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3.28.2000

Sobre las necesidades formativas de los agricultores extremeños en el marco de una Europa sostenible y de una sociedad global justa (2000)

Aportación para una mesa redonda sobre necesidades formativas de los agricultores, organizada por la asociación de Cooperativas Agrarias de Extremadura ACOREX


"Los principios de la sostenibilidad agraria tanto en Europa como en los Estados Unidos son los mismos: un fuerte peso de los principios agroambientales, una redefinición de las funciones metaagrarias del territorio en la línea de los principios en los que algunos
investigadores venimos trabajando desde hace veinte años, y consecuentemente una redefinición del rol de agricultor como agente económico multifuncional, no necesariamente orientado en exclusividad hacia la agricultura sino también hacia la conservación ambiental o incluso otros sectores como el ocio ambiental.
Tanto en Europa como en América existe la conciencia de la necesidad de preparar a los agricultores para esa nueva situación, orientándolos hacia una forma de ocupación más diversificada, en la que la agricultura solo ocupa un tiempo parcial (Barthelemy, 1999), en suma aceptando una idea de ruralidad muy semejante, aunque no exactamente igual, a la planteada por la utopía ecologista de los '70 (Barthelemy, Vidal, 1999).
(...)
En los Estados Unidos, además, la mayor confianza en el mercado incluye una apuesta por la recuperación de la pequeña agricultura (small farms), orientada a la producción ecológica y en estrecha relación con los consumidores urbanos, a los que suministran
directamente (Perry, 1998). Propuestas que parecían utópicas hace veinte años (Baigorri,1978), como la agricultura sostenida por las propias comunidades urbanas mediante contratos-programa, son hoy una realidad que se extiende por los Estados Unidos, y
próximamente serán habituales en Europa (Brown, 1999). Los Estados de California, Nebraska o Minnesota son algunos de los pioneros, en algunos casos desde hace una década, en el desarrollo de sistemas de agricultura sostenible apoyados por los consumidores urbanos responsables. Una agricultura que además pretende ser una agricultura saludable (McDuffie, 1995), como lo fue antes de su industrialización (Baigorri, 1984).
(...)
Más allá de la sostenibilidad ambiental y social a nivel local, la globalización pone de manifiesto la inevitabilidad de una gestión sostenible, desde un punto de vista ambiental y social, del conjunto del planeta, lo que presupone una transformación radical en los esquemas del comercio. O los países ricos empiezan a comprar seriamente a los países en desarrollo lo único que realmente pueden producir, alimentos, o el planeta se dirigirá a una situación de caos de consecuencias impredecibles; o las fronteras del trabajo se permeabilizan, según el modelo de las fronteras del capital, o los riesgos de conflicto se agudizarán asimismo. Todo ello, obviamente, tiene unas consecuencias directas en nuestra agricultura"

REFERENCIA:
Baigorri, A. (2000), "Notas sobre las necesidades formativas de los agricultores extremeños en el marco de una Europa sostenible y de una sociedad global justa", Mesa redonda sobre Estudios y Análisis sobre la Situación de la Formación en el Sector Agrario Extremeño, Unión de Cooperativas Agrarias ACOREX, Mérida, 28/III/2000

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12.22.1993

Intervención Jornadas de Planificación Hidrológica en defensa de los regadíos (1993)

Texto de mi ponencia invitada en las Jornadas de debate sobre el borrador de Plan Hidrológico Nacional, organizadas por el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, en Madrid.


"     Aunque no esté formulada una Sociología del Agua, o una Antropolo­gía del Agua, pese a las modestas aproximaciones que algunos hemos hecho, sin embargo una Política Hidraúlica (término que prefiero, por más exacto, al de planifica­ción) no puede basarse, si quiere ser eficiente, justa y perdurable, exclusivamen­te en criterios técnicos, económicos o aún jurídicos, sino también, en criterios sociales. No en vano el agua ha sido, como he insistido en repetidas ocasiones, la causa de los primeros conflictos sociales conocidos en España, que datan de la época de la colonización romana1. Y sigue siendo la causa de algu­nos de los más agudos conflictos sociales de las últimas décadas, sea por la ubicación de embalses, sea por el reparto de agua entre pueblos, sea por los trasvases intercuen­cas (...)
Tal vez lo que voy a decir parezca injusto para con un documento que, en otros aspectos, hace notables aportaciones, pero da la impresión de que los regadíos se hayan utilizado única y exclusiva­men­te como instrumento metodoló­gico para justificar los trasvases1. Los tecnocráti­cos y antiagra­rios Planes de Desarrollo, aún tra­tando una temática mucho más am­plia, eran mucho más generosos ­con el regadío que este documento, monográfi­ca­mente dedicado a un elemento del que, por casualidad, el regadío es el principal con­sumidor. Parece cual si los ingenieros del MOPT ahora lo fuesen sólo de Caminos y Puertos, y no de Canales, habida cuenta del poco aprecio que les tienen. 
(...)la contradicción evidente en que se cae en la memoria del Plan. Pues de un lado se reconoce que "el regadío permite una mayor diversifi­cación de cultivos, más capacidad de adaptación a los cambios en la de­manda, y aumento en la garantía en la producción", es decir elementos claramente positivos desde una perspecti­va ecosistémica; pero de otra parte, como ya empieza a ser aburridamente habitual, se utilizan argumen­tos bioecológi­cos como arma arrojadiza contra el regadío. Parece que el regadío, y no las industrias químicas, no las centrales nucleares, no los vertidos urbanos, fuese el principal culpable del lamentable estado en que se encuen­tran los ríos españoles. Se llega a decir, por ejemplo, que los acuíferos más degradados desde el punto de vista de la contaminación "se corresponden, como es lógico (cito textualmente), con sectores rurales de intensa explotación agrícola". Sin duda las petroquímicas, las explotaciones mineras, las grandes áreas metropoli­tanas, las parcelaciones de segunda residencia o las urbanizacio­nes del litoral no guardan relación con los acuíferos más contamina­dos, a juicio de los redactores de la memoria del Plan.(...)En primer lugar, las tendencias en la agricultura de los países ricos parecen ir ahora mismo hacia la con­centración. Concentración en la gestión, pues los agri­cul­tores necesitan cada vez más tierra y mayores pro­ducciones brutas para sobrevi­vir, dado el valor decre­ciente de la unidad de producto; y concentración en el territorio, promocionándose tanto en la UE como en los EEUU el aban­do­no de tierras marginales, pues simultáneamente y de forma contradictoria con lo anterior se exigen reducciones globales de la producción para evitar excedentes. El regadío es sin duda la mejor respuesta a este desafío, a esta reconver­sión, pues concen­tra in intenso, y no in extenso. Sólo sólo este tipo de concentra­ción puede permitir la extensifi­cación de la agri­cultura que hoy se desea: per­mite obtener más, y además sin aumentar pro­porcio­nalmente los inputs ener­gé­ticos (salvo que el regadío se base en sistemas antiecológicos(...)en términos científicos no es sostenible el calificar de ecosistema natural a la dehesa, que es una tecnología productiva determinada por el latifundio y la baja densidad demográfi­ca, y basada como todas las tecnologías agrarias en la selección artificial de especies, mientras se tacha de ecosistema artificial al regadío. Las huertas milenarias de los pequeños valles afluentes del Ebro, de muchos valles de Cataluña y el Levante, del Norte de Extremadura, de tantas otras zonas españolas, son ecológicamente mucho más ricas que algunos espacios supuestamente naturales mitificados por los que yo llamaría eco-4x4, en honor a los vehículos con los que les gusta patear el campo.(...)
En suma, se trata de encontrar un equilibrio entre los ecosistemas agrícolas tradicionales, más autorregulados, con menores necesidadades de energía externa, pero menos productivos, y los ecosistemas agrarios modernos, altamente productivos pero poco estables, poco autosostenibles, energéticamen­te poco eficientes y altamente contaminantes. ­Por ello he abogado repetida­men­te porque la transfor­mación en regadío debe plantearse no sólo en términos producti­vos, sino asimismo ecológicos. Y no pienso tanto en los estudios de impacto ambiental, que van orientados a aspectos de conservación muy particulares, como en una concep­ción mucho más rica del diseño. Yo no hablaría más de transfor­mación en regadío, sino de diseño de huertas. "


