Otro proyecto infausto para el currículum de fracasos. Si en las convocatorias nacionales de I+D+i piqué un par de veces y pasé para siempre, en las de la mejora de la enseñanza universitaria (que ni sé si existen aún, o directamente se encargan a dedo, lo cual es más honesto) sólo piqué en una ocasión. Recién obtenida la titularidad, y dado que me había trabajo de narices el proyecto docente, había detectado unas carencias enormes en la enseñanza de Sociología, y creía que podíamos hacer algo al respecto con la ayuda de las emergentes Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación. De hecho, me pareció que mi proyecto docente podría ayudar un poco a otros en esa dirección, y lo publiqué en una de las primera editoriales de autoedición on line. Así que preparé este proyecto, que por supuesto no nos concedieron. El problema es que siguen existiendo el mismo tipo de carencias que aquí se señalan: hasta hace apenas unos pocos años (y con poca aplicación y menos concurrencia) no se han incluido grupos de trabajo sobre la enseñanza de la Sociología ni siquiera en los Congresos de la FES.
"Al contrario de lo que ocurre en otras disciplinas -incluidas algunas Ciencias Sociales-, en el ámbito de la Sociología la preocupación por la docencia y, particularmente, la didáctica de la materia, es escasa en nuestro país. Es una evidencia que se pone de manifiesto tanto en la inexistencia de grupos de trabajo (excepción hecha de los especialistas en Sociología de la Educación, quienes por su ubicación en Escuelas y Facultades de Educación se contaminan de Pedagogía), como en la no celebración de Congresos o Seminarios sobre el tema, o en el hecho de que en los Congresos científicos nunca se incluyan sesiones sobre esta cuestión. No es menos evidente que la mayoría de los Proyectos Docentes pasan de soslayo por el tema, repitiendo generalidades cargadas de obsolescencia, y centrándose casi en exclusiva en aspectos relacionados con la Teoría Sociológica.
Esta carencia se pone especialmente de manifiesto en aquellos centros docentes en los que la Sociología únicamente constituye un complemento formativo (con independencia de su carácter troncal, obligatorio u optativo) de otras titulaciones, ofreciéndose como cursos introductorios de Sociología General. La soledad en la que el profesorado de este tipo de centros, en mayor medida cuanto más distantes estén de los campus que cuentan con la titulación de Sociología, desarrollan su tarea, es a todas luces evidente a quien se preocupe por la docencia.
Este hecho creemos que tiene serios efectos tanto en la propia calidad de la docencia, y en consecuencia en la formación de los estudiantes, como en el propio bienestar del profesorado, que atenazado por la masificación (los cursos introductorios se imparten casi siempre en primeros cursos, a lo sumo en segundo) no puede prestar al diseño curricular la atención que sin duda a todos les gustaría.
En algunos países las asociaciones científicas y/o profesionales han paliado en parte este déficit. Así, la Asociación Americana de Sociología (ASA) viene desarrollando, desde hace décadas, diversos materiales de ayuda tanto a la docencia misma como a su planificación. La obra Passing on Sociology. The teaching of a Discipline, escrita por los profesores Goldsmitd y Wilson y editada por la propia ASA, a pesar de deja sentir el paso de los años (fue escrita en 1980), constituye en este sentido un instrumento de utilidad incuestionable; y ha permitido conseguir una cierta homogeneización justamente de los cursos introductorios de Sociología en los Estados Unidos, a pesar de su extensión y su diversidad cultural.
Sin embargo, en nuestro país -como en tantos otros- no disponemos de algo parecido. En primer lugar, porque nuestras instituciones científicas y profesionales son mucho más jóvenes (tanto la Federación Española de Sociología, como el Colegio Oficial, tienen apenas veinte años de antigüedad) y mucho más débiles financieramente para acometer tales tareas. Pero también debemos atribuir cierta influencia a nuestra propia cultura universitaria, en la que prima un cierto anarquismo epistemológico que da lugar, en consecuencia, a una especie de anarquismo pedagógico (aunque es difícil establecer si este hecho es causa o consecuencia).
Por todo ello parece incuestionable el interés de conocer una serie de elementos que deberían poder constituir un primer paso para el establecimiento, en el futuro, de criterios pedagógicos estandarizados de utilidad para quienes se dedican a la docencia de la Sociología.
Así, el proyecto se plantea analizar de forma comparativa la forma en que se plantean la docencia de este tipo de cursos (cursos introductorios en titulaciones no orientadas a la formación de sociólogos) no sólo los profesores españoles, sino también los de otros países de nuestro entorno geo-político (Europa) cultural. Entendiendo el entorno cultural tanto respecto a nuestra sociedad (Iberoamérica) como a la disciplina (de ahí la inclusión de los Estados Unidos).
