Mostrando entradas con la etiqueta globalización. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta globalización. Mostrar todas las entradas

9.07.2015

Algo más que un ritual de paso (2015)




"Los jóvenes puede que ya no crean en la autoridad, pero tienen auténtica fé en la publicidad (. . .) Los hombres de negocios saben que serán grandes clientes si se les sabe inculcar desde la adolescencia buenas costumbres, y se les enseña a
gastar mucho"
(Vance Packard, The Waste Makers, 1962) 
"Sólo tienen puestas grandes esperanzas en los días de asueto quienes, como muclhos trabajadores y muchos niños de escuela, se aburren completamente con lo que tienen que hacer normalmente"
(David Riesman, Abundance, for What?, 1964) 
"El capitalismo nos precisa puritanos de día, y hedonistas de noche"
(Daniel Bell, The Coming of Post-Industrial Society, 1973)
"[. .. ] while teenagers might not believe in authority, they did believe  in advertising. [. .. ] Marketers were admonished to remember that all these millions of youngsters would one day marry and become really big spenders if properly nurtured. Catch them while their buying habits are forming!" (Vance Packard, The Waste Makers, 1962)
"The high hopes of what a holiday may bring {are] to be found among those who, like many workers as well as many school children, are thoroughly bored with what they normally do. "(David Riesman, Abundance for What?, 1964) 
"[In capitalism] one is to be 'straight' by day and a 'swinger' by night."(Daniel Bell, The Cultural Contradictions of Capitalism, 1976)



REFERENCIAS

Baigorri, A. (2015), "Algo más que un ritual de paso", en J.Jurado, Resaca Nacional, Iniciarte, sevilla, pp. 14-19

Baigorri, A. (2015), "More than a rite of passage: a social obligation", in J.Jurado,  Resaca Nacional, Iniciarte, sevilla, pp. 67-69
Enlace a textos

11.07.2001

Hacia la urbe global (2001)



El libro recoge básicamente mi tesis doctoral. Tiene una parte teórica en la que desarrollo una teoría de los factores de urbanización y de la conformación de una urbe global en el marco de la Sociedad Telemática. La otra parte se aplica al análisis del caso de la ciudad de Badajoz y su ubicación en el marco conceptual previo. Leída en 1999, la tesis (que obtuvo el Premio Nacional de la Real Academia de Doctores para tesis de Ciencias Sociales y Jurídicas) incorporaba un conjunto de trabajos previos, a través de los cuales entre 1982 y 1995 fuí construyendo una teoría consistente sobre la dicotomía urbano-rural y la Sociología de la Urbanización.


INDICE

  1. Introducción
  2. Primera Parte: DE LO RURAL A LO GLOBAL
    1. El análisis transdisciplinario de la ciudad y el territorio desde una perspectiva sociológica
    2. Regadío y urbanización
    3. La ciudad como artefacto
    4. La ciudad red
    5. La ciudad y el territorio de la red, en los albores del Tercer Milenio
  3. Segunda Parte: MESÓPOLIS TRANSFRONTERIZAS
    1. La medida de las ciudades
    2. De la ciudad intermediaria a la mesópolis
    3. Ciudades y mesópolis transfronterizas
    4. Ciudades y regiones en la frontera hispano-lusa: de ‘cul de sac’ a nodos esenciales
  4. Tercera Parte: LA FORMACION DE UN AREA MESOPOLITANA DE CARACTER TRANSFRONTERIZO EN BADAJOZ
    1. Las tres adaptaciones
    2. Badajoz, mesópolis transfronteriza
  5. Cuarta Parte: LA MESÓPOLIS DE BADAJOZ EN EL CONTEXTO IBÉRICO Y EUROPEO
    1. La permeabilización de las fronteras intracomunitarias y la extensión de la función mesopolitana
    2. de Badajoz en el territorio portugués
    3. La red urbana de Extremadura y Alentejo y el papel de la mesópolis pacense
    4. Ciudades que se mueven: bananas, arcos, diagonales y triángulos en la península ibérica y Europa
    5. La síntesis abierta





REFERENCIA

Artemio Baigorri (2001), Hacia la urbe global, Editora Regional de Extremadura, Mérida
Enlace al texto

11.05.1994

Estrategias de desarrollo local (1994)

A lo largo de 1994 y 1995 desarrollamos desde la consultora TESYT (Taller de Estudios Sociales y Territoriales) que dirigía antes de entrar en la universidad, un encargo de Proyecto Global de Desarrollo, obtenido en concurso, para el Ayuntamiento de Badajoz. El cambio de gobierno tras las elecciones municipales de 1995 hizo que la segunda parte, el Plan de Desarrollo propiamente dicho,  no se concluyese. Al PP no le interesaba el proyecto, y tampoco nosotros nos sentíamos cómodos con los nuevos planteamientos, por lo que aceptamos renunciar a completar el contrato, sin indemnización por ambas partes. Años más tarde el Ayuntamiento desarrollaría otros proyectos, para captar fondos europeos, tomando todos ellos como punto de partida lo que ya habíamos trabajado nosotros. Para presentar el proyecto organizaron desde el Centro de Empleo y Formación unas Jornadas de Desarrollo Local (muy concurridas por agentes de desarrollo local de toda la región), en la que dí la conferencia inaugural, el 9 de Noviembre de 1994



