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5.27.1987

De lo que hay, y de lo que se podría (1987)


Este documento recoge los dos libritos que el desaparecido periódico EL DÍA de ARAGÓN editó en 1987, dentro de su colección de promoción de la lectura “Pensamiento y Cultura”. Los librillos (más bien panfletos, pues cada uno de ellos tenía apenas 60 páginas), en los que se recogían los artículos de opinión que publiqué en ese periódico entre 1982 y 1986. A ellos les pareció interesante publicar aquello, y a mí, que acababa de instalarme en Extremadura, me sirvió para mantener durante algo más de tiempo mi conexión ‘virtual’ con la que hace ya muchos años considero mi ex-tierra. En varios de los artículos incluí en el libro addendas, o bien comentando su impacto, o hechos posteriores relacionados.

La temática es muy diversa: medio ambiente, regionalismo, luchas por el agua, conflictos sociales, nacionalismo, identidad, cambio social, educación, etc.

Aún duró un poco más esa conexión virtual, y por eso he añadido como anexo algunos de los pocos artículos publicados en EL DÍA después de 1986 relacionados con Aragón.






Del Epílogo, del poeta y novelista (y obviamente amigo, Angel Delgado)

"Si yo fuese director general de Educación de Aragón -o de la ONU, mejor- pondría este libro (y otros' trabajos de Artemio, Gaviria, Silber, Borao, Labordeta, Guarc, Lucía, etc.) como área -ahora se dice así, creo-- obligatoria. La llamaríamos «Preparando un mundo más feliz», así de simple y dificil. Mientras llego, a ver qué consejero se atreve a empezar por alguna escuela de barrio o universidadpopular. ¿...ve usted, amigo lector?, Artemio crea sueños. Y el sueño es un radical, porque es libre, y como no tiene miedos ve que pueden ganarse todas las batallas. Habrá que decirle que no sea tan libre, porque encima de volvemos locos de tanto hacemos pensar, no podemos etiquetarlo ni criticarlo (acaso metemos la pata), y además nos da envidia. ¿O a lo mejor hay que darle las gracias, por esto...? Quizás es también un poco duro. Puede ser influencia del cierzo o de la boira. O de la soledad.Artemio Baigorri pertenece a los llamados (entre 1970-80) «ideólogos de la libertad », o «sociólogos de la base, los currantes y los militantes». Se hizo en la «Ebro's University» y perfeccionó técnicas en la «People's Luchas School».Enlazaría con los distintos movimientos o escuelas -machacadas a través de los siglos- de utópicos que harían suya aquella frase de Hegel: «la historia es el desarrollo de la idea de libertad». El quitaría lo de «idea». Debido a esta trayectoria, frente a los tecnócratas de poco ha que nos imponían la siesta o el «échate a dormir», o frente a los burócratas actuales que nos proponen la modorra, A. Baigorri termina siempre, aunque él no lo pretenda, sugiriéndonos la utopía, el sueño realizable y concreto. ¿Lo hacemos...?"
Referencia:
Baigorri, A. (1987), De lo que hay (y lo que se podría). Artículos 1982-1986, Tomos 1 y 2, Ediciones del Valle, Zaragoza

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9.09.1984

Alcalde, pónles un huerto (1984)

De cuando (todavía, y venía proponiéndoselo desde 1980) las izquierdas no veían bien los huertos urbanos (las derechas tampoco, claro). El artículo está cual se publicó en 1984 en el diario El Día de Aragón, pero he incluido la Addenda que añadí en una recopilación de algunos de mis artículos que ese periódico publicó unos años más tarde. 




ALCALDE, PONLES UN HUERTO

Artemio Baigorri


     No sé si es un hecho real, o la impresión responde más bien  a la afición que uno le tiene al tema. Pero cada vez que paso por  Zaragoza me da la sensación de que el número de parcelaciones  ilegales sigue aumentando compulsivamente.

