Mostrando entradas con la etiqueta prospectiva. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta prospectiva. Mostrar todas las entradas

10.09.1999

La red urbana ibérica (1999)





"Hemos visto cómo uno de los elementos de la globalización, no el más estudiado, es el surgimiento de una dimensión de la ciudad que supera los perfiles de lo físico.
Hemos hablado así de urbe global, utilizando la denominación de global no en referencia a tamaños individuales -como hace la 'escuela' de Friedmann desde una perspectiva territorialista, o la de Sassen desde una perspectiva productiva-, ni siquiera exactamente desde la perspectiva formalista de Doxiadis, sino para designar un proceso por el que los aspectos físicos y morales de la ciudad se extienden a todos los rincones del universo, civi-lizándolo.Hay pues una urbe global que se superpone a la territorialidad de las ciudades físicas, modificando su conformación territorial. Todavía podemos distinguir fácilmente cómo los nudos de la urbe global, más o menos importantes demográficamente, más o menos influyentes económica, política o culturalmente, siguen correspondiéndose en parte con centros históricos, para los que conservamos la rudimentaria definición de ciudades, aunque ahora las llamemos megalópolis o incluso ciudades-mundo. Pero se hace cada vez más difícil una correspondencia directa entre esos espacios sociales y los lugares físicos en los que las ciudades surgieron y se han desarrollado. Debemos hablar por tanto también de centralidades virtuales, que en parte pueden corresponderse con perímetros administrativos diferenciados, pero también con un conjunto de posiciones sociales interconectadas espacialmente y ubicados en lugares físicos a veces muy alejados entre sí.(...)Por otra parte, la influencia de los nuevos centros virtuales, así como la modificación de la tecnología de las comunicaciones, está a su vez determinando desplazamientos virtuales de determinadas localizaciones físicas, que por lo demás no parecen responder al criterio de centralización jerárquica implícito en el paradigma de las ciudades-mundo. En este sentido hemos planteado el 'cambio de posición' que un lugar físico (en nuestro caso hemos estudiado la ciudad de Badajoz, a la que hemos definido como mesópolis transfronteriza), adopta por efecto de un conjunto de cambios tanto físicos -maduración de planes de regadío, mejora de las comunicacones terrestres...- como virtuales -desaparición de las fronteras de la UE, internacionalización de la Economía, conexión a la red mundial de telecomunicaciones...-. 'Moviéndose', en tanto que lugar, de una posición, como capital -a su vez excéntrica- de una provincia de 600.000 habitantes, periférica y situada en un fondo de saco -el telón de corcho-, a una posición central en un espacio poblado por más de doce millones de habitantes, articulado por tres metrópolis: Madrid, Lisboa y Sevilla Es decir, la posición de una ciudad puede sin embargo modificarse, como efecto de los cambios que se producen en su entorno. Creo que este fenómeno se está produciendo ahora en general respecto a las ciudades de Extremadura y Alentejo, y más concretamente respecto de la mesópolis de Badajoz. Veamos cómo, al nivel de modelos abstractos, se concreta esta interpretación espacial.Es un fenómeno de notable importancia en la dinámica territorial peninsular, que se produce asimismo en la mesópolis transfronteriza de San Sebastián/Bayona. Pero..."

Referencia:

Baigorri, A. (1999): "La red urbana ibérica", en L. de la Macorra y M. Brandâo, eds., La economía ibérica: una fértil apuesta de futuro, Editora Regional de Extremadura, Mérida, 1999, pp. 261-289

Enlace al texto 


7.14.1998

Hacia la urbe global. ¿El fín de las jerarquías territoriales? (1998)

Era mi primer congreso internacional, y con la inscripción hecha, los billetes comprados..., una estúpida caída de tres escalones me deshizo un brazo. A cambio, durante la recuperación me hice mi primera página web. Creo que gané en difusión y creación de redes, que es para lo que (dicen) sirven los congresos. Mi comunicación la presentó un colega (menos mal que la había presentado en el comité de Estudios de Futuro y no en Sociología Urbana), y quedó recogida al menos en Sociological Abstracts. 
  


