6.27.1980

Ejea en las Cinco Villas. Una mancha verde mimada (1980)

El texto es un artículo preparado para el boletín municipal del Ayuntamiento de Ejea de los Caballeros, a partir del resumen final del estudio diagnóstico urbano-territorial realizado en 1980 junto a Mario Gaviria y los arquitectos navarros Fermín Muñoz y Victor Honorato 
"Ejea de los Caballeros es cabecera de una comarca que apenas existe, lo que fue las Cinco Villas se ha ido convirtiendo en Ejea y unos barrios. Sos del Rey Católico compra en Sangüesa; Tauste, viaja a Zaragoza; las Cinco Villas se han desertizado. Las Cinco Villas, un territorio secarral donde casi nunca llueve, con menos de 400 mm. de lluvia por m2 y año, nunca estuvo muy poblado, pero a pesar de los nuevos regadíos, las Cinco Villas apenas llegan a los 10 Km2 por habitante. Un territorio al borde del desierto con riquezas enormes para la producción de alimentos.
Hay tierra, agua y falta gente·. Las Cinco Villas deberán ser repobladas. Hace 20 años se terminó la primera parte del canal de Bardenas y ahora se termina"

Sobre teoría y metodología urbanística:

"En este contexto se observará que el Plan General Municipal de Ordenación debe tener una dimensión territorial profunda, considerar no sólo el casco urbano y los barrios sino todo el territorio y debe estar acompañado de una estrategia económica y financiera que aparte tome a su cargo el aprovechamiento integral de los recursos naturales del municipio. "






Referencia:
Gaviria, M., Baigorri, A., Muñoz, F., Honorato, V. (1980), "Ejea en las Cinco Villas. Una mancha verde mimada", Boletín Informativo Municipal de Ejea de los Caballeros, Num. Junio 1980, pp. 4-5

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6.04.1980

Proyecto La Rioja, Horizonte 2000 (1980)

Fue el primer proyecto que me tocó diseñar, naturalmente en continuo diálogo con Gaviria y partiendo de muchas de sus ideas y su lema (La Rioja, equilibrio), y en permanente discusión con otras gentes que luego constituyeron el equipo de trabajo. Los estudios de prospectiva eran habituales entonces fuera de España, pero no aquí. El proyecto inicialmente se planteó como referido al conjunto de la región, pero finalmente quedó circunscrito a la agricultura, pues fue la Cámara Agraria de La Rioja, o más exactamente su entonces presidente Antonio Aguirre, quien solicitó, y finalmente asumió. De hecho, he escaneado la copia con los tachones sobre las temáticas que quitamos antes de "cerrar" el tema. El resultado del proyecto dió lugar al libro, publicado en 1984, El campo riojano, que fue (y según descubro de vez en cuando, sigue siendo) referencia obligada no sólo para los estudios agronómicos, sino en general para la Ordenación Territorial de la región. El libro no está escaneado completo, aquí está uno de los capítulos.



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4.16.1980

Una mancomunidad para el Moncayo (1980)

Durante varios años, a principios de los 80', formé parte de un equipo de planeamiento del que salieron algunos de los mejores arquitectos urbanistas de Aragón: Juan Rubio del Val, Carmelo Bosque, Mariano Pemán, y Luis Franco. Teníamos la base en un piso en Fernando el Católico, junto a la Plaza de san Francisco, así que me quedaba al lado de casa de entonces, el piso compartido (ahora hacen tanta alharaca por tener que compartir piso, como si fuese algo nuevo) en Corona de Aragón. Antes había colaborado un tiempo con otro arquitecto, José Antonio Lorente, con el que hice el planeamiento NNSS o DSU, que yo recuerde de Mallén (mi pueblo), Magallón, Bisimbre y Agón.


Con el equipo de Fernando el Católico hicimos bastante planeamiento en poco tiempo, entre otros en el Valle de Echo, Sallent de Gállego. Uno de los proyectos a priori más apetecibles para mí fueron las Normas Subsidiarias Comarcales de Planeamiento del Somontano del Moncayo, que se convirtió en un proyecto conflictivo al enfrentarnos a un cacique local, un alto mando militar que "protegía" a los del pueblo cuando hacían la mili, empeñado (y lo consiguió) en hacerse un chalet delante del Monasterio de Veruela (aquí desarrollo aquel asunto). Llegamos hasta el avance de planeamiento, con grandes logros y propuestas, pero el cacique consiguió soliviantar al pueblo más importante, Vera de Moncayo. Pedían como locos urbanizar alrededor del Monasterio de Veruela. El resultado de la batalla fue que, por las bravas, la Diputación de Zaragoza nos rescindió el contrato. Algo nos ofreció a cambio, pero yo estaba en otras historias, seguramente poniendo en marcha el estudio de La Rioja.
En el marco de aquel proyecto preparé este informe proponiendo la creación de una Mancomunidad de todos los pueblos del Somontano del Moncayo, no sólo para optimizar sus desarrollos urbanísticos y turísticos sino como estrategia de desarrollo local. Por supuesto no se llevó a cabo. Quizás a la larga se haya llevado a cabo. Pasa mucho.


