Este trabajo constituye un avance de una investigación en marcha sobre la religiosidad entre la población inmigrante de origen marroquí en Extremadura.
Se trata de una población cuya religiosidad de origen (el Islam marroquí) ya tiene unas características particulares dentro del Islam, así como culturales (por proceder de territorios rurales bastante homogéneos y atrasados) y que además se instalan en una región a su vez marcada por bajos niveles de urbanización y un desarrollo económico, social y cultural por debajo de la media española.
El trabajo se centra en un segmento de la población estudiada, los jóvenes de la llamada generación 1.5 (socializada parcialmente en las dos sociedades), y analiza las diferencias, en función del género, en la forma de sentir y vivir la religión. Las conclusiones evidencian las mayores dificultades de las chicas para vivenciar su religión en un marco de aculturación y libertad y desarrollo de una carrera como escritor que existían a finales del siglo XVIII
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