11.09.2006

Dictamen sobre la creación de un Instituto de la Juventud (2006)

Este texto se trata de un dictamen de urgencia solicitado en 2006 por la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura, dirigida por Francisco Muñoz, sobre la creación (de hecho ya estaba en marcha) de un Instituto de la Juventud. Hube de hacerlo en unos pocos días, y reciclé fragmentos de trabajos anteriores (sobre todo del estudio sobre el botellón y el programa FUTURO, realizados entre 2001 y 2003), algunas reflexiones inéditas, y datos e informes de otros organismos públicos.Creo que en conjunto presenta una teoría consistente sobre la juventud y su significado en el siglo XXI.



"JUVENTUD, HUMANO (Y ESCASO) TESORO
He intentado expresar sintéticamente en repetidas ocasiones mi particular visión de la juventud como hecho social afirmando que la Juventud es, especialmente en Europa, y en tanto que colectivo humano, una especie en extinción, y por tanto protegida. Para algunos observadores y moralistas incluso demasiado protegida, aunque se me haría difícil alcanzar a entender las razones que nos habrían de llevar a proteger en menor medida a las crías de nuestra especie que a las de especies como el lince o el buitre leonado.
El caso es que se defina como se defina su ámbito, no hay asomo de duda de que cada vez son menos. Lo que también significa que la clientela de las instituciones especializadas en los jóvenes se está reduciendo; aunque como veremos la necesaria ampliación del ámbito operativo permita compensar provisionalmente la pérdida de efectivos.

 Además, esos efectivos se van a seguir reduciendo, a pesar de las ilusiones que sobre la cuestión despierta el fenómeno de la inmigración masiva. Pues aunque las bajas tasas de natalidad que se han alcanzado en España parecer apuntar un punto de inflexión (así lo creen algunos analistas), gracias a los inmigrantes, que han aportado además jóvenes ya nacidos, sin embargo se trata de una mera ilusión.
La previsiblemente rápida integración cultural de éstos reducirá a medio plazo sus propias tasas de natalidad, adaptándolas a las de su sociedad receptora, en un proceso ineluctable que se produce en todo proceso migratorio. De hecho, las proyecciones de la población española más creíbles (el llamado Escenario 2 del INE, que incorpora los criterios de Eurostat) así lo ponen de manifiesto: aunque podemos tener cierta esperanza recuperación a corto plazo, a medio y largo plazo las tendencias decrecientes van a predominar, salvo que se produzcan cambios sociales estructurales profundos.

Las cifras son preocupantes: en sólo una década (1991-2001) se perdieron en España medio millón de jóvenes, producto de quince años de baby boom (una pérdida que explica en buena parte las estupendamente bajas tasas de desempleo juvenil de los diez años), de los que sólo apenas 100.000 se han recuperado gracias a la inmigración.



Y en el caso de Extremadura la situación es aún más complicada, porque nuestra región apenas había empezado a recuperarse de la profunda sangría demográfica de los ‘60, cuando la caída de la natalidad volvió a sumirla en negras expectativas demográficas.
Hasta el punto de que, como se observa en el gráfico, al contrario que a nivel nacional ni siquiera se ha producido el leve e ilusorio remonte producido por los efectivos de la inmigración: se han perdido en el último cuarto de siglo 35.000 jóvenes que no van a recuperarse ni a corto ni a medio plazo.
De hecho, las proyecciones demográficas del INE nos avanzan un stock de población joven inferior incluso al de principios del siglo XX, lo cual plantea una situación cuando menos preocupante.




Naturalmente, esta pérdida de efectivos demográficos tiene efectos directos: como por arte de magia (pero no por arte de magia, sino como consecuencia de la tensión demográfica), la presión que en las décadas anteriores ejercían los jóvenes sobre el mercado de trabajo, el sistema educativo y aún el propio hogar ha aflojado enormemente, poniendo en marcha otro tipo de procesos sociales colaterales más o menos complejos.

