5.01.1998

De la terra ignota al jardín terrenal. Transformaciones en los usos y funciones del territorio en la urbe global (1998)




"Los usos del territorio y su relación con la ciudad dependen del modo de
producción dominante. Éste, entendido, no desde el reduccionismo marxista, sino como las eras tecnosociales propuestas por Geddes -a través de Mumford-, es un complejo que incluye las relaciones y medios de producción, pero también ciertas construcciones mentales y estilos de relación con la Naturaleza, entendida en su sentido amplio. En cuanto a la planificación urbanística, desde que existe, ni ha hecho nunca ni podrá hacer nunca otra cosa que prestar coherencia técnica e i¡jeológica a dichos procesos.
Desde antes del Neolítico, el territorio, como Naturaleza, se constituyó en una
terra ignota que, además de ofrecer recursos, sustentaba pavores. La  Revolución Industrial, por su parte, permitió descubrir, conquistar y dominar aquel mundo mágico que se extendía más allá de los caminos y los campos, incorporándolo al metabolismo de la ciudad. Sin embargo, la nueva Sociedad de la Información supone la conversión del territorio, de la Naturaleza, en un espacio multifuncional, tan complejo como las propias sociedades humanas, y llega a plantearse incluso la consecución de lo que constituyó un sueño eterno: el jardín del Edén.
En las tres últimas décadas, en el conjunto de los países desarrollados y, por
supuesto, en España, hemos vivido el cenit en la conformación del tipo de relaciones con el territorio que ha caracterizado a la sociedad industrial. Sin embargo, preocupados por los efectos -casi siempre negativos- consiguientes, hemos prestado escasa...."


Referencia:
Baigorri, A. (1998), " De la terra ignota al jardín terrenal. Transformaciones en los usos y funciones del territorio en la urbe global.", Ciudades, Num. 4, pp. 149-164
Enlace al texto

12.27.1997

Deporte y desigualdad (1997)

En 1997 me encargaron una ponencia sobre Deporte y Desigualdad para exponer en un Congreso sobre Economía y Derecho del Deporte que iba a celebrarse en la Facultad de Económicas, en la que había empezado a dar clases apenas un año antes. No quedó mal, y lo normal es que se hubiese convertido en un artículo, pero bastante tenía entonces con construir las asignaturas que tuve que contruir, porque partía de la nada. Así que ahí se quedó, y pronto cayó en el olvido. Ya es tarde para reciclarlo, ya no es novedoso. Pero bueno, aquí está, antes de que se borre en algún disco duro.


 


"Esta ponencia se sale, en cierto modo, de la tónica general de estas Jornadas, que como su convocatoria indica se dedican a economía y derecho del deporte. Por un lado, las jornadas se centran en aspectos técnicos del deporte, de ahí que la consideración de aspectos sociales sea en cierto modo marginal. Pero además, por la propia heurística en nuestra aproximación al tema hay diferencias sensibles que conviene señalar, y con ello estamos haciendo ya Sociología del Deporte: frente a lo que es habitual en otras perspectivas -por en las Ciencias del Deporte, pero también en Derecho o Economía-, en Sociología no suele darse necesariamente una correlación entre el interés personal por el deporte y la observación de éste como hecho social. Para los sociólogos el Deporte es un fenómeno más, que nos interesa como objeto de estudio en la medida en que o bien refleja ciertos determinantes estructurales de la Sociedad -como es el caso que nos ocupa en esta ponencia-, o bien determina a su vez comportamientos que inciden fuertemente en la vida cotidiana -fenómenos como las hinchadas, o la violencia en torno al deporte...-, o bien es utilizado como instrumento de manipulación de las conciencias en determinadas sociedades, es decir como opio del pueblo. Es decir, al contrario de lo que ocurre en otras disciplinas, se produce en nuestro caso un cierto distancia miento respecto del objeto de estudio, que se acentúa en mi caso ya que ni el deporte como espectáculo ni la práctica deportiva se cuentan entre mis preferencias de ocio.

En mi caso, además, se da la particularidad de no ser especialista en Sociología del Deporte. No obstante, tuve la suerte de explicar esa asignatura a la primera promoción de estudiantes de Ciencias del Deporte de la Uex, hace unos años, lo que me dió la oportunidad, y me animó, a realizar algunas investigaciones sobre la materia. Espero que lo que aprendí en dicho periodo les pueda ser de utilidad a ustedes."

