7.14.1998

Hacia la urbe global. ¿El fín de las jerarquías territoriales? (1998)

Era mi primer congreso internacional, y con la inscripción hecha, los billetes comprados..., una estúpida caída de tres escalones me deshizo un brazo. A cambio, durante la recuperación me hice mi primera página web. Creo que gané en difusión y creación de redes, que es para lo que (dicen) sirven los congresos. Mi comunicación la presentó un colega (menos mal que la había presentado en el comité de Estudios de Futuro y no en Sociología Urbana), y quedó recogida al menos en Sociological Abstracts. 
  


"RESUMEN 

Esta comunicación plantea una reflexión sobre las comunidades urbanas y sus interacciones en el marco de la urbe global, concepto que caracteriza las tendencias de futuro de la urbanización 

La imagen de la ecumenópolis oteada por Toybnee, sobre la base de las aportaciones de Gottman y Doxiadis, no es ya una formulación del futuro sino una realidad palpable, a la que preferimos denominar la urbe global por cuanto no la entendemos como aquellos autores tanto como plasmación del gigantismo de las grandes urbes, sino como red que penetra la totalidad del territorio, hasta hacer desaparecer, incluso, la tradicional dicotomía rural/urbano. 

Esta visión es crecientemente aceptada, con el desarrollo del llamado paradigma de las ciudades-mundo que tiene un remoto origen en Geddes, fue articulado por Hall en el ambiente de las obras de Doxiadis, y se encuentra definitivamente formulado en Friedmann. Sin embargo, su utilización en teorías de alcance medio, como la de Sassen o las desarrolladas por el propio Friedmann, sigue anclada en los estereotipos de la sociedad industrial, caracterizada en términos territoriales por una estructura jerárquica, y sobre todo jerarquizante. 

Lo que tiene de nuevo la conformación de la urbe global en términos de hipótesis es que supone la ruptura de las jerarquías. Hasta finales del siglo XX se ha venido dando una fuerte identificación entre los estados nacionales y las grandes urbes, las cuales como ciudades-mundo han articulado -y en buena parte todavía articulan en la red global de flujos- los intereses 'nacionales'. Pero hoy esa identidad se rompe, por efecto de varios fenómenos: 

a) La disgregación del estado-nación, que otorga a los espacios regionales la capacidad
de competir explícitamente, tomando como punta de lanza de esa competencia a sus principales ciudades; ciudades medias o intermediarias que compiten con los nodos 'ordenadores' -las grandes urbes- con estrategias de supervivencia propias, y con atractivos para la vida humana que no ofrecen las grandes metrópolis. 

b) El relajamiento de los instrumentos de dominio político de tendencia vertical, con una mayor democratización de las decisiones -la planificación territorial no puede hacerse ya tan fácilmente únicamente en función de los intereses de los grandes centros decisorios-. 

c) La dilución de las fronteras en los países desarrollados -UE, Nafta, Cono Sur...- provoca que ciudades medias se articulen como mesópolis o metrópolis transfronterizas que ya no pueden reflejar -o no únicamente- los intereses o necesidades de un estadonación. 

El resultado, desde nuestra perspectiva, es una red compleja -tridimensional si pretendemos representarla- en la que las posiciones de las comunidades urbanas se plantean en términos de acelerada variabilidad, y en las que las sucesivas posiciones verticales (no jerárquicas en un sentido formal, sino en términos de estratificación entendida, como la estratificación social, con relación a la producción -clases- y al consumo -status- de bienes) no vienen determinadas por un solo elemento (sea el tecnomarketing -Castells y Hall-, sea la posición geoestratégica centro/periferia -Sassen-, sea la sostenibilidad medioambiental), sino más bien por un conjunto de variables -incluidas las anteriores- que debemos empezar a estimar, sin olvidar la influencia del azar y de otros presupuestos de la teoría del caos, particularmente interesante para el análisis de la dinámica futura de las ciudades -no olvidando con ello la tendencia natural de las sociedades humanas a fijar estructuras estables de dominio, que suelen basarse en organizaciones desiguales, con el objetivo de evitar la caída de los sistemas en la entropía. (...)"