     Entre la autopista vasco-aragonesa y el Ebro hay al menos  una docena, algunas muy recientes a juzgar por el estado de las  construcciones. Es ésta una zona de difícil acceso, a causa de la  compartimentación espacial que provocan las infraestructuras y el  río, y por tanto de difícil vigilancia. Pero no puede decirse lo  mismo de las márgenes de la autovía Zaragoza-General Motors, en  la que es fácil controlar la evolución del fenómeno. Basta, en  cualquier caso, con un recorrido aéreo entre Zaragoza y Alagón,  para comprobar el alcance real. A vista de pájaro casi no hace  falta cartografía para distinguir el perímetro del término muni cipal de Utebo, ocupado en su práctica totalidad por toda clase  de usos imaginables.

     Se trata de un hecho delicado, y supongo que por esta razón  la vigilancia no se extrema, ni por parte del Ayuntamiento ni por  parte de la DGA, a pesar de las campañas en cuatricomía y papel  cuché (que ya en Madrid y otras regiones se mostraron insuficien tes) realizadas contra las urbanizaciones ilegales. Al fin y al  cabo, los actuales usuarios de las parcelaciones (que no los  parceladores, adviértase el matiz) pertenecen al pueblo trabaja dor y socialista que ha votado al PSOE. Y hay que reconocerles en  principio, las matizaciones vendrán después, el mismo derecho  agozar y consumir la Naturaleza circundante que a los ricachos y  adjuntos.

     Estos, con todas las de la ley (que la ley es, casi siempre,  cuestión de dineros), se han montado la urbanización fetén en el  campo, el campo en la ciudad (esos modernos bloquecitos de baja y  tres con dúplex, que están muy bien pero sólo están al alcance de  unos pocos), o directamente el chalé aislado cumpliendo incluso  la normativa sobre parcela mínima. Pero el obrero español accedió  a las vacaciones de verano cuando las playas se pusieron imposi bles e higiénicamente peligrosas. Pudo acceder al coche cuando la  gasolina se puso por las nubes y la ciudad se hizo intransitable.  Accedió al piso en propiedad cuando éste se tornó colmena, o a la  Universidad cuando se ha hecho inútil. Y ahora que pueden algunos  -pocos todavía- acceder a la parcelita, final de esa larga elipse  iniciada al emigrar del campo, resulta que es ilegal casi todo  cuanto se proponen al respecto. Para que hablen algunos cretinos  y ex-ministros de «la envidia igualitaria»...

     Además los técnicos les vienen atacando con doble saña,  porque además de ilegales son pobres, hacen unas casetas muy  horteras y llenan las parcelas de chuminadas (hace ya unos años  esbocé en El Viejo Topo lo que podría ser una semiótica de la  cha-lé-bola, que un día hemos de profundizar). Y es que los  técnicos de estas materias, hijos del siglo, vanguardia de la  vanguardia, guay del paraguay, entienden por cultura popular  aquélla que elaboran unos cuantos listos a imitación de lo que  hacía el pueblo entre cincuenta y doscientos años atrás (lo que  también debía resultar bastante hortera a los «sabios» del momen to); y no la que hace el pueblo del siglo, esa vulgar clase media  alimentada espiritualmente por la TV y el "Pronto", obsesionada  por rellenar fachadas con azulejos de colorines y ladrillos  amarillos de caravista (osea el posmudéjar, por definirlo "a la  page").

     Léase en suma, todo ésto, como manifiesto que llama a permi tir al pueblo zaragozano el goce del campo, o natura, del que fue  expulsado hace cosa de veinte años. Justo cuanto los trajeron  aquí, a rellenar el Charco y hacer bulto en el Pilar.

     Pero hablaba de matices. Pues es inconcebible que por cier tos pruritos socializantes, y/o populacheros, se esté permitiendo  de facto la progresiva destrucción de la huerta de Zaragoza. Lo  que es grave no sólo por lo que de destrucción de suelo fértil  conlleva, sino sobre todo, en este caso, a efectos paisajísticos  y de ordenación urbana.

     Los únicos parajes rústicos más o menos atractivos con que  hoy cuenta Zaragoza, los únicos que vale la pena conservar, son  las huertas (y algunos sotos). Que ya han sido brutalmente mor disqueadas por autopistas, ferrocarriles, variantes, fábricas y  para colmo por el monstruoso Actur.