Referencia

Baigorri, A. (1997), "Deporte y desigualdad", Ponencia invitada, Congreso Internacional Economía y Derecho del Deporte, Badajoz, XII/1997

Acceso al texto completo 

11.18.1997

Un nuevo desafío en el análisis regional: las ciudades y regiones fronterizas (1997)





Uno de los productos de una fructífera estancia en la frontera USA/México, a caballo entre Universidad Autónoma de Baja California en Mexicali, San Diego State University y el Colegio de la Frontera Norte (Tijuana) fue esta comunicación presentada en  XXIII Reunión de Estudios Regionales de la Asociación Española de Ciencia Regional (Valencia,  18-21 de noviembre de 1997)

"Tradicionalmente, y así lo ha señalado ampliamente la doctrina económica a partir de los trabajos de Christaller (1966) y Lösch (1967), las fronteras políticas han constituído un serio obstáculo para el desarrollo económico, suponiendo barreras artificiales a la racionalidad de la organización económica y a la complementariedad potencial de las zonas fronterizas. En primer lugar el historial bélico que caracteriza a estos espacios constituye un depresor de cualquier tipo de gran inversión productiva, que puede ser fácilmente devastada o rapiñada por el enemigo potencial, y a ello se añaden las habitualmente grandes distancias relativas a los centros nacionales. Y además, como en buena parte ocurre en nuestro país, las fronteras suelen coincidir con accidentes geográficos insoslayables sin cuantiosas inversiones en infraestructuras.
Imponentes cordilleras, abruptos cauces o auténticos desiertos se encargan a menudo de
constituirse en auténtica tierra de nadie. En consecuencia con todo ello,las redes de transporte suelen ser trazadas en paralelo a la frontera, siendo competitivas en lugar de complementarias, con lo que aún se alejan más las posibilidades de interacción social y económica. Y, también por todas estas razones, las zonas fronterizas han recibido escasa atención desde la Economía, más interesada tradicionalmente por las causas que producen riqueza, antes que por las que producen pobreza.
Sin embargo, no es menos cierto que desde hace varias décadas se viene observando cómo, en situaciones particulares, como la de la Regio Basiliensis -entre Suiza, Francia y Alemania- o la frontera EUA-México, largos periodos de paz internacional y un incremento de la integración económica han removido muchas de las tradicionales barreras al desarrollo en las regiones fronterizas (Hansen, 1981). Otros ejemplos, como el de la frontera Colombia-Venezuela, que se ha convertido en la zona limítrofe de mayor actividad de Sudamérica (Fernández, 1990), apoyan esta nueva perspectiva. Y en respuesta a estos fenómenos, un núcleo de estudiosos -sobre todo en los EUA y México, aunque también en Europa- han venido construyendo lo que actualmente podríamos considerar una rama de los Estudios Regionales, a la que han gustado denominar Estudios Fronterizos y que en América ha alcanzado cierta importancia en el campo de las Ciencias Sociales (ver, entre otras aportaciones de interés: Alegría, 1992; Arreola y Curtis, 1993; Bustamante, 1989; Fernández, 1977; Ganster et al., 1997; Hansen, 1981; Herzog, 1990; Martínez, 1986; Petras, 1980; Ranfla, 1984; Stoddard, 1986). Si bien en la medida en que las fronteras exitosas han afectado fuertemente a otros muchos aspectos de la realidad social -el desarrollo de ciudades y metrópolis de frontera, problemas relacionados con las migraciones, conflictos étnicos, impactos ambientales, etc-, los Estudios Fronterizos han incorporado en mayor medida una perspectiva transdisciplinaria muy alejada del economicismo y la metodología cuantitativa que hoy por hoy caracterizan a los Estudios Regionales, e incluso del análisis sobre regiones fronterizas de la tradición europea, más antigua pero también hasta muy recientemente bastante limitada a aspectos políticos y económicos......"