"Primero he borrado la palabra empleo. No ha sido un capricho, ni un deseo de eludir el tema de fondo; sería absurdo en unas Jornadas dedicadas, fundamentalmente, a la promoción del empleo. Pero llevo años pensando -y es por supuesto una reflexión muy personal, que tal vez algunos de ustedes no compartirán-, que no existe, o no puede existir, una política específica de desarrollo para el empleo. Naturalmente tendré que explicarme, para que mi afirmación no parezca una provocación a la violeta.
En mi opinión, cuando se habla de políticas de empleo nos estamos refiriendo en realidad, y en casi todos los casos, a políticas contra el paro. Esto es, a programas destinados a paliar las desventuras de quienes se encuentran en esa situación. En el fondo, por más que contribuyan a mejorar los recursos personales (intelectuales y materiales) de los parados, o su capacidad de desenvolvimiento en una sociedad económicamente hostil, sin embargo las medidas formativas, ayudas, becas de asistencia a cursos, incluso buena parte de las subvenciones a la creación de empresas, son en realidad formas de subsidios de desempleo. Son prestaciones sociales.
Esto que no quiere decir, por supuesto, que con todas estas medidas no se cree empleo.
De hecho, existe ya un subsector económico, a caballo del Terciario(los servicios) y el Cuaternario(la información), al que doy la denominación provisional de sector ocupacional, cada vez más importante. Un sector extremadamente dinámico, con una rotación acelerada en el empleo, cuya materia prima son los parados y cuya producción es la formación ocupacional. Es, además, uno de los pocos sectores económicos en los que no se da la clásica alienación entre el productor y el producto final que descubrió Marx: de hecho, los productores en un curso pueden ser meses más tarde consumidores en otro, y viceversa, y así sucesivamente. Hay quien encuentra ese proceso improductivo, pero a mí me parece muy importante, porque la mejora en la formación, sea cual sea su contenido, hace que la gente se sienta psicológicamente mejor, y capacita al tejido productivo para los cambios.
Acabo de participar en un proyecto de evaluación ex-post de las acciones formativas cofinanciadas por el Fondo Social Europeo, para el que se han encuestado a unas 9.000 personas en toda España, de entre los que en un año determinado realizaron cursos, para ver cómo ha evolucionado después su biografía laboral. Para algunos investigadores los resultados parecían decepcionantes; pues, por ceñirnos al caso de Extremadura, el 82% de los que siguieron cursos seguían, o estaban de nuevo en paro, dos años después. Y en los pocos casos en que habían obtenido empleo éste tenía un nivel muy precario. Sin embargo, yo he defendido en mis conclusiones una actitud claramente positiva hacia los mismos. Tengamos en cuenta que, fundamentalmente, los usuarios de los cursos habían sido mayoritariamente mujeres, residentes fuera de las tres capitales y con un bajo nivel de formación. Aún asumiendo -porque esa conclusión resultaba ineludible, a la vista de los datos- su escasa utilidad en relación a la integración inmediata en el mercado de trabajo, esto es a la resolución del paro, sin embargo los cursos han sido de gran utilidad para permitir a un colectivo social -y no sólo laboralmente- marginado, como son las mujeres de pequeños municipios y pequeñas ciudades, y de bajo nivel cultural, mejorar su preparación, mejorar su preparación funcional y capacitarlas para la integración en la sociedad. Han salido de sus casas, han hecho relaciones, han obtenido en muchos casos una ayuda económica que les ha permitido sin duda valorizarse en la estructura familiar, y sobre todo han adquirido nuevos conocimientos.
Desgraciadamente los economistas se resisten siempre a cambiar los epígrafes de la Contabilidad Nacional, y por eso este sector no está suficientemente analizado. Pero tiene ya entidad suficiente para que, al igual que la Sanidad, la Educación o la Defensa Nacional, se constituya en una rama específica de la economía y de la Administración. Tiene sus propios especialistas, su propio lenguaje, su terminología, incluso a veces parece que hasta su propio corporativismo latente. Y yo creo, además, que es un sector estable, que va a crecer en el futuro, a medida que se acelere la rotación laboral y sectorial, y que debe extenderse a otros ámbitos; se ha creado una estructura, una capacidad para la animación socio-laboral, un colectivo cualificado para la formación ocupacional que debe aplicarse no tanto, o no únicamente, a la formación para el
empleo,
(...)
Volviendo a nuestro título, el que la generación de empleo dependa de la política económica no quiere decir, sin embargo, que haya que quitar también el término local del título. El desarrollo económico no se decide única y exclusivamente en los grandes centros nacionales o internacionales de decisión, aunque se mantenga la impresión de que esto es así. De hecho, esto sólo viene sucediendo desde muy recientemente, exactamente desde que se impuso la planificación centralizada y tecnocrática propia de la sociedad industrial. La aparición de los planes de desarrollo supuso el definitivo acogotamiento de las ciudades y la exaltación hasta el absurdo de lo que con agudeza Toffler llamó "el código oculto de la civilización industrial"(3): la uniformización, a especialización, la sincronización, la concentración, la maximización y la centralización. Desde el debate de Hamilton sobre federalismo/centralismo, en el momento en que se diseñaba la Constitución de los Estados Unidos, pasando por los soviets o el fordismo, hasta los planes de Lopez-Rodó, que no son sino un calco de la planificación francesa, estamos ante un mismo proceso. Y, sin embargo, durante siglos las ciudades han decidido con plena autonomía su política económica. Max Weber decía que la ciudad no se caracteriza únicamente por tener una organización económica, sino también por tener una organización reguladora de la economía, una política económica propia. Tradicionalmente, esta política económica tenía por objeto el "intentar garantizar el abastecimiento regular de alimentos, y mantener la moderación de los precios, así como la estabilidd de la actividad de productores y comerciantes"(4).
Curiosamente fue en los Estados Unidos, el primer país donde los principios de la sociedad industrial se instituyeron y alcanzaron su máxima expresión, donde primero surgieron tanto la crítica como las alternativas al sistema. Si en Inglaterra, la primera nación industrializada, fue donde, en el siglo XIX, primero apareció la crítica del industrialismo más feroz, de la mano de Engels y Marx, bajo la forma de crítica de la economía política del capitalismo, y por supuesto también el socialismo como alternativa, es de toda lógica que fuese en los Estados Unidos, máxima expresión en el siglo XX del sistema industrial, donde apareciese la más aguda crítica de este sistema, aunque no fuese teñida del verbalismo seudorevolucionario que ha caracterizado después las expresiones europeas de esta crítica.
Lo que comienza como una preocupación por el tamaño, por los conglomerados, por los monopolios y oligopolios, en suma por el gigantismo, desemboca, en una de sus ramas, en la reivindicación del localismo. Los trabajos de Jacobs, primero sobre el desarrollo de las grandes ciudades, y luego más específicamente sobre la economía de las ciudades, pusieron de manifiesto a finales de los años '60 que, por debajo de ese gran entramado nacional, organizado por los Estados o las grandes corporaciones, las ciudades seguían teniendo, y sobre podo podían tener, una vida económica propia, unas capacidades productivas, en suma, que podían planificar su propio desarrollo económico, como "órganos económicos primarios"(5). Los nuevos utopistas americanos del localismo, muy inspirados en los conceptos de ayuda mutua y de interacción entre campos, fábricas y talleres de Kropotkin, y trasvasados rápidamente a Europa, llegaron a exaltar la autosuficiencia de las ciudades y, en general, de todas las comunidades. Muchos hemos pasado por esa etapa de la exaltación de la autosuficiencia, y en parte seguimos sufriendo los efectos de ese utopismo.
La verdad es que todo esto no era sino la expresión de los problemas y limitaciones del sistema industrial, de los que el propio sistema ha sido cada vez más consciente, a partir sobre todo de la gran crisis de los '70, provocada, en último término, por los efectos de las estrategias de concentración y centralización, en aquel caso de las reservas energéticas. Frente a la exaltación del mercado como principio regulador de la economía, había consciencia también de que, en el fondo, esas grandes corporaciones que se superponen a ciudades, regiones y estados, que centralizan y concentran la riqueza, "obtienen sus beneficios como derivado de su influencia política, a través de exenciones impositivas, subsidios, cuotas de importación o contratos para la defensa, y no por la competencia en el mercado"(6). A ello se uniría la crítica del ecologismo radical de los años '70 (y hablo de radical no en términos del fundamentalismo que caracteriza al radicalismo conservacionista actual, sino en la medida en que ponía de manifiesto la fuerte interrelación entre los presupuestos fundamentales del capitalismo y el industrialismo con la crisis ecológica), que incorporó las posibilidades de la tecnología intermedia y el buen trabajo.
(...)
Sin embargo, los hechos nuevos, la experiencia acumulada en el desarrollo descentralizado, nos permiten invertir el proceso: creo que la clave para empezar a movilizar los recursos y la capacidad de desarrollo es hoy la sustitución de importaciones; si ésta tiene éxito, los productores de bienes iniciarán de forma natural un proceso de exportación, que retroalimentará el proceso.
Por otra parte, la economía ecológica nos ha aportado un concepto fundamental para localizar nuevas áreas de intervención: el concepto de reciclaje, que es algo mucho más amplio que la recuperación de basuras. Toffler propone que "cada vez se acepta más que la creación de riqueza es un proceso circular, cuyos resíduos se reciclan para transformarlos en insumos para el siguiente ciclo de producción. Este método presupone la supervisión informatizada, y unos niveles cada vez más profundos de conocimiento científico y medioambiental"(10). Es, por tanto, más complejo que el voluntarismo ambientalista. Las ciudades grandes y medias cuentan, cada vez más, con nuevos recursos derivados del reciclaje industrial y social. Pero, naturalmente, se necesita una capacidad científica y tecnológica elevada para aprovechar estos recursos potenciales. Conseguir la implicación en estas tareas de los centros públicos de investigación es por ello fundamental.
(...)
En suma, una estrategia de desarrollo local debe basarse en la detección de lo que denominamos vacíos productivos, esto es espacios para la producción de objetos o servicios demandados o demandables por la sociedad local que, o no son satisfechos por el aparato productivo local (el concepto de sustitución de importaciones de Jane Jacobs), o simplemente todavía no han sido implementados en el mercado. Y precisa asimismo de la existencia de una materia prima muy especial: paradas/os emprendedoras/es, con formación apropiada y con una mínima capacidad económica (de inversión o de financiación). Sin la existencia de uno de los dos elementos (vacíos productivos y capital humano) cualquier inversión promocional está destinada al
fracaso. (...)"







