"El término «activo» tiene un campo semántico amplio: hace referencia a una parti-cipación continua en las cuestiones sociales, económicas, culturales, espirituales y cívi-cas, no sólo a la capacidad para estar físicamente activo o participar en la mano de obra. De hecho, conceptualmente puede ser aplicado no sólo a las personas ancianas que se retiran del trabajo, sino incluso a las que están enfermas o viven en situación de discapacidad, por cuanto -o en la medida que-, pueden seguir contribuyendo acti-vamente con sus familias, semejantes, comunidades y naciones. El envejecimiento activo trata de ampliar la esperanza de vida saludable y la calidad de vida para todas las personas a medida que envejecen, incluyendo aquellas personas frágiles, discapaci-tadas o que necesitan asistencia.
Si entendemos, como hace la OMS, el término «Salud» como referido al bienestar físico, mental y social, en un marco de envejecimiento activo las políticas y los pro-gramas que promueven las relaciones entre la salud mental y social son tan importan-tes como los que mejoran las condiciones de salud física.
Mantener la autonomía y la independencia a medida que se envejece es un objetivo primordial tanto para los individuos como para los responsables políticos. Además, el envejecimiento tiene lugar dentro del contexto de los demás: los amigos, los compa-ñeros de trabajo, los vecinos y los miembros de la familia. Por ello, la interdependen-cia y la solidaridad intergeneracional (dar y recibir de manera recíproca entre indivi-duos, así como entre generaciones de viejos y de jóvenes) son principios importantes del envejecimiento activo. El niño de ayer es el adulto de hoy y será la abuela o el abuelo de mañana. La calidad de vida que disfrutarán como abuelos dependerá de los riesgos y las oportunidades que experimenten a través de toda su vida, así como de la forma en que las generaciones sucesivas proporcionen ayuda y soporte mutuos cuando sean necesarios.
Como consecuencia de los procesos descritos, en los últimos años hemos venido asistiendo a un flujo creciente de recursos societarios, humanos, y por supuesto eco-nómicos, orientados al fomento del envejecimiento activo. Tanto las administraciones públicas a todos los niveles, como la sociedad civil, vienen poniendo en marcha nume-rosos programas de intervención.
Poner orden en todo este flujo a veces desordenado, y canalizarlo en función de las necesidades regionales, es una tarea compleja pero necesaria y urgente. Establecer cuáles son las verdaderas necesidades de esos mayores que se pretenden activos es sin duda aún más urgente, cara a la optimización de los recursos disponibles. Y no lo es menos el desarrollar instrumentos que permitan una adecuada construcción de los nuevos mecanismos de participación que dicha realidad precisa."
Referencia:
Baigorri, A., dir (2010), Envejecimiento activo en Extremadura. Informe Sociológico. Propuesta de trabajo, GIESYT, Universidad de Extremadura
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