2.27.1980

Ribaforada (1980)

Uno de los pocos "libros" míos que han tenido una segunda edición (bueno, también alguna de los libros-guía de Extremadura que escribí). La primera fue en 1980, la segunda (que ignoraba hasta que hoy he encontrado el folleto bien escaneado en un organismo de Navarra) en 1983. Fue un encargo del propio Ayuntamiento, para el que había trabajado en un equipo de planeamiento haciendo la revisión de las Normas Urbanísticas, y que se quedó muy contento con mi trabajo y también me encargó un librito para la promoción industrial del municipio. Así es como uno de Mallén, un pueblo cercano pero ya aragonés, se convirtió por un tiempo en el principal experto en un pueblo navarro.



Es a la vez mi primer (no sé si será único) libro de Historia, aunque la mayor parte es Historia Social. Me pasé varios meses subiendo a Pamplona, a los archivos de Navarra, como auténtica rata de biblioteca. Y creo que quedó un trabajito meritorio porque es sobre un pueblo que no tenía Historia, del que nadie se había ocupado todavía. Lo publicó la Diputacion Foral en una colección de folletos de cultura popular muy consumida en Navarra.

"INTRODUCCION

Advertencia. Casi de forma sistemática, Ribaforada aparece como de pasada, sin entidad alguna, en cuantos estudios sobre la Ribera, la zona de influencia del canal Imperial o el valle del Ebro en general, hemos consultado. Y ello es explicable, porque para el investigador no resulta atrayente un pueblo que, al menos en apariencia, no tiene historia. Sin unos archivos municipales minimamente válidos (más por culpa de inculturas pretéritas que por otras razones), sin archivos parroquiales, sin resto alguno de monumentos históricos, parece que nos encontremos ante un pueblo de nueva planta, o poco respetuoso con su historia. Y eso precisamente ha sido lo que ha animado nuestra curiosidad a la hora de hacer este breve estudio (que no pretende ser totalizador) sobre el pasado, el presente, e incluso el futuro que parece esperarle a Ribaforada. Estas páginas tan sólo son, pues, una pequeña ayuda para que el pueblo de Ribaforada redescubra su identidad, a través de un pasado que el continuado desarrollo local ha ido escondiendo, a través de un presente que las más de las veces las necesidades más urgentes impiden ver en toda su amplitud, y a través de un futuro que constituye una incógnita para todos.

Ribaforada y la Ribera. 

Cuando en esta misma colección significados estudiosos de la Ribera navarra del Ebro (Jimeno Jurío, Fernández Marco, etc.) han escrito sobre los más variados aspectos de este territorio, y, en otros lugares, otros autores (como Floristán Samanes) han profundizado sobre su estructura general hace ya lustros, resulta ocioso pretender apuntar nada nuevo sobre el territorio dentro del cual se inscribe Ribaforada.

Conviene, pues, desde un principio concretarnos a nuestro pueblo objeto de estudio. Es sin duda Ribaforada una de las poblaciones que con mayores derechos pueden ostentar el título de «ribera». En este pueblo no sólo confluyen todas las características generales de los pueblos riberos, sino que incluso se han abstraido para formar el nombre de la localidad, que creemos se deriva de dos antiguas voces: RIBA o RIVA, término de antiguo utilizado en Navarra para nombrar a los caminos-cajero que siguen el curso de los canales, cequiones o ríos, y la desaparecida voz FORADA Ó FORAIDA, usada para designar una hondonada en términos generales. Es la interpretación que creemos más razonable del nombre del pueblo, si tenemos en cuenta su situación. Ribaforada se halla asentada justo en el borde de la última terraza aluvial del Ebro, a unos 10 ó 15 metros sobre el curso de éste. Si desde la parte norte del pueblo observamos el paisaje, nos encontraremos con la «hondonada» o «foraida»: la espléndida y verde vega baja del Ebro; la hoya limitada en este punto al norte por la Bardena y al sur por los carasoles y montes de Ribaforada...."