Nos interesa conocer el contenido básico de los programas docentes, la metodología docente, y los recursos utilizados para la propia docencia. Ello nos permitirá definir tanto un programa latente (que puede definirse tanto por comunidades culturales como en términos globales, por cuanto asistimos a una creciente tendencia a la globalización también de la enseñanza superior), como un conjunto de estrategias docentes que, por repetidamente utilizadas, se muestren de utilidad manifiesta.
Pero hablamos también de recursos docentes, y con ello entramos en el segundo aspecto incluido en este proyecto.
Como consecuencia de las más recientes revoluciones tecnológicas, la investigación y la enseñanza superior se han hecho particularmente dependientes de los sistemas globales de transporte y comunicaciones, contribuyendo cada unidad a lo que John Urry denomina el stock global de información, que no es sino la encarnación de la metáfora construida a mediados de siglo por el físico y teólogo Pierre Theilard de Chardin; para quien la inteligencia humana, como globalidad, forma una red que se superpone a la superficie del planeta constituyen do lo que llamó la noosfera.
Así la cultura, como ha puesto de manifiesto Michael Gibbons, uno de los principales expertos mundiales en educación superior, ha pasado de ser el producto exclusivo del trabajo de individuos aislados, dentro de disciplinas particulares, y en un estado-nación determinado, a ser un producto multi-autor, multi-disciplinario, multi-nacional y multi-institucional.
En realidad, lo que todo esto pone de manifiesto es que la globalización es un proceso que va mucho más allá de la internacionalización de los capitales, y que alcanza también al conocimiento, incidiendo, lógicamente, en la forma en que éste se produce, se acumula y se distribuye; la globalización es también, por tanto, como ha expresado el profesor de la Universidad de Chicago, Arjun Appadurai, una nueva arquitectura para producir y compartir conocimientos que crea nuevas formas de diálogo entre académicos, intelectuales, empresarios, activistas y responsables políticos. Una arquitectura del conocimiento que se opone radicalmente al modo tradicional.
Por tanto, más allá del debate sobre las ventajas y desventajas de la formación en red es evidente que la revolución de las Nuevas Tecnologías de la Comunica ción (NTC) no afecta a la Universidad únicamente en lo que se refiere a su posible virtualización, que probablemente nunca llegará a producirse por completo. Sino que afecta también, y con mayor urgencia, a la forma de estructurar la educación presencial, al disponer de nuevos recursos tanto para los profesores como para unos alumnos cada vez en mayor medida socializados en los valores de la Sociedad Telemática. El auténtico impacto de las NTC se va a notar en la configuración misma de la docencia en las universidades presenciales, lo que implica un compromiso que no se percibe todavía claramente en nuestras universidades.
Hoy no puede caber duda alguna de que la enseñanza superior puede beneficiarse ostensiblemente de las NTC. No se trata únicamente de los ensayos que ya se están haciendo de sustitución de una parte de las sesiones presenciales por sesiones virtuales mucho más interactivas que, de paso, reducen los costes económicos (tanto para las familias como para a propia Universidad) y ambienta les del desplazamiento masivo del alumnado, permitiéndoles organizar mejor su tiempo de estudio. Sino de estructurar el conjunto de la docencia teniendo bien presentes las posibilidades que ofrecen las NTC, favoreciendo el autoaprendizaje a partir de la utilización de unos recursos virtuales cada vez más ingentes.
A partir de estos presupuestos, el proyecto se plantea conocer, por un lado, la utilización que de tales recursos viene haciendo en España y otros países el profesorado que imparte esta materia, con el fin de completar las citadas estrategias docentes con nuevas líneas de trabajo basadas en las NTC. Y, simultáneamente, realizar una recopilación sistemática de los recursos ya existentes en la red de redes.
Por tanto, el resultado de nuestra investigación (siendo por tanto estos los objetivos perseguidos) se plasmará en dos documentos estrechamente relaciona dos, pero claramente diferenciados:
a) Un diagnóstico sobre las características de la docencia (programas, manuales, metodología docente y recursos) de cursos introductorios a la Sociología desde una perspectiva comparada, que nos permita proponer uno o más tipos ideales (en el sentido sociológico del concepto) de programa y de metodología docente. Se recogerá en un informe.
b) Un directorio de recursos disponibles en la red para la enseñanza y/o el aprendizaje de esta materia. Se recogerá en un servidor web navegable, editándose asimismo un CD para su posterior distribución.
(....)
Referencia:
Baigorri, A. (2001), Enseñando Sociología a profanos en la urbe global, Propuesta de Investigación
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios están moderados para evitar spam, pero estaré encantado de dar paso a cualquier comentario que quieras hacer al texto