11.29.1999

Vejez y nuevas necesidades sociales en Extremadura, ante el siglo XXI (1999)

El texto corresponde a una ponencia impartida en el Curso de Promoción Continua sobre Gerencia de Centros de Mayores de la Escuela de Administración Pública de Extremadura, en noviembre de 1999. Un par de años más tarde la reciclé y la utilizamos varios compañeros del grupo de investigación para impartir una tournée de conferencias organizado por Fundación La Caixa en Centros de Mayores de distintas ciudades de la región. El punto de partida lo había abordado en este trabajo (originariamente un trabajo de curso, que fue ampliándose).  
A partir de estas reflexiones planteamos la realización de una tesis doctoral sobre envejecimiento activo, así como un proyecto de investigación que resultó infausto, que sería retomado con más éxito una dácada más tarde. 
El tema ha dado lugar a otros textos, primero sobre exclusión digital y alfabetización digital, y más recientemente sobre envejecimiento activo, tema sobre el que versó la tesis que dirigí y se leyó en 2015


"Por razones nunca muy bien explicitadas, hace algo menos de dos décadas que algunas personas empezaron a utilizar eufemismos para referirse a los viejos, como población de edad avanzada, tercera edad, y más recientemente, mayores. Sin embargo, esas denominaciones no han hecho sino introducir confusión. Incluso el término tercera edad, que es el que parecía durante bastante tiempo bastante ajustado, ha entrado en crisis cuando ha empezado a hablarse de una cuarta edad, referida al periodo en el que los viejos dejan de valerse por sí mismos. Pero es que los otros son sin duda mucho más confusos.
El de población de edad avanzada podría asimilarse tal vez, pero en modo alguno resuelve el relativismo (¿cuánta edad es una edad avanzada?), y también se presta a confusión (¿avanzada, para qué?). De hecho, se habla a veces de niños y niñas de edad avanzada para referirnos a aquellas que han desarrollado más rápidamente que sus compañeras. O de jóvenes de edad avanzada para referirnos a aquéllos que están en el umbral de la madurez.
En cuanto a la denominación mayores, que en los últimos años se extiende como la pólvora entre los trabajadores sociales, y a su través está llegando a la política y a la investigación, me parece de lejos la más confusa, y en consecuencia la más inadecuada. ¿Qué es un mayor?. Siempre hemos entendido que una persona mayor es una persona adulta, o al menos una persona que ha sobrepasado la mayoría de edad legal. A partir de este punto, ¿cómo de mayor es una persona?.
Por supuesto que, a partir de una determina edad, en que empezamos a envejecer, uno puede ser más o menos viejo. Pero el ámbito temporal del más o menos viejo es mucho más reducido (y desde luego en ningún caso cabe dudar de que hace referencia a fenómenos de envejecimiento) que el ámbito del más o menos mayor, cuyo relativismo es absoluto: cuando mi hijo de ocho años pide que le autorice a hacer algo utilizando como argumento que a su hermana de trece años le dejamos hacerlo, nuestro contra-argumento es que su hermana es mayor.
Hay razones también razones operativas en el marco de la investigación social. Al trabajar con pirámides de población, hablamos de tasas de envejecimiento; a nadie se le ha ocurrido confundir a los colegas hablando de tasas de terciarización, porque podría confundirse con el proceso de extensión del sector servicios; o de tasas de mayorización, que todavía se prestaría a confusiones mayores. Si utilizamos el adverbio envejecimiento, como referido a la acción de envejecer, es incomprensible que el resultado de ese proceso sea el de ser mayor, o..."


Referencia:
Baigorri, A. (1999),  Vejez y nuevas necesidades sociales en Extremadura, ante el siglo XXI, Escuela de Administración Pública de Extremadura. Mérida
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