Referencia:

Baigorri, A. (1994), "Estrategias de desarrollo local", Jornadas de Desarrollo Local y Promoción de Empleo, Ayuntamiento de Badajoz/Centro de Empleo y Formación Guadiana, Badajoz, 9/XI/94
Enlace al texto completo





8.23.1992

Perspectivas globales. Tendencias y desafíos planetarios entre los rurales (1992)


El artículo es una versión ligeramente retocada del texto original, elaborado en 1986 con el título de "La tierra, recurso escaso y medio de producción", como documento base de trabajo para la VII Asamblea Mundial de los Rurales, por encargo de la Federation Internationale des Mouvements d’Adults Ruraux, organización vinculada a los movimientos cristianos de base en las áreas rurales. El texto fue redactado con la máxima simplicidad posible, dirigido a campesinos de muy diversas culturas. Los informes enviados por asociados de países ricos (Francia, Suiza, Bélgica, Canadá, España ... ), así como de países intennedios en la escala Centro-Periferia (como Portugal), y países subdesarrollados (Camerún, Tchad, Madagascar, Rwanda, Sri Lanka ... ) supusieron una ayuda inestimable
para elaborar esta síntesis sobre la problemática global de la tierra como recurso o, en términos más propios de países avanzados, lo rural.



"     El conjunto de las agriculturas del planeta presentan de un lado una problemática común. Problemas que se repiten cualquiera que sea el nivel de desarrollo o el sistema político imperante, y que por tanto afectan por igual a todos los países, tanto en lo que a las características del análisis se refiere como al planteamiento de cualquier tipo de alternativas.El éxodo ruralEs un problema ya histórico. Y, en diversa medida, afecta a todos los países por igual. Los jóvenes huyen del campo hacia las ciudades, en busca de un trabajo más suave, de mejores remuneraciones, de promoción personal y profesional, de mayor acceso a la oferta de la sociedad de consumo. Diríase que es una huida hacia una pretendida sociedad del bienestar, que para no pocos se manifiesta como sociedad del malestar. (...) 
El mercadoLa economía de mercado imperfecto se halla superpuesta, a nivel planetario, sobre países y regímenes políticos. El mercado mundial de materias primas y alimentos, controlado por las multinacionales, incide sobre el desarrollo económico de los campesinos de todo el mundo, desde la URSS a Malasia pasando por Inglaterra o España. Un mercado mundial en absoluto transparente que condiciona las políticas de todos los países, incluidos los dominantes (ni los granjeros norteamericanos se libran de ello). (...) 