REFERENCIA:
Baigorri, A. (1993), Intervención en Jornadas de Planificación Hidrológica, Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Madrid
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8.23.1992

Perspectivas globales. Tendencias y desafíos planetarios entre los rurales (1992)


El artículo es una versión ligeramente retocada del texto original, elaborado en 1986 con el título de "La tierra, recurso escaso y medio de producción", como documento base de trabajo para la VII Asamblea Mundial de los Rurales, por encargo de la Federation Internationale des Mouvements d’Adults Ruraux, organización vinculada a los movimientos cristianos de base en las áreas rurales. El texto fue redactado con la máxima simplicidad posible, dirigido a campesinos de muy diversas culturas. Los informes enviados por asociados de países ricos (Francia, Suiza, Bélgica, Canadá, España ... ), así como de países intennedios en la escala Centro-Periferia (como Portugal), y países subdesarrollados (Camerún, Tchad, Madagascar, Rwanda, Sri Lanka ... ) supusieron una ayuda inestimable
para elaborar esta síntesis sobre la problemática global de la tierra como recurso o, en términos más propios de países avanzados, lo rural.



"     El conjunto de las agriculturas del planeta presentan de un lado una problemática común. Problemas que se repiten cualquiera que sea el nivel de desarrollo o el sistema político imperante, y que por tanto afectan por igual a todos los países, tanto en lo que a las características del análisis se refiere como al planteamiento de cualquier tipo de alternativas.El éxodo ruralEs un problema ya histórico. Y, en diversa medida, afecta a todos los países por igual. Los jóvenes huyen del campo hacia las ciudades, en busca de un trabajo más suave, de mejores remuneraciones, de promoción personal y profesional, de mayor acceso a la oferta de la sociedad de consumo. Diríase que es una huida hacia una pretendida sociedad del bienestar, que para no pocos se manifiesta como sociedad del malestar. (...) 
El mercadoLa economía de mercado imperfecto se halla superpuesta, a nivel planetario, sobre países y regímenes políticos. El mercado mundial de materias primas y alimentos, controlado por las multinacionales, incide sobre el desarrollo económico de los campesinos de todo el mundo, desde la URSS a Malasia pasando por Inglaterra o España. Un mercado mundial en absoluto transparente que condiciona las políticas de todos los países, incluidos los dominantes (ni los granjeros norteamericanos se libran de ello). (...) 

El individualismoLas dificultades para que la cooperación se instaure como alternativa frente a la presión de intermediarios y multinacionales tiene su origen precisamente en este grave problema, que afecta por igual a los campesinos de todos los rincones del mundo (incluidos los de los países que restan con economías colectivizadas).El individualismo que caracteriza a los campesinos parece como si tuviese un origen ya atávico, cual si estuviese fijado incluso en los genes de la población rural. No hay que olvidar que el primer paso en el desarrollo de la agricultura fue la ganadería: el pastor,un hombre aislado en el campo con sus animales. El propio cultivador trabaja también aislado en una parcela de tierra delimitada, a distancia mayor o menor de los demás(...)
 
El clima y los cambios climáticosEs un tema que afecta por igual a toda la comunidad campesina del planeta. El desarrollo industrial y el elevado consumo de energía fósil, así como los grandes atentados contra la biomasa de las selvas tropicales, parece demostrado que puede conducir a importantescambios climáticos a nivel planetario.  Independientemente de dónde se generen esos cambios, independientemente de que vayan en la dirección de un enfriamiento o de un calentamiento de la atmósfera (sobre lo cual los científicos no se ponen de acuerdo), parece probado que antes de un sigloasistiremos a la desaparición de la agricultura en vastas extensiones (y posiblemente a la mejora climática en otras), a consecuencia de los cambios climáticos.
(..)
Las catástrofes ecológicas y la contaminaciónTambién de origen reciente, este problema, como el anterior, es todavía escasamente tratado en los informes sobre el desarrollo agrario. Sin embargo, es importante atender a los problemas nuevos, porque suelen ser crecientemente graves, mucho más graves para el futuro, no sólo del mundo campesino sino de la Humanidad, que problemas ancestralescomo el de la concentración de la propiedad de la tierra. 
(...)
 

