12.30.2003

Subsidio agrario y mercado de trabajo en Extremadura (2003)

el campo andaluz y extremeño: la proteccion social agraria-jose manuel cansino muñoz-repiso-9788481881875


Este texto es un resumen, con datos actualizados a la fecha, del libro sobre el Paro Agrario, preparado para una conferencia impartida en Sevilla dentro de un master, en 2002. Los trabajos se recopilaron luego en un libro, coordinado por José M. Cansino y publicado por el Consejo Económico y Social de España




Referencia:
BAIGORRI, A. (2003) «Subsidio agrario y mercado de trabajo en Extremadura» en Cansino, J.M (dir.) (2003) «El campo andaluz y extremeño: La protección social agraria» Consejo Económico y Social (CES).

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12.09.2003

AVE: sueños, mitos y realidades (2003)




"Disipada la espuma de los días queda lo gris y cotidiano. Tras grandes alharacas y fuegos de artificio en torno a la noticia del acuerdo sobre conexiones ferroviarias entre Portugal y España, resurge la nuda realidad: esta semana, como la anterior, quien se atreva a viajar en tren por Extremadura lo hará a una velocidad media de 60 kms/h, y en la provincia de Badajoz a menos de 50. Ese es, hoy por hoy, el producto para nuestra región de siete años de gestión de las infraestructuras ferroviarias por parte del PP. Lo demás son palabras.  
Y es que la historia de las grandes infraestructuras siempre es larga y compleja, especialmente en regiones como Extremadura, históricamente poco influyentes. Ejemplo paradigmático es el Plan Badajoz, ejecutado básicamente por el franquismo, con sus aciertos y sus errores, pero del que nadie se atrevería a negar hoy que fue imaginado medio siglo antes de su realización, y estaba siendo diseñado por varios ministerios de la II República cuando Franco empezó su guerra. Además, tras la caída del franquismo los Gobiernos de la UCD siguieron transformando, e incluso, paradojas de la Historia, serían los Gobiernos del PSOE quienes lo terminaron; atribuir a Franco obras como las presas de Alange y la Serena, los regadíos de las Dehesas, o incluso parte de los del Zújar no es ya asunto de nostálgicos, sino de obtusos.  
Igual de estúpido sería atribuir a Felipe González el mérito de la Autovía de la Plata. Aunque en 1996 se estaban haciendo los estudios informativos, estudios de impacto, o proyectos de trazado, de varios tramos de su recorrido por Extremadura, las obras se iniciaron en 1998. ¿Pero es entonces una obra de Alvarez Cascos, que la ha inaugurado ya cinco o seis veces?. Tampoco, salvo que el PP se eternice en La Moncloa, porque al ritmo que van las obras, y teniendo en cuenta lo que aún queda por contratar, en su recorrido extremeñono estará concluida antes del año 2.008. 
En el caso del AVE la Historia no ha de ser menos compleja, desde que, por prometer, ya prometió la obra, en 1986, Francisco Fuentes, entonces diputado nacional, cuando se estaba proyectando el de Sevilla..."

Referencia:
Baigorri, A. (2003): "AVE: sueños, mitos y realidades",  EXTREMADURA, 8/12/2003 (pp. 8-9)
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11.28.2003

Urbanismo y urbanistas en la urbe global (2003)

 


El origen de este texto está en un seminario celebrado en Bogotá, en agosto de 2003, organizado por los profesores del programa de Doctorado en Urbanismo de la Escuela Interdisciplinar de Postgrados de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia. Planteado como una reflexión crítica sobre su propia programa, con el fin de reconducirlo y adaptarlo a nuevas tendencias, nos reunieron a un grupo de urbanistas de diversos países para ayudarles en su reflexión. Las intervenciones se publicaron luego en un monográfico que apareció como primer número no está claro si de una colección, o de una revista que no tuvo continuación, ni hay forma de encontrar ya en la web. 


"(...)

El origen del Urbanismo moderno, como hoy lo entendemos, no está tanto en los planes de ensanche que, sobre todo a mediados del siglo XIX, se generalizaron en todas las grandes ciudades europeas (ensanches que, con mayor o menor virtud y extensión, se venían produciendo en las ciudades desde la Edad Media), como en la crítica de los efectos que dichos ensanches tuvieron  en las ciudades y sociedades de la época. Como muy agudamente señaló Engels en su famoso opúsculo, "Las calles son ensanchadas, se abren otras nuevas, pasan por ellas ferrocarriles. En el mismo momento en que los obreros afluyen en gran número a las ciudades, las viviendas obreras son destruidas en masa". El Urbanismo no se deriva del hecho de hacer ciudad, del mismo modo que la Física no se deriva de la existencia de los minerales; el Urbanismo surge como tal de la reflexión crítica sobre la forma de hacer ciudad, del mismo modo que la Física deriva de la reflexión del hombre sobre su naturaleza circundante. Y sólo en la segunda mitad del siglo XIX, tras la irrupción en todos los órdenes de la Sociedad Industrial, podía surgir esa reflexión crítica respecto de la ciudad. No es casual que Emerson, quizás el primer pensador autóctono nortemaricano, pronunciase entonces esa tan repetida frase suya: "Primero los hombres se construyen las casas, pero luego las casas construyen a los hombres". En suma, no hay que buscar el origen del urbanismo, a la manera de los eruditos, rastreando autores en busca de la primera vez en que la palabra fue dicha, sino rastreando la primera vez que, utilizándose o no la palabra urbanismo, alguien puso en crisis el proceso de producción de ciudad realmente existente.