     Situada en el centro mismo del valle del Ebro, la ciudad no  precisa para su abastecimiento en fresco de una corona de huer tas, por lo que no hay que argüir razonamientos agroproductivos  (que ahí están); pero necesita la huerta como falso cinturón  verde. Porque si prescindimos de las huertas el entorno de Zara goza queda reducido a un auténtico desierto. «Sobre el monte  pelado / un calvario», que diría Lorca.
     Por lo que también debe leerse todo ésto como varapalo  ecologista y sensual a las autoridades, por permitir el goze  incontrolado y chapucero de la huerta feraz.

     ¿Qué nos queda entonces, tras este viperino ataque a disetro  y siniestro? ¿Es acaso este panfleto una suerte de crítica des tructiva y nihilista, que dicen?. No por cierto, porque aún nos  quedan unos cuantos miles de hectáreas de tierras comunales, al  sur de la ciudad, en suelos de secano y de pésima calidad agronó mica (en donde debiera haberse construído el Actur si es que,  cosa harto dudosa, realmente hacía falta). Por ahí debiera haber se orientado el crecimiento de Zaragoza, saltanto el Canal en vez  de el Ebro, a la búsqueda de suelos más baratos, públicos y  además más sanos para vivir. Es en estos terrenos, y no en las  huertas, donde debe plantearse la arcadia-findesemana apara los  zaragozanos.

     No debe preocupar que sean tierras malas, feas y hoy por hoy  sin agua. Las hemos visto, peores que éstas, convertirse en  vergeles por obra y gracia de la imaginación popular, en  Alicante, Cádiz, Madrid, Barcelona, y aún en algunas  urbanizaciones de secano en Aragón; así que con un poco de ayuda  veríamos aquí selvas.

     Pongamos las cosas en su sitio. Pues como decía Ortega  hablando de otro tema, «la realidad actual nos facilita  desgraciadamente el asunto», mientras Boris Vian aclaraba con más  estilo, por boca del Mayor: «Es una lástima que se pierda tan  buen alcohol».

     El caso es que tenemos en zaragoza un gran volumen de  población deseosa de salir al campo, de tener su trozo de tierra,  aunque sea pagando (en ciudades más postindustriales el fenómeno  de las urbanizaciones ha remitido, está ya casi saturado; ahora  crece la demanda de huertos y no de chalés). Tenemos unas cuantas  decenas de miles de parados y jóvenes desocupados (a los que me  resisto a llamar «parados» por cuanto aún no han «iniciado»  nada), todos ellos con ganas de sacarse unas pesetas, o una ayuda  al autoabastecimiento de la familia. Tenemos niños que en su vida  han visto al natural (sí, es cierto, aquí en Zaragoza) un pollo  con sus plumas puestas, y tenemos tierra abundante, sol y  posibilidades de llevar agua. Una gran operación de  aprovechamiento de parte de los comunales para estos menesteres  podría llegar a suponer la más poderosa transformación del  paisaje del sur de la ciudad, desde que Pignatelli llegó en barca  al puente de América.

     Parece además que sigue adelante, ya de forma institucional,  ese proyecto del que nos hemos hecho eco en alguna ocasión, y que  unos pocos chalados del ecologismo progresista venimos predicando  hace años: repoblar los pueblos abandonados, reconstruir  comunidades, reutilizar las tierras, pastos y recursos  abandonados, pero con un sentido económico y racional. Será  fantástico si llega a funcionar, porque permitiría salvar de la  locura cotidiana a no pocos jóvenes urbanos, y transformaría en  riqueza lo que hoy es ruina y abandono. Pero es evidente que por  ahora eso no puede llegar a todos. 

     Entretando hagámosles más habitable la ciudad al resto, con  poco gasto. Y no olvidemos a esa gran masa de gentes maduras (los  que llenan de contenido el concepto de «currela»), que ni son  niños ni jóvenes ni ancianos, obsesionados por hacer algo en el  poco tiempo libre que les deja la cadena de montaje, y para cuyo  esparcimiento ni ésta ni ninguna otra ciudad hace otra cosa que  construir gigantescos campos de fútbol o plazas de toros.

     Léase pues, en suma, todo ésto, como lo que en realidad es:  una llamada a los ciudadanos-jefes para que les den vicio a los  ciudadanos-electores.