Desigual estructura de la propiedadNo deja de ser común a toda la agricultura mundial, salvo en algunos países de economía colectivizada y en aquéllos que como Israel han ensayado fórmulas de colectivismo agrario, una injusta distribución de la propiedad de la tierra. La contradicción entre tierrassin hombres y hombres sin tierras se da por igual en los EEUU que en los países más pobres del planeta. Propietarios absentistas que a distancia y altamente mecanizados explotan miles de Hectáreas, mientras a su lado malviven miles de pequeños agricultoresdirectos que cultivan sin medios minúsculas propiedades. En este sentido la Reforma Agraria, en su contenido básico tradicional de reparto, sigue plenamente vigente en la mayoría de los países del planeta, por más que en los más avanzados se hagauna mezcolanza ideológica entre reforma de las estructuras de propiedad y reforma técnica.
En los países centrales del sistema, esta contradicción puede darse entre campesinos y banqueros, o aristócratas, o empresarios industriales, incluso entre los propios agricultores; en los países periféricos puede darse entre los campesinos sin tierra y las multinacionales o los caciques locales que poseen las grandes superficies. Pero la contradicción es la misma: pocos propietarios con mucha tierra, frente a muchos propietarios con poca tierra o sin nada. (...)
 
LA CRISIS AGRARIA EN LOS PAISES DESARROLLADOSEl supuesto desarrollo económico operado en los países centrales del sistema económico mundial no ha servido para solucionar algunos problemas seculares de la agricultura. Hemos visto cómo algunos de los problemas más graves que afectan a la agricultura mundial son compartidos por casi todos los países del planeta(...) 
La Geofagia.Podríamos definirla como el apetito insaciable de devorar tierra fértil. Esto se manifiesta de muy diversas maneras, entre las que podemos elegir algunas como más significativas, y en tanto en cuanto constituyen los más importantes frente de lucha. Todo ésto lo hemos definido en otros trabajos como la competencia por el uso de la tierra, en cuyo concurso los agricultores no son hoy día sino unos competidores más, generalmente los más débiles: (...) 
La banalización del paisaje.Las formas avanzadas de agricultura química, los modernos planes de transformación en regadío, el propio estilo actual de la agricultura occidental, están conduciendo a este fenómeno de banalización, que sólo se manifiesta en forma de mimetismo formal, y pérdida de valores culturales o estéticos, sino lo que es más grave en forma de un empobrecimiento acelerado de los ecosistemas y la desaparición del capital genético autóctono.(...) 
Perdida de peso político de los campesinos.Hasta el siglo XVIII, en algunos países hasta bien avanzado el XIX, y aún en otros hasta mediados del XX, los grandes terratenientes venían siendo el elemento fundamental del Poder político, y no es extraño que la legislación, la normativa y aún el derecho consuetudinario estuviese volcado a la protección y el fomento de las tierras de cultivo. (...) 
Excedentes.Un nuevo problema derivado de las "bondades" de la Revolución Verde, y, también hay que decirlo, del expolio que practican los países desarrollados sobre el Tercer Mundo. Curiosamente, en todos los informes sobre la agricultura de países avanzados aparecesistemáticamente el problema de los excedentes y la superproducción. (...) 
LOS MAS PESADOS LASTRES DE LA AGRICULTURA DEL TERCER MUNDOEn nuestra opinión debería distinguirse, al plantearse la problemática de la tierra en los países del Tercer Mundo, entre dos grupos de problemas: los problemas propios del subdesarrollo, y los derivados del neocolonialismo imperialista. Pues evidentemente según tengan uno u otro origen el planteamiento de alternativas de superación debe ser distinto, como distintas son las posibilidades de actuar en una u otra línea en los diversos países afectados. En fin, hay otro grupo de problemas que, si bien son propios delsubdesarrollo cultural y económico, vienen a ser agudizados por la omnipresencia del Imperialismo.
Lastres del subdesarrollo.Toda esta vasta problemática habría de sintetizarse en dos puntos para la reflexión, por cuanto influyen en todo el resto de determinaciones del desarrollo agrícola:
 
La superpoblación, en relación a los recursos objetivos disponibles en cada momento, sigue siendo evidentemente el mayor lastre que este grupo de países vienen arrastrando. Hay que tener presente que entre el siglo XVIII y finales del XX en los países avanzados se ha venido dando una disminución sistemática de las tasas de natalidad, y ello ha facilitado en gran medida el desarrollo del nivel de vida de los campesinos y la introducción de tecnologías apropiadas. (...) 
La despoblación de extensos territorios viene a ser la contrapartida del problema anterior.Areas superpobladas de bajos recursos frente a áreas de grandes recursos inexplotadasy con bajas densidades de población(...) 
Los atavismos culturales y de organización social, que si bien se demuestran como útiles para la conservación de ciertas sociedades, aparecen repetidamente en los informes como lastres para el desarrollo, por cuanto no pueden dar respuesta a los nuevos desafíos económicos y sociales.(...) 
La insuficiencia técnica, que hallamos no es exactamente lo mismo que las técnicas ancestrales (que pueden ser de utilidad en ciertas zonas, etapas y cultivos, si bien se manifiestan como dañinas cuando, como en el caso de las quemas y similares, se practicande forma abusiva e incontrolada) que se denuncian repetidamente en los informes.No es tanto la ausencia de técnicas modernas (que no siempre se han manifestado como viables), como la incapacidad técnica para encontrar soluciones adecuadas. Un saber que precisa una acumulación de capital y de conocimientos de siglos de agricultura:cómo hacer un azud, cómo trazar un canal de riego o una acequia siguiendo la máxima cota, y todo ello a la vez sin causar perjuicios ecológicos. No es tanto la falta de técnicas de importación como la ausencia de una técnica vernácula apropiada. (...) 
Lastres del colonialismo.Este grupo de problemas derivan tanto de la presencia física de las multinacionales como forma económica del neocolonialismo, como de la importación mimética de usos culturales, económicos y tecnológicos de los países desarrollados. En este sentido, la colonización de la que participan tantos miles de asesores, cooperantes y similares puede a veces ser casi tan dañina como la derivada del imperio de las multinacionales, y porsupuesto más peligrosa que los lastres propios del subdesarrollo.
La práctica del monocultivo de plantas agrícolas dedicadas exclusivamente a la exportación, para satisfacer las necesidades de lujo y las drogodependencias (café, té, azúcar, tabaco, coca, hachís...) de las metrópolis, (...) 