El individualismoLas dificultades para que la cooperación se instaure como alternativa frente a la presión de intermediarios y multinacionales tiene su origen precisamente en este grave problema, que afecta por igual a los campesinos de todos los rincones del mundo (incluidos los de los países que restan con economías colectivizadas).El individualismo que caracteriza a los campesinos parece como si tuviese un origen ya atávico, cual si estuviese fijado incluso en los genes de la población rural. No hay que olvidar que el primer paso en el desarrollo de la agricultura fue la ganadería: el pastor,un hombre aislado en el campo con sus animales. El propio cultivador trabaja también aislado en una parcela de tierra delimitada, a distancia mayor o menor de los demás(...)
 
El clima y los cambios climáticosEs un tema que afecta por igual a toda la comunidad campesina del planeta. El desarrollo industrial y el elevado consumo de energía fósil, así como los grandes atentados contra la biomasa de las selvas tropicales, parece demostrado que puede conducir a importantescambios climáticos a nivel planetario.  Independientemente de dónde se generen esos cambios, independientemente de que vayan en la dirección de un enfriamiento o de un calentamiento de la atmósfera (sobre lo cual los científicos no se ponen de acuerdo), parece probado que antes de un sigloasistiremos a la desaparición de la agricultura en vastas extensiones (y posiblemente a la mejora climática en otras), a consecuencia de los cambios climáticos.
(..)
Las catástrofes ecológicas y la contaminaciónTambién de origen reciente, este problema, como el anterior, es todavía escasamente tratado en los informes sobre el desarrollo agrario. Sin embargo, es importante atender a los problemas nuevos, porque suelen ser crecientemente graves, mucho más graves para el futuro, no sólo del mundo campesino sino de la Humanidad, que problemas ancestralescomo el de la concentración de la propiedad de la tierra. 
(...)
 

Desigual estructura de la propiedadNo deja de ser común a toda la agricultura mundial, salvo en algunos países de economía colectivizada y en aquéllos que como Israel han ensayado fórmulas de colectivismo agrario, una injusta distribución de la propiedad de la tierra. La contradicción entre tierrassin hombres y hombres sin tierras se da por igual en los EEUU que en los países más pobres del planeta. Propietarios absentistas que a distancia y altamente mecanizados explotan miles de Hectáreas, mientras a su lado malviven miles de pequeños agricultoresdirectos que cultivan sin medios minúsculas propiedades. En este sentido la Reforma Agraria, en su contenido básico tradicional de reparto, sigue plenamente vigente en la mayoría de los países del planeta, por más que en los más avanzados se hagauna mezcolanza ideológica entre reforma de las estructuras de propiedad y reforma técnica.
En los países centrales del sistema, esta contradicción puede darse entre campesinos y banqueros, o aristócratas, o empresarios industriales, incluso entre los propios agricultores; en los países periféricos puede darse entre los campesinos sin tierra y las multinacionales o los caciques locales que poseen las grandes superficies. Pero la contradicción es la misma: pocos propietarios con mucha tierra, frente a muchos propietarios con poca tierra o sin nada. (...)
 
LA CRISIS AGRARIA EN LOS PAISES DESARROLLADOSEl supuesto desarrollo económico operado en los países centrales del sistema económico mundial no ha servido para solucionar algunos problemas seculares de la agricultura. Hemos visto cómo algunos de los problemas más graves que afectan a la agricultura mundial son compartidos por casi todos los países del planeta(...) 
La Geofagia.Podríamos definirla como el apetito insaciable de devorar tierra fértil. Esto se manifiesta de muy diversas maneras, entre las que podemos elegir algunas como más significativas, y en tanto en cuanto constituyen los más importantes frente de lucha. Todo ésto lo hemos definido en otros trabajos como la competencia por el uso de la tierra, en cuyo concurso los agricultores no son hoy día sino unos competidores más, generalmente los más débiles: (...) 
La banalización del paisaje.Las formas avanzadas de agricultura química, los modernos planes de transformación en regadío, el propio estilo actual de la agricultura occidental, están conduciendo a este fenómeno de banalización, que sólo se manifiesta en forma de mimetismo formal, y pérdida de valores culturales o estéticos, sino lo que es más grave en forma de un empobrecimiento acelerado de los ecosistemas y la desaparición del capital genético autóctono.(...) 
Perdida de peso político de los campesinos.Hasta el siglo XVIII, en algunos países hasta bien avanzado el XIX, y aún en otros hasta mediados del XX, los grandes terratenientes venían siendo el elemento fundamental del Poder político, y no es extraño que la legislación, la normativa y aún el derecho consuetudinario estuviese volcado a la protección y el fomento de las tierras de cultivo. (...) 
Excedentes.Un nuevo problema derivado de las "bondades" de la Revolución Verde, y, también hay que decirlo, del expolio que practican los países desarrollados sobre el Tercer Mundo. Curiosamente, en todos los informes sobre la agricultura de países avanzados aparecesistemáticamente el problema de los excedentes y la superproducción. (...) 
LOS MAS PESADOS LASTRES DE LA AGRICULTURA DEL TERCER MUNDOEn nuestra opinión debería distinguirse, al plantearse la problemática de la tierra en los países del Tercer Mundo, entre dos grupos de problemas: los problemas propios del subdesarrollo, y los derivados del neocolonialismo imperialista. Pues evidentemente según tengan uno u otro origen el planteamiento de alternativas de superación debe ser distinto, como distintas son las posibilidades de actuar en una u otra línea en los diversos países afectados. En fin, hay otro grupo de problemas que, si bien son propios delsubdesarrollo cultural y económico, vienen a ser agudizados por la omnipresencia del Imperialismo.
Lastres del subdesarrollo.Toda esta vasta problemática habría de sintetizarse en dos puntos para la reflexión, por cuanto influyen en todo el resto de determinaciones del desarrollo agrícola:
 