Referencia:
Baigorri, A., Cortés, G.: "Un nuevo desafío en el análisis regional: las ciudades y regiones fronterizas". XXIII Reunión de Estudios Regionales. Mundialización, Innovación, Región, Arco Mediterráneo. Valencia,  18-21 de noviembre de 1997
Acceso al texto:
https://old.aecr.org/web/congresos/1997/cts/comun/a8/08-204r.pdf
Texto disponible: 
https://drive.google.com/file/d/1n2ACYZUsb_7BY_9jOfGnfrpBV7rHDYTI/view?usp=drivesdk

11.17.1997

Juventud y mercado de trabajo (1997)

Conferencia impartida en unas jornadas transfronterizaqs sobre juventud empleo organizadas en el marco del I Plan de Empleo de la Junta de Extremadura, con el Gabinete de Iniciativas Transfronterizas.

"Vamos a hablar de la Situación actual y perspectivas del empleo juvenil en Extremadura. Aunque, naturalmente, para hablar del empleo juvenil hay que hacerlo fundamentalmente del paro juvenil, teniendo en cuenta que estamos con tasas de paro en torno al 50% para los menores de 25 años, y dado que no estamos en un foro académico dedicado al mercado de trabajo, sino en un encuentro que surge justamente como respuesta al problema del paro juvenil en las regiones de Extremadura y Alentejo.

Y debemos hacerlo con una perspectiva de largo alcance. No limitándonos a los datos más recientes -que desde luego comentaré-, sino a las grandes tendencias que se pueden observar a lo largo de las últimas dos décadas, desde que se inició la transición política en España -que, como saben, coincidió también con el inicio de una de las peores crisis económicas de este siglo, no sólo España sino a nivel mundial-. 

Situaremos el fenómeno del paro juvenil en sus dimensiones reales, deteniéndonos en el análisis de los fenómenos sociales que en buena parte han determinado que se haya convertido en lo que se llama un problema social Como saben, un problema social es definido como tal no tanto por su importan cia objetiva, como por la importancia subjetiva que el conjunto de los agentes sociales le atribuyen, y al fenómeno del paro juvenil se le ha atribuído en los últimos años una gran importancia. Y atenderemos a las perspectivas que se atisban hacia el futuro, tanto en lo que al paro como al empleo juvenil se refiere.

Debo advertir, previamente, que los datos de que disponemos sobre esta cuestión son, más que escasos, raquíticos. El principal instrumento de análisis del mercado de trabajo en España, la Encuesta de Población Activa (EPA), nos suministra trimestralmente una serie de datos bastante fidedignos. Asimismo, el INEM ofrece algunos datos de interés sobre demandantes de empleo, así como a través de sus Observatorios Ocupacionales. Sin embargo, el nivel de desagregación de los datos del INE, o las dificultades para acceder a los datos pormenorizados del INEM -al tratarse de un registro de personas- no nos permite hacer análisis afinados a nivel regional. Y, al contrario de lo que ocurre en otras regiones españolas, no disponemos de un sistema de observación complementario que nos permita conocer al detalle lo que realmente sucede en nuestro mercado de trabajo, o con nuestros parados. Desde que en 1991 realizamos un profundo estudio sobre mercado de trabajo, que constituyó una base de conocimientos imprescindible para el diseño del II Plan de Empleo, casi no se ha avanzado en el conocimiento de esta parcela de la realidad social. En aquel informe señalábamos la necesidad de realizar al menos los siguientes análisis, al mayor parte de los cuales o no se han hecho o sólo se empìezan a hacer ahora:

- Análisis monográfico del sector agrario (lo hicimos en 1992)

- Encuesta sociodemográfica de carácter anual sobre recursos humanos, como la hacen otras regiones, de forma regular, como complemento de la EPA No se ha hecho, a pesar de su necesidad manifiesta.

- Estudio sobre el trabajo irregular y la economía sumergida. No se ha hecho, a pesar de que tenemos la convicción, a partir de los análisis sobre mercado de trabajo que hemos realizado, de que un porcentaje indeterminado pero importante de los parados y paradas, que puede oscilar entre un 15 y un 25%, realiza de hecho actividades en el mundo de la economía sumergida: haciendo chapuzas o trabajando sin contrato -por ejemplo, en el caso de la práctica totalidad de las empleadas domésticas, o en muchos trabajos de alta estacionalidad en la hostelería-.

- Estudio sobre el servicio doméstico. No se ha hecho

- Estudio sobre la inmigración. Se han hecho sólo algunos intentos, que han aportado muy poco debido a su metodología.

- Informes locales sobre vacíos productivos en las principales ciudades de la región. Sólo ahora van a empezar a hacerse algunos estudios a nivel comarcal, lo cual no es una metodología muy apropiada porque ni siquiera existen comarcas oficiales, pero algo es algo.