El despojo de tierras públicas, tierras de nadie y de todos y que tradicionalmente venían siendo cultivadas por los campesinos locales, para entrégalas a las grandes plantaciones industriales, bien sea de las multinacionales o bien estatales pero a imagen ysemejanza de las grandes explotaciones occidentales(...) 
La importación mimética de tecnologías duras derivadas de la Revolución Verde, que está provocando un mayor endeudamiento de los países (con lo que se dificultan otros proyectos), un agotamiento prematuro de las tierras por sobreexplotación, e inclusograndes catástrofes ecológicas de alcance planetario, y que al final se muestran incapaces de resolver los problemas fundamentales de los países. 
La inexistencia de infraestructuras básicas para el transporte y la distribución de las producciones, derivada así mismo de la presencia colonial, que conduce a los países a gravosas inversiones en infraestructuras útiles a las multinacionales (superpuertos, urbanizacion excesiva de grandes ciudades, refinerías, etc.)(...) 
LA DIALECTICA DE LOS HECHOS NUEVOSTampoco debe olvidarse que, mas allá de las estructuras económicas fundamentales, la sociedad en absoluto permanece estable. Y, del mismo modo que surgen nuevas problemáticas, ya reseñadas, derivadas de la contaminación industrial y del desorden ecológico,aparecen hechos nuevos que de una u otra forma pueden llegar a incidir, a veces de forma positiva, en la modificación de algunas de las estructuras profundas. Entre los hechos nuevos habría que reflexionar al menos sobre tres de ellos, en realidad íntimamenterelacionados: uno es común a todo tipo de países, mientras que los otros dos se manifiestan de alguna manera con mayor intensidad en los respectivos mundos. 
El despertar de una conciencia ecológica, surgida en los campus universitarios a finales de los años 60, pero que en los últimos años se ha extendido prácticamente a todas las capas sociales y en diversa medida a todos los países del planeta. Supone lapuesta en cuestión de los modelos de desarrollo salvaje impuestos en las últimas décadas en los países avanzados y en trance de imposición en los países subdesarrollados. La denuncia ecológica, por su carácter aparentemente apolítico, llega fácilmente a los mediosmasivos de comunicación, y se muestra como un interesante medio de lucha contra el desarrollismo y el colonialismo económico. (...) 
La vuelta al campo sólo se percibe como síntoma en ciertas zonas avanzadas de los países más desarrollados, y no nos referimos aquí a la ocupación del suelo agrícola con casas de recreo, sino a un fenómeno más profundo que, como consecuencia tanto de la conciencia ecológica como sobre todo de la crisis urbano-industrial, está llevando a muchos jóvenes originarios de las grandes ciudades a plantearse el oficio de agricultor como una alternativa más digna y futurible que el paro y la delincuencia.No obstante, también esta vuelta al campo puede a veces provocar problemas de competenciaentre viejos y nuevos agricultores(...) 
La irrupción de las tecnologías blandas, o dulces, está siendo por el contrario fundamental en los países menos desarrollados, en los que progresivamente van entrando más y más otras asesorías, que buscan la aplicación de tecnologías apropiadas a nivel de desarrollo local, haciendo síntesis de las técnicas ancestrales, de los recursos naturales y de los avances de la ciencia y la tecnología. "


REFERENCIA:
Baigorri, A. (1992), "Perspectivas globales. Tendencias y desafíos planetarios entre los rurales", Extremaduda, Año II, Num 2, pp. 49-57
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1.29.1992

Reformar la Reforma. Apuntes para una Nueva Política Agraria en Extremadura (1992)






"(...)
Históricamente, cualquier RA ha perseguido fundamental­mente tres objetivos: mejorar el autoabas­tecimiento alimentario, adaptar las estructuras productivas a las estructuras sociales dominantes y mantener la paz social de resultas de una estructu­ra productiva más justa. 
(...)
Quien apruebe lo expuesto en las líneas precedentes coincidirá conmigo en la necesidad de plantear un nuevo modelo de Reforma Agraria para Extremadura, para la Extrema­dura de principios del siglo XXI, o si se quiere una 'reforma de la reforma'.        
La definición de ese modelo será compleja, y como todas las RAs posiblemente conflictiva, por lo que evito entrar en mayores detalles. Sin embargo, me permito apuntar lo que considero un elemento fundamental para su diseño: el núcleo simbólico que debe alentar dicho modelo, y que está siempre íntimamente relacionado con los paradigmas esenciales de cada estadio de la civilización. Las RA diseñadas por los romanos (primeras docu­mentadas) tuvieron como núcleo simbóli­co esencial el concepto de coloniza­ción. En el siglo XVIII, época de las primeras RA modernas, el núcleo simbólico es la liberaliza­ción ("remover los estorbos que retardan su progreso", decía Jovellanos). En el siglo XIX, fue la mecaniza­ción (las propias plantas se consideran artefactos mecánicos con la fertiliza­ción forzada), o al decir de Macías Picavea, "proveerse de máqui­nas, semillas y abonos". En fin, en el siglo XX asistimos a un primer bloque de RAs diseñadas a partir del núcleo simbólico del reparto ("la solución del problema, ya antiguo y en España tan agudizado, del latifundis­mo" escribía el padre de Peces-Barba en 1932), y a un segundo bloque cuyo núcleo era la produc­tividad (Ley de Reforma y Desarrollo Agrario, Ley de Fincas Mejorables, RAs regionales de los años '80, etc).

