias han sido útiles durante siglos, milenios. Sobre estas creencias se han construído códigos jurídicos que han consagrado la marginación y el dominio de un sexo sobre el otro... Construcciones filosóficas perfectas que asignaban un lugar en el mundo para los hombres, y otro lugar, siempre inferior, para las mujeres.
Y han servido para perseguir a muchas mujeres por negarse a ser la costilla de Adán
PONGAMOS LAS COSAS EN SU SITIO
"Muchas mujeres temen que si la supremacía masculina ha existido durante tanto tiempo, tal vez rea realmente 'natural' que los hombres dominen a las mujeres. Pero es un temor infundado. Las instituciones de supremacía masculina surgieron como una de las consecuencias de la guerra, del monopolio masculino de las armas y del emplo del sexo para el fomento de las personalidades masculinas agresivas. En consecuencia, la supremacía masculina no es más natural que la guerra"
Tal vez nunca sepamos por qué los grupos escogieron la guerra, frente a otras estrategias cooperativas posibles, en respuesta a las presiones reproductoras y ecológicas. Pero así fue, y aún lo estamos pagando.
Por eso mientras la Humanidad no ha descubierto y sancionado vías de..."


Referencia:
Baigorri, A. , guión (1995), Mujeres en Extremadura, Iris Eyes Producciones, Mérida

Acceso al texto completo del guión



11.06.1995

El hombre perplejo (1995)





Recoge la investigación cualitativa realizada como continuación de nuestro informe sobre "Mujeres en Extremadura" (1994)


"Si hubiese que sintetizar en una frase las casi veinte horas de debate que se recogen en los anexos, y de las que se han recogido aquí los aspectos más esenciales, podríamos hacerlo de esta forma: el hombre, ya derrotado como grupo moralmente hegemónico, está contando los minutos que le quedan como elemento socialmente hegemónico. E intenta aprovechar, cada vez más nervioso y asustado, el tiempo que le queda, para intentar comprender la nueva situación que se le viene encima, y adaptarse a ella.Dicho en otros términos, y según reza el título de este libro, los hombres están perplejos...pero dispuestos.En primer lugar, en todos los casos son plenamente conscientes, y lo han asumido como algo positivo, de la profundidad del cambio social que han protagonizado las mujeres. En muchos casos han acompañado y ayudado a empujar el cambio, en otros muchos les ha resultado un cambio sobrevenido, inesperado incluso, pero casi siempre lo ven, al menos, con simpatía. Y, en la mayoría de los casos, proponen que en el fondo se han visto, también ellos, beneficiados por el cambio, han visto enriquecerse su propia vida cotidiana, aliviados de una carga que sentían que no les pertenecía.Queda, ciertamente, en algunos ámbitos, la sensación de que algo se ha perdido -incluso la duda de si es un cambio a mejor-, y sobre todo son conscientes, en la mayoría de los casos, de que los resíduos culturales que quedan pesan todavía mucho, y les dificultan a diario una plena adaptación...."

Desde entonces el texto me ha dado alegrías y olvidos. Aquí, aquí y aquí me he ocupado de ello, hace siempre más de una década. Lamentablemente, las recomendaciones que hacía entonces siguen de plena actualidad, porque no se ha actuado en la línea que proponía. Así que se descubren américas, o se inventan ruedas que deberían llevar rodando muchos años.



REFERENCIA Y TEXTO
Baigorri, A. (1995), El hombre perplejo, Dirección General de la Mujer, Mérida
Enlace al texto completo

7.18.1995

Mujeres, hombres, viejos y niños (1995)

Este trabajo es el sumatorio de sucesivos trabajos, en el marco de informes de género (sobre la situación de la mujer o sobre el cambio social entre los hombres) o en los cursos de Doctorado, incluyendo algunos artículos de opinión en prensa, de forma que sufrió distintas versiones entre 1993 y 1995, siempre en circulación interna. Cuando estaba en el punto en que está era excesivo para publicarlo como artículo (y no había entonces revistas independientes del tipo en las que yo había venido publicando), y escaso para hacer un libro, no teniendo tiempo para ampliarlo. Así que se quedó así, utilizando como material docente, sin más difusión subsiguiente que Internet, desde que en 1998 hice mi primera página web.