     Alcalde, ramón, oye, que te lo vengo escribiendo por ahí  hace más de cuatro años. Que hace algunos más tú me hablabas de  «urbanizar el medio rural y ruralizar las ciudades», y ésta es  una oportunidad de oro. Date prisa, antes de que te fagocite tu  propia corte, o cohorte. Que estas cosas salen baratas y dan  mucho gusto al pueblo. Que con cuatro tubos, un chorrico de agua  y una azada se entretiene el personal hasta que caiga la bomba.  Anda, quió, pónles un huerto a los chicos.

Posdata (esto del «pos» es que no hay manera de evitarlo): otro  día podemos hablar, si ustedes gustan, de cómo hacerlo bueno,  bonito y barato. 

9.IX.1984   Escrito en Tarragona, mientras analizaba la problemática de Salou como ciudad turística, y escribía una guía para turistas cultos que el Ministerio que pagaba todo nunca publicó




                                                                  
ADDENDA para el libro "De lo que hay y de lo que se podría" (1987) : 

Es curiosa la historia de las ideas. El tema de los huertos familiares viene de lejos. Cuando empecé a estudiarlo hacia el año 80 u 81, no me movía ningún afán inventor, sino la impresión que me causó el ver cómo los bulldozer arrasaban miles de huertos espontáneos en las márgenes del Llobregat y el Besós, coincidiendo con una estancia en Barcelona. Se hablaba entonces de huertos antihigiénicos que extendían enfermedades y que había que destruir para la limpieza de las ciudades. Así actuaban también en Madrid. Descubrí entonces que aquél fenómeno espontáneo, que como mecanismo de supervivencia ensayaban los charnegos en paro, no era sino la aplicación popular y espontánea de ideas largamente maduradas en la historia del agrarismo español, y puestas en marcha con carácter urbano en algunos países de Europa hacía un siglo.
     Cuando empecé a «predicar la buena nueva», algún amigo de entonces tachaba mis planteamientos de «rémoras falangistas» o algo así (luego se convertiría en propagandista de los huertos, y aún no pocos pensaban que él mismo se los había inventado), y los más comprensivos dejaban los calificativos en «populismo barato». Afortunadamente, mi primera propuesta al respecto la había publicado en "El Viejo Topo" y no en "ABC", y posiblemente eso me salvó de la espada flamígera.
     En 1983 realizamos un estudio sobre "Perspectivas y posibilidades de la agricultura periurbana en el Area Metropolitana de Madrid", a raíz del cual diseñábamos y proponíamos un plan de mejora del entorno metropolitano entre cuyos elementos fundamentales estaba el fomento masivo de huertos familiares de ocio, recreo y subsistencia. La reacción de los responsables del organismo contratante (la Consejería de Ordenación del Territorio de la Comunidad Autónoma de Madrid) fue censurar el estudio impidiendo su publicación cuando ya estaba en imprenta,e incluso atacarlo públicamente como reaccionario. Se decía que la prédica de los huertos familiares era un fomento encubierto de las parcelaciones y urbanizaciones ilegales, y se quedaban tan anchos. Evidentemente lo de los huertos no resultaba muy posmoderno.
     En Zaragoza se ve que participaban del mismo espíritu cateto, puesto que los comunistas del Ayuntamiento (que no sé cómo consiguieron un ejemplar del estudio de Madrid) intentaron al parecer desarrollar algo parecido para Zaragoza y no se les hizo ningún caso. A mí, en cualquier caso, siempre me extrañó que Sainz de Varanda no viese las posibilidades del tema; pero también es verdad que todo lo que tenía de buen político y gran persona lo tenía de tozudo, y además debía de estar ya un poco harto  de muchas cosas...Ni siquiera el Plan Joven (o al menos el llamado «primer borrador» al que he tenido acceso), demasiado cargado de referencias a una sociedad del ocio que no es la que más se ajusta a las ciudades industriales españolas (caracterizadas por la crisis económica y la escasez de trabajo, más que por la escasez de equipamientos y ofertas de ocio) ni siquiera ese proyecto recoje entre sus propuestas la posibilidad de crear huertos escolares, huertos de ocio para jóvenes naturistas, huertos de ayuda económica y supervivencia para jóvenes parados...
     El caso es que hace ahora sólo unos meses el mismo político madrileño que ponía a parir nuestro estudio (y que de hecho todavía tiene bloqueada su publicación, cuatro años después) tiene al parecer una aparición como la de San Pablo, y descubre que lo de los huertos familiares puede dar mucho juego...al menos hasta las elecciones regionales. Y se pone en marcha nada menos que un proyecto de 150 Has de huertos con un gran despliegue de medios. Y hasta Leguina sale en los papeles predicando la buena nueva y diciendo que ya lo decía él no sé cuando...
     Así pues Madrid, espejo maravilloso en el que pretenden mirarse últimamente (en fin, como antes) todas las grandes ciudades españolas, ha puesto por fin en marcha un programa de creación de huertos familiares. A ver si ahora en Zaragoza se animan un poco...



