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1.22.2024

Hacia la Sociedad Telemática. Elementos de Sociología de Internet (2024)

 


El libro recupera una serie de trabajos, algunos inéditos y otros ya publicados o difundidos por otros medios, con algunas de las primeras teorizaciones en español, así como algunos análisis aplicados en España de Sociología de Internet. Actualiza el concepto de Sociedad Telemática y plantea los nuevos desafíos que Internet supone para las ciencias sociales, y en particular para la Sociología.

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3.09.2010

Historia de dos ciudades (2010)



"Badajoz es un modelo de desorden urbanístico desde los años 30 (no entramos en las razones, describimos la situación en la que todos cuantos han gobernado tienen responsabilidades, por supuesto que unos más que otros).
Ese desorden urbanístico, que en realidad es social, ha generado (ya señalé ese hecho cuando debatimos sobre la ubicación de la estación del AVE, que debería haber servido como instrumento de soldadura, y va a serlo de fractura) una ciudad polarizada. En este sentido la historia de Badajoz, en el siglo XX y lo que llevamos de XXI, es una historia de dos ciudades que planeamiento tras planeamiento se siguen ignorando. En suma, el Badajoz que vivimos es bipolar: hay un Badajoz obrero, humilde, descuidado por las Administraciones y en parte, o a consecuencia de ello, por los propios vecinos; y un Badajoz mesocrático orgulloso de sí mismo, mimado especialmente por las últimas administraciones."


Referencia y texto
Baigorri, A. (2010), "Historia de dos ciudades", Convención Badajoz Siglo XXI, PSOE

11.13.2000

La fractura digital en la universidad (2000)



"RESUMEN
La comunicación desarrolla el concepto de fractura digital, como expresión de la desigualdad en el acceso a las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación, y sus efectos sociales, y expone los resultados de una investigación empírica entre los estudiantes de la Universidad de Extremadura. A partir de una encuesta realizada por el Grupo de Investigación en Estudios Sociales y Territoriales de la Universidad de Extremadura en el curso 1999-2000, analiza las diferencias en el acceso a las nuevas tecnologías, y específicamente a Internet, de dichos alumnos, considerando como variables explicativas las características socioeconómicas de sus familias. Asimismo, considerando otra encuesta realizada un año antes, mide la variación que se ha producido respecto del curso anterior. Enmarcando los resultados en el análisis de los datos procedentes de las Encuestas Generales de Medios y otros estudios de ámbito nacional que señalan las diferencias existentes en función de la riqueza económica de las regiones.
Primera parte: planteamientos teóricos
1. INTRODUCCIÓN
La Sociología mantiene un pesado lastre, como ciencia social específica de la Sociedad Industrial, que le está causando un serio atraso en asumir el papel protagonista que le corresponde en el análisis y explicación de los fenómenos relacionados con las nuevas tecnologías de la información. El ímpetu con que ciencias sociales más jóvenes, como la Antropología Cultural o los Estudios de Comunicación han entrado en el estudio de dichos fenómenos, unido al fuerte peso que los paradigmas individualistas (especialmente el interaccionismo simbólico y las teorías del intercambio) tienen todavía en el conjunto  de las Ciencias Sociales, está provocando además una estéril especialización en temáticas transdisciplinarias muy interesantes pero a la vez muy limitadas, como la cultura web, ciberrelaciones y cibercomunidades, no prestando la necesaria atención a las principales y clásicas áreas de la Sociología, que siguen estando tan necesarias de atención en la Sociedad de la Información como lo han estado en la Sociedad Industrial (Baigorri, 2000). En consecuencia, la Cibersociología no termina de consolidarse con una perspectiva específica y una epistemología propia.
En este sentido, si hay un tema en el que la Sociología puede seguir jugando un papel esencial, en la Sociedad de la Información, es el de la desigualdad. Lo que ha sido denominado por algunos autores “el discurso neoliberal de la tecnología” (Armitage, 1996), incluso como una cierta forma de totalitarismo (Virilio, 1996), que se limita a loar las virtualidades de las Nuevas Tecnologías de la Información (NTI), y que en lo que a los aspectos sociales se refiere se limita a transcribir las teorías más ideológicas que sociológicas de Castells, está funcionando como denso arbolado que no deja ver el bosque. Sin embargo, como muy atinadamente apunta Rifkin en su último libro, mientras que un quinto de la población mundial está migrando hacia el ciberespacio, para el resto la preocupación principal sigue siendo la lucha por su supervivencia, y el acceso a bienes informacionales básicos: cuando en torno al 60 % de la población mundial no ha recibido nunca una llamada telefónica, y en torno al 40 % ni siquiera dispone todavía de energía eléctrica, debemos plantearnos si nos estamos ocupando de los asuntos realmente importantes (Rifkin, 2000).
En este marco nos aparece la gran fractura social que va a caracterizar las primeras décadas del siglo XXI: la división entre info-ricos y info-pobres, esto es, entre quienes tiene y entre quienes no tienen acceso a los bienes de la Sociedad de la Información (Baigorri, 1998). Una fractura que no se produce únicamente entre sociedades desarrolladas y subdesarrolladas, sino entre grupos sociales dentro de ambos tipos de sociedades (Pruett, Deane, 1998).
(...). "



