" (...)
• En la medida en que la Deuda Histórica procede de dos momentos, se hace aún más dfiícil su cuantificación, pero en cualquier caso los intereses de una parte se han disparado
– El gran abandono se produce entre 1920 y 1950
– El vaciado de capital humano (no olvidemos el de más esìritu de logro, y que lógicamente sería el que más empujaría ese espíritu de logro a esas generaciones que ya nacieron fuera) se produce entre 1960 y 1980
– La ralentización (o el desacoplamiento por retrasos) que se produce a partir de 1996, y no ha parado.
¿Es cuantificable?
• Que la fibra óptica llegue tres o cuatro años más tarde que a Barcelona, ¿es cuantificable?
• Que un tren capaz de circular sólo a 120 por hora llegue casi medio siglo después que a Barcelona o Irún, ¿es cuantificable?
• Que el AVE llegue casi medio siglo después que a Sevilla, o veinte años después que a Barcelona, ¿es cuantificable?
• Sí, creo que todo eso es cuantificable: lo que no termino de entender es que aún no esté cuantificado, la verdad. (...)"
Referencia
Baigorri. A. (2013) Notas sobre la Deuda Histórica de España a Extremadura, Intervención en la Asamblea de Extremadura, 25/8/2013, Mérida
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