2.24.1980

Guardad vuestros tractores, vivid del huerto y del corral, y que coman grava... (1980)

Con una ilustración de un clásico, Baiget, publicaba este artículo de opinión en Andalán en 1980


"1979 (la década para los megalómanos) se ha cerrado con una tasa de aumento de los precios al consumo (y extensivamente de inflación) notablemente inferior a 1978, aunque todavía superior al resto de los países capitalistas de Europa. Y el ministro de Economía, de digno pasado «felipista» (de FLP, no de Felipe), no ha tenido el menor recato en reconocer, en declaraciones a finales de diciembre, que la clave del frenazo inflacionista estaba en el «sacrificado comportamiento» de los agricultores, cuyos productos no han aumentado en todo el año más allá de un 8 %. Lo que supone un descenso real de sus rentas en relación con una tasa de inflación que en noviembre rozaba el 16 %. Y la traducción a la vida cotidiana del descenso global de la renta campesina empieza a notarse en nuestros pueblos. Se nota, aunque más lentamente, incluso en nuestras regiones agrícolas más ricas, como la Ribera, Cinco Villas o el Cinca.
La oligarquía española, con su secular falta de imaginación, ha decidido un vez más contribuir con el esfuerzo de los habitantes de su feudo a superar la crisis mundial. Y, también por enésima vez, ha decidido que la crisis interna la paguen los sectores sociales marginales: ejército laboral de reserva, jóvenes, viejos y agricultores. Que parados, jóvenes y viejos no se alcen ante tal determinación es explicable por su falta de organización como grupos homogéneos de intereses (los parados esperan
fallidamente que sus compañeros sindicalistas los defenderán, los viejos confían en sus descendientes y en los chantajes de los periodos electorales, y los jóvenes pasan dedicándose a ser usados ante la opinión pública como justificantes de gobiernos «fuertes»).
Pero los agricultores tienen, al menos en teoría, quienes les representan, quienes en caso de atentado flagrante contra sus intereses de grupo deben convocar movilizaciones y luchas. Tienen todo tipo de representantes: sindicatos de clase, limitados a algunas zonas del Sur del Estado (SOC, FTT, etc.); sindicatos interclasistas indefinidos (COAG, CNJA, etc.), y sindicatos interclasistas definidos al servicio de una clase, los terratenientes (CNAG, UFADE, etc.). Ninguno de estos grupos tiene en estos momentos conciencia exacta de lo que realmente está pasando. O quizá no quieren tener conciencia, para no tener que meterse en luchas de las que son poco amigos. Mientras sus representados aguanten, que todo siga. Y si un día las bases campesinas se desbocan, ya se encargarán los dirigentes de frenarlas, como ocurría en los últimos años del franquismo (cuando las primeras «guerras»), y como ha venido ocurriendo sistemáticamente en las últimas luchas, a pesar de ser otros los dirigentes. Porque hasta los campesinos se desbocan. Los pocos dirigentes progresistas y radicales que quedan por los sindicatos democráticos de Aragón, Navarra, Rioja, Catalunya, Extremadura... nos han reconocido en numerosas ocasiones: «Cuando las bases campesinas se calientan van mucho más allá no ya de los dirigentes establecidos e integrados, sino de nosotros mismos; pero entonces las direcciones se apresuran a echar jarros de agua fría».
El Gobierno se ríe ¿Hemos de pensar, pues, en el sindicato-sauna? Todo nos empuja en ese sentido, después de ver cómo hasta los sindicatos teóricamente más progresistas (¿quien no conserva todavía en lo más profundo de sus convicciones una lucecita de esperanza en la COAG o la FTT?) aguantan y aguantan todo to que se les eche. Después de la última subida de los combustibles, los pescadores amarran sus barcos, como en ocasiones anteriores, como protesta; los taxistas se lanzan a la huelga... y los sindicatos campesinos sacan tímidas notas de protesta. Sin embargo, los más perjudicados por la subida de los combustibles han sido los agricultores.


