"La cuestión puede plantearse en lo sucesivo en los siguientes términos: el patrimonio histórico-artístico, en el caso que nos ocupa la arqueología, no constituye una carga social, sino por el contrario un recurso económico crecientemente valorado en el mercado. Y, como tal recurso, constituye un importante factor de desarrollo social y económico, especialmente en regiones de desarrollo lento como Extremadura. Puede discutirse si es factible esperar una rentabilidad económica de las inversiones en patrimonio, pero no parece discutible la conveniencia de buscarla, y sobre todo señalarla cuando se produce.Enlace al texto completo
Lamentablemente, ni la Economía ni la Sociología se han ocupado todavía, en nuestro país, de estas cuestiones. La Sociología se aproxima a través de la Sociología del Consumo Cultural, pero hoy por hoy se centra casi exclusivamente en los bienes manufacturados y comercializados en el mercado (libros, música, cine, medios de comunicación, etc). En el caso de la economía no hay en España ni siquiera un acercamiento remoto a estos temas. Sin embargo, en los EEUU la industria de la cultura en su más amplio sentido ocupa a muchos economistas y sociólogos, y en algunos otros países, como Francia, son relativamente habituales incluso los estudios de impacto socioeconómico de las grandes inversiones en recuperación y/o conservación del patrimonio. Sólo la elaboración de este tipo de estudios de impacto positivo (a imagen, aunque en sentido inverso, de los estudios de impacto ambiental), para todas las actuaciones en este campo, permitiría de una parte justificar, jerarquizar y priorizar estas grandes inversiones en el sector público, y de otro lado promover las inversiones desde la iniciativa privada. Hoy sabemos al detalle el empleo directo e indirecto que genera una fábrica de coches, conocemos el proceso multiplicador de cada peseta invertida en el cultivo de patatas, pero -al menos en España, y particularmente en Extremadura- no conocemos los efectos económicos y sociales producidos en su entorno por cada peseta invertida en recuperación, restauración o gestión del patrimonio histórico-cultural. Desgraciadamente, como afirmaba recientemente Hernández-Gil, "no existe ningún organismo que se haya dedicado a sistematizar de forma global la información dispersa sobre el patrimonio cultural; tampoco se dispone de datos estadísticos fiables sobre el
funcionamiento del sector, ni de indicadores que permitan evaluar su incidencia social y las estrategias y políticas de actuación". En el caso de la Arqueología esta carencia está especialmente acentuada. (...)"
1.27.1995
La Arqueología como factor de desarrollo socioeconómico: la creación de riqueza, creación de puestos de trabajo, incremento cultural (1995)
Ponencia para las Jornadas de Arqueología de Extremadura, Consejería de Cultura, Trujillo, 27 de enero, 1995
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