Referencia:
Baigorri, A. (1998), "Hacia la urbe global. ¿El fín de las jerarquías territoriales?", XIV Congreso Mundial de Sociología de la ISA, RC07 Future Research Session, Montreal, Julio 1998  (recogido en Sociological Abstracts, Jyly 1998, 98S33604)

5.01.1998

De la terra ignota al jardín terrenal. Transformaciones en los usos y funciones del territorio en la urbe global (1998)




"Los usos del territorio y su relación con la ciudad dependen del modo de
producción dominante. Éste, entendido, no desde el reduccionismo marxista, sino como las eras tecnosociales propuestas por Geddes -a través de Mumford-, es un complejo que incluye las relaciones y medios de producción, pero también ciertas construcciones mentales y estilos de relación con la Naturaleza, entendida en su sentido amplio. En cuanto a la planificación urbanística, desde que existe, ni ha hecho nunca ni podrá hacer nunca otra cosa que prestar coherencia técnica e i¡jeológica a dichos procesos.
Desde antes del Neolítico, el territorio, como Naturaleza, se constituyó en una
terra ignota que, además de ofrecer recursos, sustentaba pavores. La  Revolución Industrial, por su parte, permitió descubrir, conquistar y dominar aquel mundo mágico que se extendía más allá de los caminos y los campos, incorporándolo al metabolismo de la ciudad. Sin embargo, la nueva Sociedad de la Información supone la conversión del territorio, de la Naturaleza, en un espacio multifuncional, tan complejo como las propias sociedades humanas, y llega a plantearse incluso la consecución de lo que constituyó un sueño eterno: el jardín del Edén.
En las tres últimas décadas, en el conjunto de los países desarrollados y, por
supuesto, en España, hemos vivido el cenit en la conformación del tipo de relaciones con el territorio que ha caracterizado a la sociedad industrial. Sin embargo, preocupados por los efectos -casi siempre negativos- consiguientes, hemos prestado escasa...."


Referencia:
Baigorri, A. (1998), " De la terra ignota al jardín terrenal. Transformaciones en los usos y funciones del territorio en la urbe global.", Ciudades, Num. 4, pp. 149-164
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12.27.1997

Deporte y desigualdad (1997)

En 1997 me encargaron una ponencia sobre Deporte y Desigualdad para exponer en un Congreso sobre Economía y Derecho del Deporte que iba a celebrarse en la Facultad de Económicas, en la que había empezado a dar clases apenas un año antes. No quedó mal, y lo normal es que se hubiese convertido en un artículo, pero bastante tenía entonces con construir las asignaturas que tuve que contruir, porque partía de la nada. Así que ahí se quedó, y pronto cayó en el olvido. Ya es tarde para reciclarlo, ya no es novedoso. Pero bueno, aquí está, antes de que se borre en algún disco duro.


 


"Esta ponencia se sale, en cierto modo, de la tónica general de estas Jornadas, que como su convocatoria indica se dedican a economía y derecho del deporte. Por un lado, las jornadas se centran en aspectos técnicos del deporte, de ahí que la consideración de aspectos sociales sea en cierto modo marginal. Pero además, por la propia heurística en nuestra aproximación al tema hay diferencias sensibles que conviene señalar, y con ello estamos haciendo ya Sociología del Deporte: frente a lo que es habitual en otras perspectivas -por en las Ciencias del Deporte, pero también en Derecho o Economía-, en Sociología no suele darse necesariamente una correlación entre el interés personal por el deporte y la observación de éste como hecho social. Para los sociólogos el Deporte es un fenómeno más, que nos interesa como objeto de estudio en la medida en que o bien refleja ciertos determinantes estructurales de la Sociedad -como es el caso que nos ocupa en esta ponencia-, o bien determina a su vez comportamientos que inciden fuertemente en la vida cotidiana -fenómenos como las hinchadas, o la violencia en torno al deporte...-, o bien es utilizado como instrumento de manipulación de las conciencias en determinadas sociedades, es decir como opio del pueblo. Es decir, al contrario de lo que ocurre en otras disciplinas, se produce en nuestro caso un cierto distancia miento respecto del objeto de estudio, que se acentúa en mi caso ya que ni el deporte como espectáculo ni la práctica deportiva se cuentan entre mis preferencias de ocio.

En mi caso, además, se da la particularidad de no ser especialista en Sociología del Deporte. No obstante, tuve la suerte de explicar esa asignatura a la primera promoción de estudiantes de Ciencias del Deporte de la Uex, hace unos años, lo que me dió la oportunidad, y me animó, a realizar algunas investigaciones sobre la materia. Espero que lo que aprendí en dicho periodo les pueda ser de utilidad a ustedes."

Referencia

Baigorri, A. (1997), "Deporte y desigualdad", Ponencia invitada, Congreso Internacional Economía y Derecho del Deporte, Badajoz, XII/1997

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11.18.1997

Un nuevo desafío en el análisis regional: las ciudades y regiones fronterizas (1997)





Uno de los productos de una fructífera estancia en la frontera USA/México, a caballo entre Universidad Autónoma de Baja California en Mexicali, San Diego State University y el Colegio de la Frontera Norte (Tijuana) fue esta comunicación presentada en  XXIII Reunión de Estudios Regionales de la Asociación Española de Ciencia Regional (Valencia,  18-21 de noviembre de 1997)