2. LA PLACENTA SOCIAL, Y LA RE-INVENCIÓN
PERMANENTE DEL CONCEPTO DE JUVENTUD
En realidad, este proceso ha permitido que una vez más se cumplan los presupuestos implicados en nuestra teoría, ya discutida en diversos foros y documentos científicos, sobre la placenta social. 


En suma, en la actualidad nos enfrentamos a un proceso de cambio social de carácter estructural, a una readaptación orgánica, en función del alargamiento de todos los ciclos vitales, y que por tanto influye entre otras cosas en un progresivo atraso del momento de incorporación al trabajo de los seres humanos.
Consideremos, de una parte, que en nuestras sociedades ricas y tecnológicamente avanzadas las necesidades materiales básicas de cualquier familia están cubiertas, sea de forma autónoma o mediante ayudas públicas; son ya muy escasos los jóvenes que deben buscar trabajo de forma imperiosa para que su familia pueda comer, como ha ocurrido históricamente. Y de otra parte, la cantidad de conocimientos, saberes y hábitos que el ser humano ha debido asimilar antes de enfrentarse a cualquier ocupación son crecientes. A pesar de que en apariencia la tecnología simplifica nuestras vidas, los conocimientos que hay que dominar para ejercer cualquier oficio, e incluso para desenvolverse en la vida cotidiana, son mucho mayores. Eso hace de los jóvenes, sin duda, personas con una mayor inseguridad respecto de la vida adulta que la que tenían sus ancestros.
Y poco a poco los datos vienen corroborando en mayor medida el modelo. Según la encuesta más reciente del INJUVE(2002) el 74 % de los jóvenes vive en el domicilio familiar, por mucho que la mitad (50,8 %) dicen estar dispuestos a emanciparse. De hecho, y según datos procedentes de la Encuesta de Población Activa, a lo largo de la pasada década se ha venido reduciendo el número de hogares en los que la persona principal (cabeza de familia) es un joven entre 16 y 29 años, pasando e 591.600 hogares, en 1990, a 453.300 en 1997. Y, consecuentemente con ello, se viene retrasando de forma sistemática la edad del primer matrimonio, tanto entre hombres como entre mujeres.

Y, consecuentemente con ese retraso en la formalización de los emparejamientos, encontramos que desde finales de los años ‘70 (en Extremadura desde la segunda mitad de los ‘80, pero con una confluencia acelerada) la edad media a la que las mujeres tienen su primer hijo viene aumentando sistemáticamente, en casi tres años para el periodo considerado.Algunos investigadores todavía creen que la razón de todos estos cambios se debe a la falta de ingresos y el elevado precio de la vivienda.