REF: Baigorri, A., Fernández, R. (2000), "La fractura digital en la universidad", I Congreso Internacional Retos de la alfabetización tecnológica en un mundo en red, Cáceres, Noviembre, 2000

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4.10.2000

Elementos para un análisis crítico de la Red. Luces y sombras de las Nuevas Tecnologías de la Información (2000)


"RESUMEN
Las nuevas tecnologías de la información, y dentro de ellas específicamente la World Wide Web, o Internet, plantean sin duda nuevos desafíos al análisis social. Junto a la evidencia de que modifican en profundidad la forma en que nos relacionamos y nos comunicamos, los mecanismos de la producción y difusión del conocimiento, e incluso las formas de organización social en ámbitos como la economía y la política, y que ese conjunto de efectos van a contribuir a una creciente democratización mundial, se observan elementos que conducen a algunos observadores a considerarlas un elemento distorsionador e incluso desestructurador de la sociedad, que fomentan o consolidan las desigualdades sociales y facilitan el control social por parte de los grupos más poderosos.
Sin embargo (especialmente a medida que avanza la investigación empírica) se hace cada vez más palpable la escasez de construcciones teóricas que permitan a los estudiosos sociales disponer de un marco en el que ubicar sus investigaciones.
En la comunicación se plantea una reflexión teórica, a partir de las evidencias empíricas de las que vamos disponiendo, en torno a los elementos más críticos de la red de redes: Internet. Al tema más ‘clásico’ de la desigualdad que, bajo el concepto doble de inforicos/infopobres, se viene desarrollando en los últimos años, deben añadirse otras cuestiones derivadas de la propia estructura y organización de Internet. Así, se plantean, básicamente, las siguientes cuestiones, desde una perspectiva sociológica: internet y desigualdad (inforicos e infopobres); el control de la red y de los usuarios (internet y democracia); la cuestión de la identidad (la net-ciudadanía); la entropía y la fiabilidad de la red (la nube de smog binario); y la red como espacio de la anomia (anomias y perversiones)"

REF: Baigorri, A. (2000), "Elementos para un análisis crítico de la Red. Luces y sombras de las Nuevas Tecnologías de la Información", Congreso Internacional Retos de la alfabetización tecnológica en un mundo en red. Infodex. Cáceres. Noviembre 2000

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9.15.1998

Info-ricos e info-pobres Navegando sin remos sobre la cresta de la ola (1998)