ADDENDA 2 para este post (2018). 
Allí en donde yo proponía recuperar el paisaje con huertos, se han plantado viviendas...vacías.


8.10.1981

La Ribera yanqui del Ebro (1981)


"La lucha y la oposición a la presencia yanqui en la Ribera del Ebro no es nueva. Personalmente escribí mi primer alegato contra los aviones en mayo del 75. en un diario zaragozano, y no hacía sino reflejar el sentir generalizado de mi entorno geográfico. Pero obviamente antes del 20-N de ese mismo año la situación no ayudaba mucho a esta lucha, y todo se reducía a textos como los que se publicaban en e1 Andalán de aquellos tiempos, además de las charlas de café.
Tras el óbito o paso a mejor vida del general pardo, la presencia yanqui se hizo por un tiempo más disimulada (ver cuadro de accidentes: "Lo que cae del cielo ... "), porque se estaba en una situación muy extraña: ni los querían los ultras por demócratas, ni los quería la izquierda por imperialistas. Los herederos del general solucionaron el entuerto el 24 de enero de 1976, cuando Areilza y Kissinger firmaron el autodenominado Tratado de Amistad y Cooperación entre los Estados Unidos y España, que prorrogaba por cinco años la ocupación yanqui de la base naval de Rota, de las bases aéreas de Torrejón, Zaragoza y Morón. el campo de tiro de Bardenas, el oleoducto Zaragoza-Cádiz y otras instalaciones en todo el territorio español. 
Desde entonces, la lucha se ha generalizado, protagonizada por los grupos ecologistas y por los partidos de extrema izquierda (aunque también el PCE y el PSOE han participado en algunas campañas, y desde luego el alcalde de Zaragoza se ha destacado por encima de la política de su partido, convirtiéndose casi en padalín de la lucha contra la base). Una lucha que se ha materializado en numerosos intentos de llegar en marcha hasta las instalaciones del polígono (todos terriblemente fallidos con excepción de la marcha que la Convención Republicana protagonizó en mayo de 1978 mientras varios miles de ecologistas se divertían en el Soto de Arguedas, cerca del polígono, y que estuvo a punto de terminar trágicamente), casi una docena de manifestaciones en Tudela, numerosos detenidos (entre ellos varios alcaldes de la zona, diputados y parlamentarios forales navarros que a finales de1980 acudieron a Madrid a manifestarse frente a la Conferencia de Seguridad Europea), multas y muertos. Gladys del Estal, muerta en la última gran fiesta ecologista que se celebró en Navarra, en Tudela,murió simplemente porque las FOP creyeron que los miles de ecologistas que se estaban divirtiendo en Tudela tenían previsto marchar por la tarde hacia el polígono de tiro (lo que no era cierto), y se apresuraron a disolvemos y expulsamos de Tudela. La consecuencia más directa, además de la generalización del terror entre la población, fueron varios heridos. alguno de bala. Y la muerte de Gladys, a la que nunca se olvidará en la Ribera."

REFERENCIA:
Baigorri, A. (1981), "La ribera yanqui del Ebro", El Viejo Topo, Num. 63 (diciembre), pp. 8-14
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10.24.1980

Frente del Ebro (1980)




Así empezamos, en 1980, la batalla contra el "minitrasvase". Todo se quedaba en casa: yo estaba en la organización de la movilización, y yo redactaba la noticia (con algo de sesgo, claro). Y a Andalán seguíamos llenándole la revista pro bono. La portada (fotos y el artículo/reportaje a que remite) también era nuestro: la portada anuncia el último artículo para prensa que escribí con Gaviria.