La superpoblación, en relación a los recursos objetivos disponibles en cada momento, sigue siendo evidentemente el mayor lastre que este grupo de países vienen arrastrando. Hay que tener presente que entre el siglo XVIII y finales del XX en los países avanzados se ha venido dando una disminución sistemática de las tasas de natalidad, y ello ha facilitado en gran medida el desarrollo del nivel de vida de los campesinos y la introducción de tecnologías apropiadas. (...) 
La despoblación de extensos territorios viene a ser la contrapartida del problema anterior.Areas superpobladas de bajos recursos frente a áreas de grandes recursos inexplotadasy con bajas densidades de población(...) 
Los atavismos culturales y de organización social, que si bien se demuestran como útiles para la conservación de ciertas sociedades, aparecen repetidamente en los informes como lastres para el desarrollo, por cuanto no pueden dar respuesta a los nuevos desafíos económicos y sociales.(...) 
La insuficiencia técnica, que hallamos no es exactamente lo mismo que las técnicas ancestrales (que pueden ser de utilidad en ciertas zonas, etapas y cultivos, si bien se manifiestan como dañinas cuando, como en el caso de las quemas y similares, se practicande forma abusiva e incontrolada) que se denuncian repetidamente en los informes.No es tanto la ausencia de técnicas modernas (que no siempre se han manifestado como viables), como la incapacidad técnica para encontrar soluciones adecuadas. Un saber que precisa una acumulación de capital y de conocimientos de siglos de agricultura:cómo hacer un azud, cómo trazar un canal de riego o una acequia siguiendo la máxima cota, y todo ello a la vez sin causar perjuicios ecológicos. No es tanto la falta de técnicas de importación como la ausencia de una técnica vernácula apropiada. (...) 
Lastres del colonialismo.Este grupo de problemas derivan tanto de la presencia física de las multinacionales como forma económica del neocolonialismo, como de la importación mimética de usos culturales, económicos y tecnológicos de los países desarrollados. En este sentido, la colonización de la que participan tantos miles de asesores, cooperantes y similares puede a veces ser casi tan dañina como la derivada del imperio de las multinacionales, y porsupuesto más peligrosa que los lastres propios del subdesarrollo.
La práctica del monocultivo de plantas agrícolas dedicadas exclusivamente a la exportación, para satisfacer las necesidades de lujo y las drogodependencias (café, té, azúcar, tabaco, coca, hachís...) de las metrópolis, (...) 

El despojo de tierras públicas, tierras de nadie y de todos y que tradicionalmente venían siendo cultivadas por los campesinos locales, para entrégalas a las grandes plantaciones industriales, bien sea de las multinacionales o bien estatales pero a imagen ysemejanza de las grandes explotaciones occidentales(...) 
La importación mimética de tecnologías duras derivadas de la Revolución Verde, que está provocando un mayor endeudamiento de los países (con lo que se dificultan otros proyectos), un agotamiento prematuro de las tierras por sobreexplotación, e inclusograndes catástrofes ecológicas de alcance planetario, y que al final se muestran incapaces de resolver los problemas fundamentales de los países. 
La inexistencia de infraestructuras básicas para el transporte y la distribución de las producciones, derivada así mismo de la presencia colonial, que conduce a los países a gravosas inversiones en infraestructuras útiles a las multinacionales (superpuertos, urbanizacion excesiva de grandes ciudades, refinerías, etc.)(...) 
LA DIALECTICA DE LOS HECHOS NUEVOSTampoco debe olvidarse que, mas allá de las estructuras económicas fundamentales, la sociedad en absoluto permanece estable. Y, del mismo modo que surgen nuevas problemáticas, ya reseñadas, derivadas de la contaminación industrial y del desorden ecológico,aparecen hechos nuevos que de una u otra forma pueden llegar a incidir, a veces de forma positiva, en la modificación de algunas de las estructuras profundas. Entre los hechos nuevos habría que reflexionar al menos sobre tres de ellos, en realidad íntimamenterelacionados: uno es común a todo tipo de países, mientras que los otros dos se manifiestan de alguna manera con mayor intensidad en los respectivos mundos. 
El despertar de una conciencia ecológica, surgida en los campus universitarios a finales de los años 60, pero que en los últimos años se ha extendido prácticamente a todas las capas sociales y en diversa medida a todos los países del planeta. Supone lapuesta en cuestión de los modelos de desarrollo salvaje impuestos en las últimas décadas en los países avanzados y en trance de imposición en los países subdesarrollados. La denuncia ecológica, por su carácter aparentemente apolítico, llega fácilmente a los mediosmasivos de comunicación, y se muestra como un interesante medio de lucha contra el desarrollismo y el colonialismo económico. (...) 
La vuelta al campo sólo se percibe como síntoma en ciertas zonas avanzadas de los países más desarrollados, y no nos referimos aquí a la ocupación del suelo agrícola con casas de recreo, sino a un fenómeno más profundo que, como consecuencia tanto de la conciencia ecológica como sobre todo de la crisis urbano-industrial, está llevando a muchos jóvenes originarios de las grandes ciudades a plantearse el oficio de agricultor como una alternativa más digna y futurible que el paro y la delincuencia.No obstante, también esta vuelta al campo puede a veces provocar problemas de competenciaentre viejos y nuevos agricultores(...) 
La irrupción de las tecnologías blandas, o dulces, está siendo por el contrario fundamental en los países menos desarrollados, en los que progresivamente van entrando más y más otras asesorías, que buscan la aplicación de tecnologías apropiadas a nivel de desarrollo local, haciendo síntesis de las técnicas ancestrales, de los recursos naturales y de los avances de la ciencia y la tecnología. "


REFERENCIA:
Baigorri, A. (1992), "Perspectivas globales. Tendencias y desafíos planetarios entre los rurales", Extremaduda, Año II, Num 2, pp. 49-57
Enlace a texto

1.29.1992

Reformar la Reforma. Apuntes para una Nueva Política Agraria en Extremadura (1992)