En el siglo XXI, y de acuerdo con el paradigma de equili­brio ecológico que va a caracterizar a este nuevo estadio de la Civiliza­ción (como lo social caracterizó el paradigma de justicia social en el siglo XX, o lo económico el paradigma de la productividad en el XX), el núcleo esencial que debe alentar las RAs será el de Ecolo­gía.
(...)
En más de una ocasión me he negado a emplazarme en la dicotomía conservacionismo vs. producción. Mi actitud procede tanto de convicciones ideológicas como de premisas científicas. Del productivismo y el crecimiento exponencial como motores sociales y económicos ya conocemos sus riesgos y limitaciones, y el conservacio­nismo a toda costa temo que nos llevaría a algo socialmente reprobable. Por otra parte, no considero que la quimicalización de la Agricultura deba analizarse en los términos esotéricos con que lo hacen algunos, ni siquiera únicamente como una degradación epistemológi­ca de la ciencia, en los términos en que lo hace mi buen amigo José Manuel Naredo (en su reciente libro sobre agricultura ecológica, compartido con Juan Serna, editado por el Banco de Crédito Agrícola). Me emplazo en un análisis más materialis­ta, y así considero que en el curso de la Civilización industrial los abonos químicos, los productos fitosani­tarios y la tecnología dura han ayudado a que la Agricultura cumpliese con la función que entonces le era esencial: alimentar a una población creciente en términos exponenciales. En ese estadio, no podía ser de otra manera, con una energía fósil abundante y barata.
Sin embargo, en la nueva Civilización en la que estamos entrando la Agricultura ha pasado a cumplir otras funciones incluso más esenciales, especialmente en los países ricos, como es la conservación del paisaje o, más radicalmente, de la Naturaleza. La mundialización de la Economía obliga a plantearse la cuestión del abastecimiento alimentario en términos más complejos que los derivados de las economías nacionales. Y las limitaciones energéti­cas convierten en una aventura descabellada la productividad para el excedente (el primer aniversario de la Guerra del Golfo debería ayudarnos a reflexionar sobre las consecuencias que puede tener una mala gestión energética mundial). Una de las contradicciones más sangrantes es justamente la existencia de excedentes en los países ricos, a costa de destruir su medio natural, mientras que los países pobres no pueden vender aquéllo que únicamente pueden ofrecer: alimentos. 
Esta contradicción puede resolverse de formas muy diversas, pero una de las vías de solución podría pasar por la radicalización de los conflictos Norte-Sur. Es decir, las condiciones materiales imperantes en el contexto mundial aconsejan la necesidad de modificar los esque­mas productivos de la Agricultura en los países ricos. Y cualquier modelo de RA local debe tener a la vista las interrelaciones con el sistema nacional, europeo y mundial.
Entrando en el fondo del asunto, la cuestión no sería por tanto enfren­tar las variables producción-conservación, sino alcanzar la máxima producción posible con la máxima eficiencia energética y absolutas garantías de conservación de un medio natural que, en Extremadura, constitu­ye ya un recurso en sí mismo que estructurará y dotará de contenido en las próximas décadas a un sector econó­mico nuevo.
En este marco, el modelo de RA extremeña del siglo XXI debe tener como motor esencial la agricultura y la ganadería ecológicas. Y si en el caso de la Ganadería el proceso se está dando de esa forma casi espontánea con que se dan algunas RAs, con la ayuda del mercado y de la propia Ley de la Dehesa (nadie apuesta ya en Extremadura por otro tipo de ganadería que la extensiva, combinada con una gestión eficiente de la dehesa), sin embargo en el caso de la Agricul­tu­ra va a ser necesaria la intervención desde la Administra­ción, ayudando a la adaptación de las estructuras y sistemas productivos a esas nuevas necesida­des sociales.
Tenemos, en Extremadura, las condiciones para abandonar el puesto de vagón de cola que hemos mantenido, también, en el sector Agrario, y pasar a convertir la región en la punta de lanza de ese nuevo modelo Agrario que va a extenderse en toda Europa durante las próximas décadas. Entre estas condiciones podemos citar:
·        La existencia de una enorme masa de población activa agraria que, en las actuales circunstancias, no halla acomodo en el sistema productivo (unos 25.000 de los cuales en permanente situación de paro y bajo riesgo de convertirse en parásitos sociales), y cuyo reciclaje hacia la agricultura ecológica no sería difícil.
·        Tierra abundante, no contami­nada por la agricultura química, susceptible de ser transforma­das en regadío (único input energético agrícola renovable, junto a la energía metabóli­ca)
·        Aguas poco contaminadas para atender los nuevos regadíos.
·        El más importante emporio de agricultura ecológica de España, y posiblemente de Europa.
·         Recursos científicos (Facultades de Biología y Química, Escuela de Ingenieros Agrícolas que deberá convertir­se a no tardar en superior, buen servicio de Investiga­ciones Agra­rias...) para el desarrollo y mejora de las viejas y nuevas técnicas (pues no se trata sólo de recuperar técnicas ancestrales de cultivo) tanto agronómicas como agroindus­triales.
Las cosas van en esta dirección. Que no es en absoluto una herencia de los 'hippies', como podría creer alguien al leer el delicioso ensayo de Serna que comparte libro con Naredo, sino la consecuencia directa de las transformaciones socioeco­nómicas y de la vida cotidiana (donde se inserta también la demanda de alimentos) en las últimas décadas. Podemos esperar a ver cómo nos lleva el mercado, a remol­que una vez más de otros territorios, pagando el precio de las contra­dicciones económicas y sociales que ello ha de generar (sin ir más lejos, la agricultura ecológica, por sus inferiores rendimientos, puede estar conculcan­do ahora mismo la vigente Ley del Regadío). Pero también podemos adelantar­nos, diseñan­do ya ese nuevo modelo de Reforma Agraria que Extrema­dura precisará en el siglo XXI. Este es, creo, uno de los próximos y más urgentes retos en la región, si queremos que el Sector Primario siga teniendo la importancia que, todavía, merece. "


Referencia:
Baigorri, A. (1992), "Reformar la Reforma. Apuntes para una Nueva Política Agraria en Extremadura", El Periódico de Extremadura, 28 y 29/1/1992, pags. 4



9.22.1985

Agricultura periurbana (1985)



Este documento es un resumen de un resumen. En 1982 participé como ponente en un seminario sobre el Suelo No Urbanizable organizado por el Colegio de Arquitectos Balear, en el que coincidí con Ramón Fernández Durán, entonces en la cúpula de COPLACO (organismo dependiente del MOPU que gestionaba el área metropolitana de Madrid antes de desarrollarse el estado de las autonomías). Le había gustado mucho el trabajo que sobre huertos periurbanos clandestinos, y sobre todo presentándolos como una alternativa a la crisis, había publicado unos meses antes en El Viejo Topo. Además era un admirador del trabajo de Gaviria, de quien también se consideraba discípulo. Me planteó que a partir de mi artículo se le había ocurrido que podíamos hacer una investigación en el Área Metropolitana de Madrid, y sobre todo una propuesta para el abordaje del que empezba a sentirse como un problema social: los huertos periurbanos ilegales.