"La fractura fundamental de las sociedades ricas avanzadas ya no viene determinada únicamente por el acceso a la propiedad de los medios de producción, ni siquiera por el factor de división en grupos de estatus determinado por las diferencias en el consumo. El acceso a la Información, y a través de ella al conocimiento, condiciona hoy en mayor medida la división y la estratificación social. De ahí que hoy hablemos, también, de inforicos e infopobres como categorías sociológicas reales.
(...)
Ni siquiera en los países centrales del sistema mundo podemos hablar de un acceso igualitario a estos nuevos bienes de producción, conocimiento, consumo y en suma poder. En los Estados Unidos, mientras el 66% de los hogares urbanos de clase media y alta poseen ordenador, entre los hogares pobres de las zonas rurales sólo el,4,5% los poseen. En nuestro país las diferencias no son menos abismales.
(...)
Naturalmente, no debe mitificarse la nueva Sociedad de la Información. Como no debe mitificarse Internet: la potencia no está en lo que puede obtenerse de la red, sino en lo que se puede introducir, y sobre todo en la administración de esas informaciones. (...)  La Internet no es efectivamente la Sociedad de Información, sino más bien sólo uno de sus epifenómenos. Pero el acceso a la misma es fundamental para el desarrollo.
(...)
Por ello, la apuesta, por ahora formal, de nuestro gobierno regional por esta cuestión me parece incuestionable. De hecho, no ha dejado de sorprenderme que Ibarra, siempre con tan buen olfato para la dirección de los vientos del mundo, haya tardado casi dos legislaturas en darse cuenta de la importancia de la informática y todo lo que su entorno conlleva.
(...)
Sobre lo dicho podemos afirmar que si importante es la subsidiación de sistemas tradicionales de transporte y comunicaciones, como el ferrocarril o el transporte aéreo, no lo es menos hoy en día la dotación a la ciudadanía de un acceso fácil y económico a las tópicamente denominadas autopistas de la información. Y en este sentido, creo que la política regional a corto plazo en esta materia debería encaminarse en cuatro direcciones fundamentalmente:
 
  1. Potenciación de la calidad en la enseñanza y la investigación en los centros universitarios orientados directa o indirectamente al desarrollo de las tecnologías de la información. 
  2. Una política de grandes convenios con las compañías telefónicas, tanto para una adecuada dotación de las llamadas autopistas de información en nuestra región, como para una política, durante varios años, de tarifas planas subvencionadas en el acceso a Internet (estos convenios con las compañías telefónicas deberían incluir la ruptura de la frontera: paradójicamente es el teléfono, uno de los símbolos de la globalización, el único elemento físico y claramente marcado que sigue mostrándonos la existencia de una frontera entre Extremadura y Portugal). 
  3. Creación en todos los pueblos y los barrios de las ciudades de nuestra región de lo que podríamos denominar infotecas. Las infotecas no son otra cosa que centros públicos dotados de numerosos ordenadores conectados a Internet, en los que los estudiantes de cualquier edad capaces de manejarlos y que no cuentan con medios económicos para tener uno propio podrían trabajar en y sobre la red. La iniciativa privada, en las grandes ciudades, ha respondido a esta demanda mediante la creación de los denominados cibercafés; pero obviamente esto no resuelve las diferencias entre info-ricos e info-pobres. Hoy las infotecas son sólo una palabra que se me acaba de ocurrir; pasado mañana serán un servicio público tan fundamental como las bibliotecas, las hemerotecas, o los museos. Ojalá que mañana mismo sean un servicio disponibles para los ciudadanos de bajos recursos en Extremadura. La creación de esta red de infotecas supondría una fuerte inyección económica en el sector, además de la creación de numerosos puestos de trabajo para nuestros futuros egresados, en biblioteconomía, documentación e informática.
Hay que insistir en ello: quedarse fuera de la Sociedad de la Información va a equivaler a quedarse fuera del Progreso. Por otra parte he repetido hasta la saciedad que la posición actual de nuestra región la convierte en una buena candidata para la implantación de centros de teletrabajo, que son las fábricas limpias de la sociedad de la información. Si bien tampoco debemos olvidar que los bajos índices relativos de formación del capital humano constituyen un elemento muy poco competitivo para el desarrollo de los nuevos sectores relacionados con la Sociedad de la Información.
Todo ello exige una apuesta decidida, y por supuesto muy cara. El gobierno regional no debe temer el riesgo que esto supone: las generaciones futuras sabrán, si no agradecerlo, al menos aprovecharlo."