"El título de este trabajo es 'ensayo sobre transformaciones demográficas, familia y realidad social en España'. Es decir, no se trata tanto de un ensayo monográfico sobre la Familia, sino que se intenta enmarcar el análisis en el conjunto de efectos macrosociales sobrevenidos a los cambios demográficos más recientes. Es en este conjunto de elementos en el que hay que situar, a mi juicio, los cambios operados en la situación de la mujer en España; tanto cuando la consideramos sujeto como si la observamos en cuanto que objeto del cambio social. Pues dificilmente puede entenderse lo que algunos autores denominan brecha generacional 1 entre las mujeres españolas -brecha que, por lo demás, se ha dado con anterioridad en otras sociedades más desarrolladas- sin considerar toda esta transformación medioambiental.
(...)
Y si estas posibles actividades de los ancianos presuponen una redefinición de ciertos status, la importancia cuantitativa de la población anciana induce a simismo cambios importantes en cuanto a la aparición de nuevos empleos relacionados con su cuidado, asistencia domiciliaria, ocio de la vejez, modificación de conductas patológicas para su conservación, cambios de actitudes, etc. Tradicionalmente, la vejez estaba relacionada con la decadencia, física, mental, social, económica... Los viejos eran, esencialmente, un problema, y así se siguieron viendo (sólo que como un problema de magnitud creciente) en las primeras etapas del envejecimiento de las sociedades occidentales. El propio temor a la quiebra del sistema de protección no es sino un reflejo de esa preocupación. (...) Sin embargo, la realidad es que, pasadas las primeras décadas de sorpresa por el fenómeno del envejecimiento masivo, se observa ya cómo la vejez se está convirtiendo en una poderosa fuerza social (con un fuerte pe so electoral), aún cuando la literatura especializada en la cuestión sigue presentando tintes tremendistas, o cuando menos pesimistas. Se acrecienta su prestigio, se recupera su influencia en el entorno familiar (según veremos luego, derivado de su creciente aportación, en dinero, tiempo y experiencia, a l bienestar ma terial de la familia), constituye un sector económico en alza, a pesar de que resulte obvio que "en las sociedades occidentales (sic.) las personas tras la
jubilación sufren progresivamente un decrecimiento de sus ingresos"(BAZO, 1990;22). De hecho, una reciente encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas muestra que, pese a los lamentos más o menos literarios, un 86% de los ancianos se encuentra satisfecho con su entorno familiar y social (CIS, 1989). Incluso en términos de salud, y según otra encuesta realizada en la misma época por el Ministerio de Sanidad y Consumo, tan sólo un 3,7% de la población mayor de 60 años declara sentirse muy mal o muy enferma, mientras que por el contrario un 28% declaran sentirse bien o muy bien, y un 50,3% se encuentran regular, con algunos achaques (citado en CIS, 1989; 24).
De su importancia económica dan muestra estas palabras: "El sector turístico se ha encontrado con una fuente de ingresos que ha supuesto la recuperación o, cuando menos la supervivencia, de muchas empresas y establecimientos abocados a desaparecer (...) Una inversión de más de 5.500 millones de pesetas y la generación de una riqueza indirecta de otros 26.000 millones son los datos...". Aun cuando es difícil entrever qué efectos concretos van a tener todos estos cambios en la sociedad española, en mi opinión van a darse, y van a ser muy profundos, en los próximos años.
(...)
Como unidad de producción la importancia de la famlia ya no es tan manifiesta, como he dicho, pero en mi opinión asistimos a una recuperación indirecta, a veces intangible, casi ectoplásmica, de la misma. El primer elemento que nos aporta luz es una reinterpretación del retraso
en la edad de matrimoniar. Teniendo en cuenta la reducción de la natalidad, la crisis de la vivienda en los años '80, el largo periodo de crisis económica (que abarcó el primer lustro de la década) y sobre todo el fenómeno del paro (o, en mayor medida, la inseguridad del empleo), podría pensarse en una tendenc ia a aprovechar la infraestructura residencial y económica de la familia durante el mayor tiempo posible."