Estábamos terminando entonces el estudio sobre La Rioja y hubo que aparcar la idea un tiempo. Pero tras diversas reuniones, propuestas y contrapuestas, y sobre todo tras superar algunas limitaciones administrativas (había que tener una empresa que contratase, pues entonces funcionábamos de forma totalmente anárquica, más que anarquista), finalmente llegamos a un acuerdo con COPLACO y a principios de 1983 iniciamos el estudio, con un equipo formado por los sociólogos Gregorio Ballesteros, que hacía además de parte contratante (porque yo no podía sacarme una licencia fiscal, o más bien no sabía que podía sacármela de cualquier cosa; y Mario se negó siempre a sacarse una porque no quería aparecer como empresario, igual que nunca me tuvo en nónima cuando trabajé para él sino que iba como los aprendices medievales, me daba algo de vez en cuando, así que para formar el equipo hubo que buscar entre conocidos de unos y otros a alguien que tuviese licencia fiscal), Belén Berlín, Francisco González Sadurní y Arrixaca Sánchez, y la si no recuerdo mal bióloga Elena Domingo (los recuerdos se desdibujan y hace que la gente se olvidé de unos u otros, o de las circunstancias, es normal con los años).

En enero de 1984 entregábamos el estudio, un documento de casi 1.000 páginas en 8 tomos, a la ya convertida en Consejería de OTMAV de Madrid, en la que generó un profundo debate pues los responsables políticos. El máximo responsable, el consejero Eduardo Mangada, recién llegado desde el PCE al gobierno regional de Joaquín Leguina, no quería saber nada del estudio. Para él todo lo que no fuese planificación cuadriculada y compromisos históricos con la burguesía (dicho en plata, convenios urbanísticos con los que hacer notar quién tenía el poder, a cambio de plusvalías) era peligroso anarquismo. 

Los arquitectos más críticos e inteligentes de su equipo consiguieron sin embargo que se autorizase la edición de un breve resumen del estudio, que es el documento que aquí se recoge. Un resumen que tive que hacer en solitario (pues Gaviria andaba en ese momento de consultor en Mozambique) y del que imprimieron cosa de un centenar de ejemplares en 1985. 

Un año más tarde las cosas empezaron a cambiar; alguien le hizo ver a Joaquín Leguina posibilidades en los huertos periurbanos como herramienta de lucha contra la pobreza urbana (de hecho llegó a promover inmediatamente después un polígono en San Fernando de Henares, cuyo primer director sería precisamente un miembro de nuestro equipo), y también como herramienta urbanística (por ejemplo para legalizar determinadas actuaciones no en el Area Metropolitana, sino en las zonas rurales de Madrid). Entonces nos pidieron preparar una edición con la mayor parte del documento, excluyendo anexos, sábanas de datos, etc. Pero volvió a chocar con problemas a la hora de la edición definitiva, de forma que se limitaron a tirar unas docenas de ejemplares de unas 250 páginas, en edición ciclostilada, en 1986, con el título de "El espacio ignorado".

El trabajo tuvo cierto impacto. En 1987 la Casa de Velázquez organizó un coloquio hispano-francés sobre el tema con el Ministerio de Agricultura, que se publicó al año siguiente como libro. Pero la salida de la crisis económica hizo que el tema quedase olvidado. Nunca ya nadie preguntó nunca por la agricultura periurbana. Sólo con la emergencia de la crisis estos trabajos han empezado a recuperarse (gracias a su difusión en Internet) y han venido generando, en los últimos años, una cierta literatura sobre el tema, bien que a menudo un poco naïf, esto es inventandola rueda.

Lógicamente quien tenga interés en este tema debiera buscar el informe original.



"    En un área metropolitana en plena crisis industrial, parece sorprendente que se proponga y recomiende un auténtico programa de desarrollo agrario a corto, medio y largo plazo. La realidad es que la tierra, el agua y la población activa metropolitanas están infraempleadas y que el desarrollo agrario propuesto permitiría algo tan sencillo como el incrementar el proceso de autoabastecimiento metropolitano madrileño y español. No hay que olvidar que mientras que se hace cada vez más difícil el aumentar las exportaciones Industriales, dadas la competencia y saturación del mercado mundial, se podrfa por el contrario disminuir las importaciones, especialmente de soja, maiz y quesos, a través del desarrollo en el A.M.F.M. de una agricultura intensiva.
Se señala, por el interés que para el lector pudiera tener, el contenido de los anexos. Se ha Incluido en este apartado un resumen de los estudios de la OCDE sobre la agricultura en la ordenación de las áreas periurbanas, asi como un resumen sobre la agricultura periurbana en Barcelona, el caso del Maresme. 
En lo relacionado con los "huertos metropolitanos", se ha resumido y comparado la documentación sobre la situación de los huertos en Barcelona, Italia, Francia, Colonia, Holanda, Zúrich, Viena, Helsinki y Gran Bretaña. 
Además de éso se pueden consultar algunos modelos o propuestas de normativas sobre "huertos metropolitanos", tales como en el caso de Barcelona, Italia, Francia (de este pais se Incluye también una bibliografía sobre "huertos metropolitanos"). 
Como todo resumen, el aquí realizado tiene como objetivo el introducir el tema, ver los elementos esenciales del trabajo y estimular al lector para que acuda a los 7 tomos originales, a los casi 1.000 folios que la tierra, el agua, los agricultores, los pastores y los hortelanos en precario del A.M.F.M. han inspirado."
Addenda: 
En 2020, treinta años más tarde, descubro gracias a la información del sociólogo David Prieto, entusiasta de estos temas, que en 1991 la Comunidad de Madrid hizo una segunda edición del librito, lo que evidencia el impacto que los escasos ejemplares distribuidos de la "primera edición" había tenido. La "segunda edición" incluye una introducción firmada por el entonces Consejero creo que de Medio Ambiente, Luis Maestre, con frases refritadas del propio informe. A los autores, a los que ni siquiera se citaba en el documento (ya que no a los autores reales del texto publicado, en un 90% yo y un 10% Mario, podían haber puesto al menos a la totalidad del equipo), no tuvieron la delicadeza de informarnos, y pasarnos algún ejemplar. Al menos a los autores reales.