 Sin embargo, repetidamente las encuestas muestran otra realidad: en una reciente encuesta a nivel europeo, y aunque los jóvenes alegan no tener los medios suficientes para independizarse, un tercio no lo hace por preferir el “confort sin responsabilidades” del domicilio familiar a la autonomía; un tercio porque prefieren aprovechar las posibilidades del hogar familiar para acumular ahorros y prepararse así unas buenas condiciones de salida; y otro tercio declara simplemente que “cuanto más tarde se salga, mejor”. Un 28 % considera que el hecho de que los padres sean menos estrictos es una buena razón para quedarse. En suma, los jóvenes se encuentran a gusto, como los marsupiales, en la casa familiar: en la placenta social que es el hogar paterno.
Todo esto tiene una influencia directa en la cuestión, repetidamente, planteada, de los límites. Y a tenor de lo visto parece razonable situar el límite superior de la categoría de jóvenes en los 35 años (una encuesta realizada por el INJUVE en 1996 mostraba que ya entonces un 27 % de los jóvenes de entre 30 a 34 años convivían todavía con sus padres, cifra que sin duda se ha incrementado sensiblemente en los últimos años).En cualquier caso, hechas estas consideraciones, no hay que olvidar que tampoco podemos hacer un paquete indiferenciado con los jóvenes, consideremos una horquilla de edades u otra. 
Por un lado, son evidentes las profundas diferencias que marca la edad a lo largo del proceso de transición de la infancia a la vida adulta. Y el primer problema se plantea en el límite inferior. ¿Debemos incluir la adolescencia en el concepto de juventud?. La evidencia nos muestra que sí, en la medida en que la sociedad se dirige hacia ella en tales términos (la publicidad, el mercado, la educación...); pero ¿cuándo empieza?.
En el caso de las mujeres la aparición de la primera menstruación parece un signo claro, que por cierto ha descendido ya muy por debajo de los catorce años. A partir de ese momento muchas chicas empiezan a hacer el tipo de cosas que generalmente entendemos que hacen los jóvenes, incluyendo beber, fumar, ir solas a los conciertos de sus ídolos, acudir a las discotecas (lights o hards), embarazarse, etc. Pero en el caso de los hombres los límites inferiores son más problemáticos. En cualquier caso, debería fijarse el límite en algún punto oscilante entre los 13 y los 15. 
Sin embargo, el auténtico problema estriba hoy en el límite superior, y no se reduce a aspectos psico-sociales, generalmente de carácter identitario; porque la cuestión última no es tanto conocer cómo se sienten los jóvenes, sino determinar qué cosas puede hacerse por ellos desde las instituciones que se dedican a ocuparse de ese tramo de nuestras vidas en el que todavía no somos plenamente autónomos. Porque, en cierto sentido, la cuestión que nos estamos planteando, como pusimos de manifiesto en el marco del programa FUTURO, no es otra que la siguiente: ¿hasta qué edad debe el Estado seguir ayudando a las familias a orientar, formar, entretener, en suma ocuparse de sus hijos?. Podríamos hablar, al menos, de: 

1. Un estadio de adolescencia (cuya duración probablemente se viene ampliando por arriba y por abajo) hasta los 16/17 años;
2. Un estadio de juventud hormonal (hasta los 26/27);
3. Un estadio de juventud funcional (hasta los 34/35). 
Límites que deberían ajustarse pensando en la eficiencia empírica, esto es, en la disponibilidad de fuentes primarias de información sobre cada tramo, puesto que es indiferente a efectos de programas de acción poner el límite un año arriba o abajo. Y, naturalmente, sin que ello nos haga olvidar otro tipo de distinciones al tratar de la juventud. Pues a menudo el concepto juventud es una estratagema para ocultar, o disminuir la importancia, de otro tipo de divisiones sociales bastante más determinantes que la edad, como la clase social, el género, los grupos de status, la pertenencia rural/urbana... Pues con independencia de que las distintas edades conlleven niveles de madurez distintos, problemas de interacción distintos, así y todo las grandes fracturas no están en la edad, sino en el acceso a los bienes. Ya se trate de medios de producción, o bien de aquellos bienes que hoy constituyen indicadores del bienestar y la riqueza. Hablar, por tanto, de los jóvenes extremeños no es decir mucho, si no introducimos todas esas diferenciaciones citadas; bajo riesgo, en caso contrario, de tomar al todo por la parte. 
Y, naturalmente, tampoco debemos olvidar (...)"

Referencia:
Baigorri, A. (2006): "Dictamen sobre la creación de un Instituto de la Juventud en la comunidad autónoma de Extremadura", Consejería de Cultura, Mérida

Acceso al texto completo

Más sobre la teoría de la placenta social: http://baigorri.blogspot.com/2008/05/placenta-social.html

8.20.2006

Análisis del debate educativo. Documento para la reflexión y el debate sobre la Educación en Extremadura (Educación Infantil y Primaria) (2006)



Libro que recoge el informe de síntesis de los resultados del proceso de investigación-acción participativa Debate Educativo de Extremadura, iniciado en 2005 y dedicado en 2006 a la Educación Infantil y Primaria. El proceso terminó con un seminario en el que participaron unos 1.000 docentes de la región a lo largo de una jornada, en la que se expusieron los resultados y se debatieron las distintas temáticas planteadas con especialistas de todo el país. Todos los materiales (grabaciones de las sesiones, documentos de conclusiones, etc) estuvieron durante años colgados en este enlace, pero durante el periodo de gobierno del Partido Popular fueron borrados, a pesar de que, fruto de aquel debate educativo, Extremadura fue la única región en la que se alcanzó un pacto por la educación, y una Ley de Educación (2011) promovida por el gobierno del PSOE pero consensuada y apoyada por todos los partidos, incluido el PP. Puede que algún día vuelvan a aparecer de nuevo.