Como puede verse en el cuadro que hemos elaborado, en los últimos seis años (desde que los precios de la energía comenzaron a ponerse en el lugar que les correspondía) el combustible utilizado por los agricultores ha sido el que mayor aumento ha su frido, al multiplicarse casi por tres el precio de 1974. Y las subvenciones prometidas llegan para todos (incluidos pescadores y taxistas) menos para los agricultores, de los que el Gobierno se ríe a mandíbula suelta. Mientras a dos de los sectores más desastrosos para el país (cemento y acero) les está subvencionando el 30 % del fuel con bajo indice de azufre que consumen. La única subvención que pueden obtener los agricultores es el deprimente espectáculo que ofrecen, haciendo colas que duran 24 horas desde una semana antes de cada subida, para almacenar unos cientos de litros de gas-oil antes del día señalado y ahorrarse unas pesetas. Y eso en las gasolineras que les permiten hacerlo.
Y no es sólo en el gas-oil donde los agricultores pagan la prima de la crisis. La mayor parte de los inputs actuales más usuales proceden de derivados del petróleo. Los aumentos en insecticidas, herbicidas y demás porquerías asesinas del ecosistema son automáticos. En cuanto a los abonos, es uno de los sectores en el que Suárez no ha deshecho lo poco que Franco hizo bien, y el Estado subvenciona a las fábricas y las frena para que no aumenten los precios de sus productos. Pero realizan los aumentos con otros sistemas que llegan al fraude consentido, rebajando la calidad de las mezclas y en ocasiones incluso al peso de los sacos de abono.
Y desde luego son ilusos los que esperan que todos estos aumentos se reflejen en las negociaciones de precios agrarios que pronto se iniciarán. La mayoría de los agricultores son conscientes de que las organizaciones que cada año van a Madrid a «negociar», a lo que realmente van es a hacer la risa. Como son ilusos los que esperan que estas pérdidas del nivel de renta serán absorbidas por otras concesiones, como promete el Gobierno. Va para tres años que se prometieron 20.000 millones de
pesetas para los jóvenes agricultores, para mejora de explotaciones, ganadería y casas. Los jóvenes que esperaban casarse y hacerse la vivienda con esos créditos, podrán hacer la casa...cuando se casen sus hijos. Y mejor no meneamos la forma en que se comenzaron a distribuir tales créditos en ciertas agencias de Extensión Agraria. La Ley de Fincas Manifiestamente Mejorables, otra promesa, no está resultando ser en la práctica sino un cómodo sistema para que los latifundistas mejoren sus fincas con créditos baratos. Las promesas de regadíos, totalmente falsas; porque la ley de aguas que va a aprobar el Parlamento a no tardar va a convertirse en una barrera casi infranqueable para los nuevos regadíos. Y aunque se consiga saltar la barrera, no habrá dinero para hacerlos porque el Estado se lo está gastando en limosnear y subvencionar a sectores en crisis y a las multinacionales. Las promesas de apoyar en forma de ley la explotación familiar agraria, una ficción. Quizás el apoyo a tales explotaciones vaya a serlo la General Motors, que va a absorber a muchos de los agricultores que las cultivan; seguro que ese es el «apoyo», porque los agricultores de la Ribera sueñan con «el oro y el moro» y la UAGA no les abre los ojos. O quizás son apoyos el Estatuto de la Leche o la nueva Ley de Montaña, dirigidos precisamente a cargarse esas pequeñas explotaciones familiares para preparar nuestro ingreso en la CEE.
Pese a todas estas pedregadas que se les vienen encima, los agricultores siguen trabajando y produciendo alimentos baratos, en lugar de encerrar los tractores y las mulas mecánicas durante un año en la cochera, dejar de pagar letras y contribuciones y pasar ese año viviendo del hortal y de los bichos del corral. Y los sindicatos siguen negociando y apaciguando, y diciendo que si este año no arreglan lo de la Seguridad Social y lo de poder jubilarse a los 60, como los obreros industriales, otra vez será, en lugar de movilizar a sus bases contra un Estado que los está destrozando lentamente.
Hace unos pocos años, cuando las luchas campesinas infundían alguna esperanza, algunos comenzamos a pensar que ciertamente Lenin, Trotski y los demás se habían equivocado; que no sólo la vanguardia revolucionaria no siempre era el proletariado industrial, sino que además los agricultores podían llegar a ser algo más que unos aliados de la derecha y de la reacción. Hemos cambiado bastante de idea y, aunque seguimos sin dar la razón del todo a Lenin, sí que habrá que convenir al menos en que acertar no aciertan ni una los agricultores cada vez que eligen a alguien o algo para representarlos."



Referencia y acceso al fichero
Baigorri, A. (1980), "Guardad vuestros tractores...", Andalán, N° 259 , 29 de febrero al 6 de marzo,  pag. 4
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