REFERENCIA:
Baigorri, A., Gaviria, M. (1985), Agricultura Periurbana, Consejería de Ordenación del Territorio, Madrid

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TODO SOBRE...MIS HUERTOS





2.24.1983

«Vieja» y «nueva» agricultura. Bardenas, por ejemplo (1983)



"   Hasta mediados del siglo XX, el desarrollo agrícola tenía en la población uno de sus pilares básicos. Baste señalar aquí cómo desde los ilustrados del XVIII hasta aquellos que pusieron en marcha los últimos grandes planes de riego en España, todos ellos por igual ponían el acento, no sólo en la reordenación de usos del suelo, sino también y sobre todo en la redistribución de la población, adaptando la ubicación de ésta al nuevo estado de los recursos.Había una premisa de partida, según la cual tan sólo el trabajo, la presencia humana, podrían permitir la multiplicación de las producciones agrícolas y el crecimiento de la riqueza nacional.De ahí que fuese tan importante el elemento colonizador como el de la propia transformación en regadío.La penetración del Capitalismo, y su hijo, el Desarrollismo, en la agricultura española a lo largo del último cuarto de siglo, hizo variar, sin embargo, tales presupuestos a los poderes técnicos establecidos, y por ende al poder político.El desarrollo de la agricultura química, la gran explotación capitalista, la mecanización y el mercado mundial, han relegado a segundo término el factor trabajo (y esto es algo ampliamente desarrollado y aceptado hace años para el resto de sectores productivos). Se ha pasado a considerar que era posiblela sustitución del factor trabajo por el actor capital, como intuyó Kautsky en los umbrales del siglo XX.(...) 
Se abandona la colonización, e incluso en las últimas etapas postfranquistas (recordar los famosos créditos para transformación en regadío por iniciativa particular que se sucedieron entre 1976 y 1981, muy positivos por supuesto si los vemos desde otros ángulos) se llega a la cumbre en la aplicación práctica de esta ideología, al abandonar incluso, los grandes planes de transformación que requerían legalmentecierto porcentaje mínimo de expropiación y colonización, para pasar a limitarse a dar créditos a los empresarios privados que quisieran transformar en regadío.  (...) 
En primer lugar, que sucesivas crisis energéticas (de intensidad variable y carácter contradictorio, como se desprende de las recientes medidas en el seno de la OPEP) están poniendo en entredicho el actual sistema capitalista-industrial. La escasez y creciente carestía de la energía y de las materias primas que de ella se derivan, ponen en duda la validez de los mentados modelos de producción agrícola.(...) 
despiertos ya del último sueño de la razón, nos encontramos con que las «nuevas formas de agricultura resultan obsoletas aún antes de terminar de desarrollarse, y ciertas "viejas" formas se ven hoy como "novedosas". A toda esta crisis corresponde un cambio de mentalidad en la sociedad que puede detectarse ya.(...) 
en diversos trabajos y progresivamente hemos venidoviendo otras posibilidades para esos nuevos regadíos, teniendo en cuenta conceptos nuevos como ecodesarrollo, autosuficiencia, ahorro energético,agricultura dulce, autonomía municiapal, comunalismo, etc. En febrero de 1980 porponíamos al Ayuntamiento de Ejea, en un «Informe sobre la situación urbanística de Ejea de los Caballeros», realizado junto a Mariano Gavina, que, superando los errores planteados por el IRYDA en los ocho pueblosconstruidos en la primera parte de Bardenas (seis en Ejea y dos en Tauste), se estudiase la posible construcción de un nuevo pueblo al Este de Escorón, para poblar la segunda parte de Bardenas. Porque sólo la presencia de población, hace intensivo, rico y variado un espacio agrícola (como puede verse en la Ribera del Ebro, donde cada cinco kilómetros encontramos un poblamiento). Y en esa misma línea hemos defendido la necesidad de que fuesen los propios Ayuntamientos los que gestionasen la transformación y colonización de sus comunales, porque sólo así puede garantizarse cierto control al proceso de acumulación(...) 
diversos estudios realizados en los últimos tiempos nos permiten suponer que podría plantearse en Bardenas una radical concepción nueva en la transformación, acometiendo un plan global que recogiese ordenación de cultivos y ganadería; repoblaciones arbóreas; implantación de nuevas energías; parte de agricultura biológica; nuevas formas de población y explotación (no sólo familiares sino también de grupo, en susmúltiples manifestaciones, desde la cooperativa hasta la comuna); repoblación demográfica, etc., lo que requeriría la actuación conjunta de Ayuntamientos, IRYDA, ICONA, MOPU, Ministerio de Industria, DGA, y otros organismos. Creemos que la aplicación práctica de todas esas nuevas concepcionessobre la agricultura y la producción, que cada vez más están calando en la sociedad, es ya no sólo posible sino urgente, más allá de las experiencias personales más o menos exitosas que se extienden ya por el país   "


REFERENCIA:
Baigorri, A. (1983): "«Vieja» y «nueva» agricultura. Bardenas, por ejemplo", Andalán, Num. 374, pp. 31-32
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11.10.1981

La eficiencia energética de los cultivos (1981)


El proyecto "Navarra, Energía", encargado Jesús Bueno Asín, diputado foral de Industria a la consultora TAINA y dirigido por Mario Gaviria y Juanjo Aguas (que era quien tenía que controlar el desmadre administrativo y organizativo del equipo), fue tal vez el primer intento de análisis social de los problemas energéticos y concretamente de Plan Energético sostenible (entonces hablábamos más bien de ecodesarrollo), cuando esas cosas sonaban a chino en España exceptuando los trabajos parciales de Naredo y poco más. Quizás por eso el enorme tocho fue inmediatamente metido en un cajón por el gran cacique Jaime Ignacio del Burgo. Sin embargo, la influencia de aquel estudio estoy seguro de que fue enorme en los años siguientes. Yo trabajé con Maxi Beperet en el sector primario, y generé dos documentos. El que se recoge aquí basado en un análisis de cultivos, para el que Beperet, como técnico agrónomo, aportó los datos de partida, y una propuesta de Plan de Transformación en Regadíos "Pre-ecológica", pendiente de escanear, que incluía avanzadas ideas. 