"    El método del debate: el debate como método 
El debate educativo sobre la Educación Infantil y Primaria en Extremadura se aprovecha de la experiencia, y sigue, en parte, el esquema del debate sobre la Educación Secundaria ya desarrollado en 2005. Pero, además se han incorporado algunas innovaciones para, de una parte, hacer más eficaz el proceso y, de otra, hacerlo más sistemático y representativo. 
1.- Escuchando a la comunidad: cuestionario para los Consejos Escolares y asambleas comarcales
Se ha mantenido el esquema del anterior debate en cuanto a la voluntad de provocar el diálogo entre los actores sociales que conforman la comunidad educativa y tienen representación en los Consejos Escolares de los centros docentes: representantes de padres y madres, del profesorado y de la Administración local.
Esta vez la participación del alumnado, dada su corta edad, no ha sido generalizada, aunque sí se han realizado grabaciones, en vídeo y audio, en un número representativo de centros con las respuestas a un cuestionario específico organizado por niveles y etapas educativas para escuchar su voz.
Se ha buscado, sin embargo, racionalizar más el proceso del debate reduciendo, por un lado, el tamaño del cuestionario a términos más acordes con el tiempo disponible y, por otro, presentando un único cuestionario por Consejo Escolar, lo que ha obligado al diálogo y la búsqueda del consenso en el diagnóstico entre los distintos actores. Se han evitado así, además, procesos de participación desigual de los cuales es a veces imposible medir la representatividad y fiabilidad en términos estadísticos. Este método ha facilitado por otra parte el proceso de recogida y tratamiento de los datos, de orden cualitativo, que se sintetizan en la primera parte de este informe. Han sido procesadas las respuestas al cuestionario de la práctica totalidad de los centros de la región, ya que en el debate han participado 446 centros, lo que supone un 90,1 % del total de los existentes en Extremadura.
Tras los debates desarrollados en los centros de Educación Infantil, Primaria y específicos de Educación Especial, un elemento esencial han sido las asambleas comarcales realizadas en los Centros de Profesores y Recursos (CPRs) de la región, en las que los asistentes, en representación de los Consejos Escolares, pudieron poner en común su propia experiencia, generándose un destilado de las principales opiniones.
(...)
2.- Escuchando a los actores sociales: encuestas a las familias y cuestionario al profesoradoEl segundo cambio importante, con respecto al debate de Educación Secundaria, ha sido la
incorporación de métodos de detección de la opinión pública más apropiados para recoger la opinión del conjunto de la sociedad, y no de la parte más activa o participativa de la misma, evitando así en lo posible los sesgos. Consideramos que es esta una auténtica y representativa evaluación del sistema educativo por los dos principales actores (familias y profesorado) en términos estadísticamente representativos.
Se incluyen en este Informe Síntesis la encuesta y el cuestionario utilizados, y a continuación se expone la ficha técnica de la encuesta a las familias y del cuestionario al profesorado. Para su diseño se ha partido de encuestas, tanto de ámbito nacional como internacional, realizadas en los últimos años sobre esta temática. El material recogido va a permitir, en este sentido, realizar durante los meses sucesivos otros muchos análisis que, en el marco temporal del programa del Debate Educativo, no era factible realizar. Los ficheros de datos quedan, por supuesto, a disposición de cualesquiera otros investigadores que quieran profundizar en los mismos.
(...)
Caracterización negativa
Una relativa mayoría de las opiniones apuntan a una caracterización negativa del alumnado de Educación Infantil y Primaria. En este sentido, las respuestas tienden a describir a un alumnado desmotivado, poco esforzado, carente de hábitos de trabajo o estudio. Aunque, paradójicamente, cuenta con más medios que nunca, sin embargo, y debido a la cantidad de estímulos a los que está expuesto, se ‘dispersa’, redundando en una gran pérdida de interés por las cuestiones de la escuela.
Es general la idea de que existe una sobreprotección del alumnado en su entorno familiar, incidiendo en su inmadurez y la carencia de autonomía. En este sentido, se les tacha de ‘caprichosos’, no necesitando el esfuerzo para conseguir las cosas. De ahí su baja capacidad para asumir el fracaso, y la impaciencia o la demanda de inmediatez son otras características muy mencionadas por todos los agentes participantes en este debate.
Asimismo, son caracterizados como pasivos, individualistas y con pocas habilidades sociales, lo que se achaca, en gran medida, a las nuevas formas de ocio, de las que participan masivamente.
También en esta caracterización negativa han coincidido al resaltar atributos como la falta de respeto y de valores, la indisciplina, la agresividad, la competitividad mal entendida, el materialismo o el consumismo exacerbado. En este caso se apela a la negativa influencia que ejercen “los valores que imperan y que la sociedad actual transmite”. Aunque no falta quien alude a una “creciente desestructuración familiar” que incidiría negativamente en el desarrollo evolutivo de los niños. 
 