El propio estudio que realizamos en 1991 debiera haberse repetido cada dos o tres años, porque la Administración regional, que no dispone de un organismo propio dedicado al empleo ni de un Instituto de Estadística propiamente dicho, está de otro modo limitada a trabajar con los datos secundarios procedentes de organismos estatales.Y sin embargo se ha puesto en marcha nada menos que un III Plan de Empleo e Industria, sin contar previamente con ese análisis en profundidad de la situación actual y real.Yo espero sinceramente que el III Plan sea un éxito, y no dudo de que alcanzará grandes logros. Pero desde luego su ejecución sería mucho más exitosa si sólo una pequeña parte de lo que se ha gastado y se está gastando en el marketing del Plan se hubiese invertido previamente en conocer la realidad sobre la que se desea intervenir.

Y en lo que se refiere más en concreto a los jóvenes, aún sabemos menos. En 1988 el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), dependiente de Presidencia del Gobierno, realizó una encuesta sobre la juventud extremeña por encargo de la Junta de Extremadura. Desde entonces sólo se han realizado algunos estudios parciales, que por lo demás en la mayoría de los casos ni siquiera se han difundido entre los investigadores. Por lo que les animo a que entre las conclusiones de estas Jornadas incluyan la recomendación de realizar estudios serios, globales y en profundidad, sobre la juventud extremeña, y particularmente sobre su comportamiento en el mercado de trabajo.

Y dicho esto, entremos en materia...(sigue)"



Referencia:

Baigorri, A. (1997), "Jóvenes y mercado de trabajo en Extremadura",  I Jornadas Transfronterizas sobre Paro Juvenil, I Plan de Empleo Juvenil de Extremadura, Mérida

Enlace al texto completo




7.19.1997

¿De la decadencia a la recuperación del Casco Antiguo? (1997-98)

Hay varias versiones del fichero, de 1997 y 1998 pues trabajé los mismos materiales para un curso sobre comercio en el Casco Antiguo organizado por los gestores de un Plan Urban, y un debate en el Colegio de Arquitectos sobre la gestión urbanística. Este en concreto corresponder al curso sobre comercio.

Fragmento (acceso al texto completo abajo) 

"Vamos a acercanos al casco Antiguo de Badajoz desde dos perspecti-vas. En primer lugar, vamos a situarnos en este espacio problema, porque sin duda el casco antiguo constituye hoy para la ciudad no un recurso, como a veces utópicamente pretendemos, sino un auténtico espa-cio problema con el que desde hace veinte años no se sabe muy bien qué hacer. Es un espacio problema, además, que tiene unas dimensiones tanto reales como simbólicas.
Y, en segundo lugar, intentaremos acercarnos a este espacio desde la perspectiva que más os puede interesar ahora mismo, al menos a quienes realmente tengan voluntad de incorporarse a la trama comercial del centro de la ciudad. Pero, respecto a esta segunda perspectiva, como imagino que son más ricas vuestras propias experiencias, y sobre todo los conocimientos que habéis venido  adquiriendo durante el curso, creo que más bien debemos construirla reflexionando entre todos.
¿Por qué he hablado antes de las dimensiones reales y simbólicas del problema?. Sencillamente  porque para los sociólogos es particularmente cierto el principio de que cuando los hombres definen una situación como real, es real en sus consecuencias.
Los sociólogos partimos de la convicción de que no existen problemas objetivos, sino de que los problemas son construcciones sociales. Al fin y al cabo, sociedades cultas, avanzadas, no sólo civilizadas sino civilizado-ras, han convivido largamente con situaciones  como la esclavitud, la segregación racial, la sumisión brutal de las mujeres, el culto a las armas, el hambre...  que hoy la mayor parte de los pueblos  aunque no todos  consideran intolerables a la dignidad humana.