De los tres puntos de mi propuesta, tan sólo al tercero se le prestó atención. El primero se confundió con Información y Documentación, que no es Tecnologías de la Información. Aún así, hubo bastante apoyo a la Politécnica de Cáceres, en donde se alojan las titulaciones informáticas y telemáticas, y hoy tiene un buen nivel, con algunos investigadores de prestigio.

Pero la propuesta de infotecas sí encontró respuesta, aunque lógicamente se le cambiase el nombre porque no podía parecer que el jefecillo de turno no tenía ideas propias. Se llaman Centros del Conocimiento (sic), y ahí siguen prestando su servicio aunque ya no son necesarios en el sentido originario. El resto de los esfuerzos se centraron en otras direcciones, absurdas para esta región en aquella época: convertirse en el emporio del software libre en una región sin programadores, llenar las aulas de las escuelas de voluminosos monitores y ordenadores que luego no se podían mantener... Pero alguien hizo buenos negocios, sin duda, vendiendo materiales.

Hay que decir que el concepto de info-ricos e info-pobres hizo cierta fortuna, pero curiosamente no procede de ningún sociólogo, aunque yo lo manejase como concepto sociológico (pues me parecieron términos y conceptos estimulantes en su momento), sino de un bibliotecario, Trevor Haywood, profesor de Sistemas de Información y decano de una Escuela de Informática. Como militante del partido laborista tenía ciertas inquietudes sociales, pero en realidad se dedicaba a escribir de temas bastante anodinos, como las bodas reales o los cruceros de placer. 

El concepto de Sociedad de la Información todavía me parecía entonces usable, aunque al poco me pareció más adecuado el de Sociedad Telemática. Pero ese es otro tema.




Referencia:
Baigorri, A.: (1998), "Info-ricos e info-pobres. Navegando sin remos sobre la cresta de la ola", Diario HOY

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7.27.1998

Identidad y segregación urbana. El caso de Badajoz (1998)


Es una comunicación, realizada con la ayuda de Ramón Fernández Diaz, presentada en el VI Congreso Español de Sociología (Coruña), derivada de diversos análisis previos realizados sobre la ciudad de Badajoz. Los mapas, con MapViewer, no permitían entonces mucho juego. Y eso que éramos innovadores al respecto.  


"Si bien se asume de forma generalizada que la estructura urbana que hoy conocemos es producto de las transformaciones que sobre las ciudades originó la Revolución Industrial, (la concentración de la producción industrial creó la necesidad contar con abundante mano de obra por parte de la industria para mantener los sueldos más bajos y aumentar los beneficios), son numerosas las ciudades españolas en las que el proceso de industrialización no ha sido el factor determinante de su estructura urbana, una de ellas es sin duda Badajoz, ciudad en la que la falta de iniciativas inversoras en el sector industrial ha sido permanente a lo largo de su historia. 

El desarrollo de Badajoz, y de otras muchas capitales de provincia españolas, ha venido determinado por su declaración en el siglo XIX de capital de la provincia. La dotación de la estructura administrativa derivada de esta declaración, supone un revulsivo para la ciudad, dinamizando y haciendo más compleja la economía local, que consolida su orientación hacia el comercio y los servicios.

Todo este proceso tiene como efecto inmediato que la ciudad duplique en 50 años su población y que sea necesaria la expansión urbana más allá de las murallas, este proceso expansivo se hace más intenso en los años siguientes a la guerra civil, en los que afluyen a la ciudad un número creciente de personas que huyen del fantasma del hambre que se extiende por la provincia. Las barriadas suburbiales comienzan a extenderse mediante la ocupación de las tierras inundables en las orillas de los ríos y arroyos en las que construyen sus viviendas- chabolas.