(...) 
Más de la mitad de los sectores participantes en el debate manifiestan que la Educación actual no responde a las exigencias de una sociedad futura, coincidiendo al considerar que la sociedad avanza
mucho más deprisa que la escuela, y ésta no siempre es capaz de adaptarse a las nuevas situaciones de una sociedad cambiante. Pero al mismo tiempo, y paradójicamente, consideran que los cambios que se tratan de llevar a cabo a través de las leyes educativas no son considerados positivos, pues es igualmente alto el consenso al considerar un sistema demasiado inestable, en el que nunca acaban de implementarse satisfactoriamente las sucesivas reformas.
Por otro lado, estiman que, aunque se han introducido nuevos conocimientos, no se dedica el tiempo necesario a las materias instrumentales. Señalan aspectos negativos como la “promoción automática”, que favorece que los niños se esfuercen menos, en tanto saben que no necesitan aprobar las asignaturas para avanzar en determinados cursos. Por todo lo anterior, consideran que la Educación no responde a las demandas de una sociedad tremendamente exigente y competitiva, en donde el éxito vendrá de la mano del esfuerzo, el afán de superación o el gusto por el trabajo bien hecho, valores éstos, en los que se manifiestan grandes carencias en el alumnado.
La falta de medios técnicos y/o humanos, en especial en el medio rural, es también una constante a la hora de justificar la imposibilidad de responder a las exigencias de la sociedad por parte de la escuela.
Se critica igualmente que se descargue sobre el profesorado toda la responsabilidad en relación a la Educación, ya que consideran que ésta no es una labor exclusiva de este sector. Manifiestan la necesidad de implicación de las familias, principalmente, pero también las administraciones o los medios de comunicación, apoyos que hoy día no existen o son insuficientes.
 
(...) 
UNA CIERTA (PERO MODESTA) AUTOCOMPLACENCIA
A pesar de los lamentos y denuncias recogidos, a pesar de los muchos problemas señalados, a pesar de la agresividad con que algunos profesores han enfrentado la propia realización de la encuesta, viene a resultar que, del mismo modo en que los profesores ponían de manifiesto encontrarse a gusto, consideran que el estado general de la educación en la región es cuando menos aceptable. Alguien
podría pensar que porque evaluarla en otro sentido implicaría una autocrítica de su propio trabajo, pero ya hemos visto en el curso del análisis que el colectivo es capaz de superar ese tipo de contradicciones.
El hecho cierto es que para los profesores de Educación Infantil, Primaria y Especial de los Colegios Públicos de Extremadura, califican en su mayoría de regular (50,4%) a la enseñanza en la región. Pero frente a esa mayoría que opta por ubicar la enseñanza en ese estado de medianía, es muy superior el porcentaje que la considera buena o muy buena (42% en total, aunque sean estadísticamente insignificantes quienes la califican de muy buena) que el quienes la consideran mala o muy mala (2,6% en total). Sin duda ese dato es el más significativo: la insignificancia estadística de quienes valoran negativamente la situación.
 