No conseguimos evitar el trasvase a Tarragona, pero al menos no llegó hasta Barcelona. Algunos han rentabilizado pero que muy bien todo aquello.



1.02.1980

General Motors vs Regadíos (1980)


"Los tecnócratas de todos los colores llaman desequilibrios espaciales a lo que no es sino una racional ordenación del espacio en función de un fin predeterminado: el lucro capitalista. Y por la misma llaman desigualdades regionales a lo que no es sino desarrollo desigual, división espacial (más sutil que eso de "internacional") del trabajo e imperialismo. Todo ello sigue un proceso multidireccional y lógico, pero Juego "descubren" que hay desordendonde hay. en fin , un orden preciso y casi milimétrico. Y todo ello va desde Ja estructuración de los usos del suelo en el más misero valle pirenaico hasta el llamado "nuevo.. orden económico internacional . Las relaciones de producción se reproducen y amplían. al decir de los clásicos.(...) 

El CORREDOR DEL EBRO ADQUIERE VALOR DE CAMBIO
 
Como veíamos más arriba. el espacio se va estructurando con cierta lógica. según la dinámica del sistema. y en función de ese fin último que es el lucro capitalista.Luego decíamos. llegan los planificadores, los expertos, y utilizan la llamada ordenación del territorio para legitimar el orden impuesto y descubrir nuevos espacios que hayan adquirido valor de cambio.(...) 
LA IMPOSIBILIDAD DE LOS REGADIOS EN LA RIBERA DEL EBRO 
Pero la acumulación de infraestructuras en un espacio "limpio" acaba generando la urbanización del mismo, un cambio sustancial en sus usos y aprovechamientos, siempre en función de obtener el máximo lucro capitalista, y ahí radica la imposibilidad de ampliación de nuevos regadíos en la Ribera, no el que estos no sean "rentables" -¿para quién tienen que ser rentables?. Si la ordenación territorial fuese lo que los tecnócratas dicen que es, esto es una estructuración racional del espacio en función de alcanzar la máxima utilidad para sus habitantes sin destruir el propio territorio ni otros adyacentes, deberá entonces pensarse que el mejor uso que puede darse a la Ribera es el agroalimentario. Hacer regadíos es, hoy, la mejor inversión que puede hacerse en España, donde tenemos que andar malvendiendo el cemento y el acero que producimos en exceso, donde el paro comienza a ser verdaderamentepreocupante. donde por culpa de la construcción de autopistas y superpuertostenemos un impresionante parque de maquinaria de obras publicas infrautilizado 
(...) 
En nuestros análisis colectivos sobre el terreno de los más importantes planes de riego del Estado español hemos podido comprobar cómo cada nuevo puesto de trabajo agrario genera en su entorno entre uno y dos puestos más en la industria y los servicios."

REFERENCIA:
Baigorri, A. (1980), "General Motors vs. Regadíos", Transición, Num 16, pp.14-18
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3.01.1978

Huelga de frutas y verduras (1978)


Reportaje periodístico sobre la huelga de asentadores de Mercazaragoza, un poco a la manera de las caceroladas en el Chile de Allende.


REFERENCIA:
Baigorri, A. (1978), "Huelga de frutas y verduras", Andalán. Num 154  (24 de febrero al 2 de marzo de 1978), pag. 5
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6.01.1974

Sender llega hoy a Zaragoza. Entrevista (1974)

Mi primera exclusiva periodística (y en una página 3, la estrella en la época), recién cumplidos los 18 (ahora a esa edad ni me permitirían publicarlo; entonces incluso cobraba, algunas pesetillas por crónica)... A Sender lo traía un "consorcio" que incluía al principal periódico de la región, el Heraldo de Aragón. Llegaba a Barcelona, donde dió una conferencia, y luego lo llevaban a Zaragoza. Fui a la conferencia y al día siguiente me las arreglé para colarme en el hotel y convencer a quien hacía de secretaria, Luz C. De Watts, que me permitiese entrevistarlo. Es curioso que siendo mayo, recuerdo la luz de la habitación como de tarde invernal, sería la orientación de las ventanas. 