La respuesta a aquellas críticas primigenias tendrá dos expresiones, una de carácter técnico-aplicado, y la otra de carácter científico, más centrada en lo teórico.

Por un lado está la respuesta técnica (tecnocrática en el sentido moderno) que, a partir del famoso tratado de Sitte, Principios artísticos de la construcción moderna (1889), abrirá un ancho camino a través de la praxis, primero a ingenieros y arquitectos, y desde mediados del siglo XX también a los abogados. Y podemos quedarnos con algunas expresiones del propio Sitte para entender en toda su complejidad la ruta que abrió este arquitecto. Porque, en realidad, Sitte es apenas un fachadista, un tramoyista de la ciudad capitalista, que intenta hacerla más bella pero sin intervenir en sus estructuras fundamentales. Es cierto que recupera el dictum aristotélico, según el cual la ciudad existe para dar seguridad y felicidad a los hombres, pero deja muy claro que el trabajo del urbanista tal y como él lo entiende, como un artista, apenas necesita como campo de trabajo "algunas calles principales y plazas; todo el resto puede dejarlo librado al tránsito y a las necesidades materiales cotidianas".

En realidad, los primeros pasos de la vía técnica, o de la praxis, se limitaron a plantear la necesidad de mejorar la habitabilidad de las ciudades a través tanto de la mejora de las infraestructuras higiénico-sanitarias (ingeniería), como de la mejora en la calidad de las viviendas obreras (arquitectura). Todo ello está muy presente todavía en Le Corbusier, y abrirá un camino, a caballo entre el despotismo ilustrado de los técnicos que supuestamente responden al interés público trabajando para el Estado, y el "laisser faire, laisser passer" de los técnicos que están al servicio de las grandes empresas inmobiliarias. Un camino que, sin agotarse, no conduce a ningún sitio decente en una sociedad en la que la propia creación de ciudad se ha convertido en uno de los motores económicos del sistema (Baigorri, 1990).

En cuanto a la respuesta científica, fundamentalmente -aunque no exclusivamente- desde las Ciencias Sociales, buscará más bien la construcción de un corpus teórico que sea a la vez aplicable, y con suerte aplicado. Sin duda es Geddes no sólo el más ínclito representante de esta senda, sino también el que ha inspirado a casi todos cuantos han transitado luego por ellae. Pues aunque algunos sociólogos académicos, como Durkheim y luego Simmel o Weber, intentaron comprender la ciudad como el fenómeno social por excelencia, sólo Geddes plantea explícitamente (aunque sin éxito en su propia experiencia vital) el Urbanismo como una ciencia aplicada, orientada no sólo al análisis, sino también a la acción. Sus propuestas alimentarán débilmente a los sociólogos de la Escuela de Chicago (quienes hacen sus propias aportaciones prácticas, aunque más orientadas a la asistencia social que a la urbanística), y a su través a una Geografía Urbana que desde su mismo origen será claramente feudataria de la Sociología Urbana -a la que apenas añade el estudio de la forma-.

En cualquier caso, sólo perimetralmente los protagonistas de esta ruta se han acercado, a lo largo del siglo XX, a la praxis, y casi siempre lo han hecho como meros apéndices de los técnicos. El sociólogo Henri Lefebvre, último gran hito en la ruta, se lamentó en más de una ocasión de no haber podido aplicar sus conocimientos a la praxis urbana, aunque sí lo hicieron algunos de sus mejores discípulos, como el español Mario Gaviria, que imparte su magisterio, y deja su particular impronta ecologista, en numerosos proyectos de planeamiento urbano entre los años '60 y '90 del siglo XX.