Referencia:
Baigorri, A. (1995), Mujeres, hombres, viejos y niños, Documento de Trabajo, Universidad de Extremadura










6.21.1993

Mujeres en Extremadura (1993)

De cuando en Extremadura se hacían investigaciones como es debido sobre sus principales problemas sociales. Este libro recoge la investigación sobre la situación de las mujeres en la región, realizada en 1993. Es un análisis descriptivo atendiendo a los principales indicadores, que incluía sin embargo algunos elementos interesantes. Por una parte los distintos capítulos resultado del análisis iban acompañados de comentarios de mujeres vinculadas a los distintos ámbitos analizados. Por otra parte incorporó algunos elementos bastante novedosos. Entre éstos, creo que el último capítulo (uno de los de mi exclusiva autoría) era, en esos momentos, una aportación teórica, con base empírica, importante.


INDICE
Presentación, 7
Introducción y metodología, 9
Mujer y Demografía, 17
Mujer y Educación, 29
La mujer y el trabajo, 53
La mujer, de puertas adentro, 95
La mujer, cultura y ocio, 111
Mujer y salud, 121
Mujer, asociacionismo y participación política, 155
La mujer y sus derechos, 189
La mujer, el cambio y la percepción del cambio, 209
Los caminos de la libertad, 223
Bibliografía y fuentes, 229

En aquellos tiempos nos lo hacíamos todo, y todo es todo. Incluida la composición y maquetación (la portada es obra del pintor pacense Luis Costillo). Este es uno de los primeros libros que compuse con Page Maker. Aunque el libro tuvo una tirada relativamente grande, preparamos también un pequeño resumen, que tuvo una tirada muy superior para ser distribuido entre todas las organizaciones de mujeres de la región.





"Por más que rechacemos la tentación de establecer mecanismos
causales definitivos, en justa correspondencia con el carácter empírico
de esta investigación, sin embargo no podemos obviar aquellas
correlaciones que, por su fuerza, destacan en todos los apartados de este informe.
Se ha visto, a lo largo de diversos capítulos, cómo la educación, el
bienestar económico, la vida en la ciudad, el triunfo de la razón sobre
las fuerzas oscuras de la creencia atávica, hacen a la mujer libre,
sencillamente como antes hicieron al hombre libre...
Pero todas las variables consideradas en esta investigación nos conducen a una hipótesis verificable: la mujer, para liberarse auténticamente, tomar conciencia de su condición de ser humano independiente, y sobre todo adquirir, en su relación familiar, los derechos que le corresponden, debe salir de casa, trabajar y aportar ingresos a la economía familiar.
El gráfico siguiente nos muestra que no es condición suficiente, pues
también entre las mujeres con niveles de formación bajos se alcanzan
relativamente elevados porcentajes de ingresos de origen femenino en
los casos en que existe un único ingreso en la casa, y sin embargo hemos visto en sucesivos capítulos cómo en todos los aspectos relacionados con la liberación de la mujer las mujeres con bajos niveles de formación aparecen en una situación muy deficiente.
Pero se nos aparece, sin embargo, como condición necesaria, a la vista de los datos esenciales. Hemos observado cómo el tiempo de trabajo femenino en el hogar se reduce de 5 horas, cuando el ingreso principal procede del marido, a 3,6 horas cuando procede de la mujer, y a 2,4 horas cuando ambos contribuyen por igual. Hemos visto, asimismo, cómo aparece un mayor reparto de tareas domésticas en aquéllos casos en los que la mujer trabaja a tiempo completo, o en todo caso hay mayores posibIlidades entonces -como lo demuestran los datos de la encuesta de contar con ayuda remunerada para esas tareas. Hay una mayor relación comanditarias en la toma de decisiones, así como en las relaciones de la unidad familiar con el exterior, cuando hay aportación económica de la mujer.
No en balde, son asimismo las mujeres que trabajan fuera las que
ofrecían mayores índices de satisfacción con la propia vida. Dedican
su tiempo libre (menos tiempo libre, eso sí) a actividades más enriquecedoras, tanto social como personalmente, y práctican más, y más a menudo, actividades auténticamente recreativas (y creativas) que las que permanecen encerradas en casa. Incluso valoran más que otro tipo de mujeres el trabajo de ama de casa, siempre que sea escogido como una opción en libertad.
Asimismo están mucho más informadas de sus derechos como mujeres, presentan mayor capacidad de reacción frente a las agresiones, saben en mayor medida dónde y a quién dirigirse, y obtienen mayor provecho de los recursos que la Administración pone a su servicio." (pp. 223-227)