"RESUMEN 

Esta comunicación plantea una reflexión sobre las comunidades urbanas y sus interacciones en el marco de la urbe global, concepto que caracteriza las tendencias de futuro de la urbanización 

La imagen de la ecumenópolis oteada por Toybnee, sobre la base de las aportaciones de Gottman y Doxiadis, no es ya una formulación del futuro sino una realidad palpable, a la que preferimos denominar la urbe global por cuanto no la entendemos como aquellos autores tanto como plasmación del gigantismo de las grandes urbes, sino como red que penetra la totalidad del territorio, hasta hacer desaparecer, incluso, la tradicional dicotomía rural/urbano. 

Esta visión es crecientemente aceptada, con el desarrollo del llamado paradigma de las ciudades-mundo que tiene un remoto origen en Geddes, fue articulado por Hall en el ambiente de las obras de Doxiadis, y se encuentra definitivamente formulado en Friedmann. Sin embargo, su utilización en teorías de alcance medio, como la de Sassen o las desarrolladas por el propio Friedmann, sigue anclada en los estereotipos de la sociedad industrial, caracterizada en términos territoriales por una estructura jerárquica, y sobre todo jerarquizante. 

Lo que tiene de nuevo la conformación de la urbe global en términos de hipótesis es que supone la ruptura de las jerarquías. Hasta finales del siglo XX se ha venido dando una fuerte identificación entre los estados nacionales y las grandes urbes, las cuales como ciudades-mundo han articulado -y en buena parte todavía articulan en la red global de flujos- los intereses 'nacionales'. Pero hoy esa identidad se rompe, por efecto de varios fenómenos: 

a) La disgregación del estado-nación, que otorga a los espacios regionales la capacidad
de competir explícitamente, tomando como punta de lanza de esa competencia a sus principales ciudades; ciudades medias o intermediarias que compiten con los nodos 'ordenadores' -las grandes urbes- con estrategias de supervivencia propias, y con atractivos para la vida humana que no ofrecen las grandes metrópolis. 

b) El relajamiento de los instrumentos de dominio político de tendencia vertical, con una mayor democratización de las decisiones -la planificación territorial no puede hacerse ya tan fácilmente únicamente en función de los intereses de los grandes centros decisorios-. 

c) La dilución de las fronteras en los países desarrollados -UE, Nafta, Cono Sur...- provoca que ciudades medias se articulen como mesópolis o metrópolis transfronterizas que ya no pueden reflejar -o no únicamente- los intereses o necesidades de un estadonación. 

El resultado, desde nuestra perspectiva, es una red compleja -tridimensional si pretendemos representarla- en la que las posiciones de las comunidades urbanas se plantean en términos de acelerada variabilidad, y en las que las sucesivas posiciones verticales (no jerárquicas en un sentido formal, sino en términos de estratificación entendida, como la estratificación social, con relación a la producción -clases- y al consumo -status- de bienes) no vienen determinadas por un solo elemento (sea el tecnomarketing -Castells y Hall-, sea la posición geoestratégica centro/periferia -Sassen-, sea la sostenibilidad medioambiental), sino más bien por un conjunto de variables -incluidas las anteriores- que debemos empezar a estimar, sin olvidar la influencia del azar y de otros presupuestos de la teoría del caos, particularmente interesante para el análisis de la dinámica futura de las ciudades -no olvidando con ello la tendencia natural de las sociedades humanas a fijar estructuras estables de dominio, que suelen basarse en organizaciones desiguales, con el objetivo de evitar la caída de los sistemas en la entropía. (...)"

Referencia:
Baigorri, A. (1998), "Hacia la urbe global. ¿El fín de las jerarquías territoriales?", XIV Congreso Mundial de Sociología de la ISA, RC07 Future Research Session, Montreal, Julio 1998  (recogido en Sociological Abstracts, Jyly 1998, 98S33604)

2.04.1997

La Universidad del siglo XXI ya no existe (1997)

En medio de debates sobre proyectos de futuribles para la Universidad de Extremadura (la mitad de las nuevas carreras que planificaron como esenciales ya ni existen veinte años después, o agonizan sin apenas alumnos, evidenciándose que no respondían a un análisis de futuribles, sino a vulgares intereses de grupo, coporativos o incluso familiares), el diario HOY solicitó mi opinión. La asociación de sociólogos que entonces teníamos (Grupo Extremeño de Sociología, GES), de corta vida, había pedido además la implantación del título de Sociología. El artículo era objetivamente impublicable por largo, pero lo publicaron, utilizando dos páginas completas en días consecutivos. 