Las expectativas creadas a partir de los años 40 con la puesta en marcha de los mecanismos que llevarían a la transformación en regadío una extensa superficie de las Vegas del Guadiana, se materializan a partir de la década de los 50, con la multiplicación del personal de la Administración, la instalación de delegaciones de las constructoras que llevan a cabo las obras del Plan Badajoz, los obreros que trabajan en las mismas y la progresiva instalación en los poblados construídos en el término municipal de más de 11.000 personas, todo ello junto a un amago de industrialización. La necesidad de suelo para viviendas se hace acuciante, los dueños del suelo en este caso no son, como en las ciudades industriales, las factorías, sino los terratenientes, y así son numerosos los barrios surgidos a partir de los años 50 que tienen por nombre el del propietario original de los terrenos sobre los que se asienta. Barrios que nacen sin ninguna planificación, con viviendas de autoconstrucción realizadas sobre minúsculas parcelas vendidas a tanto al mes, que dan como resultado un trazado intrincado, adaptado a las condiciones del terreno y los caminos, con una gran densidad y carencia absoluta de plazas, zonas verdes u otros espacios libres que no sean los pendientes de edificar.

Al mismo tiempo las clases acomodadas van abandonando sus viviendas en el casco histórico y se asienta en las ensanches que surgen fuera de las murallas. A partir de los años 50 la población que vive dentro de las murallas desciende de manera apresurada, de forma que en la actualidad viven dentro de las murallas el 40% de la población de 1950.

El esquema urbano de Badajoz es similar a cualquiera de los modelos que se han desarrollado para explicar la ordenación de las ciudades:

Tenemos una Zona Central o Casco Histórico, originada por los planes de Reforma Interior que se desarrollan a lo largo del siglo XVIII. Es en esta época cuando se acometen las obras necesarias para dotar a la ciudad de los servicios urbanos básicos: abastecimiento, saneamiento, construcción de cementerios exteriores a la ciudad, parques, etc. En esta zona  coexisten edificios nuevos, generalmente de una altura superior a los tradicionales, y que son ocupados en su mayor parte por oficinas, bancos, comercios o viviendas de lujo, junto a otros edificios antiguos, de los que los más nobles y señoriales están ocupados por oficinas y servicios de la Administración: Ayuntamiento, Diputación, Gobierno, Institutos, Teatros, etc. Esta zona central suele tener también Parques, aparcamientos subterráneos, y mucha animación comercial en las horas punta, que decae con el cierre de los comercios salvo en las calles de bares y en las horas de cine.

Junto al Casco Histórico encontramos el Barrio Viejo o Plaza Alta, con calles estrechas de trazado sinuoso, orgánico, es decir, perfectamente adaptado al terreno, con casas viejas, en muchos casos abandonadas, en ruina (situación especialmente patente en Badajoz), junto a las que se levantan, de tanto en tanto, otras más modernas que destacan de las anteriores (el llamado impacto visual) por estar construidas con diseños (materiales, formas y colores) totalmente distintos de las casas tradicionales. Estos espacios, en los que los primeros crecimientos de la población urbana se hacinaron miles de personas, hoy están casi vacíos, con una población muy envejecida, y grupos marginales e inmigrantes. En ellas encontramos solamente comercios antiguos y pequeños, tabernas, ....

A continuación se sitúan los ENSANCHES, motivados por la imposibilidad de acoger todo el crecimiento demográfico de las ciudades. Los primeros ensanches, que si bien en su mayor parte suceden en el siglo XIX y primera mitad del s. XX, en Badajoz, como hemos dicho se producen algo más tarde, y llevan al derribo de las murallas exteriores, con trazados de calles rectas, amplias, arboladas en muchos casos, con edificios de buena construcción en el caso de las clases altas, son hoy día zonas principalmente de uso residencial  en las que también se encuentran oficinas y comercios. Podemos observar también cómo el ensanche ha avanzado sobre la zona central.

En la periferia encontramos una situación más variada. Por una parte tenemos los Barrios obreros tradicionales, situados en las proximidades de fábricas y almacenes y en el caso de Badajoz en las orillas de los ríos y arroyos, los primeros formados por casas antiguas de una planta, a las que en algunos casos se le ha añadido posteriormente otra, situadas las primeras viviendas junto a una carretera o camino principal y que creció detrás de las primeras viviendas de forma desordenada. Los nuevos Barrios obreros o barrios dormitorios están formados generalmente por bloque de viviendas iguales, con casi absoluta carencia de locales comerciales. En los dos casos la urbanización es deficiente (sin parques o con parque inacabados o abandonados, asfalto en malas condiciones y algunas calles sin asfaltar,...), los equipamientos (escolares, deportivos, institucionales) llegan con años de retraso y el comercio es escaso. Son por una parte barrios de autoconstrucción y por otra de viviendas sociales, subvencionadas o protegidas.