(...) 
El proceso educativo, visto desde las familiasEl conjunto de familias extremeñas parece optar por la razón antes que por el instinto, como procedimiento que entienden más adecuados para educar a sus hijos e hijas: la opción del buen ejemplo (84,73%), y de explicarles y persuadirles con razones (63,66%), son escogidas por la abrumadora mayoría de los encuestados. Mientras que apenas un tercio señalan la utilización de premios (34,91%) y castigos (24,55%), o el estímulo de su honor y amor propio (37,14%). Si bien encontramos algunas diferencias según el tipo de colegios a que asisten los hijos e hijas, pues entre los usuarios de colegios concertados este tipo de métodos parece encontrar más predicamento.
En lo que se refiere al modelo educativo preferido, es mayoritaria la preferencia de las familias por el sistema público. Cabe señalar cómo incluso entre las familias que utilizan colegios concertados hay un tercio que optan por el predominio de lo público (29,7%); incluso aparecen un 9,5% de casos que declaran preferir un sistema público en exclusividad. Entre los usuarios de colegios públicos un 10,9% declaran preferir el predominio de lo privado, incluso en un 4,5% de los casos preferirían que sólo existiese enseñanza privada   "






REFERENCIA:
Baigorri, A. dir (2006), Análisis del debate educativo. Documento para la reflexión y el debate sobre la Educación en Extremadura (Educación Infantil y Primaria), Junta de Extremadura, Mérida

Enlace al texto

3.16.2006

Botellón: más que ruido, alcohol y drogas. La Sociología, en su papel (2006)



"lo más significativo del botellón es que se trata de una tendenciageneral que se repite en sociedades occidentales de todo el planeta, aunque en ocasiones con aspectos claramente diferenciados, fruto de la diversidad cultural y legal. Los jóvenes ingleses, o los rusos, se reúnen a beber en las calles traseras del barrio, o en los parques. En Australia o Tasmania lo hacen circulando en sus coches en torno a algunas manzanas emblemáticas del pueblo o la ciudad. En loscampus USA se juntan en apartamentos o edificios comunitarios. En varios países su-damericanos los jóvenes compran bebidas de alcohol duro y las beben luego en la calle hasta caer redondos. En el Sur de Italia hemos visto reproducida, incluso con ese nombre, la ‘movida’ (beber en la puerta de los bares), que tantos problemas generó en España a principios de los años noventa, y en el Norte de ese país ya ha hecho su aparición, en los veranos, el botellón propiamente dicho. En algunas ciudades de la circunspecta Alemania las divergencias por el horario de cierre de las terrazas de verano provocaron batallas campales, como las que a mediados de los noventa hicieron famosa a Cáceres. Podríamos decir que todos los jóvenes que se lo pueden permitir (por nivel económico y nivel de tolerancia), en cualquier parte del mundo, andan haciendo cosas parecidas en respuesta a un conjunto de tendencias asimismo globales: 
a) el advenimiento de la Sociedad de 24 horas; 
b) la conversión del ocio en un sector fundamental de nuestras sociedades; 
c) el poder creciente de las multinacionales del alcohol; 
d) la formación de la placenta social; 
e) la dimisión parental; 
y f), la degradación del estado del bienestar."


REFERENCIA:
Baigorri, A., Chaves, M. (2006). "Botellón: algo más que ruido, alcohol y drogas (la Sociología, en su papel)", Anduli. Revista Andaluza de Ciencias Sociales, Num. 6, pp. 159-176