Entre las crónicas que de chaval enviaba como corresponsal de mi pueblo a El Noticiero (entre los 16 y los 19 años, y esta fue una de las últimas, pues en enero de 1976 empecé a escribir en Andalán y Esfuerzo Común) colaba continuamente artículos que no eran desde luego propios de un cronista local. Gracias a Vicente Calvo, responsable de los corresponsales y que luego me captaría para Esfuerzo Común, metía artículos de opinión como crónicas. Especialmente cuando llegaban las fiestas, y el periódico (como es tradición en la prensa regional) dedicaba un par de páginas al programa, los anuncios que el corresponsal conseguía captar, y alguna croniquilla. Las mías eran siempre artículos de opinión, como este de 1974, cuando estaba en Primero de CC de la Información. Al año siguiente llegué a colar un extenso artículo bajo un titular totalmente distinto al contenido.
En cuanto a este, lo releo ahora y la verdad es que no era un mal ensayo antropológico.
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