También en la periferia, en este caso en algunas zonas o situadas junto al río, en terrenos inundables, o bien junto a las vías del tren o en otros casos detrás de las grandes industrias encontramos, ocupando en unos casos terrenos públicos y en otros comprando el suelo, en principio zonas de chabolas o barracas, casitas más o menos aisladas, de ordenación anárquica, que carecían de pavimentación en las calles, sin agua corriente ni saneamiento. Algunas de éstas zonas se han consolidado de forma más o menos regular, consiguiendo tener los servicios mínimos, en otros casos, se mantienen en esa situación.

Finalmente encontramos las Urbanizaciones herederas de las llamadas Ciudad Jardín, de hecho hoy, en casi todas las ciudades, encontramos una urbanización con ese nombre. La Ciudad Jardín es una elaboración del siglo XIX, en las que el desarrollo de las teorías naturalistas e higienistas plantearon que frente a las opciones de vivir en la ciudad o en el campo existía una tercera vía, la combinación de las ventajas de la ciudad y la vida en el campo, la urbanización ruralizada.  Paradójicamente, las ciudades jardín, que surgieron como utopía obrera se han convertido en signo de status de las nuevas clases medias.

Las Urbanizaciones forman habitualmente núcleos compactos, situadas en las periferias, están formadas generalmente por viviendas unifamiliares, con abundante vegetación, bien urbanizadas y localizadas en espacios limpios y silenciosos. Dentro de una misma urbanización, o bien en urbanizaciones separadas, podemos encontrar agrupadas las viviendas en función de su nivel de calidad, desde las unifamiliares adosadas hasta las viviendas de gran superficie en parcelas grandes. 

Finalmente encontramos, más alejados de la ciudad, las parcelaciones de viviendas de segunda residencia, levantadas sobre terrenos  agrícolas, generalmente de forma ilegal, carecen de abastecimiento (aunque en algunos casos hay un sondeo y una red común para toda la urbanización) y red de saneamiento.

La ciudad es una conjunción de elementos espaciales y sociales interdependientes. La estructura sociológica de la ciudad se realiza a través de un proceso doble, por una parte se individualiza, conformandose como una estructura unitaria frente al exterior, las otras ciudades, y por otra se va conformando interiormente, se hace plural, en esto se diferencia de las pequeñas poblaciones rurales, que tienen una composición interna homogénea. La colectividad territorial se hace compleja y plural, se hace urbana, cuando entre la familia y el conjunto de la población, existen otras unidades colectivas intermedias, los barrios.

El barrio, igual que la ciudad, se define en primera instancia en base a la proximidad espacial, pero frecuentemente el fundamento de éstos no es solamente la cercanía, junto a él existe un fenómeno de división social, que hace que se agrupen en determinados sectores urbanos a grupos sociales concretos. Así encontramos barrios con una base sociológica profesional (comerciantes, zapateros, curtidores, etc), étnicos (negros, chinos, ...) o de clase social (obreros, ricos, chabolas).

La estructuración de los barrios se halla en relación con diversos rasgos específicos de la población que lo componen, del diseño urbanístico que poseen y del espacio que ocupan dentro de la ciudad. Así encontramos que en las zonas peores de la ciudad (más contaminadas, ruidosas,...) existen los trazados urbanos mas inhóspitos, (calles estrechas, mal urbanizadas, con pocas y malas zonas verdes) en las que se asientan las peores viviendas (pequeñas, de mala calidad constructiva) y la población que vive es la de menos recursos económicos. E igualmente encontramos que en los mejores espacios (más limpios, silenciosos..) se encuentran los mejores trazados urbanos, con viviendas de calidad y residen una población de mayores recursos económicos. Esta correlación entre la degradación urbana y la degradación social hace totalmente necesario un análisis social del medio urbano para comprender la ciudad.

