"Al hablar de fuentes de energía, modelo energético o energía nuclear, existe la tentación de pensar que se trata de un tema puramente técnico donde todo se halla perfectamente tasado y calculado y de lo que se trata es de que los ciudadanos conozcan los datos fundamentales y adopten una posición racional a partir de ellos. Esta visión del despotismo técnico, complementada por la de aquellos que opinan que el rechazo a la energía nuclear es un problema de comunicación, carece de una visión sociológica que permita entender a quienes la sostienen la importancia de la construcciónsocial de significados y la aparente, a su juicio, falta de racionalidad de los que la rechazan.La creciente preocupación por el cambio climático inducido por las emisiones de gases de efecto invernadero, el elevado coste de los combustibles fósiles y su creciente concentración en países políticamente inestables han hecho que muchos ciudadanos reconsideren su posición respecto a la energía nuclear, que no emite CO2 y que utiliza un combustible relativamente barato –un coste que aumentará necesariamente a medida que se incremente el parque nuclear mundial– producido por países más “fiables”.Por ello, en los últimos años las encuestas de opinión muestran una mejora de la percepción ciudadana acerca de la energía nuclear en muchos países; no obstante, el rechazo a este tipo de energía sigue siendo mayoritario.En el debate sobre la energía nuclear no se parte de cero ni se puede reducir a una cuestión técnica de costes de producción, disponibilidad de recursos, garantía de potencia o nivel de emisiones contaminantes. Desconocer la historia de la energía nuclear, su relación con la bomba atómica,el carácter invisible de la radiación, el miedo a la proliferación nuclear, el temor a lo incontrolable, etc., son argumentos poco técnicos, pero sin los cuales no hay forma de explicar el rechazo de amplios sectores de la población de los países desarrollados. Independientemente de que se les considere racionales o irracionales, estos factores influyen en las opiniones y decisiones de la gente y no basta con su descalificación. Por otro lado, la ciencia tampoco ayuda mucho a despejar incertidumbres –siempre estamos a 50 años de lograr la fusión atómica, los residuos nucleares “pronto” se reciclarán para ser utilizados de nuevo como combustible…– y no son pocos los ámbitos donde “ha ocurrido lo que es casi imposible que ocurra”. Ésta es la perspectiva que se pretende adoptar en el texto que sigue. Las opiniones sobre la energía nuclear no se pueden entender ni interpretar correctamente sin hacer referencia a la historia de esta energía, a sus orígenes científico-militares, a la controversia moral y no sólo técnica que la acompaña, a las estrategias de comunicación utilizadas a lo largo de décadas, a su tratamiento por parte de los medios de comunicación, al lenguaje en torno a problemas en las instalaciones… Elementos todos ellos donde el significado social desborda ampliamente los términos científicos o técnicos. La seguridad es un concepto estadístico, el riesgo es un concepto social. Cuando los costes de todo tipo son predecibles, visibles y controlables, la percepción de riesgo se reduce; cuando, como en la energía nuclear, se habla de radiactividad sólo detectable por medios técnicos, de residuos activos durante miles de años, de una amenaza de destrucción masiva por la utilización de armas nucleares, nos adentramos en un ámbito donde el concepto de control del riesgo adquiere perfiles específicos.Partir de esta realidad es fundamental para crear las condiciones de posibilidad de un verdadero debate sobre el modelo energético y, dentro de él, la posición de la energía nuclear, un debate complejo y trascendente en el que nos jugamos también un modelo de sociedad y de política."
Índice del capítulo
Tesis Interpretativas
1. Es necesario un debate sobre el modelo energético, no sólo sobre la energía nuclear
2. La historia de un rechazo social que aún perdura
II. Red de los Fenómenos
1. La cuestión nuclear, o lo nuclear como cuestión
1.1 Una energía fáustica
1.2 El movimiento antinuclear
1.3 El lobby nuclear
2. La cuestión nuclear en España
2.1 El proceso de nuclearización
2.2 El movimiento antinuclear
2.3 ¿Hay una moratoria nuclear?
3. El debate nuclear
3.1 El debate global: el desarrollo sostenible, argumento de doble dirección
3.2 La energía nuclear en el mundo
3.3 Diferentes estrategias nucleares
4. El debate nacional: lo que pensamos y lo que se dice
4.1 La construcción de la opinión pública
4.2 Evolución y estado actual de la opinión pública
Referencia:
Baigorri,A., Caballero, M., Chaves, M. (2009), "Cap. 4. Opinión pública y debate nuclear" en Fundación Encuentro, Informe España 2009, Madrid, pp. 291-359
Enlace al texto completo
Enlace al Informe completo: http://www.fund-encuentro.org/informe_espana/indiceinforme.php?id=IE16
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