2.01.1981

Informe socio-territorial para el PGOU de El Puerto de Santa María (1981)



Los trabajos que realicé sobre el Suelo No Urbanizable para el PGOU de El Puerto de Santa María supusieron para mí un avance importante en la reflexión sobre los conflictos por los usos del suelo, las funciones no agronómicas del suelo, o el fenómeno de las parcelaciones ilegales. 
Un aspecto especialmente interesante fue la presencia de una actuación de colonización del IRYDA, en cuyo análisis aproveché la experiencia de lo realizado sobre el Plan Badajoz en 1977 y 1979.
Fue un PGOU muy traumático en su tramitación, pues era una época de grandes inversiones especulativas como Puerto Sherry. Y el trabajo me permitió, por una vez en mi vida (y esperemos que la última) visitar una cárcel. Claro que no estaba todavía en uso, fue la del Puerto II, cuya construcción acababa de completarse.



CONTENIDO
La paginación no es correlativa, pues son fragmentos del documento general, dirigido por Mario Gaviria, que recogía otros trabajos del resto del equipo. Las anotaciones y correcciones a mano sobre el texto son de Gaviria.
 
l. Los usos agropecuarios del Suelo (dice pag. 154) 
2. El poblado de Dofia Blanca y los regadíos de la Margen Derecha del Bajo Guadalete, una equivocada acción estatal que requiere una reconversión y mejora (dice pag. 162) 
3. Los nuevos regadíos de la Costa Noroeste de Cádiz transformarán por completo la fisonomía territorial de El Puerto de Santa María (dice pag. 209) 
4. La función residencial del territorio. El problema de las parcelaciones y la satisfacción de las necesidades de la población (dice pag. 269) 
5. Cuatro grandes contradicciones en el territorio de El Puerto de Santa María (dice pag. 412)

Con este material alguno que yo me sé se habría sacado uno de sus seis sexenios, con muchísimo menos los han acumulado con cinco artículos del mismo tema en dos revistas de amiguetes. Porque de estar en la Academia, o haber tenido visión de futuro (pero quién pensaba entonces en la Universidad, hasta la carrera había abandonado) habría dado de sí para un par de artículos en Agricultura y Sociedad, uno en Revista de Estudios Agrosociales, uno o dos en Ciudad y Territorio/ Estudios Territoriales e incluso alguno en alguna revista internacional de Sociología o Ecología Humana. Pero a mí apenas me dió para sobrevivir unos meses, hasta el siguiente encargo en quién-sabe-dónde, el siguiente duelo en OK Corral... 

Referencia:
Baigorri, A. (1981): Trabajos sobre el SNU para el PGOU de El Puerto de Santa María

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10.24.1980

Frente del Ebro (1980)




Así empezamos, en 1980, la batalla contra el "minitrasvase". Todo se quedaba en casa: yo estaba en la organización de la movilización, y yo redactaba la noticia (con algo de sesgo, claro). Y a Andalán seguíamos llenándole la revista pro bono. La portada (fotos y el artículo/reportaje a que remite) también era nuestro: la portada anuncia el último artículo para prensa que escribí con Gaviria.

No conseguimos evitar el trasvase a Tarragona, pero al menos no llegó hasta Barcelona. Algunos han rentabilizado pero que muy bien todo aquello.



10.13.1980

La plaga misteriosa (1980)



Uno de tantos reportajes que hice para el entonces semanario aragonés Andalán, varios de ellos firmados también por Mario Gaviria. Eloy Fernández Clemente, el propietario y cronista oficial del periódico y de tantos otros asuntos de Aragón, suele olvidarlo, qué le vamos a hacer si yo era un rebelde. Algunos de los reportajes incluso los cobré. Este, como otros, no. Era militancia, y lo cierto es que ya estaba abandonando el periodismo, dedicado al planeamiento urbanístico y territorial. 

