"Cuando en Aragón nos ocupamos del problema del agua, de su utilización para fines ajenos a los intereses de sus más últimos beneficiarios, la tierra y los ciudadanos que la beben, así como de sucontaminación, nos olvidamos, las más de las veces, de mirar más allá de Caspe, por un extremo, y de Zaragoza por el otro, siendo el eje transversal de nuestra reflexión. Sin embartgo, más allá de uno de los extremos mencionados, sobre la zona del Valle del Ebro aragonés que se extiende entre Zaragoza y Mallén, localidad fronteriza con Navarra, se cierne en la actualidad un grave peligro: la contaminación de las aguas utilizadas para beber y regar. El mismo peligro es compartido por parte de la Ribera navarra, de Tudela a Cortes. La posible instalación de una central nuclear en Tudela ya ha sido comentada, aunque sólo por encima, por algunos medios informativos, y de ello, aunque el proyecto por ahora parece detenido, nos ocuparemos próximamente. Pero en estos momentos existe un peligro mucho más grave, desde el punto de vista contaminante, que una central nuclear. La cuestión es que el pasado 9 de abril el Pleno del Ayuntamiento de Tudela aprobó el Proyecto de instalación en sus tierras de una papelera.
El problema es enfocable desde varias perspectivas: línea no aconsejable para el desarrollo industrial de Navarra; deficiente ordenación del suelo urbano e industrial, al dedicar 45 Has de regadío urbanizado a la instalación de una industria contaminante..."
Referencia:
Baigorri, A., Gaviria, M. (1976), "Tudela. Algo huele a podrido", Esfuerzo Común, Num. 239, pp. 40-41
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