Por supuesto que casi desde el inicio de la bifurcación han habido intentos por encontrar caminos confluyentes. La publicación de Ciudades-jardin del futuro de Evenezer Howard, en 1898, es probablemente un hito importante. Pero será a partir de finales de los años '60 del siglo XX cuando, en el marco de la crisis del sistema civilizatorio industrial, y de los fundamentos científicos modernos, han de surgir los auténticos intentos de caminar a caballo de ambas rutas, camino de la trandisciplinariedad que, parécenos hoy, constituye el destino final del Urbanismo, según hemos expuesto en (Baigorri, 1995). Mi propio caso es un ejemplo de transdisciplinariedad aplicada. A lo largo de casi veinte años de experiencia en el planeamiento urbanístico y territorial (entre mediados los años '70 y mediados los '90, cuando definitivamente aburrido abandoné la práctica del Urbanismo), fuí alejándome progresivamente del papel de anexo floral a que los técnicos querrían reducirnos a los societarios. Yo creía que el hecho de no saber encargar e interpretar un cálculo de estructuras, o de no saber trazar una red de abastecimiento, en modo alguno limitaba mi capacidad para el planeamiento urbano, ni siquiera para el diseño urbano. Fue a veces duro, pero poco a poco tanto los técnicos con quienes trabajaba, así como los técnicos de las administraciones públicas a quienes había que rendir cuentas, fueron aprendiendo que la coordinación superior de un proyecto de planeamiento no corresponde, de modo natural, al técnico, sino a aquel organizador capaz de superar las limitaciones disciplinarias para establecer una imagen global del proyecto capaz de arrastrar a todo un equipo pluridisciplinar, y sobre todo a la comunidad a la que va dirigido dicho proyecto.

La crítica demoledora de Lefebvre contra la falsa multidisciplinariedad del urbanismo tecno-estructuralista; las propuestas orgánicas de Alexander, la crítica comunitarista de David Riesman, y luego Jane Jacobs, o directamente ecologista de Paul Goodman; las propuestas participativas, desde la arquitectura, de Percival Goodman y el propio Alexander; la recuperación de Mumford, simbólico albacea pero a la vez enriquecedor del pensamiento de Geddes; las apuestas libertarias de Ivan Illich o la propuesta anarquista y explícitamente ecologista de Murray Bukchim; el retorno de la Sociología a la forma olvidada, primero con Kevin Lynch y luego con William H. Whyte... Entre los años'60 y finales de los '70, en poco más de tres lustros, se construyó todo el constructo que, durante las últimas décadas del siglo XX, y sin lugar a dudas al menos durante el primer tercio del siglo XXI, ha alimentado y alimentará la formación del urbanismo transdisciplinario. En ello se han formado ya, a veces sin ser conscientes de ello, las últimas generaciones de técnicos, que de forma apenas imperceptible, pero en un proceso imparable, se han venido alejando de su matriz (la construcción o la ingeniería civil) para convertirse en algo distinto, algo que de forma creciente se reivindica en su propia identidad:  urbanistas.

Ese es, por tanto, el primer elemento que ha de caracterizar a los urbanistas y el urbanismo del siglo XXI: la convicción de que el Urbanismo constituye tanto una rama científica específica (sea como tal Urbanismo, o enmarcado en unas Ciencias del Territorio), como sobre todo una actividad profesional específica y con personalidad propia, producto de la confluencia transdisciplinaria de conocimientos y habilidades bien dispares, procedentes de la Ecología, la Sociología, la Economía, el Diseño, el Cálculo, la Historia del Arte, el Derecho y la Ciencia Política, etc.

 2. La globalización: hacia la urbe global

Pero mientras tanto, la ciudad ha dejado de ser lo que era, un contenedor físico, para convertirse en un magma global: la urbe global. Un magma en el que, por supuesto, subsisten los contenedores, los nodos físicos de los que los humanos somos habitantes, cada vez de forma más fluctuante; lo cual justifica la práctica urbana. Pero en el que el tipo de problemas a los que el urbanista debe enfrentarse son de orden distinto a los tradicionales del ornato y la higiene. Veamos cómo ha ocurrido, y a dónde nos ha llevado el asunto. (...)" (ver el texto completo)






Referencia: Baigorri, A. (2003), "Urbanismo y urbanistas en la urbe global", en 

Título: Urbanismo ¿cambios o permanencias? / Artemio Baigorri... [et al.]
Autor: Seminario [sobre] Urbanismo : Cambios o Permanencias? (2003, Bogotá).
Otros Autores: Baigorri, Artemio; Castillo Daza, Juan Carlos del; Carrasco Rey, René; Viviescas Monsalve, Fernando; Marcano Requena, Frank; Buraglia Duarte, Pedro G; Talavera Dávila, Henry; Torres Tovar, Carlos Alberto; Mesa Sánchez, Nora Elena; Acebedo Restrepo, Luis Fernando.
Serie: Urbanismos No.1.
Pié de imprenta: Bogotá : Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Artes. Maestría en Urbanismo, 2004.
Descripción: 140 páginas : 28 x 22 cm.
ISBN: 958-701-349-2.
Contenido: Urbanismo y urbanistas en la urbe global / Artemio Baigorri -- La experiencia del urbanismo moderno / Juan Carlos del Castillo Daza -- Urbano, Urbanidad, Urbanismo / René Carrasco Rey -- La complejidad de la ciudad: no es el ángel, son los hombres y mujeres / Fernando Viviescas Monsalve -- Estructura de la docencia del urbanismo / Frank Marcano Requena -- Apuntes para la definición del urbanismo como disciplina en Colombia / Pedro G. Buraglia Duarte -- Práctica epistémica y práctica transformadora del urbanismo / Henry Talaver Dávila -- Reflexiones sobre el urbanismo como campo de conocimiento / Carlos Alberto Torres Tovar -- Reflexiones sobre el urbanismo como campo de conocimiento / Nora Elena Mesa Sánchez -- El urbanismo y su dimensión integral e integradora / Luis Fernando Acebedo Restrepo