CARACTERIZACIÓN SOCIAL DE LOS BARRIOS DE BADAJOZ

Siguiendo el esquema anteriormente propuesto hemos dividido la ciudad de Badajoz en 13 barrios considerando además al conjunto de los poblados de colonización todos ellos con categoría administrativa de entidades locales menores. Todos los barrios considerados tienen entidad como tal, aunque en algunos casos dentro de ellos se consideran subdivisiones que se han señalado en los mapas que presentamos, aunque un análisis pormenorizado de los mismos no aportaría para la ocasión más que confusión. Igualmente hay otras barriadas o urbanizaciones más alejadas de (...)"



Referencia:

Baigorri, A. y Fernández, R. (1998), "Identidad y segregación urbana. El caso de Badajoz", VI Congreso Español de Sociología, A Coruña

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12.27.1997

Deporte y desigualdad (1997)

En 1997 me encargaron una ponencia sobre Deporte y Desigualdad para exponer en un Congreso sobre Economía y Derecho del Deporte que iba a celebrarse en la Facultad de Económicas, en la que había empezado a dar clases apenas un año antes. No quedó mal, y lo normal es que se hubiese convertido en un artículo, pero bastante tenía entonces con construir las asignaturas que tuve que contruir, porque partía de la nada. Así que ahí se quedó, y pronto cayó en el olvido. Ya es tarde para reciclarlo, ya no es novedoso. Pero bueno, aquí está, antes de que se borre en algún disco duro.


 


"Esta ponencia se sale, en cierto modo, de la tónica general de estas Jornadas, que como su convocatoria indica se dedican a economía y derecho del deporte. Por un lado, las jornadas se centran en aspectos técnicos del deporte, de ahí que la consideración de aspectos sociales sea en cierto modo marginal. Pero además, por la propia heurística en nuestra aproximación al tema hay diferencias sensibles que conviene señalar, y con ello estamos haciendo ya Sociología del Deporte: frente a lo que es habitual en otras perspectivas -por en las Ciencias del Deporte, pero también en Derecho o Economía-, en Sociología no suele darse necesariamente una correlación entre el interés personal por el deporte y la observación de éste como hecho social. Para los sociólogos el Deporte es un fenómeno más, que nos interesa como objeto de estudio en la medida en que o bien refleja ciertos determinantes estructurales de la Sociedad -como es el caso que nos ocupa en esta ponencia-, o bien determina a su vez comportamientos que inciden fuertemente en la vida cotidiana -fenómenos como las hinchadas, o la violencia en torno al deporte...-, o bien es utilizado como instrumento de manipulación de las conciencias en determinadas sociedades, es decir como opio del pueblo. Es decir, al contrario de lo que ocurre en otras disciplinas, se produce en nuestro caso un cierto distancia miento respecto del objeto de estudio, que se acentúa en mi caso ya que ni el deporte como espectáculo ni la práctica deportiva se cuentan entre mis preferencias de ocio.

En mi caso, además, se da la particularidad de no ser especialista en Sociología del Deporte. No obstante, tuve la suerte de explicar esa asignatura a la primera promoción de estudiantes de Ciencias del Deporte de la Uex, hace unos años, lo que me dió la oportunidad, y me animó, a realizar algunas investigaciones sobre la materia. Espero que lo que aprendí en dicho periodo les pueda ser de utilidad a ustedes."

Referencia

Baigorri, A. (1997), "Deporte y desigualdad", Ponencia invitada, Congreso Internacional Economía y Derecho del Deporte, Badajoz, XII/1997

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1.01.1978

Extremadura Saqueada (1978)

Hay mucho escrito sobre este libro, así que (por ahora) no voy a enrollarme al respeto. Tengo en el libro varios capítulos propios, y otros compartidos. Incluyo el libro entero porque es lo más cómodo. El libro lo escanearon para la web de Naredo, así que eso que me he ahorrado.





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