"En la primera fase del estudio advertíamos de la necesidad de proceder a análisis sectoriales como la mejor forma de profundizar en las dificultades que las nuevas metodologías de investigación energética presentan. Con el paso del tiempo y la profundización de nuestros trabajos hemos podido observar cómo nuestro propio Balance (según ya advertíamos, de hecho, en los apartados dedicados a metodología), que pretendía utilizar y mejorar metodologías tímiadamente puestas en marcha en otros lugares, adolece de numerosos errores de interpretación, que de alguna manera pretendemos superar en este (...)Los análisis energéticos hay que hacerlos con sumo tacto. El boom que la "perspectiva energética" ha supuesto en los últimos años, a raíz sobre todo de los sucesivos aumentos del precio de la energía derivada del petróleo (y por contagio de todo tipo de energías) ha provocado multitud de aproximaciones al problema. Pero ni existía una tradición científica de preocupación por el tema ni existen por tanto elementos  de base suficientes. La Energética, como ciencia social (y no en los aspectos tecnológicos del asunto) se está haciendo, poco a poco, en cada uno de los intentos de análisis que día a día vamos haciendo en distintos países.Lo novedoso de la cuestión inclina, sin embargo, a sobrevalorar su importancia más allá de la mucha que ya tiene, lo que hace escorar muchos análisis y conclusiones. La falta de documentación es ostentosa; la unificación de criterios brilla por su ausencia, y terminamos por encontrarnos para cada cuestión con decenas de interpretaciones divergentes, índices de conversión energética distintos, balances, en fin, dispares. Deben tomarse con suma precaución todo tipo de análisis por ahora, incluidos por supuesto los nuestros.Pero lo más importante es que no sobrevaloremos el tema energético. Pues, tal y como durante años se ha caído (y se sigue cayendo) en un estéril economicismo que ignoraba cualquier otro elemento no cuantificable y medible en términos monetarios, también ahora podemos caer en una especie de "energetismo" que nos conduzca a despreciar cuestiones sociales, culturales o aún económicas. Es el error en que están cayendo no pocos investigadores, el de despreciar cuantos elementos no son medibles en kilocalorías.En resumidas cuentas, no se pueden condenar alegremento productos, sistemas de producción, instrumentos de trabajo, en aras de la eficiencia energética, tal y como en otros tiempos (y aún hoy en numerosas áreas de investigación y Poder) se hacía en aras  de la eficiencia y la rentabilidad económicas. El análisis energético es un complemento que puede sernos de gran utilidad para racionalizar nuestro modo de alimentarnos, vestirnos, movernos o divvertirnos, en suma de vivir. Pero, como les ocurre a tantos economistas con el dinero, corremos el riesgo de olvidarnos de que lo importante no es la energía en sí, sino el hombre. Confundiendo nuevamente los medios con los fines, la absoluta racionalidad energética puede conducir a una dictadura de la kilocaloría no menos peligrosa que la del dólar .Sobre este tema podemos ver numerosos ejemplos a lo largo de los distintos capítulos de esta segunda entrega de análisis agrarios. Así, veremos aquí, al estudiar la eficiencia de los cultivos, cómo determinados cultivos, que teóricamente podrían ser "condenados" por su baja eficiencia energética, deben mantenerse a pesar de ser deficitarios por cuestiones culturales, nutritivas, sociales y económicas. Es el caso especialmente de las hortalizas que, a pesar de su paradigmático pimiento precisa de 2 Kcal para producir una sola, es base de la dieta placentera de la población navarra (espárragos, pimientos, tomates, lechugas...); tiene un alto contenido en vitaminas que no hallamos en otros alimentos más eficientes energéticamente; es socialmente interesante porque genera muchos más jornales que otros cultivos; y por fin económicamente es mucho más satisfactorio para las economías familiares de los agricultores.Y veremos más adelante, al desarrollar nuestra propuesta de nuevos regadíos de tipo "pre-ecológico" (hemos "inventado" esta palabra porque creemos que define perfectamente, según se verá en su momento, el conjunto) cómo no es lo más importante (aunque no deje de tener su importancia) el intentar rebajar los inputs energéticos de los cultivos, en tanto siempre los descensos en inputs provocarán también menores rendimientos, no deseables a largo plazo. Por el contrario, el objetivo más importante a perseguir es que los inputs energéticos procedan de energías renovables y, a ser posible, generadas en el propio sistema agropecuario. Y, sobre todo, que el tipo de inputs empleados no tengan una influencia negativa en la composición y calidad de las tierras, como ocurre hoy.En suma, teniendo en cuenta que la agricultura es todavía, afortunadamente, un sector de bajo consumo energético en relación a los beneficios sociales y económicos que produce, el objetivo no es tanto reducir ese consumo (objetivo que sí debe ser prioritario en el resto de los sectores económicos) como tender a la autosuficiencia más completa posible   "
[estos planteamientos eran en realidad una crítica de los de José Manuel Naredo, asesor del equipo; no le gustó nada mi rebeldía epistemológica, que ya le había incomodado años atrás bastante en el informe "Extremadura Saqueada"]

REFERENCIA:
Baigorri, A. (1981), "La eficiencia energética de los principales cultivos de la agricultura navarra", en J.J.Aguas y M.Gaviria, dirs., Navarra, energía, TAINA, Diputación Foral de Navarra, inédito. 
Enlace al texto (por el mal estado del original, no he conseguido un OCR eficaz)