Los "modelos" de las fotografías también tienen su historia, pues son sociólogos: en la portada Antonio Marín, un sociólogo libertario que aunque murciano de Cieza como Antonio Lucas Marín, estaba (entonces) en sus antípodas. Hizo alguna cosita con nosotros, pero decía que no le gustaba la Sociología y tras un desengaño emocional acabó volviéndose a Cieza, a llevar la empresa familiar (allí lo vi años más tarde, hecho un pequeño potentado pero igual de amable, cuando pasé cerca, haciendo un informe sobre artesanía en Castilla la Mancha,  y me acerqué a saludarlo). Hoy veo que anda en mis antípodas, pero seguro que sigue siendo el buen chaval que era. El que aparece en otra de las fotos también era sociólogo, Alfredo Pérez Palacios. Conocí a ambos, junto a la mujer de Alfredo, Asunción Sobreviela, cuando se me presentaron puede que hacia 1980 en un acto en Zaragoza (recuerdo que en el Centro Cultural Pignatelli pero no recuerdo el tema) porque querían que les llevase a conocer a Gaviria, y trabajar con nosotros. Los tres vivían por aquel entonces en el pueblo (Remolinos) y la casa de Alfredo, y parecían muy entusiastas, intimamos bastante, hicimos no pocos proyectos de sobremesa y participaron en algunas de las movidas ecologistas que organizamos, contra la General Motors o el Trasvase del Ebro. Incorporé a Alfredo en varios de nuestros proyectos (en La Rioja y Extremadura) pero en ninguno terminó participando, porque la vida de "pistoleros a sueldo" arrastrando a menudo a la familia de aquí para allá, como yo andaba (o como Mario, con la familia destartalada) era bastante dura, y querían algo más tradicional. Finalmente, cuando en 1986 yo rompí con Mario y deshicimos la empresa, Alfredo y Asunción se incorporaron a su equipo (1986), y tan intensamente que se fueron con su niña a vivir con él a Pamplona (precisamente por no estar dispuesto a irme a vivir a Pamplona, además de por el ultraje económico que me habían hecho, rompí con Mario y los otros socios). Y no volví a saber de ellos. Sé que tras algún trabajo con el equipo de Mario para el Ayuntamiento de Zaragoza consiguió una plaza en una concejalía, primero como laboral y muy poco después como funcionario. Osea que en cierto modo también se volvió a su pueblo, como Antonio, pero comme il faut: como sociólogo funcionario. En 2018 me saludó Asunción en el homenaje a Gaviria en Tudela, y me contó que Alfredo había fallecido en 2011. Pero vamos al tema:

"Una misteriosa enfermedad va a obligar, con toda seguridad, a destruir la totalidad de la cosecha de maíz de más de 1.000 hectáreas de la Ribera navarra y aragonesa. Los hongos y las deformaciones que han convertido a estos campos en un museo de monstruosidades vegetales, afectan a las tierras que se vieron anegadas por las aguas del Ebro en las últimas inundaciones. Pero, a estas alturas, no se sabe si la enfermedad se ha producido por este origen, o a causa de la utilización de determinados herbicidas, o por el vertido incontrolado de algún producto tóxico al Ebro, o por escapes radioactivos de la central nuclear de Santa María de Garoña. Lo que sí se sabe es que los paganos de este desastre van a ser los de siempre; los menos culpables: los agricultores."






Referencia:
Baigorri, A.,, Gaviria, M. (1980), "La plaga fantasma", Andalán, Num 292, pp 10-12
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10.01.1980

Crisis e ideología de la crisis (1980)