"(...)
Históricamente, cualquier RA ha perseguido fundamental­mente tres objetivos: mejorar el autoabas­tecimiento alimentario, adaptar las estructuras productivas a las estructuras sociales dominantes y mantener la paz social de resultas de una estructu­ra productiva más justa. 
(...)
Quien apruebe lo expuesto en las líneas precedentes coincidirá conmigo en la necesidad de plantear un nuevo modelo de Reforma Agraria para Extremadura, para la Extrema­dura de principios del siglo XXI, o si se quiere una 'reforma de la reforma'.        
La definición de ese modelo será compleja, y como todas las RAs posiblemente conflictiva, por lo que evito entrar en mayores detalles. Sin embargo, me permito apuntar lo que considero un elemento fundamental para su diseño: el núcleo simbólico que debe alentar dicho modelo, y que está siempre íntimamente relacionado con los paradigmas esenciales de cada estadio de la civilización. Las RA diseñadas por los romanos (primeras docu­mentadas) tuvieron como núcleo simbóli­co esencial el concepto de coloniza­ción. En el siglo XVIII, época de las primeras RA modernas, el núcleo simbólico es la liberaliza­ción ("remover los estorbos que retardan su progreso", decía Jovellanos). En el siglo XIX, fue la mecaniza­ción (las propias plantas se consideran artefactos mecánicos con la fertiliza­ción forzada), o al decir de Macías Picavea, "proveerse de máqui­nas, semillas y abonos". En fin, en el siglo XX asistimos a un primer bloque de RAs diseñadas a partir del núcleo simbólico del reparto ("la solución del problema, ya antiguo y en España tan agudizado, del latifundis­mo" escribía el padre de Peces-Barba en 1932), y a un segundo bloque cuyo núcleo era la produc­tividad (Ley de Reforma y Desarrollo Agrario, Ley de Fincas Mejorables, RAs regionales de los años '80, etc).

En el siglo XXI, y de acuerdo con el paradigma de equili­brio ecológico que va a caracterizar a este nuevo estadio de la Civiliza­ción (como lo social caracterizó el paradigma de justicia social en el siglo XX, o lo económico el paradigma de la productividad en el XX), el núcleo esencial que debe alentar las RAs será el de Ecolo­gía.
(...)
En más de una ocasión me he negado a emplazarme en la dicotomía conservacionismo vs. producción. Mi actitud procede tanto de convicciones ideológicas como de premisas científicas. Del productivismo y el crecimiento exponencial como motores sociales y económicos ya conocemos sus riesgos y limitaciones, y el conservacio­nismo a toda costa temo que nos llevaría a algo socialmente reprobable. Por otra parte, no considero que la quimicalización de la Agricultura deba analizarse en los términos esotéricos con que lo hacen algunos, ni siquiera únicamente como una degradación epistemológi­ca de la ciencia, en los términos en que lo hace mi buen amigo José Manuel Naredo (en su reciente libro sobre agricultura ecológica, compartido con Juan Serna, editado por el Banco de Crédito Agrícola). Me emplazo en un análisis más materialis­ta, y así considero que en el curso de la Civilización industrial los abonos químicos, los productos fitosani­tarios y la tecnología dura han ayudado a que la Agricultura cumpliese con la función que entonces le era esencial: alimentar a una población creciente en términos exponenciales. En ese estadio, no podía ser de otra manera, con una energía fósil abundante y barata.
Sin embargo, en la nueva Civilización en la que estamos entrando la Agricultura ha pasado a cumplir otras funciones incluso más esenciales, especialmente en los países ricos, como es la conservación del paisaje o, más radicalmente, de la Naturaleza. La mundialización de la Economía obliga a plantearse la cuestión del abastecimiento alimentario en términos más complejos que los derivados de las economías nacionales. Y las limitaciones energéti­cas convierten en una aventura descabellada la productividad para el excedente (el primer aniversario de la Guerra del Golfo debería ayudarnos a reflexionar sobre las consecuencias que puede tener una mala gestión energética mundial). Una de las contradicciones más sangrantes es justamente la existencia de excedentes en los países ricos, a costa de destruir su medio natural, mientras que los países pobres no pueden vender aquéllo que únicamente pueden ofrecer: alimentos. 
Esta contradicción puede resolverse de formas muy diversas, pero una de las vías de solución podría pasar por la radicalización de los conflictos Norte-Sur. Es decir, las condiciones materiales imperantes en el contexto mundial aconsejan la necesidad de modificar los esque­mas productivos de la Agricultura en los países ricos. Y cualquier modelo de RA local debe tener a la vista las interrelaciones con el sistema nacional, europeo y mundial.
Entrando en el fondo del asunto, la cuestión no sería por tanto enfren­tar las variables producción-conservación, sino alcanzar la máxima producción posible con la máxima eficiencia energética y absolutas garantías de conservación de un medio natural que, en Extremadura, constitu­ye ya un recurso en sí mismo que estructurará y dotará de contenido en las próximas décadas a un sector econó­mico nuevo.
En este marco, el modelo de RA extremeña del siglo XXI debe tener como motor esencial la agricultura y la ganadería ecológicas. Y si en el caso de la Ganadería el proceso se está dando de esa forma casi espontánea con que se dan algunas RAs, con la ayuda del mercado y de la propia Ley de la Dehesa (nadie apuesta ya en Extremadura por otro tipo de ganadería que la extensiva, combinada con una gestión eficiente de la dehesa), sin embargo en el caso de la Agricul­tu­ra va a ser necesaria la intervención desde la Administra­ción, ayudando a la adaptación de las estructuras y sistemas productivos a esas nuevas necesida­des sociales.
Tenemos, en Extremadura, las condiciones para abandonar el puesto de vagón de cola que hemos mantenido, también, en el sector Agrario, y pasar a convertir la región en la punta de lanza de ese nuevo modelo Agrario que va a extenderse en toda Europa durante las próximas décadas. Entre estas condiciones podemos citar:
·        La existencia de una enorme masa de población activa agraria que, en las actuales circunstancias, no halla acomodo en el sistema productivo (unos 25.000 de los cuales en permanente situación de paro y bajo riesgo de convertirse en parásitos sociales), y cuyo reciclaje hacia la agricultura ecológica no sería difícil.
·        Tierra abundante, no contami­nada por la agricultura química, susceptible de ser transforma­das en regadío (único input energético agrícola renovable, junto a la energía metabóli­ca)
·        Aguas poco contaminadas para atender los nuevos regadíos.
·        El más importante emporio de agricultura ecológica de España, y posiblemente de Europa.
·         Recursos científicos (Facultades de Biología y Química, Escuela de Ingenieros Agrícolas que deberá convertir­se a no tardar en superior, buen servicio de Investiga­ciones Agra­rias...) para el desarrollo y mejora de las viejas y nuevas técnicas (pues no se trata sólo de recuperar técnicas ancestrales de cultivo) tanto agronómicas como agroindus­triales.
Las cosas van en esta dirección. Que no es en absoluto una herencia de los 'hippies', como podría creer alguien al leer el delicioso ensayo de Serna que comparte libro con Naredo, sino la consecuencia directa de las transformaciones socioeco­nómicas y de la vida cotidiana (donde se inserta también la demanda de alimentos) en las últimas décadas. Podemos esperar a ver cómo nos lleva el mercado, a remol­que una vez más de otros territorios, pagando el precio de las contra­dicciones económicas y sociales que ello ha de generar (sin ir más lejos, la agricultura ecológica, por sus inferiores rendimientos, puede estar conculcan­do ahora mismo la vigente Ley del Regadío). Pero también podemos adelantar­nos, diseñan­do ya ese nuevo modelo de Reforma Agraria que Extrema­dura precisará en el siglo XXI. Este es, creo, uno de los próximos y más urgentes retos en la región, si queremos que el Sector Primario siga teniendo la importancia que, todavía, merece. "