"Tradicionalmente, y así lo ha señalado ampliamente la doctrina económica a partir de los trabajos de Christaller (1966) y Lösch (1967), las fronteras políticas han constituído un serio obstáculo para el desarrollo económico, suponiendo barreras artificiales a la racionalidad de la organización económica y a la complementariedad potencial de las zonas fronterizas. En primer lugar el historial bélico que caracteriza a estos espacios constituye un depresor de cualquier tipo de gran inversión productiva, que puede ser fácilmente devastada o rapiñada por el enemigo potencial, y a ello se añaden las habitualmente grandes distancias relativas a los centros nacionales. Y además, como en buena parte ocurre en nuestro país, las fronteras suelen coincidir con accidentes geográficos insoslayables sin cuantiosas inversiones en infraestructuras.
Imponentes cordilleras, abruptos cauces o auténticos desiertos se encargan a menudo de
constituirse en auténtica tierra de nadie. En consecuencia con todo ello,las redes de transporte suelen ser trazadas en paralelo a la frontera, siendo competitivas en lugar de complementarias, con lo que aún se alejan más las posibilidades de interacción social y económica. Y, también por todas estas razones, las zonas fronterizas han recibido escasa atención desde la Economía, más interesada tradicionalmente por las causas que producen riqueza, antes que por las que producen pobreza.
Sin embargo, no es menos cierto que desde hace varias décadas se viene observando cómo, en situaciones particulares, como la de la Regio Basiliensis -entre Suiza, Francia y Alemania- o la frontera EUA-México, largos periodos de paz internacional y un incremento de la integración económica han removido muchas de las tradicionales barreras al desarrollo en las regiones fronterizas (Hansen, 1981). Otros ejemplos, como el de la frontera Colombia-Venezuela, que se ha convertido en la zona limítrofe de mayor actividad de Sudamérica (Fernández, 1990), apoyan esta nueva perspectiva. Y en respuesta a estos fenómenos, un núcleo de estudiosos -sobre todo en los EUA y México, aunque también en Europa- han venido construyendo lo que actualmente podríamos considerar una rama de los Estudios Regionales, a la que han gustado denominar Estudios Fronterizos y que en América ha alcanzado cierta importancia en el campo de las Ciencias Sociales (ver, entre otras aportaciones de interés: Alegría, 1992; Arreola y Curtis, 1993; Bustamante, 1989; Fernández, 1977; Ganster et al., 1997; Hansen, 1981; Herzog, 1990; Martínez, 1986; Petras, 1980; Ranfla, 1984; Stoddard, 1986). Si bien en la medida en que las fronteras exitosas han afectado fuertemente a otros muchos aspectos de la realidad social -el desarrollo de ciudades y metrópolis de frontera, problemas relacionados con las migraciones, conflictos étnicos, impactos ambientales, etc-, los Estudios Fronterizos han incorporado en mayor medida una perspectiva transdisciplinaria muy alejada del economicismo y la metodología cuantitativa que hoy por hoy caracterizan a los Estudios Regionales, e incluso del análisis sobre regiones fronterizas de la tradición europea, más antigua pero también hasta muy recientemente bastante limitada a aspectos políticos y económicos......"


Referencia:
Baigorri, A., Cortés, G.: "Un nuevo desafío en el análisis regional: las ciudades y regiones fronterizas". XXIII Reunión de Estudios Regionales. Mundialización, Innovación, Región, Arco Mediterráneo. Valencia,  18-21 de noviembre de 1997
Acceso al texto:
https://old.aecr.org/web/congresos/1997/cts/comun/a8/08-204r.pdf
Texto disponible: 
https://drive.google.com/file/d/1n2ACYZUsb_7BY_9jOfGnfrpBV7rHDYTI/view?usp=drivesdk

11.17.1997

Juventud y mercado de trabajo (1997)

Conferencia impartida en unas jornadas transfronterizaqs sobre juventud empleo organizadas en el marco del I Plan de Empleo de la Junta de Extremadura, con el Gabinete de Iniciativas Transfronterizas.

"Vamos a hablar de la Situación actual y perspectivas del empleo juvenil en Extremadura. Aunque, naturalmente, para hablar del empleo juvenil hay que hacerlo fundamentalmente del paro juvenil, teniendo en cuenta que estamos con tasas de paro en torno al 50% para los menores de 25 años, y dado que no estamos en un foro académico dedicado al mercado de trabajo, sino en un encuentro que surge justamente como respuesta al problema del paro juvenil en las regiones de Extremadura y Alentejo.

Y debemos hacerlo con una perspectiva de largo alcance. No limitándonos a los datos más recientes -que desde luego comentaré-, sino a las grandes tendencias que se pueden observar a lo largo de las últimas dos décadas, desde que se inició la transición política en España -que, como saben, coincidió también con el inicio de una de las peores crisis económicas de este siglo, no sólo España sino a nivel mundial-. 