Publicado en la revista de breve vida Transición. Trabajo, economía, sociedad, hija "seria" de El Viejo Topo cuando éste se convirtió en producto de consumo masivo introduciéndose en la postmodernidad, el artículo plantea un cuestionamiento de los planteamientos del marxismo académico y escolástico (Sweezy, Mandel, Gunder Frank, Magdoff, etc) que en cierto modo venían a legitimar el discurso de la crisis (al que denomino "ideología de la crisis"), que es utilizado como una herramienta/amenaza permanente para la doma de los sindicatos. Pongo de manifiesto la idea, inspirada por Gaviria, de que es una falacia hablar de crisis cuando las economías seguían creciendo (pero menos), y sobre todo la de que la auténtica crisis está por venir, y será la crisis ecológica.
Pero los elementos que caracterizan el actual estadio del capitalismo
no están cambiando, solamente se acentúan sus contenidos. Así la concentración monopolista, la intemacionalización del capital y su concentración, la explotación de las áreas periféricas (a todas las escalas), la automatización, el robustecimiento de la tecno-burocracia (posiblemente la nueva clase ascendente y cuya futura hegemonía puede llevar al surgimiento de un nuevo modo de producción previo al socialista), etc. Casi nada nos induce a pensar seriamente que lo que está cambiando sea el modelo de acumulación. Tal cambio esrazonable pensar que la clase dominante lo tiene in mente y lo llevaría a cabo con la siguiente revolución tecnológica
Y si Gunder Frank y otros tuviesen razón en las acusaciones de reaccionarismo que hacen a los ecologistas, nuestra hipótesis de que las clases dominantes se preparan para la escasez aún estaría más'fundamentada. Sólo cambiando el sistema podría la burguesía "absorber" el ecologismo radical, o al menos "controlarlo" en su provecho.
Montados sobre una tasa de crecimiento, a duras penas estamos llegando a la cima. Un poco más allá está el precipicio.
(...)
¿No es entonces más cierto probablemente que nos hallamos ante una simple y llana purga, por la que el sistema se está limpiando la piel de granos, espinillas y verrugas? En tal caso, a quien sino al sistema le interesaría en mayor medida que esto pareciese una crisis grave, porque sólo la gravedad justifica las actuaciones directas y sin contemplaciones ...
(...)
La mejor defensa de la burguesía frente a posibles crisis es precisamente el miedo a las mismas, lo que llamamos la ideología de la crisis
(...)
LA VERDADERA NATURALEZA DE LA CRISIS, O EL ULTIMO EMPUJON. Pero no hay que preocuparse. La crisis va a llegar, y seguramente no tardará demasiado. Quizá la veremos, aunque no ahora. Por ahora parece posible un nuevo relanzamiento, basado en los nuevos sectores punta, 
(...)
Así, la CRISIS en la que estamos a punto de entrar (¿diez, quince, veinte años ... ?) puede ser la última no tanto por sus aspecto económicos como por lo demás.
REFERENCIA:
Baigorri, A. (1980), "Crisis e ideología de la crisis", Transición. Trabajo, economía, sociedad, Num. 25, pp. 18-22
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8.11.1980

Retrato de un colonizado. Donde se habla de la decadencia y muerte del saber campesino (1980)


"(...) Los espacios rurales, colonizados pues por los espacios urbano-capitalistas, han terminado estructurados en función de las necesidades de los centros, de las metrópolis. Y como en toda relación imperialista, la explotación se centra en tres frentes: el simple expolio de los recursos, la extracción del excedente de trabajo de unos agricultores y la proletarización de otros, a los que previamente o bien trasladan al espacio urbano industrial, o bien transforman en proletariado industrial dentro del mismo espacio agrario, con fábricas instaladas allí donde hay suficientes recursos y suficiente fuerza de trabajo excedentaria.

Al fin, las previsiones y deseos de los redentores y Mesías del campesinado, de Jovellanos a Kaustky, de Costa a José Antonio, se han cumplido. No tuvieron otra obsesión que conseguir que los campesinos vivieran como los obreros de las ciudades, y a fe que lo han conseguido, y en algunos lugares se han pasado. Sobre todos ellos planeaba la nebulosa idea de que el fin más alto a que podía aspirar el campo era a parecerse a una inmensa fábrica, como las que funcionan en las ciudades.

Y así el campo, o mejor los espacios rurales, no se han modernizado, sino que han sido modernizados por fuerzas extrañas. Han sido colonizados por una determinada forma de modernidad, la urbano-capitalista.

Y un reflejo de las nuevas formas que la producción ha adquirido ha de ser la cultura, en su más amplio sentido. El agricultor se ha especializado en la producción de alimentos y ya no sabe hacer nada más. Incluso para producirlos depende del exterior. Fuera debe de comprar todos los utensilios, desde la tajadera de hierro hasta el tractor, y la energía para hacerlos funcionar, porque ni la energía metabólica ni los propios alimentos naturales sirven ya. Ni siquiera sabe repararlos cuando se le estropean. Para eso están los talleres.

Y frente a esa casa de adobe (...)"




Referencia y acceso al texto

Baigorri, A. (1980), "Retrato de un colonizado (donde se habla de la decadencia y
muerte del saber campesino)", Bicicleta, Num, 28-29, pp. 52-55