Referencia:
Baigorri, A. (1992), "Reformar la Reforma. Apuntes para una Nueva Política Agraria en Extremadura", El Periódico de Extremadura, 28 y 29/1/1992, pags. 4



3.14.1981

El paraíso automático y la ideología chip (1981)

Pronto cambiaría mi valoración de la Revolución informática, e inmediatamente Telemática. Pero expresa bien la actitud reaccionaria, luddita, que teníamos desde el primer ecologismo ante el "desarrollo de las fuerzas productivas". Algunos siguen así, y muchos jóvenes se cuelgan de ella.
Por supuesto, también hay fragmentos que no cambiaría. 
Seguro que Savater, con quien compartía portada (la gente de Valencia yo creo que sobrevaloraba mis textos; era un crío de 25 años), tampoco mantendría hoy todo lo que decía en su artículo. 





"Revolví entre mis pensamientos y exclamé de pronto:
- ¡Qué felicidad es la felicidad!
Mi padre asintió:
-¡Qué verdad más grande, hijo mío! No hay mayor felicidad que la felicidad.
- Sin embargo -añadí después-, muchas veces la felicidad de unos es la desgracia de otros. Una de nuestras felicidades es comernos una gallina. Pues bien: esto representa una felicidad para nosotros y una desgracia para las gallinas, puesto que hay que matarlas.
- Hay una solución para no matarlas -dijo el autor de mis días.
-¿Cuál? -pregunté yo.
- Comérselas vivas"
(Tono, Diario de un niño tonto)

Vuelve la apología del robotismo. Vuelven las promesas de felicidad milenaria. Como en todas las épocas en las que los ciudadanos del mundo comienzan a comprender que el stablishment no nos lleva a ningún sitio, al menos a ningún sitio atractivo, surgen los profetas de la abundancia, alimentados y propagados por el aparato del Poder. Anteayer fue el petróleo y el maquinismo. Ayer el automóvil y la energía nuclear. Hace apenas un momento la exploración del espacio, las granjas cósmicas, las centrales eléctricas cósmicas, la felicidad cósmica. Y ahora los microprocesadores, los "chips". ¿Qué les queda por ofrecernos? Sin duda, la libertad, la igualdad y la fraternidad. 

Hay quien dice que el capitalismo escomo un caballo desbocado, lanzado a la carrera, que no puede parar si no es cayendo por un precipicio o lanzando al jinete contra el duro suelo. Hay quien dice que los capitalistas, los burócratas, los tecnócratas, los plutócratas, los ingenierícratas, los policícratas... se aferran al caballo como a un clavo ardiendo: aunque el caballo esté desbocado, aunque el clavo les devore las manos. 

Ahora han encontrado un nuevo sector punta para seguir galopando: la electrónica de precisión, los microprocesadores. Dicen que son la fuente de la vida, la nueva energía inagotable en forma de información, de informática, de control remoto. Ya no se debe ser chic; hay que ser chip. Dicen que se trata de “un salto cualitativo, en fin, por la lógica económica de la informatización hacia la necesaria integración mundial y, por consiguiente, hacia la generalización, la globalización de los sistemas de formación y de educación, con vistas a una distribución igualitaria de las tareas”. En California, vagina del mundo (porque el ombligo es Japón), ya fabrican niños expertos en funcionar a caballo de un ordenador, educados por robots, la técnica neutra a punto. Son niños chip. Niños robot. En el ombligo, en Japón, no necesitan fabricar niños chip, aunque también lo están haciendo, porque allí pueden perfectamente robotizar a los hombres aunque ya estén creciditos. Primero son sustituidos por robots, luego les enseñan a fabricar robots, y al fin aprenden a ser robots. Los japoneses son todos muychip. Y Alemania no podía faltar al ban-quete de la robotización. De alguna ma-nera lo predijo Nieztsche: «los alemanestienen la cabeza cuadrada». 

La primera consecuencia directa es que sobran charnegos españoles, turcos, italianos, croatas: ya tienen robots para sustituirles. Según Cristopher Evans, con la tecnología de válvula de los años cincuenta (cuando aparecieron los primeros «cerebros electrónicos») un ordenador de potencia análoga a la del cerebro tendría un tamaño equivalente a toda la ciudad de París, y necesitaría para funcionar toda la energía de su red de Metro. En 1981 en una cajita de hierro menor que el propio cerebro podrán meterse los “computers on a chip” necesarios para que por su cuenta y riesgo escriba este mismo triste artículo, aunque quizás sin la chispa de humor de meter de por medio una cita de Tono. 