Desgraciadamente creo que muchos de los planteamientos de entonces siguen siendo plenamente válidos, porque la Universidad sigue con buena parte de sus defectos colgando de su espalda. Por los trasiegos de ficheros no es el texto definitivo publicado el que he podido recuperar, a cambio en el recuperado tengo algunas reflexiones sobre prospectiva que finalmente no incorporé totalmente, pero en el pdf pueden leerse ambos.







"En la medida que no sabemos cómo será el futuro más lejano, podemos inventarlo: tenemos abierto el campo para fijar nuestra utopía en un programa máximo. Y, en la medida en que sabemos bien dónde nos aprieta el zapato, nos planteamos un programa mínimo, congruente con la utopía pero que resuelva nuestras urgencias. Pero fracasaremos si pretendemos planificar el medio plazo. Pues el mesofuturo, el tramo que va del hoy -esa pequeña arruga del tiempo- a la Utopía, es el reino de la imprevisibilidad, el espacio del futuro inasequible, caótico por rendido al azar: allí surgen las crisis energéticas, las naciones se disgregan en luchas fratricidas, se hunden en la decrepitud los continentes mientras pueblos jóvenes emergen del hambre que aguza el ingenio... En treinta años Corea ha pasado del bambú a la High Tech, y París de centro mundial de la cultura y la intelligentsia a ciudad dormitorio de EuroDisney. 
En el siglo XVII, Bacon acertó en su Nueva Atlántida a señalar muchos de los avances técnicos y sociales del siglo XX. Acertó de lleno en la lejana utopía, mas no pudo prevenir ni su defenestración política como Lord Canciller -acusado de corrupción-, ni mucho menos imaginar la revuelta republicana de Cromwell que apenas veinte años después daría origen a la Revolución Burguesa y el parlamentarismo moderno. Y es que ya decía Herman Kahn, el gran prospectivista en el Hudson Institute que disfrutó imaginando los próximos 500 años, que cualquier modelo canónico de futuro proyectado a veinte o treinta años recoge casi únicamente "las esperanzas o los temores de algún grupo". Tenía razón: ¿qué han hecho los futurólogos, desde el Oráculo de Delfos a la Rand Corporation, sino (pre)decir a los príncipes lo que deben hacer... para continuar siendo príncipes?.
Diseñemos por tanto la Universidad que ahora mismo, en 1997, y no en el próximo siglo, necesita la región. Y hagámoslo teniendo presente no ese siglo XXI, que de seguro desbordará nuestras más locas fantasías, sino el mañana indeterminado de la utopía extremeña -entendida la utopía como una imagen estimulante e inspiradora de acciones concretas, capaces de modificar hacia mejor la realidad existente-. 
No busquemos que la Universidad se adapte a unas necesidades futuras de la sociedad a las que indefectiblamente llegará tarde, sino más bien una Universidad que capacite para la adaptación al cambio permanente, mediante una sólida base científica, cultural e incluso moral."

Referencia:
Baigorri, A. (1996), "La Universidad del siglo XXI no existe", Diario HOY, 3/4 de febrero de 1997, pag. 10

Enlace al documento


6.04.1980

Proyecto La Rioja, Horizonte 2000 (1980)

Fue el primer proyecto que me tocó diseñar, naturalmente en continuo diálogo con Gaviria y partiendo de muchas de sus ideas y su lema (La Rioja, equilibrio), y en permanente discusión con otras gentes que luego constituyeron el equipo de trabajo. Los estudios de prospectiva eran habituales entonces fuera de España, pero no aquí. El proyecto inicialmente se planteó como referido al conjunto de la región, pero finalmente quedó circunscrito a la agricultura, pues fue la Cámara Agraria de La Rioja, o más exactamente su entonces presidente Antonio Aguirre, quien solicitó, y finalmente asumió. De hecho, he escaneado la copia con los tachones sobre las temáticas que quitamos antes de "cerrar" el tema. El resultado del proyecto dió lugar al libro, publicado en 1984, El campo riojano, que fue (y según descubro de vez en cuando, sigue siendo) referencia obligada no sólo para los estudios agronómicos, sino en general para la Ordenación Territorial de la región. El libro no está escaneado completo, aquí está uno de los capítulos.



Enlace al documento