Esta reflexión yo creo que es ineludible frente a la cuestión que nos ocupa. Desde hace casi dos décadas los pacenses venimos preocupándo-nos, por razones e intereses muy diversos, por lo que denominamos la decadencia y degradación del casco antiguo. Parece a veces, tal y como se plantean las cosas, que esa degradación se haya venido produciendo a lo largo de este tiempo, y nuestra actitud proteccionista aparece así como si se tratase de una reacción ante la misma.
Sin embargo, en 1977, hace justamente veinte años, cuando el arquitecto Fernando Chueca Goitia, uno de los que primero se interesó en España por la conservación de los cascos antiguos, publicó un libro que levantó ampollas urbanísticas, titulado La destrucción del legado urbanísti-co español, este urbanista apasionado por el patrimonio histórico situaba a Badajoz en un nivel de destrucción 9, sobre 10. Solamente Albacete, Ciudad Real, Guadalajara y Soria, de las 50 capitales de provincia españolas, alcanzaban un nivel 10 de degradación urbana de su patrimo-nio.

Es decir, durante varias décadas, la sociedad pacense no sólo había asistido impertérrita a ese proceso, sino que animaba incluso en ocasio-nes, como signo de progreso, las actuaciones urbanísticas que iban convirtiendo la situación  como ya apuntaba Chueca Goitia hace dos décadas  en prácticamente irrecuperable. Veamos algunos datos que creo apoyan esta interpretación. Muy especialmente Chueca Goitia denunciaba en aquella época la destrucción de la fortificación tipo Vauban que rodea el casco histórico. Escribía entonces que “fue un verdadero dolor que todo esto desapareciera por un mal entendio espíritu de modernidad. Podían haberse mantenido esos baluartes con jardines al pie separando la vieja ciudad de los ensanches y abriendo las puertas necesarias para una fácil comunicación. Hoy tendríamos el ejemplo de una plaza fuerte completa, como sucede con la vecina Elvas, que los portugueses han sabido conservar admirablemente”. Asimismo, señalaba cómo “la Plaza Alta, después de un largo abandono, empieza a despertar al interés de los pacenses”. Más o menos por las mismas fechas, el periodista Eduardo Barrenechea, uno de los más importantes de la época, visitaba nuestra ciudad escribiendo su famoso libro sobre La Raya de Portugal, y encontra-ba asimismo desidia urbanística por doquier.
Son importantes estas referencias, sobre todo porque en los últimos dos o tres últimos años hemos asistido a una auténtica reescritura de la Historia de la ciudad, cómo la que Orwell imaginaba en su novela ‘1984', haciendo a los anteriores gobiernos municipales responsables de una ‘destrucción’ que, antes de iniciarse siquiera la Transición a la democracia, se había completado. Se podrá acusar ciertamente, a todos los últimos gobiernos locales  incluído el actual, que pasado con creces el meridiano de la legislatura, no parece haber avanzado mucho en la recuperación del casco  de no haber sido capaces de arbitrar medidas de recuperación efectivas, incluso de haber fomentado la especulación con algunas de las escasas e ineficaces políticas que se han aplicado. Pero lo que es de todo punto innegable es que la destrucción del centro de la ciudad se había producido hace ya veinte años: el hito definitivo de esa destrucción no es otro que la Calle Mayor, que se constitutuyó hace dos décadas en frontera definitiva entre la ciudad y su resíduo histórico. Pero vamos a justificar estas afirmaciones.

En cualquier ciudad la evolución de la población es el primer y principal indicador de la decadencia o vitalidad de los cascos antiguos. Si el casco no está habitado, por mucha calidad histórico artística que tenga termina degradándose, como ha ocurrido en tantas ciudades españolas. Y en mucha mayor medida si además, como ocurre con el de Badajoz, no es, desde el punto de vista arquitectónico y artístico, de una calidad notable.

Efectivamente, en el caso de Badajoz, como en tantas otras ciudades, hemos asistido en las últimas décadas al vaciado del centro de la ciudad, en beneficio tanto de las periferias surgidas a finales del siglo XIX (Barrio de la Estación y San Roque), como sobre todo de los nuevos ensanches promovidos en los años '40 (Santa Marina) y '70 (San Fernando, La Paz, Ordenandos, Valdepasillas...). La población del centro histórico de Badajoz, que llegó a ser de casi 33.000 habitantes en 1940, se ha reducido en el Censo de 1991 a menos de 13.000 habitantes.
Pero lo que yo pretendo con estos datos  no es mostrar lo que todos sabemos por obvio, sino más bien el proceso. Y me interesa destacar particularmente dos momentos: (...)"

Referencia:
Baigorri, A. (1997), ¿De la decadencia a la recuperación del Casco Antiguo?, Conferencia en Curso sobre Comercio, ITAE/Plan Urban, Badajoz
Acceso al documento