En esta perspectiva, ¿qué hacemos con los indios? ¿Qué pasa con todos aquellos cerebros no electrónicos cuya lógica no entre en los cálculos de esa integración mundial, de esa globalización de los sistemas de formación y educación? Indudablemente, los indios sobramos. Parecía que el asunto ya estaba claro. Marcuse, fascinado durante muchos años por la sociedad de consumo que tanto odiaba, hubo de reconocer antes de morir que la tecnología no era neutra; que no podía esperarse un socialismo feliz basado en el trabajo de las máquinas, entre otras cosas porque las máquinas necesitan energía, y cada vez más máquinas, y la lógica maquinista se convierte en dialéctica entre las propias máquinas y la naturaleza. “Uno de los dos sobra en este mundo”, digo el cheriff-robot a la acacia caprichosa que afilaba sus espinas mientras los brotes primaverales pugnaban por salir a todo lo largo y ancho de su cuerpo. Sobró la acacia, porque no era de hierro, y antes del amanecer del día siguiente huyó a un aserradero para convertirse en paneles de conglomerado. Sus leves espinas nada hubieran podido frente al bulldozer dirigido por un microprocesador. 

Marcuse  lo dijo a sus jóvenes fans: “No os hagáis ilusiones; no se puede vivir sin trabajar. Si tú no trabajas alguien tendrá que hacerlo por ti, y no será un robot”. Pero era demasiado tarde. No le quedó otra opción que morir. Todos hemos descubierto demasiado tarde que el paraíso ya existió, y no tiene sentido fabricar uno nuevo. Todo lo que hay quehacer es desbrozar la selva de chatarras y adentrarnos en lo más profundo, oscuro y desconocido del bosque; porque allí está el paraíso, ofreciéndosenos. 

Hemos ofrecido a los ciudadanos del mundo Ecotopía. No una, sino veinte, cien, miles de Ecotopías. Y entonces el Poder ha ofrecido, está ofreciendo una nueva Tecnotopía, UNA, global. La pregunta sería, por hacerla de alguna manera: ¿puede un robot compuesto de microprocesadores fabricar un violín Stradivarius que suene como un Stradivarius? O bien, dicho de otra forma: ¿a qué robot puede interesarle fabricar Stradivarius? 

No cabe duda de que habrá quien se engañe, cegado por los reflejos del acero inoxidable. Y dirá con el plutócrata JJ Servan Schreiber: “Las viejas fábricas, incluso con bajos salarios, no venderán nada. En cinco años, todo el mundo tendrá fábricas con microprocesadores y robots, donde el rendimiento será varias veces superior al de la mejor mano de obra en sentido clásico”. No dicen nada nuevo. Es el mito eterno de que la máquina sustituirá al hombre en los trabajos pesados, aburridos, sucios, vanos, alienantes. Pero, ¿quién fabricará esas máquinas que muevan a las actuales máquinas en el puesto de los hombres? ¿Quizás otras máquinas? ¿Y a esas, otras aún más perfectas? Indiscutiblemente puede llegarse a la máquina que produzca máquinas que produzcan máquinas que etc., etc.... Parecía que se había olvidado esta religión, pero no es así. ¿Y la energía? La ideología chip se basa en una mistificación, cual es que la información puede sustituir a la energía. El capitalismo no ha inventado los microprocesadores para liberar del trabajo a los hombres, sino para ahorrar mano de obra. La clara intención del sistema es seguir produciendo las mismas cosas con los mismos mecanismos. Es decir, que al actual consumo energético va a haber que sumar el consumo energético adicional de los nuevos cerebros de acero, cobre y sobre todo silicio, que se obtiene tratando la arena del desierto a altísimas temperaturas. 

Alguien lo ha puesto más o menos así: el futuro está en los desiertos; silicio, petróleo, energía solar se concentran en los desiertos. O lo que es lo mismo: concentremos la producción de las dos energías, la real y la informática, en los desiertos. ¿Saben lo que eso quiere decir? Ni más ni menos que seguir manteniendo, transfigurando, el sistema de concentración capitalista. Si llegan a desarrollar bien lo que nos están montando (esto es si les damos tiempo) la nueva “cosa” va a estar montada más o menos de esta forma: en los desiertos se producirá petróleo -mientras quede- y energía solar mediante gigantescas centrales, además del silicio para los microprocesadores. En los países tercermundistas se montarán los microprocesadores (lo han dicho ellos: “es más fácil formar a un tercermundista para fabricar los elementos de la tecnología más avanzada, los microprocesadores, que formarlos para ser libres, o que formar a nuestros hijos para esas fabricaciones”); las plantas de producción de objetos de consumo imprescindibles y realmente importantes se reinstalarán en las metrópolis, accionadas por robots. Las factorías que sigan precisando mucha mano de obra, también al Tercer Mundo y a los países subimperialistas (sobre todo a éstos, que son más controlables políticamente). Y los ciudadanos de los países imperialistas al campo, a producir alimentos y a liberar neurosis.

En resumidas cuentas, lo hemos dicho ya en otras ocasiones, y lo han dicho otros, el sistema sólo puede intentar sobrevivir, en su actual modelación, mediante otro relanzamiento (que no llegará desde luego a la categoría de “boom”)que agudice, por supuesto, la explotación de la periferia. Y que por supuesto agudizará las contradicciones de tipo ecológico que aquejan a esta sociedad amenazando seriamente su futuro (el nuestro, no lo olvidemos). El sector punta de ese nuevo relanzamiento es la electrónica de precisión; la formulación, una cierta y profunda robotización de la sociedad y una aceleración de la decadencia ecológica. Nadie se extrañe de que los nuevos terroristas comiencen a ser, para el Poder, los activistas del ecologismo. Lo del puente del basurero de Barcelona fue una señal; lo de GreenPeace, un aviso; lo que terminará ocurriendo con Lemoniz, una confirmación. Sálvese el que pueda, porque han decidido que para evitarle sufrimientos a la gallina se la van a comer viva.






Baigorri, A. (1981), "El paraíso automático y la ideología chip". Bicicleta. Num 31, pp. 6-7