Obviamente la seduje, porque al final de la tarde estaba dictando por teléfono mi entrevista al diario de la competencia, El Noticiero  (en el que yo escribía como corresponsal de mi pueblo, aunque para entonces estuviese estudiando en Barcelona). El Noticiero llegó a los kioskos por la mañana con la exclusiva chafada al Heraldo, a pesar de que éste había enviado a su "bestia negra", Alfonso Zapater, a acompañar a Sender. Zapater cree que lo ha monopolizado y según leo ahora tiene la desfachatez de decir "que ha permanecido junto al escritor desde su llegada y que sabe quiénes lo han entrevistado y quiénes no. «Tengo datos —afirma— para demostrar la falsedad de buen número de informaciones»". Juan Dominguez Lasierra, otro potentado del Heraldo de Aragón, recoge esa expresión prepotente y borra mi entrevista, desinformando con toda la desfachatez que "Artemio Baigorri también informa de la llegada de Sender el mismo día en El Noticiero"

Quizás intuía las reacciones, o me aleccionaría sobre cómo las gastaba aquella gente Vicente Calvo, porque inicié mi crónica (muy al estilo del Nuevo Periodismo, también es verdad) con prueba fehaciente de dónde y cómo: "En la habitación 710 del Hotel Avenida Palace, después de una brevísima espera, ha entrado don Ramón disculpándose, cuando era yo quien debía hacerlo por molestarlo". 

No sé cuánto tiempo estaría Zapater "junto al escritor desde su llegada", pero desde luego esa tarde, que es cuando pasé yo una hora con él, obviamente no estuvo. Llegaría tarde el tren de Zaragoza. Quizás hasta puede que ya lo hubiese "despachado", no le cayese muy bien a Sender, enjuto ya y camino de la modestia senil, esa exageración, prepotencia y pretenciosidad de machote que era Zapater (pocas cosas hay más insoportables que un grandullón pretencioso, más aún para un bajito). Por tanto, si ésa fue su crónica, era falsa. Y la remembranza que hace Dominguez Lasierra, compadre de Zapater, es sesgada e incompleta, y por tanto desinforma en lugar de informar. Como es tan habitual en cierto periodismo, ni miente ni dice la verdad, simplemente oculta el pisotón que desde El Noticiero (entonces algo más liberal, aunque meapilas, que el Heraldo; sería en sus talleres donde se imprimiría la revista izquierdista Andalán hasta el cierre del periódico) le dimos al todopoderoso (y afecto a cada Régimen sucesivo) Heraldo de Aragón. Osea, falsa, mentira. Mientes, Domínguez, como mentía Zapater. Como decimos en mi pueblo al que viene enfilado sin motivo, el típico borracho en fiestas, ¿te debo algo, u qué?

El asunto es tan tonto que en la entrevista incluyo el plan de viaje que tenía para el día siguiente, dónde iba a comer, por donde pensaba pasear... Como para no haber estado con él.




Es curioso porque (lógico en aquel ambiente hiperpolitizado del tardofranquismo) la visita de Sender resultó para muchos un poco frustrante, pues no resultó ser el viejo incendiario y resentido que esperaban que llegase a molestar al Régimen, sino un abuelo "de vuelta de todo"

Quién sabe si por eso, finalmente no regresó, a pesar de que esos eran sus (doy fe que ilusionados) planes al aterrizar en España. Como he leído por ahí, "Ramón J. Sender murió en 1982 en Estados Unidos, tras haber renunciado dos años antes a la nacionalidad estadounidense de la que había disfrutado hasta entonces, para morir como español. Lejos de su tierra, incomprendido y camino del olvido." No, obviamente no le gustó lo que vió, o las gentes que lo rodearon mientras estuvo aquí. Y que pretendían tenerlo apropiado en exclusiva. 

Referencia:
Baigorri, A.: "Ramón J. Sender llega hoy a Zaragoza", El Noticiero, 1/6/1974, pag. 3 

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