Referencia:
Baigorri, A. dir (1993), Mujeres en Extremadura, Junta de Extremadura, Badajoz

Enlace al documento

4.21.1993

Mujeres (1993)



"Acabo de leer una entrevista a Fernando Arrabal. Siempre me ha parecido un payaso, pero al igual que los niños, también los adultos -o en camino de serlo, pues uno se resiste como puede- también necesitamos nuestros payasos del pensamiento. Destaca en la entrevista su propósito de convertir al catolicismo a Felipe Gonzalez (no estaría mal, ciertamente, que abandonase la ética del protestantismo; que como ustedes saben es estricta en las formas, liberal en lo económico y darwinista en lo social). Pero especialmente me ha llamado la atención un dato que, por lo que conozco de las vicisitudes de las mujeres, es muy probable que sea cierto. Arrabal denuncia que la auténtica descubridora del virus del SIDA es una mujer, una bióloga, mientras que el doctor Montaigne, que se pasea por el mundo triunfante gracias al descubrimiento (son casi tantos los que hoy viven del SIDA como los que mueren de esta terrible enfermedad), prácticamente no habría puesto los pies en el laboratorio.  Lo creo a pies juntillas. Ayer mismo asistí a la más curiosa presentación de un libro (y digo curiosa porque he asistido a presentaciones sin libro, pero nunca sin autor). Se trataba de la lujosa edición de los manuscritos de dos obras muy importantes en la historia del Urbanismo, casualmente descubiertos, reconstruídos y analizados durante siete años por dos investigadoras. En la sala mucho mass-media, atraídos más por el continente que por el contenido. En la mesa un ministro, un director general, los alcaldes de las dos principales ciudades españolas... y el director de la investigación. Todos hombres. Nada extraño, si no fuese porque faltaban las pacientes investigadoras que han realizado el trabajo, quienes casualmente estaban sentadas a mi lado. Y digo pacientes no tanto porque hayan precisado paciencia para desarrollar su labor, sino porque como mujeres siguen estando, pacientemen te, donde los hombres, con independencia de la calidad de los méritos personales, las seguimos poniendo. No tienen elección: o eso o nada, salvo que opten por abandonar su femineidad y pasar a actuar como hombres. Es decir como devoradores, pisoteadores, dominadores, practicantes del codazo y la zancadilla. Son sólo datos, elementos que muestran claramente la situación de las mujeres en sectores como la investigación y la Universidad. No es banal, y no cabe decir que así ocurre en todos los ámbitos de la sociedad. Es que se trata de las zonas de la sociedad donde, supuestamente, anidan los pensamientos más avanzados, las actitudes más racionales. Pero no es así. El comportamiento de los machos universitarios, catedráticos o sabios doctores, respecto a las mujeres, no se diferencia todavía en mucho del de los machos suburbiales y aculturados. Simplemente lo disimulan mejor. (17.IV.93, día de mi 37 cumpleaños)"
Curiosidades: Entre las "frases del día" que se recogen ese día en una sección vecina al artículo: "El PP está listo para gobernar" (Rodrigo Rato, portavoz del PP). Y tan preparado que estaba, él.

Referencia:
Baigorri A. (1993), "Mujeres", Extremadura, 21/4/1993, pag. 7