Situaremos el fenómeno del paro juvenil en sus dimensiones reales, deteniéndonos en el análisis de los fenómenos sociales que en buena parte han determinado que se haya convertido en lo que se llama un problema social Como saben, un problema social es definido como tal no tanto por su importan cia objetiva, como por la importancia subjetiva que el conjunto de los agentes sociales le atribuyen, y al fenómeno del paro juvenil se le ha atribuído en los últimos años una gran importancia. Y atenderemos a las perspectivas que se atisban hacia el futuro, tanto en lo que al paro como al empleo juvenil se refiere.

Debo advertir, previamente, que los datos de que disponemos sobre esta cuestión son, más que escasos, raquíticos. El principal instrumento de análisis del mercado de trabajo en España, la Encuesta de Población Activa (EPA), nos suministra trimestralmente una serie de datos bastante fidedignos. Asimismo, el INEM ofrece algunos datos de interés sobre demandantes de empleo, así como a través de sus Observatorios Ocupacionales. Sin embargo, el nivel de desagregación de los datos del INE, o las dificultades para acceder a los datos pormenorizados del INEM -al tratarse de un registro de personas- no nos permite hacer análisis afinados a nivel regional. Y, al contrario de lo que ocurre en otras regiones españolas, no disponemos de un sistema de observación complementario que nos permita conocer al detalle lo que realmente sucede en nuestro mercado de trabajo, o con nuestros parados. Desde que en 1991 realizamos un profundo estudio sobre mercado de trabajo, que constituyó una base de conocimientos imprescindible para el diseño del II Plan de Empleo, casi no se ha avanzado en el conocimiento de esta parcela de la realidad social. En aquel informe señalábamos la necesidad de realizar al menos los siguientes análisis, al mayor parte de los cuales o no se han hecho o sólo se empìezan a hacer ahora:

- Análisis monográfico del sector agrario (lo hicimos en 1992)

- Encuesta sociodemográfica de carácter anual sobre recursos humanos, como la hacen otras regiones, de forma regular, como complemento de la EPA No se ha hecho, a pesar de su necesidad manifiesta.

- Estudio sobre el trabajo irregular y la economía sumergida. No se ha hecho, a pesar de que tenemos la convicción, a partir de los análisis sobre mercado de trabajo que hemos realizado, de que un porcentaje indeterminado pero importante de los parados y paradas, que puede oscilar entre un 15 y un 25%, realiza de hecho actividades en el mundo de la economía sumergida: haciendo chapuzas o trabajando sin contrato -por ejemplo, en el caso de la práctica totalidad de las empleadas domésticas, o en muchos trabajos de alta estacionalidad en la hostelería-.

- Estudio sobre el servicio doméstico. No se ha hecho

- Estudio sobre la inmigración. Se han hecho sólo algunos intentos, que han aportado muy poco debido a su metodología.

- Informes locales sobre vacíos productivos en las principales ciudades de la región. Sólo ahora van a empezar a hacerse algunos estudios a nivel comarcal, lo cual no es una metodología muy apropiada porque ni siquiera existen comarcas oficiales, pero algo es algo.

El propio estudio que realizamos en 1991 debiera haberse repetido cada dos o tres años, porque la Administración regional, que no dispone de un organismo propio dedicado al empleo ni de un Instituto de Estadística propiamente dicho, está de otro modo limitada a trabajar con los datos secundarios procedentes de organismos estatales.Y sin embargo se ha puesto en marcha nada menos que un III Plan de Empleo e Industria, sin contar previamente con ese análisis en profundidad de la situación actual y real.Yo espero sinceramente que el III Plan sea un éxito, y no dudo de que alcanzará grandes logros. Pero desde luego su ejecución sería mucho más exitosa si sólo una pequeña parte de lo que se ha gastado y se está gastando en el marketing del Plan se hubiese invertido previamente en conocer la realidad sobre la que se desea intervenir.

Y en lo que se refiere más en concreto a los jóvenes, aún sabemos menos. En 1988 el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), dependiente de Presidencia del Gobierno, realizó una encuesta sobre la juventud extremeña por encargo de la Junta de Extremadura. Desde entonces sólo se han realizado algunos estudios parciales, que por lo demás en la mayoría de los casos ni siquiera se han difundido entre los investigadores. Por lo que les animo a que entre las conclusiones de estas Jornadas incluyan la recomendación de realizar estudios serios, globales y en profundidad, sobre la juventud extremeña, y particularmente sobre su comportamiento en el mercado de trabajo.

Y dicho esto, entremos en materia...(sigue)"



Referencia:

Baigorri, A. (1997), "Jóvenes y mercado de trabajo en Extremadura",  I Jornadas Transfronterizas sobre Paro Juvenil, I Plan de Empleo Juvenil de Extremadura, Mérida

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