Un seminario de muy buen recuerdo















    



9.07.2003

La fractura digital en una sociedad que envejece (2003)





Esta publicación, fruto de una comunicación, forma parte de un conjunto de trabajos que sin duda están entre los primeros acercamientos, al menos en España, al problema de los ancianos y la alfabetización digital. A este han seguido una serie de aportaciones y publicaciones, como esta comunicación presentada en Lisboa, y en 2005 este capítulo en un libro internacional. En 2009 intentamos sin éxito iniciar una investigación en profundidad sobre envejecimiento activo, pero la tesis que dirigí, la cual a su vez ha dado lugar a este libro y artículos .

 

 

"    ABSTRACT 
Tanto el desarrollo de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (NTIC), como su potencial, vienen siendo objeto de investigación, en los últimos años, desde todos los ámbitos de especialización de las Ciencias Sociales, dado el profundo impacto que las NTIC están suponiendo, ya, en la sociedad. Pero no sólo los investigadores, sino también los gestores de políticas públicas, están volviendo su atención hacia las nuevas necesidades que las NTIC satisfacen, por una parte, pero también generan. Una de esas necesidades nuevas es la alfabetización tecnológica/digital de diversos sectores en los que el impacto está siendo más inmediato. Porque el acceso o no-acceso a las ventajas que, en lo que a la calidad de vida se refiere, suponen las NTIC, se viene instituyendo, desde mediados de la última década del siglo XX, en un factor determinante de exclusión o integración social dentro de la nueva Sociedad Telemática.La vejez, constituyendo una categoría sociológica crecientemente ambigua, supone en cualquier caso, para la mayoría de la población, un momento de creciente dependencia que las NTIC están contribuyendo a paliar, y sin duda alguna lo harán más en el futuro; un futuro, precisamente, marcado por un acelerado envejecimiento de los efectivos demográficos, al menos en Occidente.En el marco de nuestro proyecto de investigación"Procesos de inserción en la Sociedad Global de la Información", financiado por la Dirección General de Universidades e Investigación de la Universidad de Extremadura para el periodo 2001-2004, una de las líneas de trabajo se centra en el análisis y evaluación de las necesidades y procesos de alfabetización tecnológica de los ancianos en Extremadura, en la medida en que el no acceso a las NTIC puede ayudar a perpetuar o superar desigualdades existentes, o incluso a crear otras nuevas. Esta comunicación presenta algunos de los logros de nuestra investigación. 
ABSTRACT 
So much the development of the New Technologies of the Information and the Communication (NTIC), as their potential, they come being investigation object, in the last years, from all the environments of specialization of the Social Sciences, given the deep impact that the NTIC is supposing, already, in the society. But not only the investigators, but also the managers of social politics, they are returning their attention toward the new necessities that the NTIC satisfies, on one hand, but they also generate. One of those new necessities is the techno/digital literacy of di verse sectors in those that the impact is being more immediate. Because the access or no-access to the advantages that, in what refers to the quality of life, the NTIC supposes, one comes instituting, from half-filled of the last decade of the XX century, in a decisive factor of exclusion or social integration inside the new Telematic Society.The age, constituting a sociological category increasingly ambiguous, it supposes anyway, for most of the population, a moment of growing dependence that the NTIC is contributing to palliate, and without a doubt sorne will make it more in the future; a future, in fact, marked by a quick aging of the demographic troops, at least in West. In the mark of our research project "Integration Processes on Global Information Society", financed by Extremadura regional administration for the period 2001-2004, one of the work Jines is centered in the analysis and evaluation of the necessities and processes of the old men's technological literacy in Extremadura, in the measure in that the non access to the NTIC can help to perpetuate or to overcome existent inequalities, or even to create other new ones. This communication presents sorne of the achievements of our investigation.  "


REFERENCIA:
Baigorri, A., Chaves, M. (2003), "La fractura digital en una sociedad que envejece", en Joyanes, L. y González, M. Eds., II Congreso Internacional de Sociedad de la Información y del Conocimiento, McGraw Hill, Madrid, Tomo I, pp. 437-444
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